El Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF) cumplió 36 años. En cada una de sus búsquedas sus miembros renuevan el compromiso que allá por 1984 asumieron sus fundadores para poder poner nombre a lxs desaparecidxs de la dictadura militar. Juan Nóbile y Leonardo Ovando, integrantes de este equipo, realizan un recorrido por su historia. La memoria que cala hasta los huesos.
2010. “Siento una mezcla de dolor, alivio, alegría y tristeza. Todo junto”, dijo Gustavo, uno de los hijos de Roberto Enrique Darío De Vicenzo, cuyos restos fueron identificados por el Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF) en el cementerio de Barrancas.
2012. Los restos ahora se sabe que son de Isabel Carlucci.
2015. El EAAF identificó a cuatro desaparecidxs en el cementerio La Piedad de Rosario. Son Miguel Ángel Rubinich, Irma Edith Parra Yakin, Jorge Luis Ruffa y Carlos Raúl Racagni.
2016. Identifican en Rosario los restos de un militante del ERP desaparecido en 1975. Se trata de Pablo Martín Sandoval Luque.
2018. Identifican los restos de Guillermo White.
2019. Identificaron en Rosario los restos de un joven militante asesinado en 1975: Horacio Víctor O’Kelly.
2020. El Equipo Argentino de Antropología Forense fue postulado al Nobel de la Paz.
Este listado es un pequeño fragmento de los logros del EAAF en sus trabajos en la ciudad de Rosario y la zona. También un pequeño recorte geográfico de toda la superficie mundial en la que han excavado llevando su conocimiento a distintas latitudes para poder aportar en la búsqueda, hallazgo e identificación de muchas personas desaparecidas, la más reciente, la de uno de los 43 estudiantes desaparecidos de Ayotzinapa.
Esta organización cumplió 36 años de un intenso trabajo que comenzó recién recuperada la democracia en Argentina tras el terrorismo de Estado que reinó durante los 70 y 80 en este país como en toda Latinoamérica.
A fines de 1983, la justicia comenzó a ordenar exhumaciones que no pudieron llevarse a cabo de forma científica y la confianza de las familias de las víctimas en quienes estaban realizando estos trabajos era menos que escasa.
Por eso la CONADEP (Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas) y Abuelas de Plaza de Mayo pensaron en otras opciones para poder encontrar a sus familiares desaparecidxs. Allí es donde aparece la figura de Clyde Snow, un estadounidense miembro de la Asociación Americana para el Avance de la Ciencia (AAAS) con sede en Washington y quien era considerado en ese momento uno de los más destacados antropólogos forenses del mundo.
Snow reunió a arqueólogos, antropólogos y médicos para realizar y supervisar las exhumaciones y el análisis de los restos óseos con una metodología científica. Así nació el Equipo Argentino de Antropología Forense.
—Recluté a un equipo voluntario, ocho jóvenes argentinxs estudiantes de Antropología y Medicina, y los entrené durante varios meses. Cuando comenzó el juicio a la Junta Militar, el fiscal Scorsera se enteró de nuestro trabajo. Por ese entonces nosotros habíamos realizado ya varias exhumaciones, y él nos preguntó si podíamos presentar nuestras conclusiones como evidencia en el juicio contra la Junta. El equipo estaba conformado por estxs chicxs muy jóvenes que eran tímidxs y no querían testificar, de modo que lo hice yo.
Esto contó muchas décadas después Snow en una entrevista a la Ideele.
Este antropólogo, que viajó muchas veces a la Argentina durante la década del 80, capacitó y formó a éstos jóvenes voluntarios para ser parte de un equipo que hoy abraza un prestigio intachable. Hasta el año 2014, fecha en que falleció, fue parte de los trabajos realizados por el EAAF en Argentina, Chile, Perú, El Salvador, Guatemala, México, Etiopía, Croacia, Kurdistán, Iraq, Zimbabue, República Democrática del Congo, Sudáfrica y Filipinas, entre otros.
Identificar es facilitar el “abrazo pendiente”
—Identificar es la posibilidad de brindarle al familiar una verdad de lo sucedido. Restituir los restos permite cerrar el duelo que en muchos casos comenzó hace 44 o 45 años. La desaparición de un familiar es la mayor tragedia que le puede pasar a un grupo humano, a una familia. La incertidumbre genera un paréntesis en la vida de una familia. Identificar y restituir los restos es facilitar el “abrazo pendiente” que quedó en el tiempo. La actitud corporal cuando se restituyen los restos es el abrazo a los restos, a la urna. Identificar es poder dar testimonios en la justicia sobre lo sucedido y es el cierre de un trabajo que implicó investigación preliminar, excavaciones, trabajo en laboratorio y comparaciones genéticas.
Lo dice Juan Nóbile que es parte del EAAF desde el año 2004. Tras haber escuchado una charla de miembrxs del equipo supo que quería ser parte. Sus primeras excavaciones fueron en el cementerio municipal de su ciudad natal: San Lorenzo. Buscaban hallar fosas comunes donde estuvieran enterradas víctimas del terrorismo de Estado como NN.
