Un mensaje brutal, por Federico Pagura
Cuatro mil libros terminaron quemados el último 27 de septiembre en el incendio intencional de la sede del Movimiento Ecuménico por los Derechos Humanos. Una biblioteca entera incinerada en el altar de la Iglesia Evangélica, ubicada en San Lorenzo y Callao, en Rosario. Como escribió el periodista Carlos del Frade, "un mensaje brutal: quema de libros en el interior del menos mediático de los organismos. Una señal a contramano de los treinta años de democracia, bien cerca de un nuevo 8 de octubre, fecha en la que se cumplirán 29 años del robo a los Tribunales provinciales rosarinos, donde no solamente se perdieron las identidades de los represores vinculados al Ejército y la policía Federal, sino también los balances de las grandes empresas que fueron los titiriteros del genocidio en el sur de la provincia". Reproducimos la carta del obispo emérito Federico Pagura, difundido el día siguiente del atentado.