Vacas tranquilas eran las de antes
Las grandes extensiones de campo por las que solían pastar plácidamente las vacas, hoy están colmadas de soja. De la mano del modelo agroindustrial -y del método de feedlot- son engordadas en tiempo récord, medicadas y criadas en condiciones poco higiénicas. Taller Ecologista presentó una investigación y un documental sobre este modelo de producción que pone en riesgo la salud, el ambiente y la producción campesino-indígena. “A nivel nacional no hay regulaciones específicas y la problemática se visibiliza cuando estallan los conflictos ambientales”.
Por Vivi Benito
En los ’90, con la liberación comercial y financiera de la economía del país, se da un salto tecnológico en el agro, se introduce y expande la producción ganadera industrial. De esta manera la cría de ganado vacuno a pasto, poco a poco va siendo suplantada por la modalidad de engorde a corral, en el marco de las transformaciones en el sistema capitalista mundial.
La ganadería industrial se fue expandiendo junto a la frontera de la soja, a las políticas de subsidios para el sector y las grandes cadenas de frigoríficos y supermercados, dejando atrás las imágenes de los campos con animales sueltos y la diversidad de cultivos. Como fotos detenidas en el tiempo quedan las tradicionales formas de producción de tantas familias campesinas e indígenas que, de no adaptarse a este modelo tecnologizado e industrial, terminan siendo expulsadas de sus tierras. De su historia e identidad.
Precisamente, uno de los mensajes más fuertes de las organizaciones socioambientales latinoamericanas que participaron de la Cumbre de los Pueblos (Río de Janeiro, junio de 2012), fue por la defensa de la soberanía alimentaria y la biodiversidad, exigiendo a los gobiernos que pongan fin a las políticas de mercantilización de la vida.
“Poner el tema del alimento en la agenda pública y política es algo fundamental en nuestras vidas. Argentina tiene un consumo de entre 50 y 60 kilos de carne anuales por persona. Cómo se produce la carne no debiera ser un tema menor. El informe apunta a cuestionar y visibilizar esto, que no sea un tema de expertos, sino que lo decidamos y conozcamos todos”, apuntó Laura Moya, integrante de la organización Taller Ecologista, durante la presentación realizada el 6 de agosto en el ciclo de Ecología coordinado por Sergio Rinaldi.
“Iniciamos la investigación en el 2009, fue una coyuntura excepcional para la producción de carne bajo la modalidad de engorde a corral, momento en el que el gobierno –como forma de controlar precios- intenta incrementar la oferta de carne y da subsidios a la producción de feedlot. Esta coyuntura de alguna manera le dio la orientación a esta investigación. La intención fue abarcar la problemática desde distintos aspectos”, explicó Laura Prol, otra de las referentes del Taller.
El informe “Engorde a corral en Argentina. Una amenaza para la salud, el ambiente y la producción campesino-indígena”, fue realizado en forma conjunta por las organizaciones Acción por la Biodiversidad/GRAIN, MOCASE/MNCI, Comunidad de Estudios Campesinos, ECOS de Saladillo, Equipo de Ordenamiento Territorial de la Cátedra Ecología Agrícola-Movimiento Campesino de Córdoba y Taller Ecologista de Rosario.
La producción del documental “En carne propia. La expansión sojera y ganadería industrial”, estuvo a cargo del colectivo Chaya Comunicación, el trabajo audiovisual aborda el conflicto ambiental ocurrido en la localidad de Saladillo (provincia de Buenos Aires) considerada capital nacional del feedlot. A través de diversos testimonios muestra a los vecinos afectados, la posición de los representantes de feedlots y los impactos producidos por esta actividad.
Ambos trabajos fueron presentados en el Centro Cultural Bernardino Rivadavia, con posterior debate, buscando interpelar el actual modelo de producción y sus consecuencias.
¿Qué carne comemos?; ¿Cuál es la diferencia entre la carne criada a campo y la engordada en un corral?; Qué tipos de contaminación ocasionan los feedlot?; ¿Cómo afecta la salud humana y de los animales? En el amplio debate con los presentes, los signos de pregunta se fueron abriendo y generando otras, a partir de la coincidencia de que la información y el conocimiento son herramientas ciudadanas indispensables para el ejercicio de derechos.
Contaminación y falta de regulación
“Los establecimientos de engorde a corral producen contaminación difusa y, sobre todo, una fuerte contaminación puntual, por nutrientes y concentración de excrementos que afectan suelo, agua y aire”, se señala en el capítulo Ambiente y salud acorralados del completo informe.
“En nuestro país las carnes bovinas no están diferenciadas, por lo que el consumidor desconoce qué tipo de carne está comprando (…). Las carnes producidas en sistemas intensivos de engorde a corral tienen altos niveles de grasa intramuscular y saturadas, difíciles de integrar a una dieta saludable en países como Argentina, en el que el consumo de carne bovina es alto. La grasa intramuscular no es posible de eliminar, ya que penetra en el músculo, a diferencia de la grasa de cobertura presente en las carnes a pasto”, se detalla en páginas posteriores.
“Encontramos como tendencia que a nivel nacional no hay regulaciones en relación al impacto ambiental que tiene esta modalidad y que la normativa, cuando la hay, es provincial o municipal”, explicó Laura Prol, agregando un dato revelador: las localidades que tienen normativas específicas sobre los feedlot es gracias a la lucha, luego de haber atravesado por conflictos ambientales.
“La problemática del feedlot se visibiliza en la agenda pública cuando estallan los conflictos ambientales, básicamente por los olores nauseabundos, las moscas, la contaminación de los suelos, agua, aire”, aseguró Prol. En la ciudad de Saladillo el conflicto duró muchos años, desde la organización ECOS junto a los vecinos, impulsaron todo el proceso de elaboración de normas y consiguieron que se sancione una ordenanza que regula las actividades pecuarias intensivas en la localidad.
En la investigación presentada por taller Ecologista se trabajó sobre cuatro conflictos ambientales, el de Saladillo, dos casos en la provincia de Córdoba y uno en el sur de Santa Fe.
“Hasta el 2009, en los departamentos Caseros y General López, estaba el mayor número de establecimientos. Analizamos un caso ubicado en Soldini donde se movilizó la comunidad e incluso las autoridades comunales. A diferencia de otros casos, en el sur de Santa Fe, tanto las autoridades locales como provinciales, estuvieron de acuerdo con el impacto y los efectos y se dictaminó el cese del feedlot”, señala Prol con tono optimista, diferenciando a nuestra provincia, que es la única en tener una resolución (Nº 23/2009) que en el marco de la Secretaría de Medio Ambiente, crea un registro provincial de establecimientos de engorde intensivo de ganado bovino corral.
Modificar los ciclos de vida y meterlos en la rueda de la economía se ha convertido en una práctica habitual en estos tiempos de primacía del dios dinero, pero los pueblos están de pie, movilizados. Dejando a la vista que muchas veces el poder político se activa sólo a partir de las presiones sociales.
Más información en: www.noalaganaderiaindustrial.org