El martes 15 de abril el Centro de Protección a la Naturaleza presentó un reclamo administrativo en la Mesa de Entrada del Ministerio de la Producción de la Provincia de Santa Fe, solicitando la prohibición/restricción del uso del herbicida 2,4D. Compartimos un fragmento de dicho documento.
Fragmento del documento presentado:
I Objeto:
1) Se prohíba la aplicación aérea del herbicida 2-4D Ácido 2,4 diclorofenoxiacético, y 2-4 DB diclorofenoxibutíricoen cualquiera de sus formas.
2) Se prohíba la aplicación terrestre del herbicida 2-4D Ácido 2,4 diclorofenoxiacético, y 2-4 DB diclorofenoxibutírico en su forma de ester.
3) Se disponga una restricción en la aplicación terrestre en un área de 5000 mts para las zonas urbanas de los municipios, asentamientos poblaciones, escuelas rurales, huertas, centros apícolas, ríos, arroyos, lagunas, cursos y espejos de agua, como así de pozos de extracción de agua para consumo humano de los herbicidas 2,4-D, 2-4 DB, Picloran, Dicamba y demás formulaciones comerciales en su forma sal dimetilamina en cualquier concentración conforme se adjunta Anexo I.
Según la ley 11.273, el Ministerio de la Producción esta atribuido de competencia, en virtud del art. 35, que reza “Cuando el organismo de aplicación estimare desaconsejable el empleo de determinado producto fitosanitario que por su toxicidad o prolongado efecto residual tornare peligroso su uso, adoptará en forma inmediata las medidas necesarias para el resguardo y preservación de la salud de la población y del medioambiente.”
II Hechos:
En nuestra provincia en fecha 6 de Febrero de 2014 se produjo un derrame de la sustancia 2-4D, de un camión de la empresa Atanor, que en tránsito por nuestra provincia, provoco la intoxicación de 31 personas en la localidad de San José de la Esquina como así también se han evidenciado daño en la flora de la localidad, lo que motivo la actuación de Defensa Civil y la Secretaria de Ambiente Provincial. Esta carga de 2-4D provenía de Rio Tercero (córdoba) y se dirigía a San Nicolás donde la empresa Atanor tiene su cede. Dejando en nuestra provincia daños irreparables tanto para la salud de la población como para el ambiente. Entendemos que es de suma necesidad restringir el tránsito por el territorio provincial de esta sustancia sin las medidas necesarias que garanticen su inocuidad.
Cabe destacar también, que la CONABIA (Comisión Nacional Asesora de Biotecnología Agropecuaria) ha recomendado a la Secretaria de Agricultura Ganadería y Pesca de la Nación dar por completada la Segunda Fase de Evaluación de la soja genéticamente modificada DAS-444Ø6-6, presentada por la empresa Dow AgroSciences Argentina S.A. que confiere tolerancia a los herbicidas 2,4-D, glufosinato de amonio y glifosato. Lo que implicaría, que al aprobarse esta nueva soja transgénica, su venta y siembra en los territorios provinciales implicaría la aspersión de esta sustancia a gran escala, lo que produce un alto riesgo para nuestras poblaciones y nuestro ambiente. En fecha 5 de Febrero de 2014 esta Asociación civil (Cepronat) interpuso reclamo administrativo frente a la CONABIA a fin de impedir su aprobación.
III Fundamentos Técnicos
Los fundamentos de la petición se consolidan en fuentes de información científica inobjetables desde el aspecto agronómico como desde la perspectiva de la seguridad ambiental y riesgos de daño irreparable a la salud humana.
Es sabido que los factores que favorecen la volatilización de los agrotóxicos como el que nos ocupa son la temperatura y humedad del aire, tamaño de la gota, altura de la barra pulverizadora, y el viento. La facilidad para evaporarse constituye una característica de cada producto y puede variar según la formulación con que se lo fabrique.
Conforme información agronómica si un agrotóxico es volátil, se difunde por la atmósfera en cantidades pequeñas pero proporcionales al área tratada y a la ocurrencia de condiciones climáticas que favorecen su evaporación. El viento traslada a distancia estos gases, los que retornan al nivel del suelo disueltos en gotas de lluvia, nieblas, fijados en partículas de polvo o condensados en el rocío.
Siendo las corrientes de aire las determinantes del lugar donde se produce el retorno de un agroquímico (agrotóxico) vaporizado, no resulta inverosímil encontrar referencias de ocurrencias de daños a distancias superiores a los 30 km.
