Bar cooperativo Pichangú
Desde hace tres años en la esquina de Salta y Rodriguez, además de buena comida se cocina la autogestión. El bar se ofrece como un espacio de encuentro entre organizaciones sociales, artistas, productos de la economía social y producciones gráficas independientes. Mientras charlamos, de fondo suena Buena Vista Social Club y al ritmo del son cubano circulan las encendidas palabras sobre el trabajo cotidiano, que va fortaleciéndose en el andar.
Por Vivi Benito
Anochece. El martes se va yendo entre grises y amarillos. Camino por calle Salta a la altura del barrio Pichincha. Hace frío pero voy sin apuros, como paseando.
En una vereda, a un costado de un fresno al que se le cayeron casi todas las hojas, dos señoras comentan: “En este país ya no se puede vivir. Ojalá que se muera la presidenta”. Las miro y pienso en el odio. Me cuesta creer lo que dicen y lo vengo escuchando seguido. No recuerdo épocas de tanta confrontación. Pienso en el clima de hostilidad que minuto a minuto alimentan los grandes medios. En la inescrupulosidad para decir cualquier cosa. “A Videla lo dejaron morir”; “Estamos igual que en Venezuela”. Pienso en la violencia simbólica.
Sigo caminando, pisando hojas secas que regala el otoño. En la esquina de Salta y Rodriguez los intensos colores de un mural y el exquisito olor a café me invitan a pasar. Entro y allí me quedo, conociendo la historia de este bar cooperativo, contada en las voces de Leonardo Bertola y de Mauro Danieli.
Además de buena comida en Pichangú se cocina la autogestión. Nuevas relaciones sociales y económicas, cercanas, justas e igualitarias. Desde hace tres años aquí se encuentran artistas populares, emprendedores, organizaciones sociales y producciones gráficas independientes.
Mauro y Leo -que se sumaron a la cooperativa hace poco más de un año- me cuentan que el bar nació de la mano de un grupo de compañeros con la necesidad de generar una fuente de trabajo, que juntos decideron que fuera sin patrón, asumiendo los desafíos y múltiples tareas que conlleva la autogestión. Desde esta impronta van aprendiendo en el andar, preguntando, encontrándose con experiencias similares. Muchos de ellos se conocían de la facultad y compartían trabajos barriales en distintas organizaciones como el Centro Cultural El Rancho, ubicado en el barrio Casiano Casas (ver nota).
“Pichangú refiere a tres maneras de nombrar a los chicos: pibe, chango y gurí, cada una según el lugar de donde venìan los compañeros que empezaron con el bar. En el grupo inicial había cumpas de Rosario, Entre Ríos, Pergamino y de Salta, en ese encuentro de decires se construyó el nombre”, explica Leo, que también integra Casa de Todos, organización social con veinte años de trabajo en San Francisquito.
Redes y articulaciones
Actualmente la cooperativa Pichangú está integrada por once compañeros/as, quienes además del trabajo horizontal y asambleario para la gestión del bar, mantienen articulaciones hacia afuera. Articulación que se da en varios planos, por un lado en cuanto a los productos que usan en la cocina, y por otro, con el ofrecimiento del bar como un punto de venta a productores y artesanos que trabajan dentro de la economía solidaria.
Asimismo, están armando una biblioteca con libros y publicaciones independientes, proyecto que también los vincula con producciones académicas y territoriales como Micropolíticas, Sudestada, La oveja negra, Apología, entre otras.
“En cuanto a las materias primas que utilizamos, como política queremos tratar de trabajar con productos de productores de la economía social. En este momento trabajamos con las prepizzas de El Ombú, los vinos de La Morera (Mercado Solidario), estamos tratando de traer el tomate triturado de Santiago del Estero. Para los desayunos ofrecemos los dulces del Trocadero o de Bate Fruta. Ahora estamos gestionando las muzzarellas que hace la gente de Giros en el tambo de Nuevo Alberdi. Las bolsas de papel misionero con las que entregamos los productos son de un emprendimiento con jóvenes y adultos egresados de una Escuela Especial”, detalla Leo, dando cuenta de una amplia red de vínculos entretejidos.
