Recientemente se creó la Red Nacional de Docentes por los Humedales que condensa desde la educación ambiental la puesta en valor de los humedales a través de las producciones en las aulas. La propuesta pedagógica, el trabajo interdisciplinario y el vínculo docente-alumnx en la construcción de ciudadanía. Uno de los objetivos es la apropiación de estos ecosistemas biodiversos indispensables para la vida. Disputar el sentido a partir del arte y las formas creativas. Socializar el conocimiento e interpelar a la sociedad acerca de que no hay planeta b. La fuerza de una red y la actividad urgente de escuchar a las infancias.
Fotos: Red Nacional de Docentes por los Humedales
– Che, Lore, ayudame a organizar esto-. Quien habla es Marcela Natali, maestra de grado que trabaja en la escuela Ovidio Lagos N° 613 del barrio La Florida, ubicada en Rondeau al 4.000. ´Lore´ es Lorena Udler, supervisora de nivel primario que tiene a cargo diecinueve escuelas de Rosario. Y ´esto´, aquello por lo que Marcela le pidió ayuda a Lorena, terminó siendo la Red Nacional de Docentes por los Humedales que nuclea a 400 docentes despraamadxs en distintos lugares del país que trabajan desde la educación ambiental en todos los niveles: inicial, primario, secundario, EEMPA y terciarios. De escuelas públicas y privadas. Una red ancha y larga: federal.
Los alumnos de tercer grado de Marcela habían hecho una producción de carteles repudiando las quemas. El deseo de Marcela era darle visibilidad a lo hecho por estos niños y niñas de ocho años. Pero no quería que sea una muestra de Marcela y sus alumnos: su aspiración era que se elevara a los distintos lugares del país. El telón de fondo era una ciudad harta de tragar humo y plomo. El contexto denunciaba eso y lo hacía en el ícono de la postal turística: el barquito de papel de calle Francia y el río había amanecido pintado con la leyenda que se volvió hastag y consigna: ´Plomo y humo, el negocio de matar´. La resistencia popular se encontraba organizando la acción plurinacional por los humedales que finalmente se realizó el 17 y 18 de septiembre. En ese marco, en la esquina del barquito de papel, se encontraron Lorena y Marcela, que pertenece a la Multisectorial Humedales. “Con Lorena somos docentes y nos conocemos del gremio, las movilizaciones y las marchas. “Se me ocurrió que en la acción plurinacional tenía que haber presencia de los estudiantes. Lorena es muy piola y muy hábil para todas las cuestiones relacionadas con lo pedagógico. Pensamos cómo hacer porque queríamos que fuera plurinacional”.
“Esto es de poca data, entre septiembre y octubre coincidimos varias personas. Marcela me dice de hacer algo con las escuelas para plantear la cuestión de humedales, enviar y reunir las producciones en algún lugar”. Durante diez años Lorena fue maestra de grado y después fue vicedirectora y directora de escuelas públicas. Actualmente trabaja como supervisora de escuelas primarias. “Sabíamos que desde el Ministerio no iba a venir absolutamente nada. Yo notaba en las escuelas y también en compañeras que había una inquietud de las y los docentes por hablar este tema en las aulas. Esto ya venía pasando desde el 2020”.
Pensando cómo hacer para transmitir la inquietud a muchas personas en poco tiempo, Marcela se sumó a un grupo de whatsapp que se llama Ley de Humedales, donde participa mucha gente que viene estudiando hace tiempo sobre la Ley de Humedales. Pasaron pocos minutos desde que Marcela escribió en el grupo hasta que llegó la primera respuesta. “Resulta que había otra persona, Evangelina de Ramallo, que tenía una idea parecida. Inmediatamente se comunicó a mi privado y empezamos a darnos manija con esto. Armamos el típico grupo de whatsapp y cada una convocó gente de donde podía”.
“Veníamos trabajando interdisciplinariamente con los docentes y con los chicos. Había mucho material y no sabíamos dónde plasmarlo más allá de las escuelas. Necesitábamos también plasmarlo en las redes”. Hace siete años que Evangelina Romano participa de la Red Federal de Docentes por la Vida, que lucha contra las fumigaciones en escuelas rurales. De esa experiencia tomaron la idea. “Surgió armar la Red Nacional de Docentes por los humedales para plasmar todas las actividades, talleres, eventos, comunicaciones. Y trabajar en conjunto con muchos docentes que por ahí no tienen la facilidad de armar trabajos interdisciplinarios o trabajar transversalmente este tema. Desde esta Red ayudar a dirigirlos con algunos ejemplos que venimos trabajando”, cuenta Evangelina.
