¿Cuántas cosas tuvieron que sedimentar en el tiempo para escribir un texto?, preguntó Leila Guerriero.
Era un viernes de octubre de 2021 en el taller de periodismo narrativo que da la escritora todas las semanas desde abril de 2020 y del que participo -vía zoom- junto a periodistas de diferentes ciudades y países. Ese día yo estaba agotada, quería estar en la clase, pero sentía que mi cabeza iba a ser un aula oscura y fría, donde lo que se dijera iba a hacer eco, pero no podría incorporar nada. Así habían sido las últimas semanas en el trabajo, en la calle, en reuniones. Las ideas llegaban, rebotaban y se iban.
Por esos meses estaba escribiendo el guión del podcast sobre una historia que llevo una década investigando. Los pensamientos rondaban insoportables sobre lo mismo y me llevaban a preguntas que no me atrevía a responder porque las consideraba indiscretas, pero estaban, pesadas e insistentes, siguiéndome: ¿Está bien haber dedicado tanto tiempo a una historia? ¿Voy a poder salir alguna vez de ella? ¿Quiero salir?
Hace diecisiete años que ejerzo el periodismo y más de diez de ellos los dediqué a un caso con un particular énfasis, entusiasmo, vida: el de una mujer que desapareció, Paula Perassi de San Lorenzo, el de un padre y una madre que buscan, el de dos hijos que crecen sin saber.
Sentía que la historia en la que me empeciné me había atropellado y dejado sola a la vera de una ruta donde nadie creía que esté lo suficientemente en peligro para venir a rescatarme. Que la sostuve en el tiempo más de lo que el cuerpo puede. Que en diez años fui a la casa de los padres, supe que sus hijos juegan al fútbol y son arqueros, que su hermana cocina tortas de naranja y que trabaja con el padre en el taller mecánico, fui durante seis meses a una cava de basura donde buscaron el cuerpo, hablé con sus amigas y primos, entrevisté a jueces, fiscales, abogados y acusados, un policía imputado me dijo que por fin le conocía la cara a quién hablaba mal de él, no fui al velorio de una de las personas más importantes de mi vida por cubrir el juicio.
Por esta historia estoy en el taller donde Leila Guerriero nos habló del tiempo, porque envié para postular un texto que escribí sobre esa desaparición. Fue también en ese taller donde surgió este texto que estoy escribiendo, bajo una consigna que era: una clase que nos haya cambiado la vida.
Probablemente, por muchos motivos, cada clase de ese taller me haya cambiado la vida con un goteo que será interminable. Pero aquel viernes de octubre la chispa quemó. Y me encendió escucharle decir a Leila -una de mis referentes en el periodismo- que es importante que cuando uno escriba tenga el concepto de tiempo metido en la cabeza; que se note que el tiempo transcurre con los protagonistas de la historia; que los momentos del periodismo están atados al tiempo: el reporteo, la selección de información y la escritura; porque necesitamos tiempo para estar imbuidos en la vida del otro, tanto para sentir que conocemos todo de quien escribimos; que las cosas inesperadas suceden si le damos tiempo, si estamos diez días o diez años, si caminamos bajo el sol con la entrevistada o conocemos el shampoo que usa, si hablamos con su madre, su pareja, su enemigo o su fan; que nadie sostiene una máscara puesta cinco meses ni seis entrevistas; que el periodista es un pescador silente que pesca con mosca y se transforma en parte del paisaje hasta que no está más ahí; que se brinda mucho en ese tiempo que se permanece con el otro; que se necesita tiempo para que se note que el deseo está ahí y que sigue intacto; que para seleccionar la información también se necesitará tiempo; que nadie escribe una obra maestra de una sola sentada; que escribir, contar una historia, lleva tiempo. Que en ese tiempo algo maravilloso pasará.
Podcast
El podcast ¿Dónde está Paula? que produjimos durante todo el 2021 junto a mi colega periodista Hagar Blau Makaroff es resultado de ese tiempo puesto en el periodismo, en una historia.
Cuenta con el tiempo de mucha gente querida, amiga, que también decidió invertir su tiempo en esta historia, porque creyeron que era necesario hacerlo.
El proyecto se estrenó el año pasado, tras cumplirse 10 años de la desaparición de Paula. Cuenta con musicalización original realizada por Julieta Sciasci, José y Francisco Matteucci y las actuaciones de Maru de Rosa y Juan Nemirovsky. Con el asesoramiento en el guión de Martín Parodi.
La primera temporada cuenta con 5 episodios que se pueden encontrar en Radio UNR, Revista Late, Spotify y todas las plataformas de podcast. El mismo ya fue escuchado en más de 25 países y este 2022 se estrenará la segunda temporada, donde se seguirá reconstruyendo la historia.
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En el contexto del 8M, este miércoles 9 de marzo se realizará una presentación performática que consiste en una recreación en vivo, con una adaptación de todos los episodios y una innovadora puesta en escena con música, actuaciones y narración.