Que en este marco de presentación hallamos que el 2,4-D formulado como éster es extremadamente volátil, en condiciones de clima y aplicación favorables para ello. En grado decreciente le siguen Picloran, Dicamba y 2,4-DB, pero con mayor actividad tóxica para ciertos vegetales como los pimientos, tomates, berenjena, zapallo, sandía, batata, etc., los cuales pueden verse afectado por los vapores de aquellos.
Otra característica del 2,4 D es su alto grado de persistencia en la atmosfera y suelo.
Asimismo la literatura médica a reseñado trabajos científicos que han revelado y acreditado efectos negativos significativos a la salud del 2,4-d, entre los que podemos citar:
– Síntoma más frecuente de neurotoxicidad: miotonía (los músculos no pueden relajarse luego de su contracción voluntaria).
– Neuropatía periférica: sensaciones inusuales, adormecimiento y dolor en brazos y piernas, trastornos de la marcha. Los síntomas aparecen tardíamente y la recuperación puede ser incompleta. Amplia variabilidad en la susceptibilidad individual a padecer neuropatía.
– Trastornos del comportamiento: cambios en el ritmo diario de actividad relacionados con alteraciones del nivel cerebral del neurotransmisor serotonina y sus metabolitos.
– Neurotoxicidad en niños: reducción del tamaño cerebral, alteraciones de componentes de la membrana neuronal. Exposición infantil a través de la leche materna: menor producción de mielina (componente fundamental de las vainas que recubren las prolongaciones neuronales).
– A altas dosis, daños en la barrera hémato-encefálica, permitiendo que el 2-4-D penetre hacia los tejidos cerebrales.
Resulta importante destacar el trabajo realizado por un equipo de investigación argentino que publico una serie de informes sobre el 2,4-D. Este equipo descubrió que la exposición durante la lactancia al herbicida 2,4-DBE (el ester butílico del 2,4-D) puede alterar la producción cerebral de 5-HT y su metabolito, el ácido 5-hidroxi-indolacético (5-HIAA), en la adultez. Evangelista de Duffard AM, Bortolozzi A, Duffard RO. Altered behavioral responses in 2,4-dichlorophenoxyacetic acid treated and amphetamine challenged rats. Neurotoxicology. 1995;16:479–488.
Las concentraciones de ambas la dopamina y la serotonina cambiaron transitoriamente si los animales eran expuestos sólo a lo largo del nacimiento (399 /g/kg pc/día desde el sexto día de gestación -GD6- hasta el nacimiento; 15 días) y permanentemente si se administraba a la cría a través de la lactancia materna así como también desde el GD6 hasta el destete (30 días). Evangelista de Duffard AM, de Alderete MN, Duffard R. Changes in brain serotonin and 5-hydroxyindolacetic acid levels induced by 2,4-dichlorophenoxyacetic butyl ester. Toxicology. 1990;64:265–270 – Rosso SB, Garcia GB, Madariaga MJ, Evangelista de Duffard AM, Duffard RO. 2,4-Dichlorophenoxyacetic acid in developing rats alters behaviour, myelination and regions brain gangliosides pattern. Neurotoxicology. 2000;21:155–163.
En esta misma línea de trabajo se descubrió que El 2,4-D interfería con la mielinización en el cerebro como resultado de la exposición lactacional. Esto ocasionó cambios en los patrones de comportamiento que incluyeron la apatía, la reducción de la interacción social, movimientos repetitivos, temblores, e inmovilidad en los bebés expuestos al 2,4-D.
Estos mismos investigadores también descubrieron que efectos serotoninérgicos y dopaminérgicos durante el desarrollo cerebral postnatal, algo similar a los efectos del CPF.
Bortolozzi et al. y Evangelista de Duffard et al. también hallaron 2,4-D en la leche materna de madres alimentadas con 2,4-D y en el contenido estomacal, el cerebro y los riñones de crías de 4 días de vida (Sturtz et al. 2000). Bortolozzi AA, Duffard RO, Evangelista de Duffard AM. Behavioral alterations induced in rats by a pre- and post-natal exposure to 2,4-dichlorophenoxyacetic acid. Neurotoxicol Teratol. 1999;21(4):451–465. – Evangelista de Duffard AM, Bortolozzi A, Duffard RO. Altered behavioral responses in 2,4-dichlorophenoxyacetic acid treated and amphetamine challenged rats. Neurotoxicology. 1995;16:479–488. – Sturtz N, Evangelista de Duffard AM, Duffard R. Detection of 2,4-dichlorophenoxyacetic acid (2,4-D) residues in neonates breast-fed by 2,4-D exposed dams. Neurotoxicology. 2000;21:147–154.