«Los chicos hacen unas puestas en común maravillosas porque trabajan desde la empatía. El hablar, el construir, el arte, la ciencia. Desde un video pequeño tienen esa impronta que a veces te quedás maravillada»
El primer día que se creó el grupo de whatsapp, dice Evangelina, se sumaron alrededor de cuatrocientos docentes. “Fue algo inimaginable porque pensamos que cuanto mucho seríamos cuarenta o cincuenta. Cuando se sumaron tantos docentes, vimos que la necesidad estaba”. Lorena reconstruye que la propuesta que circuló por whatsapp le iban reenviando de a cientos y que de esa manera se fue masificando. “El objetivo en principio era nuclear a la mayor cantidad de docentes posible y llegar con una propuesta que tuviera que ver con lo pedagógico: que todas las docentes que quisieran, enviaran un registro fotográfico, escrito, audiovisual, etcétera. Eso lo podíamos reunir para empezar a compartir y a viralizar”.
Empezaron a tener reuniones virtuales cada dos semanas para ver las necesidades particulares de la Red. “Se fueron tirando algunas formas para ir trabajando. Se armó un Drive con carpetas de leyes, trabajos pedagógicos y todo lo que venimos teniendo quienes venimos participando de otros espacios”, detalla Evangelina.
Quienes integran la Red mayoritariamente viven y trabajan en las provincias de Santa Fe, Buenos Aires y Entre Ríos, pero también hay docentes de Neuquén, Río Negro, Chubut, Corrientes. En Santa Fe, además de Rosario, participan desde Villa Constitución, Reconquista, ciudad de Santa Fe y otras localidades.
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Después de una catarsis inicial lógica en la cual desde los distintos territorios compartían las imágenes de la devastación ambiental con las quemas en los humedales, empezaron a colectivizar diversas maneras de abordar el tema en las aulas. El intercambio devino en insumo pedagógico. Las producciones se inscriben en distintos lenguajes, formatos y disciplinas: plástica, música, foto, cuento, audiovisual, mural, tecnología, informática. Lorena explica que el espíritu de la labor docente es que la problemática ambiental no sea algo secundario que esté en un costado. “Hoy la problemática ambiental es central, es primordial. No es un tema que en la escuela está a cargo de ciencias naturales. Atraviesa a toda la currícula”.
Evangelina es profesora de informática y da clases en todas las escuelas secundarias de Ramallo, además de las charlas que da cuando la convocan para hablar sobre distintos temas ambientales. Explica que en las escuelas hace tiempo que realizan trabajos interdisciplinarios que son transversales a todas las materias. “Yo trabajo con distintos tipos de software de video en el celular o la computadora, y el contenido de mi materia es el de realizar videos o trabajos prácticos en Word. Ellos hacen esos trabajos con el tema de humedales”. El eje que atraviesa son los humedales pero lo que Evangelina evalúa tiene que ver con los contenidos específicos de su materia. Lo mismo sucede con las demás materias que abordan la temática: biología, ciudadanía, historia, física, química. “La educación ambiental la podés trabajar desde todas las materias. A mí me hacen, por ejemplo, un video de todos los humedales de la región”.
Los carteles que habían hecho los alumnos de Marcela ya habían desfilado por la escuela y por el barrio. “Con toda la creatividad que tienen los dibujos de los niños”, dice Marcela. Con esos carteles subieron al Puente. “Se puso un gacebo e instalaron un montón de tiras de barquitos de papel. La idea era que cada niñe se manifestara con sus carteles, muñecos, caretas o cabezudos con cabezas de animales”. De ese día recuerda una situación anecdótica elocuente: un nene muy chiquito que iba sobre los hombros de su papá, viendo los incendios dijo ´¿Ves ese fuego? Ese fuego lo está haciendo el señor Baggio´. Marcela lo recuerda con gracia y con ternura. “Fue muy gracioso porque lo dijo fuerte. Las personas que están destruyendo los humedales tienen nombre y apellido. Ellos van escuchando y van sabiendo que ese jugo no lo quieren tomar porque la persona que lo produce no está haciendo las cosas bien”.
La escuela en la que trabaja Marcela está a dos cuadras del río, cerca de Costa Alta. La relación que tienen los alumnos con el Paraná es directa, cotidiana, inmediata: algunos directamente son hijos de pescadores y viven en el Remanso Valerio o en la parte de atrás de donde están los puestos de pescadores. Las familias que no son pescadores igual conviven con este humedal porque viven a la orilla del río. “Algunos niñes tienen familiares que viven en las islas, en un momento he tenido alumnos que vivían allá y que iban y venían. Sabían cuando había agua, cuando estaba más seco, cuando llovía”.
Después de una catarsis inicial lógica en la cual compartían las imágenes de la devastación ambiental con las quemas en los humedales, empezaron a colectivizar diversas maneras de abordar el tema en las aulas. El intercambio devino en insumo pedagógico.