“La idea es que este espacio sirva para la gente que está en proyectos de trabajo colectivo. El gran problema de los emprendimientos son los lugares de comercialización, nosotros no le cargamos nada a los productos que dejan”, agrega Mauro.
El bar cooperativo también es sede de reunión de diversas organizaciones, semanalmente allí se reúnen los/as compañeros/as de El Paraná no se Toca, Semillas en Rebelión y Casa de Todos.
Artistas locales y latinoamericanos
De igual modo que con los productores y emprendedores, el espacio está abierto para los artistas. La política acordada en este sentido es no cobrarles para actuar, el derecho de espectáculo tiene un tope de 25 pesos y queda completo para los artistas.
“Cuando me sumé a la cooperativa había espectáculos con estilos de música muy distintos, pero con el tiempo fue decantando hasta la propuesta actual, son encuentros más íntimos vinculados al folklore y la cultura latinoamericana, artistas que muchas veces los conocemos viajando. También fue decantando en el sentido de que los artistas ya conocen el lugar y lo eligen porque saben desde donde trabajamos”, explican.
Decidir y repensar la práctica
“En las asambleas -que hacemos los domingos- nos cuesta un poco salir de las cuestiones operativas. Administración, mantenimiento, insumos, espectáculos, etc. muchas veces se nos van las reuniones en estas cosas. Queremos darle más tiempo a las relaciones con otras cooperativas. Justamente en la última asamblea, dos de las chicas prepararon una dinámicas desde la educación popular para corrernos un poco de lo cotidiano y ver cómo pensamos el lugar, qué otras cosas queremos, qué esperamos”, detallan.
Precisamente a partir de la necesidad de vincularse con otras experiencias de gestión cooperativa, en julio próximo viajarán a la ciudad de Tucumán a participar en un trabajo de intercambio en la cooperativa Pangea Resto Bar, innovadora experiencia que pretenden continuar en el tiempo. “Está bueno, acá todo el tiempo se están conociendo y enredando proyectos”, dicen Mauro y Leo, entusiasmados con lo que hacen.
Mientras los escucho pienso en aquellas señoras de la vereda, en las múltiples redes de proyectos autogestivos y en la cantidad de personas que concretamente construyen horizontes de posibilidad.
Contactos:
Dirección: Salta y Rodriguez (Rosario)
Te: 0341 – 155697663 (Maru, agenda cultural)
Facebook: Pichangu Bar Coop Autogestionada
5 comentario
Hola Gente de en RED ando y Pichangu!!,
Es muy alentador saber de más experiencias que apuestan al asociativismo y la autogestión en la ciudad de Rosario.
Nuestra provincia es pionera en el desarrollo de emprendimientos basados en los valores y principios de la Economía Social.
Sigan adelante compartiendo su experiencia con más personas para hacer visible este movimiento en nuestra región y en el país.
Es mi deseo que más medios generen espacios y acciones de difusión y visibilidad para todos los actores que hacemos posible que otra economía siga creciendo “Sin prisa, pero sin pausa.”
Abrazo Grande.
Bernardo Ceballos.
Asociado a Cooperativa de Trabajo Encuentro Lta.
Muchas gracias Bernardo, así es, en nuestra región el movimiento cooperativista y autogestivo lleva años de intenso trabajo. Gracias por comunicarte, también para nosotros, que trabajamos autogestivamente, son muy alentadores estos mensajes y aportes. Un abrazo! Equipo enREDando
!Un lugar en el mundo, eh?, una forma de habitarlo desde la multiplicidad, y la solidaridad, esta es la primera sensación que sentí al enterarme de su existencia. Sigan contra viento y marea, contra agretas y multiplicadores del odio y la estupidez, son una buena noticia que merece ser muy difundida!!!. un abrazo
En la noche del 14 de agosto entre las 21.30 y las 0.30 ( hace una hora de que me retire) estuve disfrutando una linda pizza con dos amigas……mi tema es que en el bolsillo de mi campera tenia 2 tarjetas de credito, que al llegar a mi casa no encontre, supongo se cayeron en el box donde nos sentamos, agradezco una respuesta, saludos
Hola Ana Maria, te sugerimos que te comuniques con la gente del Bar Pichangú, para ver si encontraron tus tarjetas
Saludos.
Boletín enREDando
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