A catorce años de la sanción de la ley nacional de ESI, en Santa Fe se alcanzó la media sanción a la ley provincial en la Cámara de Diputades. Ahora el tratamiento pasa a la Cámara de Senadores, histórico reducto machista de la provincia. En esta nota, voces activistas por una educación sexual integral, amplia, laica y no binarie.
Ilustraciones: Sofía Valdes
[dropcap]E[/dropcap]l pasado 4 de octubre, en el aniversario número 14 de la sanción de la ley nacional de Educación Sexual Integral Nº 26.150, la cámara de Diputadxs de Santa Fé otorgó la media sanción a la ley provincial. Si bien en el 2018 ya se había alcanzado esta instancia, en esta oportunidad se presentó por primera vez una iniciativa desde el Senado y el proyecto que ahora espera tratamiento en la Cámara alta, busca integrar cinco propuestas distintas.
En las jornadas informativas organizadas por la Comisión de Educación, Ciencia, Tecnología e Innovación que preside la diputada Claudia Balagué se presentaron en tres jornadas, organizaciones sociales, docentes que trabajan con la ESI, centros de estudiantes de diferentes instituciones educativas, integrantes de movimientos sociales que vienen trabajando y militando una ESI más amplia y no binaria, la comunidad trans y personas no binaries de Santa Fe y Rosario; y gremios docentes y especialistas de equipos ESI ya conformados y con una larga trayectoria.
“La sanción es un hecho irreversible”, sentencia Analía Aucía, una de las impulsoras del Programa de Género y Sexualidades de la Facultad de Derecho de la UNR desde hace ocho años.
Bárbara Silva integra el programa desde sus inicios y cuenta que hace tres años empezaron «a trabajar en relación a la ESI desde la demanda de profesoras y algunas escuelas, donde les habían llegado cuestionamientos respecto a los contenidos. Elaboramos documentos de respaldo normativo para acompañar a lxs docentes y demostrar que su trabajo estaba amparado por la ley”.
Ambas señalan que la ESI es parte de las obligaciones que el Estado asumió al ratificar los tratados internacionales en materia de Derechos Humanos que responden a mandatos legales superiores, con rango constitucional. En este sentido, no es menor mencionar el hecho de que varios organismos (el Comité de Derechos Humanos que monitorea el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, el órgano de control del cumplimiento de la Convención para la Eliminación de todas las formas de Discriminación contra la Mujer, el Comité monitor del Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales y El Comité que vigila el cumplimiento de la Convención de los Derechos del Niño y de la Niña) han observado y comunicado en los últimos cuatro años su preocupación respecto a la deficiencia en la aplicación del Programa Nacional de Educación Sexual Integral.
Sobre los obstáculos a la implementación y la postergación del tratamiento de esta ley, Analía menciona que “hace mucho que hay organizaciones que se oponen a todo lo que tenga que ver con las medidas para la salud reproductiva en general. Hace varios años vienen operando en los pasillos de tribunales, se han ido reuniendo bajo el amparo de un par de abogados ultra antiderechos, odiantes de las mujeres. Hacen lobby, incitan a la desobediencia de las normas, tienen la ilusión de que el Estado puede retrotraerse a un estado medieval, donde no rige el estado de derecho. Yo creo que intentan a nivel político captar voluntades, generar una masa de personas conservadoras y antiderechos”.
Sin embargo, los feminismos y el movimiento de mujeres reaccionan frente a estas acciones obstaculizantes. Como menciona Bárbara, los contenidos de la ESI no pueden “quedar a discreción de lxs docentes, es una política de Estado que tiene que contar con recursos. La ley de Santa Fe daría un espaldarazo para tener recursos más cercanos para implementarla como corresponde”.
Es con todxs
La Comunidad Trans Rosario ha trabajado con la ESI, en articulación con equipos docentes y otras organizaciones, sobre todo acompañando situaciones en las que la ley nacional no se respeta. Michelle Vargas Lobo, integrante de la comunidad y de La Casa de las Locas cuenta que “es muy recurrente que no se respete el nombre autopercibido si no está hecho el cambio registral, hay instituciones que no respetan esto porque “son niñes y no saben de qué están hablando” y, a su vez, “hay muchos padres, madres, referentes parentales, que no tienen las herramientas para hacerle frente a una institución. Las organizaciones estamos ahí para dar herramientas y que se respete el derecho de les niñes a la identidad. Tenemos un gran marco legislativo, hay que hacerlo respetar”.
La tensión entre las reglamentaciones alcanzadas y su efectiva implementación, pone de relieve las cuestiones culturales que a veces se adelantan a los marcos normativos, y otras se arraigan a ideas conservadoras. Analía Aucía dice: “todavía tenemos la idea que lxs niñxs son personas en condición de minoría jurídica que deben responder a la voluntad de sus progenitores; que son objeto de tutela y no sujetos de derecho, sigue persistiendo esa idea de la niñez y la adolescencia como una parte de la población que no debería tener autonomia y capacidad de decidir”. La abogada feminista relaciona estas ideas con la expresión “con mis hijos no te metas” y vuelve a señalar que “con esto tienen que lidiar lxs funcionarios estatales, el Estado no puede dejar el cumplimiento de derechos fundamentales al criterio de particulares”.
Todxs concuerdan en la importancia de la ley para la capacitación docente y la valoración del rol de quienes incorporan y difunden estos contenidos en sus clases. Para Michelle el rol docente tiene un fuerte impacto en la sistematización de los contenidos de la ESI, “quienes vienen dando ESI tienen herramientas, palabras, sensibilidad. A veces quienes van a dar los contenidos no están preparadxs porque están atravesadas por un sistema donde hablar de ESI da pudor, no dicen las cosas por su nombre y eso perjudica una ley que debería mejorar la calidad de vida de la población en general”.