Para Marcela ya es corriente escuchar en la escuela que los chicos y las chicas digan ´para qué el dinero si no tengo el aire o si no va a existir más la tierra´. En ese sentido, dice que hay mucho para aprender de las infancias. “La única forma de que no conozcan la realidad es ocultársela. Pero ellos saben que es más importante el humedal que la plata, son conscientes de que no les sirve un trabajo para ganar plata si no van a tener tierras, agua ni oxígeno para sobrevivir”. Por eso, el mensaje: “Lo más importante es la educación ambiental desde los primeros años. La apuesta con esta Red es a las nuevas generaciones para que esto no siga ocurriendo. No sigamos estando de espaldas a la verdadera vida. Mis alumnes de ocho años lo entienden. Pero mucha gente de cincuenta parece que no”.
En esta historia es clave el lugar que tiene el arte y la cultura en el trabajo pedagógico. “Todo está atravesado por el arte. Enseguida te preguntan si lo pueden dibujar”. Marcela describe algunos de los dibujos en los que representan al planeta Tierra asociado a las lágrimas o al fuego. En su materia trabajaron con los tipos de tierra del humedal. Vieron la arcilla y hablaron de los pueblos chaná. Fueron al Charigüé donde está el museo de Mario Domínguez. “Es un museo en sitio de humedales. Él trabaja con las islas y la mitología chaná. Fue espectacular trabajar en la isla y ver las obras”. Ese recorrido pedagógico fue la antesala para que trabajaran con la cerámica chaná. Hicieron producciones. Nunca habían modelando en cerámica. Así lo recuerda Marcela: “Estaban enloquecidos haciendo las vasijas y decían ´sí, yo lo hice así porque antes tomaban así´. Iban al otro día para ver si estaban secos para pintarlos”.
La lucha debe continuar
Marcela se refiere a los ámbitos de la educación no formal en los cuales circulan cantidad y variedad de producciones. “Eso es educación: fotos, música del litoral, muestras de máscaras, dibujos, cerámica, elementos reciclados”. Cuenta que desde la Red también le están dando visibilidad a estas manifestaciones. “La música del litoral te canta la realidad de lo que es, lo que fue y de lo que está pasando con el humedal. En la institución escolar está lleno de cosas que hacen agua. La currícula, el contenido, parecen cosas arcaicas. Muches tratamos de corrernos un poco, hacer equilibrio y decir vamos a lo importante, a lo que está pasando”.
De los chicos y de la empatía, de la juventud y de la creatividad. De esas cosas habla Evangelina. Habla de esas cosas porque conoce. “Los chicos son mucho más conscientes que los adultos, lo vemos diariamente. Tienen la empatía mucho más a flor de piel. Con la educación ambiental se han logrado muchísimas más cosas desde los chicos que desde los adultos”. También se refiere a las puestas en común que realizan a modo de cierre entre las distintas materias que abordan el tema ambiental. “El hablar, el construir, el arte, la ciencia. Desde un video pequeño tienen esa impronta que a veces te quedás maravillada”. Cuando terminaron el año pintaron en la escuela un mural de humedales. “Verlos plasmar el humedal en un pedazo de pared en la escuela, ver de qué manera lo hacen, la producción que tiene y todo lo que dicen. Es algo maravilloso, una que está más sensibilizada con el tema no lo puede creer”.
En un texto que elaboraron desde la Red explican que la idea es organizarse en un ´frente común educativo todxs los docentes del país´. Además de compartir todos los materiales y producciones, el objetivo que tienen es ´ir creando espacios de interacción y seguir apoyando a otras organizaciones que vienen trabajando desde hace mucho tiempo para que finalmente se vote La Ley de Humedales Consensuada´.
En 2021 se aprobó la Ley 27.621 de Educación Ambiental Integral (EAI). Para Evangelina fue la frutilla del postre en el sentido de que llegó para darle un marco normativo a la práctica pre-existente. Explica que la educación ambiental está guiada para trabajar transversalmente los contenidos ambientales y de manera interdisciplinaria en todas las materias. “Era lo que veníamos pidiendo, es algo importantísimo. Dentro de esa misma ley está la Ley de Ambiente, la de Educación, la de Glaciares, la Ley de Bosques”. Evangelina plantea que, aunque hay muchas leyes, después hace falta cumplirlas. “Pedimos que salga la Ley de Humedales consensuada y que se vote de una vez. Pero más allá de eso, habrá que hacerla cumplir. Con la Ley de Bosques éramos las organizaciones las que tratábamos de que se implementara. Lo mismo va a pasar con la ley de humedales”.
Lorena aclara que el planteo que sostienen desde la educación ambiental va mucho más allá de la sanción de una ley. “Primero no sabemos si va a haber ley, después no sabemos qué ley va a salir. Más allá de eso, la temática de humedales llegó para instalarse, es parte de la realidad de nuestros territorios”. La explicación al respecto es clara: “Nuestro tema es la lucha por los humedales y por el agua como elemento central para la vida humana. Por eso no va a perder vigencia y tiene que estar cada vez más instalado en todas las escuelas”.
