Inundados de ayer, inundados de hoy, de aquí y de todo el pais, a los inundados por venir.
Un nuevo año ha pasado y volvemos con otro 29 de abril a cuesta. Con todo lo que somos, como individualidad humana y ciudadana, con nuestro reclamo colectivo, con la consigna de Justicia, Verdad y Memoria, de juicio y castigo a todos los responsables. De cárcel a los inundadores, de destitución de la Corte Suprema de Justicia de la Provincia de Santa Fe.
Todo lo que expresamos a lo largo de estos largos 11 años, siguen aquí intactos, con todos los dolores, con toda la perseverancia testificada en incontables muestras de luchas, movilizaciones, escraches, piquetes, asambleas, testimonios vivos, cientos de charlas, de cientos de puertas que se abrieron, que nos demostraron que cuando una lucha es justa, la solidaridad humana y social no es ajena a los corazones y las mentes de los santafesinos y de todo el pueblo argentino e incluso de personas no nacidas en estas tierras, que siguen vinculadas por lazos irrompibles gestados en la inundación evitable del 2003 y el 2007.
La verdad y la memoria en esta plaza nunca han estado ausentes, la que todavía no vino nunca es la Justicia. Esta justicia provincial enceguecida de Impunidad política, que sigue protegiendo a los principales inundadores. REUTEMANN se sigue apañando cobardemente en sus fueros para declarar por escrito en esta causa que lo involucra como principal responsable de las muertes del 29 de abril del 2003. Hoy ante la catarata de pruebas demostradas en las audiencias de junio y julio del 2013, vuelve a buscar protección política, lo hizo en el 2006 recostándose en la universidad tecnológica sobre la falda del kirchnerismo, ahora lo intenta en un nuevo reposicionamiento nacional al lado de Mazza.
El otro gran inundador, Jorge Obeid, hoy fallecido, fue diferenciado de cualquier mortal santafesino, por el simple hecho de morir, lo pasaron al pedestal de todas las virtudes. La hipocresía de la mayoría de los partidos políticos con representatividad, fue acompañada por una cantidad considerable de comunicadores mediáticos. En la evaluación periodística y política se callaron la boca y se la llenaron de impunidad, no lo vincularon con la mayor tragedia de esta ciudad. Se olvidaron de la inauguración de la defensa inconclusa del oeste, se olvidaron de su frase asustada con referencia al movimiento de inundados cuando se escondió en el obispado en el 2003, y dijo “son cuatro locos que protestan”. Se olvidaron de la inundación del 2007.
Hoy el concejo municipal de esta ciudad le puso su nombre a la sala de sesiones, mientras el nombre de ningunos de nuestros 158 muertos del 2003 y los tres del 2007, no figuran en esta su ciudad, están en el olvido, no aparecen en ninguna parte.
La invisibilidad del crimen hídrico sigue siendo moneda corriente y parte constitutiva de esta política de camuflaje de muchos sectores políticos y económicos, también del actual gobierno provincial y nacional. Mientras la visibilidad de los inundadores se pondera, se defiende, se agasaja de cargos o puestos públicos, se recuerda hasta con pleitesía como el caso de Mecier esperado en la playa de estacionamiento por personal de la Corte Suprema de Esta provincia para acompañarlo hasta la sala de audiencia de su declaración.
Por eso decimos, sin faltarle el respeto a nadie que la muerte no constituye ningún valor reparatorio para nadie, ni factor de redención política. En la memoria del pueblo santafesino, no podemos olvidar los profundos daños que hicieron estos gobernantes, sus apoyos a las privatizaciones, las exenciones de impuestos a las grandes cerealeras, a las automotrices y las multinacionales que nos explotan y contaminan. Los decretos de ayudar solo a los sectores económicos poderosos en la segunda inundación del 2007, la insensibilidad de no dar muestra de ningún gesto solidarios con los casi 80.000 santafesinos que volvieron a sufrir el mismo flagelo por la desidia de Obeid y Balbarrey.
Hoy por hoy muchos fariseos se olvidaron de su prontitud de ocultar todo lo ocurrido en esta ciudad el 29 de abril del 2003 y un 29 de marzo del 2007. Se olvidaron de las maniobras por esconder la verdad, por tejer impunidad sobre el 2003 y el 2007.
Una parte se hizo desde el ente de la famosa reconstrucción. Desde ese lugar se inspiró como política pública la mayor maniobra anticonstitucional jamás vista, se inspiraron para realizar la más cruel de las injusticias llevadas a cabo por el Estado santafesino. Planificaron una lobotomía gigante y masiva, con bendición eclesiástica, de que el dinero de ayuda se hacía a cambio de impunidad.