A su vez, si la partida presupuestaria no reconoce la formación y la tarea de lxs docentes, es altamente probable que esta función se vea desbordada. Hacer de la ESI un contenido transversal a las materias y los niveles educativos implica también abrir las puertas a las distintas problemáticas que atraviesan lxs niñxs y adolescentes en su vida íntima. Como señala Michelle, “hay estadísticas de que la ESI ha incrementado las denuncias por abuso o por maltrato, básicamente porque da la posibilidad de hablar. Cuando yo era chica no sabía lo que me pasaba, no sabía cómo transmitirlo. Un adolescente, una crianza hoy puede transmitir desde otro lado”. Por esto es necesario, como refuerza Bárbara, “que realmente haya capacitación docente no sólo en contenidos sino en cómo acompañar las problemáticas que aparezcan”.
En este aspecto, según Analía, hay otro factor de resistencia muy fuerte dentro de las instituciones educativas, “una docente no puede subjetivamente hablar de cosas sobre las que no cree o que no concibe. No todo el mundo concibe la identidad autopercibida, el derecho de las mujeres a decidir cuándo y cómo tener hijxs o si tenerlos o no. Estas resistencias no son individuales y aisladas”. Este es nuevamente un argumento de peso para contar con una ley a nivel provincial, según Bárbara, ya que “la provincia es muy grande, hay territorios muy diversos. No es lo mismo cómo lo pueden llevar a cabo en Rosario que en localidades más pequeñas. Al tener una ley provincial no se pondría en cuestión el accionar de cada docente, no sería necesario que se avise y consulte a padres y madres, porque sería algo establecido dentro del diseño curricular”.
Un abrazo, una casa, un lugar
Hay ciertas docencias que son inspiradoras o son las que habilitan a otrxs a replicar formas y contenidos con entusiasmo. Así es la historia de Verónica Correa que ya en 2007, al recibirse, encuentra en el recuerdo de la docencia de Beatriz Argirofo y como “ella hablaba en sus clases tan naturalmente de ESI, de cuestiones de raza y género, etnia”, una energía y un asombro que la impulsaron hasta hoy compartir con ella la docencia en la formación de ESI en Amsafé.
Verónica, quien coordina actualmente la Secretaría de Educación Sexual Integral y perspectiva de Género en el Instituto Superior Politécnico de la UNR, subraya la militancia feminista como la experiencia que abrió espacios en la docencia y que a su vez es un modo de hacer artesanal y persistente. Este hacer militante ha encontrado en la renovación de algunos planes de estudio la oportunidad de incorporar a la ESI como materia, pero, como indica Verónica, “para que los contenidos de la ESI sean transversales, para no tener que hacer cursos, posgrados, maestrías, hay que tener integrado algo que te genere la pregunta de qué pasa con el cuerpo en el aula, hay que garantizar que haya personas capacitadas”.
Esta idea de hacer transversales los contenidos de la ESI apunta tanto a no seguir replicando una visión binaria de la sexualidad o una idea nuclear y conservadora de la familia, como insiste Michelle “por eso es fundamental que la educación sea laica”, sino también, como amplía Verónica, a teñir los contenidos y “la vida institucional, los códigos de convivencia, de vestimenta. Es lo que se llama el currículum oculto, no podes transversalizar los contenidos de la ESI en Lengua y en Historia, y después obligar a todxs a formar en fila de varón y mujer o prohibir que una piba use pollera”.
Verónica ha trabajado con Karla Ojeda y Michelle Vargas en el abordaje de la ESI con una perspectiva travesti trans donde no sólo se ilumina el anhelo de una ley que pueda ser lo suficientemente amplia para no ignorar a ninguno de todos los cuerpos que transitan las aulas, sino que también permita que la historia de expulsión que marca el recuerdo de tantas infancias trans, pueda transformarse. Junto a Michelle está Ayelén Beker, la cantante trans rosarina que Susy Shock apodó como “La Gilda de las travas” que el pasado 17 de octubre lanzó en Youtube y Spotify su última producción “La nena dinamita”. Ayelén cuenta que no terminó el colegio, pero que hoy su música y sus letras se inspiran en “cómo vive el amor una trava”. Ayelén habla de haber sido ella quien transformó los silencios o los maltratos en otra cosa, y que cuando piensa en las cosas que le gustaría que cambien, recuerda esos dolores que fueron los que la hicieron “pensar como pienso hoy, en defender y apoyar a otra trava o marica para que sepan que tienen un abrazo, una casa, un lugar”.
Una vez más a la historia del derecho la preceden los cuerpos que se han prestado a tender palabras y oídos como puentes. Como destaca Analía, “en Santa Fe hay un equipo muy comprometido e interesante pero no tiene una capacidad logística. No hay personal suficiente para sostenerlo de modo transversal y que llegue al mismo tiempo a toda la provincia. Esta ley es necesaria porque implica una dotación de recursos económicos que se tienen que diseñar según las características de Santa Fe. Hay que habilitar una asignación presupuestaria y de personal para que se lleve adelante esto. No es solo que estén o no de acuerdo ideológicamente”.
En estos 14 años, las iniciativas colectivas y militantes han multiplicado experiencias que vuelven a requerir un marco normativo territorial que brinde los recursos necesarios para su implementación. La romantización de la militancia no alcanza para hacerle justicia a lxs niñxs y adolescentes que aún hoy cargan con muchas veces con la ausencia de una educación que lxs acompañe en sus preguntas y deseos.