Para Marcela ya es corriente escuchar en la escuela que los chicos y las chicas digan ´para qué el dinero si no tengo el aire o si no va a existir más la tierra´. En ese sentido, dice que hay mucho para aprender de las infancias.
En la misma línea, Marcela menciona el ida y vuelta que se produce entre alumnes y docentes en el proceso de construcción del conocimiento. No duda cuando afirma que “la lucha por el territorio tiene que seguir” porque “está visto que los logros se dan por estar en la calle y por estar atravesados desde la educación”. Cuando Lorena describe al capitalismo asentado en los países del sur, habla del modelo extractivista y sus tentáculos: el agronegocio, la magaminería, el fracking. Por eso considera fundamental lo que se pueda hacer desde la educación ambiental. ´La educación es el arma más poderosa para cambiar el mundo´, propone la frase que presenta al colectivo en las redes sociales. Hacia ese costado apunta Lorena cuando destaca la tarea pedagógica. “La cuestión del ecocidio es gravísima. No hay planeta b. No es para verlo de manera apocalíptica sino para tomarlo en nuestras manos. Como docentes es nuestra obligación laburarlo con los pibes. Y es el derecho de las infancias y juventudes a saber qué es lo que pasa con sus territorios”.
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Desde la Red se reunieron con representantes de SUTEBA (Sindicato Unificado de Trabajadores de la Educación de Buenos Aires) y con Amsafé Rosario. También hablaron con integrantes de Sindicatos por el Ambiente, de la CTA Rosario y de COAD. Tienen el objetivo de articular acciones con los gremios docentes para plantear actividades de formación, que planean arrancar en febrero. La idea sería que esa formación tenga varios módulos y que cada módulo dure un mes. Si bien en cada ciudad los cursos tendrían sus variantes, la propuesta que armaron para Rosario incluye, dentro de las temáticas, el uso escolar de imágenes satelitales, plataformas digitales para el abordaje de temáticas ambientales (humedales, fumigaciones, cambio climático); introducción a los sistemas de información geográfica (Google earth, cartografía vectorial de Ríos y arroyos, mapa nacional de establecimientos educativos, cartografía de cuencas hídricas); pedagogías para proyectos de educación ambiental participativos (Atlas rural escolar, comité escolar de cuenca, mapeo colectivo de humedales).
Otra acción motorizada desde la Red Nacional de Docentes por los Humedales tuvo que ver con una cuestión simbólica, icónica: el pañuelo marrón como símbolo de la lucha por los humedales. Lorena explica la potencia que tienen los pañuelos en las distintas luchas. “El pañuelo verde es el símbolo de la lucha por la legalización de la interrupción voluntaria del embarazo y el pañuelo blanco el de las Madres y los derechos humanos. En este caso elegimos un pañuelo marrón”. Cuenta que el pañuelo lo diseñaron compañerxs de la Red y que después se fue extendiendo a otras organizaciones. “El pañuelo está en todas las localidades cercanas al río Paraná: San Nicolás, Ramallo, Baradero, San Pedro, Villa Constitución, Rosario. La idea es que el pañuelo esté presente en la escuela, que lo tengamos en la mochila”.
En el grupo de coordinación de la Red –que fue decantando por la experiencia misma- empezaron a repartirse las tareas: algunas personas están más abocadas a armar las publicaciones para las redes sociales compartiendo las producciones que llegan desde todos los rincones; otras personas están más dedicadas al tema de la formación. Al margen de que habitualmente –y por cuestiones lógicas- las reuniones son virtuales, ya se juntaron una vez de manera presencial y repetirán el encuentro a principios de año.
“No se quiere lo que no se conoce”, plantea Evangelina acerca de la puesta en valor a partir de la difusión de estos ecosistemas. “La apropiación del lugar es lo que revaloriza nuestra empatía hacia el ambiente en general”. Como ejemplo, cuenta la resistencia que sostuvieron durante muchos años en la zona de Ramallo porque pretendían instalar un puerto de fertilizantes en uno de los lugares del humedal más grande de la zona norte de Buenos Aires. Lograron evitar la concreción del proyecto, entre otras cosas, poniendo en valor la zona en todas las escuelas. “Que vean lo que es el humedal, que por ahí pasó una de las guerras más importantes como la Vuelta de Obligado, que había restos de la guerra del Paraná, que además en la zona hay bosque nativo”.
Evangelina se refiere a la alegría que iban manifestando los y las alumnas al enterarse de que sus producciones se compartirían en una red nacional. “Orgullosos de verse en ese lugar. Y la comunidad acompaña un montón. Venimos concientizando a las familias y al entorno. Lo que se viene haciendo desde la educación es el cuidado del ambiente”.