Esta maniobra contra los barrios inundados fue programada con presicion quirúrgica, para confundir, aquietar, dividir y hacer aceptar a la ciudadanía más golpeada, la miseria jurídica más ilegal de toda la historia santafesina, instalando el todo vale, que contra el Estado no hay derecho que valga. Los ciudadanos debían renunciar al derecho de demandar para recibir una ayuda mezquina y desigual. Se equipararon, sin ser comparable, con la Dictadura Militar genocida, se auto-dictaron su propia amnistía política a través de medios ilegales, intentando tapar todos los desastres que hicieron. Esa operatoria nefasta y cruel sobre casi 140.000 santafesinos es la verdadera tumba política que los ciudadanos inundados reconocemos, la otra no nos pertenece.
Nadie levanto la voz sobre esto, nadie se acordó de la impunidad de Jorge Obeid, ninguna facultad de derecho, ni publica ni católica, ningún diputado o senador, ningún juez ni fiscal, todavía ha formulado ninguna investigación de cómo, para recibir una ayuda estatal, se debe renunciar al derecho constitucional de obtener justicia. Ningún político, ningún constitucionalista, que en esta provincia hay para hacer dulce, parecen acordarse de estos hechos que llevamos sobre nuestras espaldas. Por eso decimos con justicia, con nuestro loco entender de la lucha por la justicia, que la verdad y la memoria están depositadas en todos ustedes, en el propio rescate colectivo que hizo el pueblo santafesino, que la lucha nunca ha estado ausente en esta plaza.
Los que se olvidaron de todo esto y aceptaron a Reutemann y Obeid, como sus candidato son dueños de sus propias elecciones.
Nosotros elegimos nuestro propio camino de conciencia, que la dignidad no se vende, no se rinde, ni es descartable ni reutilizable. No se puede lavar ni volver a planchar. Nuestra lucha ha sido clara desde el primer día hasta hoy.
Hoy por hoy, la famosa justicia santafesina está comprometida con lo declarado por 26 testigos durante las audiencias de sentencia del año pasado, tuvieron que pasar más de 10 años para que acepten las pruebas que Patrizzi rechazó. Los fiscales y el juez de sentencia tienen el mandato constitucional y la obligación de abrirles causa e incorporarlos como acusados a Reutemann y a Mercier. Es más si quisieran, y no estaríamos disconformes, a todos los funcionarios de los gabinetes de Obeid y Reutemann.
Porque todos los que participaron de la supuestamente olvidada reunión del 29 de abril del 2003, aquí, en esta casa de gobierno y vieron el famoso mapa de hasta donde llegaría el agua, fueron cómplices participativos de haber callado.
Una vez más se lo pedimos, una vez más se lo decimos a esta justicia sorda, que están claros los grados de responsabilidad política de la inundación de Santa Fe del 2003, o hacen justicia o váyanse a sus casas, no nos roben más. Pongan Uds. La responsabilidad que tienen que poner, nosotros ya les dimos todos los elementos, no hay justificación para no actuar. ¡Hay 158 muertos, ¿qué más necesitan?! No le tengan miedo a la Corte Suprema de Justicia de esta Provincia, porque si lo hacen estarán cumpliendo con su trabajo, el pueblo se lo agradecerá por siempre, si no lo hacen se transforman en vendedores de impunidad, se llevarán puesta una mancha imborrable y el repudio popular de por vida como lo tienen Favaretto, De La Torre, Candioti, Urdiales, Patrizzi y toda la Corte dela Suprema INJUSTICIA.
Sobre la situación actual de nuestra ciudad, repetiremos… que volvemos a ver la degradación política de los actuales campeones del maquillaje.
Ahora tenemos otro nuevo galardón, con el intendente Corral a la cabeza, somos la alegre ciudad resiliente, Que nos significa en la práctica este premio virtual… en pocas palabras, somos ahora la ciudad avanzada, de las defensas terminadas, pero también somos en nuestros barrios la mejor encerrada para lluvias intensas porque los desagües no se terminan nunca o no existen, las obras necesarias con este ritmo se hacen a paso de tortuga, mientras se destinan rápidamente millones para mejorar los bulevares ricos, y el puerto privatizado donde tienen puesta el alma de su iluminada Santa Fe del TC 2000.
De una cosa estamos seguros, ahora podemos y debemos sonreír cuando nos llega el agua hasta las rodillas así el Intendente nos puede ver con las nuevas cámaras con que ha sembrado la ciudad. La teatralización de los actos de gobierno ya no tiene límites, lanzan todas las semanas un desaforado marketing político, total las consecuencias cuando llueve copiosamente o crece el Salado o el rio Paraná, o cualquier otro fenómeno natural previsible, lo soportan principalmente el arco de pobreza que circunda la ciudad, los pobladores más pobres, los más necesitados, los marginados de obras y asistencia reales, los desocupados, los pibes NI, los que no tienen nombre ni imagen, los que son solo cifras cada fin de semana sangriento.
