Por el reconocimiento legal
“Acá se golpea y se entra directamente”, dice Amanda (49) al abrir la puerta de su ruka (casa, en lengua mapuche). La tarde tenía los mates necesarios y la predisposición de Amanda, Marcelo y Franco era completa para charlar, nuevamente con enREDando, sobre la actualidad de la organización mapuche que integran en Rosario. Ceremonias, actividades culturales, y talleres, entre otras, son algunas de las actividades que llevan a cabo para difundir, respetar y recuperar la identidad originaria.
Por Malena Montenegro
“La personería para nosotros es como un DNI. No reconocer la personería del pueblo mapuche es decir ‘no existe el pueblo mapuche’ dice Amanda Solis Colihueque, la lonko (cabeza guía) de la organización Encuentro Cerca del Río (Xavn Inay Leufv) que se constituyó en el año 2008 a raíz de una conferencia que brinda Osvaldo Bayer en el Centro Cultural – en ese entonces- Bernardino Rivadavia.
Dese ese momento, la organización pelea constantemente para obtener la personería jurídica. “El 15 de junio de 2008 firmamos como comunidad y en ese momento el referente era el señor Raúl Britos. Fuimos la primera comunidad en presentar la carpeta como correspondía. Pero ahí empezó el calvario y el peregrinaje”, agrega la lonko.
Por su parte el werken Marcelo (vocero de la organización) relata: “Las causas por las cuales se dilató la personería son políticamente o económicamente muy complejas, todavía no las hemos podido dilucidar a fondo. Tenemos nuestras teorías. Primero nos llegó por pasilleo expresiones como ‘tienen componentes blancos’, o ‘tienen componentes mestizos’. Lo cual viola el artículo nº 11.078 de la personería originaria”. Pero las excusas no terminan acá, sino que continúan con diversas variables como por ejemplo aquellas que dicen que los integrantes de la comunidad viven en diáspora, motivo también que viola otro artículo de la propia ley. “Después al final terminaron extraviando la carpeta y nos dijeron mándenos copia. Nosotros hicimos copia porque los originales los teníamos nosotros, y después de pasado un tiempo nos dijeron: ‘no se puede porque son copia’. Esto es una voluntad política de no darte la personería”, denuncia Marcelo.
Una fuerte traba para la concreción del reconocimiento legal está en la trinchera del Ipas (Instituto Provincial del Aborigen Santafecino) integrado por cinco originarios que representan las distintas regiones de Santa Fe. “En la última asamblea que tuvimos noticias del Ipas sabemos que hermanos Qom cuando vieron que no estábamos convocados preguntaron por qué. Y uno de los funcionarios contestó: ‘porque no pertenecen a esta provincia” sostiene el werken. “Yo no sé el sueldo a qué repartición pertenece –continúa – o en qué provincia viven los tipos. Vivirán en una provincia de Vietnam, pero no en la provincia de Santa Fe. Todo esto está enquistado dentro de esta oficina”.
Conectar las huellas
“Lo que hemos hecho durante estos últimos años es trabajar mucho con la línea de recuperación cultural. Este es un término que utilizamos para referirnos a la detección de descendientes en diversos grados: generalmente son nietos y también hemos llegado a tener bisnietos” relata Marcelo. “Hay dos motivos históricos – explica – por los cuales se produce la pérdida del sistema de creencia y de lengua de los abuelos originarios, uno es la imposición que se da después de la campaña al desierto, donde tomaban a los niños y a las jóvenes para que hagan trabajo doméstico y ahí le cambiaban hasta el apellido. A partir de la década del ’30 se da la autoasimilación: ancianos que por miedo, aun estando en su propio territorio, ocultan su identidad”. La comunidad Encuentro Cerca del Río transita esta tarea junto a miembros no mapuches, sobre todo universitarios o estudiantiles y actualmente también se suman integrantes adultos que han tomado contacto con la cultura: “sirven como pegamento de la organización, porque están todos dispersos por diversas ciudades y cuesta mucho coordinar”, advierte Marcelo.
La organización se denomina cultural y espiritualmente vertical y política y socialmente horizontal. “Esto quiere decir que nosotros nos arrogamos a quién le vamos a ir dando y en qué proceso, el conocimiento. Pero, por ejemplo, cuando queremos definir si adherimos o no a una movilización o apoyar un acuerdo con algún sector político, lo sometemos a debate”, sostiene Amanda. La diferencia que ponen con el no mapuche es que a la hora de asumir un cargo lo consultan al Sur. “En la historia hay blancos – continúa – que han llegado a ser lonkos (cabeza, guía) en la campaña al desierto”.
Coordinación de tareas
El primer sistema de organización que sostuvieron correspondía a las formas políticas acostumbradas en la ciudad: finanzas, propaganda, organización, etc.. Pero a medida que se fortalecieron y conformaron un grupo de gente más firme en el kimun (saber ancestral) empezaron a organizarse siguiendo la manera ancestral. “Tenemos el weichafe (comandante) que acá en la ciudad sería el jefe territorial, lonko (que es la cabeza), werken (vocero) y distintos responsables que generalmente se llaman kona y las ancianas (dos mujeres de más edad). Esta es la estructura actual y esta fue la que presentamos en nuestro pedido de personería, no nos organizamos con presidente, vocal, tesorero”, dice Marcelo.
Además tienen dividido dos aspectos fundamentales para coordinar en la comunidad: objetivo puntual y objetivos permanentes. “En objetivos puntuales tenemos pautado que exista en Santa Fe nuestra organización mapuche con atributos territoriales; y en objetivo permanente sostenemos la meta de visibilizar la presencia y los conflictos mapuches, y sostener la colaboración al sur” agrega Marcelo. A su vez, en Venado Tuerto sostienen un programa de radio llamado Kalfv Rayen (flor azul) los sábados de 14 a 15 por la FM Ciudad 88.1Mhz., realizan un taller de telar, un taller de lengua y cosmovisión y han logrado que un sitio (vecino a la laguna Del Hinojo, cercano a Venado Tuerto), sea declarado patrimonio histórico.
El territorio
No se puede disociar el territorio del mapuche. “El territorio toma nombre y forma por el mapuche y el mapuche toma nombre e idiosincrasia por el territorio, no se oueden separar” explica Marcelo junto a Franco, también miembro de la organización. “El originario debe tener dos atributos, explica: un peñi o lamien (hermano o hermana) para considerar que su vida es mapuche. Debe tener una relación profunda con el territorio, entenderse y comprenderse con él; saber la conducta de los animales, de los habitantes y esto, tanto en el sentido de las fuerzas naturales como de las fuerzas políticas, porque todo es territorio”. Es decir no se puede concebir al mapuche suelto.
Finalmente Franco (25) cuenta cómo fue su acercamiento. El buscó en su historia familiar pero no encontró linaje mapuche, sin embargo hoy está comprometido con los objetivos de su organización, y se siente mapuche. “Nuestra territorialidad está en cada hermano. Estamos preocupados por la educación de los chicos, la contención y el trabajo digno. En estos 6 años que venimos peleando por papeles – que son totalmente ajenos a la cultura – vemos que nuestros hermanos están precarizados, los chicos crecen en un ámbito totalmente caótico teniendo ellos – los menores- que ayudar a los mayores para llegar económicamente” relata Franco. “Esta es la realidad del wariache (mapuche urbano) – y agrega – hay que luchar siempre teniendo en cuenta el contexto en el que vivimos para lograr la recuperación cultural y espiritual de nuestros hermanos”.
La Buena práctica: