TEXTO NACHO CAGLIERO FOTOS: FER DER MEGUERDITCHIAN
En la zona oeste, está “La Morena”, el comedor que Rosa De los Santos tiene desde hace 22 años. Corría el año 2001 y la crisis económica, social y política extendía sus tentáculos por todos los barrios de la ciudad.
Rosa vio pasar frente a su casa un carrito con chatarras y cosas recicladas de la basura. Le preguntó si tenía una olla para venderle, porque quería empezar a darle merienda a los chicos del barrio. El del carrito se la regaló. Hoy brindan asistencia a 728 chicos del barrio: tres días a la semana dan cena, y dos meriendas.
A Rosa la acompañan tres de sus hijas y tres mujeres del barrio. Dice que cobrar un salario por esa tarea, vendría al pelo. Porque si bien tiene ayudas de Municipio y Provincia, de su bolsillo saca 10 mil pesos para la garrafa grande con la que cocinan, y otros tantos para una más chica que siempre tienen de repuesto. “Yo soy pensionada y cobro la mínima. Con esa plata no alcanza para nada”, agrega.