La humanidad en vilo 

Día a día aumentan las cifras de muertes en la Franja de Gaza, mientras que el mundo entero ya comienza a hablar de genocidio. Por su parte, Rosario eleva su solidaridad con el pueblo palestino y reclama por el fin de los ataques. 

Por Martín Stoianovich

El conflicto internacional palestino – israelí transcurre hace más de sesenta años y reúne en las páginas de su historia a los peores vejámenes y avasallamientos de derechos humanos, resumidos en miles de muertes, despojos de territorios y  condiciones de vidas infrahumanas. Un conflicto que está atravesado por tintes religiosos y políticos y que tampoco se escinde de la participación de las potencias imperialistas. El pasado 7 de julio, en una nueva avanzada sobre la población palestina, Israel dio marcha a la operación Barrera Protectora. Bajo este título se esconden los accionares del ejército israelí que provocaron en estas dos semanas casi quinientas muertes, en su mayoría civiles y niños. Las imágenes ya inocultables de este genocidio perpetrado por el sionismo, despertaron en todo el mundo la solidaridad con el pueblo palestino y el acompañamiento a su reclamo de plena libertad territorial, religiosa, política y económica.

La operación Barrera Protectora, precedida por las operaciones Plomo Fundido (2008 – 2009) y Pilar Defensivo (2012),  busca justificarse como supuesta respuesta a Hamás ante el lanzamiento de misiles por parte de este movimiento islamita que está al frente de la Franja de Gaza desde el 2006. Mientras tanto los siempre presentes Estados Unidos, a través de Barack Obama, apoyaron a Israel por su “derecho a defenderse”, pero pidiendo cautela en relación a las víctimas civiles. Sin embargo, datos oficiales sitúan a Israel como el principal país en el mundo en recibir ayuda económica a su Ejército por parte de los Estados Unidos (3 mil millones de dólares anuales). Como respuesta, diversos sectores vinculados a los reclamos del pueblo palestino, consideran una excusa dicha justificación por parte de Israel y endurecen aún más las críticas al sionismo, sus desmedidos ataques y sus ambiciones guiadas por intereses occidentales y colonizadores.

A pesar del masivo pedido de cese de los ataques por parte del Estado de Israel, las cifras de muertes siguen en ascenso y el terror continúa apoderándose del día a día en Gaza. Según datos de la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados en Palestina (UNRWA), brindados en su sitio web, a momentos de difundirse el último informe el 21 de julio corriente, las cifras indicaban que en las últimas 24 horas se estaba atravesando el “período más sangriento desde que comenzara la ofensiva militar en curso, con 107 palestinos muertos, entre ellos 23 mujeres y 35 niños”. Las estadísticas son cada vez más alarmantes, y se habla de una cuarta parte de las víctimas totales perteneciente a niños y niñas.

Los ataques sobre Gaza generaron una situación de pánico en la población civil que tiene que acostumbrarse a caminar entre cadáveres y heridos hasta que las pausas humanitarias se dignan a evacuarlos. La situación ha desbordado a los palestinos que están siendo desplazados a los refugios de las Naciones Unidas. En los últimos dos días, la cantidad de refugiados incrementó de 63.000 a 84.843. Mientras tanto la ONU intenta cumplir su rol solicitando la finalización de los ataques a la vez que durante años los reclamos del pueblo palestino fueron quedando en segundo plano.  Agencias como la UNRWA aparecen en escena cuando la muerte ya es inevitable y el genocidio está consumado y marchando, para asistir a los palestinos con alimentos, medicina, y otros tipos de elementos indispensables para la vida que les pertenece como Estado observador no miembro de las Naciones Unidas. Asimismo, toda asistencia parece quedar en la nada ante los frecuentes ataques que el sionismo continúa efectivizando sobre lo que consideran un territorio de su propiedad.