Asimismo no podemos soslayar el informe realizado por la Red de Acción sobre Plaguicidas y Alternativas en México (RAPAM) http://www.rap-al.org/articulos_files/El_2,4-D.pdf el cual es contundente:
El 2,4-D es altamente tóxico y mutagénico para las plantas no destinatarias.
El 2,4-D es un regulador del crecimiento vegetal e imita a las hormonas naturales del crecimiento de las plantas, las auxinas. Causa un rápido crecimiento celular y las plantas mueren cuando sus sistemas de transporte son bloqueados y destruidos por este crecimiento anormalmente acelerado2. Interfiere con los procesos de crecimiento normal de las plantas.
El 2,4-D es tóxico para la mayoría de los cultivos de hoja ancha, especialmente algodón, tomates, remolacha y árboles frutales.
Tiene toxicidad aguda para los peces. Ciertas formulaciones de 2,4-D son altamente tóxicas para los peces e invertebrados acuáticos. La forma de butoxietanol es la más tóxica para los peces. Se descubrió que es genotóxica y también citotóxica para el bagre (Clarias batrachus). Se comprobó además que el 2,4-D altera la maduración de los oocitos en el anfibio Xenopus laevis, lo que puede causar disminución de la fertilidad y declinación de la población.
Las especies animales también son susceptibles a niveles variables de absorción cutánea (en laboratorio, todas las mediciones de absorción en ratones, ratas y conejos tienden a ser más altas que las tasas humanas, en tanto que los monos reccius proporcionan datos que se mantienen en el mismo rango que los humanos). Los resultados de algunos estudios muestran que los perros son más sensibles a la toxicidad del 2,4-D y por lo tanto la posibilidad de riesgos de salud es también mayor58. El 2,4-D reduce la eclosión exitosa de los huevos de las aves, causa defectos congénitos y destruye el alimento de las aves y el hábitat donde anidan.
El 2,4-D tiene toxicidad aguda para las lombrices de tierra (el 2,4-diclorofenol, producto de la descomposición del 2,4-D, es 15 veces más tóxico para las lombrices de tierra que el propio 2,4-D) y daña a insectos benéficos como las abejas y los insectos depredadores.
Cuando se alimentó a abejas melíferas con dosis moderadas de 2,4-D, se redujo gravemente la producción de camadas; sin embargo, a niveles menores de exposición, vivieron significativamente más que los controles. La LD50 de la abeja melífera es 11,5 microgramos/abeja.
En conclusión; en las normas federales superiores citadas ut supra y principalmente en la observación general del Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales de las Naciones Unidas, que supervisa la aplicación del Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales se conceptualiza claramente el concepto de máximo standart de salud como bien jurídico reconocido y protegido en el sistema constitucional argentino.
Se deriva de dicho standart de salud, que para alcanzarlo, el estado tienen que tomar todas las medidas apropiadas, rigurosas y eficaces para asegurar la plena efectividad del mismo y prevenir las causas que pueden atentar contra ese fin.-
Por lo expuesto solicitamos con suma urgencia:
1) Se prohíba la aplicación aérea del herbicida 2-4D Ácido 2,4 diclorofenoxiacético, y 2-4 DB diclorofenoxibutírico en cualquiera de sus formas.
2) Se prohíba la aplicación terrestre del herbicida 2-4D Ácido 2,4 diclorofenoxiacético, y 2-4 DB diclorofenoxibutírico en su forma de ester.
3) Se disponga una restricción en la aplicación terrestre en base en un área de 5000 mts para las zonas urbanas de los municipios, asentamientos poblaciones, escuelas rurales, huertas, centros apícolas, ríos, arroyos, lagunas, cursos y espejos de agua, como así de pozos de extracción de agua para consumo humano de los herbicidas 2,4-D , 2-4 DB, Picloran, Dicamba y demás formulaciones comerciales en su forma sal dimetilamina en cualquier concentración conforme se adjunta Anexo I.
Ver documento completo en: Cepronat. Centro de Protección a la Naturaleza Santa Fe