Seguimos escribiendo la historia de las dos ciudades, la de las luces, que iluminan circuitos callejeros nocturnos, puentes colgantes y casinos y la de las sombras, las de calles enteras sin desagües, las de piletas barriales cerradas por vías y avenidas. Las de días completos sin luz, las de barrios aislados sin transporte público, la de la emergencia de seguridad con operativos masivos que nunca se van a ocupar del verdadero dueño de la pelota en el narcotráfico que son los soportes financieros que lavan los dineros en efectivo de este flagelo. Mientras la realidad inexorable nos rodea, con la segura la inflación de todos los días, de la salud que no se acomoda nunca, de la educación insuficiente, de la necesidad de viviendas dignas que agoniza en cada sorteo o en cada desalojo, siempre faltan presupuestos que ataquen las condiciones estructurales de la pobreza y la injusticia social. Mientras las cien mas grandes empresas de esta provincia no pagan ingresos brutos, mientras la empresa belga argentina que tiene consecionado el río Paraná se llevo en los últimos 10 años 2.800 millones de dólares de ganancias.
El control social se lleva a cabo sobre los pobres, ensayado en Rosario por la gendarmería nacional y en los barrios del oeste por la policía provincial, estos ejercicios represivos no tienen el fin de acabar con el narcotráfico, porque al narcotráfico se lo construyo políticamente, económicamente, estructuralmente con la miseria planificada, con la concentración económica más feroz de los últimos 25 años. Se lo decimos con todas las letras, si quieren agarrar al mayor asesino serial que tiene esta provincia, con 9 muertos en diciembre del 2001, y 158 muertos por el mayor crimen hídrico de nuestra historia, atiende en Buenos Aires, y tiene su aguantadero como senador nacional y se llama Carlos Alberto Reutemann.
En estos once años se han sucedido desastres, a lo largo y ancho del país: aludes en Tartagal y Catamarca, inundaciones en La Plata, Buenos Aires, Luján y Neuquén, por mencionar algunos. Todos estos hechos no son caprichos de la naturaleza sino el producto de desidias políticas que tienen responsables y que más temprano que tarde tendrán que dar cuenta ante la justicia y pagar por lo que no hicieron.
Cuando ocurren estos hechos, todos los ojos miran a Santa Fe. La causa de la inundación es emblemática, genera expectativas respecto a si la justicia argentina alguna vez llegará a los responsables políticos. Podemos decir que no es menor lo que hemos logrado. Tenemos un ex intendente, un ex ministro de obras públicas y un ex secretario de asuntos hídricos, procesados por estrago culposo agravado por la muerte de 18 personas. Por primera vez en la historia santafesina, hemos logrado que dos ex gobernadores y un ex ministro de hacienda y de obras públicas por dos periodos, tengan que ir a declarar ante estos tribunales. A Todos ellos y ante esta justicia que es de ellos, luego de once años inclaudicables, les hemos brindados pruebas suficientes para acusarlos, pruebas que ningún fiscal ni juez de instrucción pudieron hallar porque ni las buscaron, al contrario, las escondieron a pocos metros de sus despachos. Tendríamos que poder juzgarlos a todos, a los inundadores políticos y estos jueces incapaces al mandato judicial otorgado por el pueblo santafesino. Recientemente, el Juez Cristian Fiz rechazo el planteo de prescripción presentado por la defensa de Alvarez y entre sus argumentos plantea que si es mucho el tiempo transcurrido para el imputado, ¿qué queda para las víctimas?, en un claro reconocimiento de la mora y consiguiente ausencia de justicia.
Estos logros han sido producto de una larga lucha. Lucha que debemos seguir y ampliar, uniéndonos en nuestra Patria con muchísimas causas impunes de toda naturaleza, que están bañadas por el río mas calido para el conjunto de corruptos y responsables de pérdidas de vidas argentinas. Ese río verdadero que nos contamina diariamente y que TAMBIEN debemos torcerle el brazo, porque nos inunda de injusticias, se llama IMPUNIDAD POLITICA Y JUDICIAL. Este es el próximo limite a romper, la mejor defensa que podemos edificar para nuestros hijos y nietos, como posibilidad cierta de construir un pais para todos.
Por la memoria de nuestros muertos, los del 2003 y los del 2007, por los de la ciudad de La Plata, los de Catamarca y de tantos lugares.
Por la dignidad y la coherencia de todos los que nunca faltaron a la cita en esta plaza. Volvemos a decir, con voz franca y solidaria, Inundados de ayer, inundados de hoy, de aquí y de todo el pais, a los inundados por venir, la lucha es inmensa y despareja, pero tenemos algo que ellos no tienen y no tendrán nunca. Nos rescatamos a nosotros mismos. Solo el pueblo salvo al pueblo.