La solidaridad desde Rosario

Este panorama presentado es el motivo principal por el cual en distintos lugares del mundo el ataque contra la población palestina es considerado un genocidio por parte del Estado de Israel. Comienzan así a levantarse las banderas de la solidaridad y el respeto a los derechos humanos que ya no se tienen en cuenta en un territorio que continúa desangrándose y asemejándose a los recuerdos más terroríficos de la historia de la humanidad. Apenas se difundieron informaciones de estos nuevos ataques a la región palestina, distintas organizaciones sociales, políticas y sindicales de la ciudad de Rosario comenzaron a dejar en claro un reclamo unánime en acompañamiento a Palestina y contra los ataques que efectúa el Estado de Israel con el aval y apoyo económico de los Estados Unidos.

“Esta historia tiene 66 años, Israel no estuvo siempre como nos quieren hacer creer. El hecho de que hayan utilizado un nombre bíblico no significa que hayan estado siempre ahí. Es una catástrofe humanitaria y ecológica”, considera Alicia Coianiz, de la agrupación Palestina Resiste. Esta declaración se remonta a los tiempos de la partición territorial, cuando en 1948 las Naciones Unidas dividieron el territorio palestino. Tal como lo explica Rodolfo Walsh en una serie de artículos periodísticos publicados bajo el título “La Revolución Palestina”, en aquel momento había en Palestina 1.200.000 árabes y 600.000 judíos. Con la partición que efectuaron las Naciones Unidas se crearía el Estado de Israel, otorgándoles el 60 por ciento del territorio con las mejores cualidades para el cultivo. “Lo que no dice el mapa es que la mitad de las tierras de propiedad palestina caían bajo jurisdicción israelí, y que en millares de casos la aldea árabe quedaba separada de las tierras que cultivaban sus habitantes”, describía por entonces Walsh como enviado especial. Esto denota que desde el comienzo de esta historia el pueblo palestino quedó en una desventaja que no sólo se manifiesta en este presente bélico. En relación a esto, Coianiz habla de usurpación y robo de tierras, como así también asemeja la situación a los casos de desalojo de los pueblos originarios en Argentina y otros países de la región.

El apoyo en Rosario también se desprende de las centrales de trabajadores, y así es como Gustavo Terés, secretario general de CTA Rosario y de Amsafe Rosario, explica: “El pueblo palestino, a pesar de las grandes dificultades que le impone el imperialismo y el capitalismo, en el interior de su territorio lucha para organizar y defender sus derechos, y para cerrar filas contra la agresión del imperialismo y de las fuerzas sionistas”. Además, el dirigente también alcanza sus críticas a la llamada Barrera Protectora: “No es más que una agresión indiscriminada a un país, por un imperio funcional a los intereses de los yanquis que tienden a avanzar sobre el territorio del pueblo palestino. Es una política que tiende a avasallar en todos los planos los derechos del pueblo palestino. Repudiamos la agresión del estado de Israel y la complicidad de los yanquis y los estados europeos que no dicen nada”.

Otra mirada que da cuenta del apoyo al pueblo palestino es la de Octavio Crivaro como representante del Partido de los Trabajadores Socialistas. “Cínicamente nos hablan de efectos colaterales, cuando aniquilan edificios, escuelas y matan niños uno de los ejércitos más poderosos del mundo”, detalla el dirigente. Esta descripción se puede apreciar en cada uno de los reportajes y crónicas que dejan ver cómo los ataques dirigidos al pueblo palestino, además de centenares de muertes, dejan consecuencias de las más severas sobre la población civil y su infraestructura. Por otra parte, Crivaro reflexiona sobre una cuestión que no puede dejar de tenerse en cuenta: “Esta no es una lucha de árabes contra judíos, es una lucha contra el Estado de Israel imperialista. Orgullosos estamos viendo cómo cientos de miles de judíos antisionistas están ganando las calles y se denuncian las maniobras asesinas del sionismo. La única salida para el problema es que haya una Palestina única donde convivan palestinos, árabes y judíos”.

Las organizaciones políticas, sociales y sindicales de Rosario continúan reuniéndose para fortalecer la solidaridad con el pueblo palestino, solidaridad que se ha esparcido y manifestado en todo el mundo también en ámbitos culturales y deportivos. Mientras tanto, se espera por el definitivo cese de los ataques a Palestina, y por el total reconocimiento de los derechos de un pueblo que todavía hoy paga las consecuencias de haberse encontrado en medio de los macabros planes del imperialismo.