Recuperar la memoria popular
El pasado sábado 22 de marzo se realizaron una serie de actividades en torno al centro clandestino de detención La Calamita, que operó durante la última dictadura militar en la ciudad de Granadero Baigorria. Participaron de la convocatoria el grupo Documenta Baigorria, junto a otras organizaciones sociales, políticas y de derechos humanos.
Un grupo de organizaciones de Baigorria está resuelto a recuperar la memoria de lo sucedido allí en los años del terrorismo de estado. «Somos un grupo que viene trabajando en diferentes momentos y ámbitos con la idea de llevar adelante una práctica social que favorezca la recuperación de la memoria popular en nuestra ciudad de Granadero Baigorria, centrándonos en el accionar del terrorismo de estado durante la última dictadura militar en el Centro Clandestino de Detención conocido como La Calamita”, definen desde el grupo Documenta Baigorria.
La Calamita es uno de los cinco centros clandestinos del circuito represivo del Batallón de Inteligencia 121 de Rosario. Está ubicado en Eva Perón 1530, a quince cuadras el Hospital Eva Perón de Granadero Baigorria. Pasaron por allí más de ciento cincuenta personas que fueron torturadas, asesinadas y desaparecidas. Pascual Guerrieri (ex agente del Batallón inteligencia 601 y jefe del centro clandestino de detención Quinta de Funes) eligió la Calamita como centro de tortura y detención bajo la órbita del 2° Cuerpo de Ejército, cuyos Jefes eran Leopoldo F. Galtieri y Genaro Díaz Bessone, con el fin de desarticular la columna norte de Montoneros y detener a militantes del ERP y delegados de fábrica del cordón industrial. La Calamita estaba dentro del departamento Rosario y por ende dentro del radio de actuación de la Unidad Regional II de policía.
El pasado 22 de marzo se realizó una jornada en Baigorria por la memoria, la verdad y la justicia. La jornada comenzó por la mañana con la pintada colectiva de un mural en el tapial del Hospital Eva Perón, en homenaje a víctimas del terrorismo de estado que fueron asesinadas y desaparecidas en La Calamita, entre 1976 y 1979, incluyendo el nombre de todos. La pintada estuvo a cargo del grupo El Movimiento, el Movimiento Evita, Baigorria Joven y La Cámpora.
El acto central fue a media tarde en la esquina de Eva Perón y San Martín y allí, ante un numeroso grupo de personas con banderas de distintas agrupaciones, confluyeron las palabras de militantes de las distintas organizaciones. Inició Melina Bruno con la lectura de la poesía “Pueden escribir sus nombres” de Elena Belmont, poeta y Madre de Plaza de Mayo.
María Celia Fernández y Alicia Wegher hablaron en representación del grupo Documenta Baigorria y destacaron el trabajo que se viene realizando para lograr la expropiación del Centro Clandestino. Mencionaron el proyecto de ley de la diputada Alicia Gutiérrez que fue aprobado en la Cámara de Diputados en noviembre pasado, por la que «se adhiera a la Ley Nacional Nº 26691 mediante la cual se declaran Sitios de Memoria del Terrorismo de Estado a los lugares que funcionaron como centros clandestinos de detención, tortura y exterminio o donde sucedieron hechos emblemáticos del accionar de la represión ilegal desarrollada durante el terrorismo de Estado ejercido en el país hasta el 10 de diciembre de 1983».
Luego tomó la palabra José “Chubi” Animendi, sobreviviente del ex centro de detención clandestino. Animendi recordó los vericuetos que transitaron quienes fueron detenidos y torturados allí, al iniciar, allá por 1984 las denuncias de los hechos. En su relato reconoció la decisión política del presidente Kirchner para avanzar en los juicios. Cerraron el acto las imprescindibles palabras de las madres, en la voz de Norma Vermeulen, de Madres de la Plaza 25 de Mayo de Rosario.
Participó del acto también la diputada nacional por el Frente para la Victoria Josefina González quien fue invitada a hablar pero la emoción no la dejó en ese momento. «Para mi fue muy emocionante, porque ahí mataron a mi mamá, Rut González y a mis tíos, Estrella González y Héctor Vitantonio. Y compartir una jornada como ésta, con tantos jóvenes que siguen militando por la causa del pueblo, nos fortalece en el camino de la recuperación de la dignidad y la igualdad” señaló más tarde González, que militó en la agrupación H.I.J.O.S desde sus inicios.
Sobre el cierre del acto un grupo de personas cubrieron sus ojos con vendas tejidas. Tomando una punta del hilo, comenzaron a destejer las vendas, algunos destejían su propia venda, otros en parejas, mutuamente, armaban ovillos mientras León Gieco aseguraba que “todo está guardado en la memoria”. Fue este un momento que anudó gargantas y humedeció ojos, ante esa imagen poderosa de quienes descubrían sus rostros y empezaban a mirar a medida que esos hilos ovillaban las historias que aún faltan construir.
Al finalizar el acto comenzó la marcha por el recientemente señalizado camino hacia el centro clandestino de detención. El camino cuenta con carteles de señalización oficial y esculturas que identifican y conducen al lugar. Antes de iniciar la marcha los organizadores anunciaron: “El camino que estamos por hacer es el camino de la memoria, que está abierto para seguir construyéndolo entre todos, en muestra de que es la única forma de construir una verdadera identidad como ciudad, como país”.
El camino a la Calamita ya está señalizado y la historia se seguirá escribiendo. Unos días después alguien lo definía así en las redes sociales: “Marchamos todos con un nudo en la garganta, después de tanto silencio pudimos decir y escribir 85 nombres de compañeros desaparecidos en La Calamita. Aún falta seguir reconstruyendo esta historia, aún falta la decisión de nuestros gobernantes de expropiarla”.
Fotos de Documenta Baigorria
1 comentario
siempre convencido que a los compañeros caidos no se los llora se los reemplaza en la lucha, seguimos trabajando para la construccion del que sea pa todos la cobija.HLVS
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