—Esta fue mi primera experiencia en antropología forense. Desde ese momento me integré al EAAF como arqueólogo de campo, específicamente a cargo de las prospecciones, ubicación, excavación y exhumación de fosas clandestinas y de NN, tarea que sigo desempeñando actualmente. El EAAF es una institución reconocida mundialmente por su trayectoria, como equipo que trabaja en más de 50 países y por su escuela de ciencias forenses. Es un honor y un orgullo ser parte de este equipo.
Identificar es la posibilidad de brindarle al familiar una verdad de lo sucedido. Restituir los restos permite cerrar el duelo que en muchos casos comenzó hace 44 o 45 años. La desaparición de un familiar es la mayor tragedia que le puede pasar a un grupo humano, a una familia.
Otro integrante del EAAF que acompaña a Nóbile en sus excavaciones es Leonardo Ovando. Llegó desde Montevideo, Uruguay, en 2007 y se instaló en Rosario. Es antropólogo especializado en el campo de la arqueología. Un par de años antes de instalarse a orillas del Paraná participó de las primeras investigaciones que se llevaron a cabo en su país en busca de restos humanos pertenecientes a detenidxs-desaparecidxs de la última dictadura cívico-militar (1973-1984).
—Durante los trabajos de excavación en mi país, así como también cuando se produjeron los primeros hallazgos, participaron integrantes del EAAF a través del asesoramiento en lo concerniente a los protocolos de investigación y en el aporte para la identificación de los restos.
Tras conocer a Miguel Nieva, otro miembro del EAAF, en una de sus conferencias en Buenos Aires, fue invitado a visitar unos trabajos de excavación que se estaban desarrollando en una comisaría de la ciudad de La Plata que había funcionado como centro clandestino de detención conocido como “Pozo de Arana” o “Arana”. Después de eso fue invitado a participar en 2008 de los trabajos del EAAF en varias localidades de la provincia de Misiones. Para Ovando, ser parte de este equipo actualmente es importante por dos cuestiones relacionadas entre sí:
—Por un lado es una forma de devolver a la comunidad la formación que me brindó la universidad pública y por otro, es la posibilidad de participar en un colectivo de personas cuya finalidad es aportar, desde las ciencias forenses, al conocimiento de lo sucedido en torno a los casos de violaciones a los derechos humanos, en particular a la desaparición de personas y, a partir de esto, generar evidencia científica que aporte a las instancias de investigación pertinentes. De alguna manera, este trabajo me permite contribuir a un conjunto de acciones que pretenden ayudar a aliviar el dolor de la ausencia. Como descendiente del pueblo guaraní, traigo en la sangre y la memoria las consecuencias de un despliegue represivo y genocida que durante siglos se ocupó de exterminar a un otrx al cual consideraba obstáculo para el avance y consolidación de sus intereses.
Volver con las manos vacías
No toda búsqueda significa la posibilidad de hallazgo. Muchas veces los investigadores vuelven de las excavaciones con las manos vacías. Para Leonardo el ‘no hallazgo’ también es parte de la investigación. Una de las experiencias que recuerda particularmente fue el trabajo que se realizó durante dos años, entre 2009 y 2011 en el campo militar San Pedro ubicado en la localidad de Campo Andino, a unos 15 kilómetros de Laguna Paiva. A partir de la investigación preliminar sabían que allí había enterramientos y tenían identificadas algunas áreas pero la zona total de búsqueda comprendía centenares de hectáreas. En este lugar trabajaron de lunes a viernes durante dos años, salvo los días de lluvia. Durante ese tiempo debían mantener la misma constancia, la misma rigurosidad en cada día de trabajo. Recorrían tanto campos arados como montes naturales buscando indicios de enterramientos. Trabajan con calor, con frío, con mosquitos y alguna que otra yarará. A los seis meses lograron ubicar una fosa común adentro de uno de los montes y, al día de la fecha, el equipo ya pudo identificar a seis de las ocho personas halladas en esa excavación.
—Durante los 18 meses subsiguientes, lamentablemente no pudimos ubicar más fosas. Como te decía antes, esto forma parte de las posibilidades de la investigación.
Ovando también recuerda los trabajos realizados a finales de 2011 en el cementerio La Piedad de Rosario.
—Allí se exhumó una serie de tumbas que estaban identificadas con posibles enterramientos de NN vinculados a la última dictadura. Además de la investigación preliminar realizada por el equipo, esto fue posible por el compromiso absoluto de Mabel Colalongo, quien fue la fiscal del caso. Me conmovió ver cómo desde los agentes de la justicia, cuando las causas se asumen con convicción y conocimiento, pueden producir inmensos aportes al reclamo por memoria, verdad y justicia, y eso lo vi con Mabel.
El EAAF también participó en noviembre de 2017 en la campaña de búsqueda de lxs 43 estudiantes desaparecidos de la Escuela Rural Normal de Ayotzinapa, en México. El pasado 8 de julio, el EAAF informó que una de las muestras extraídas en Cocula y analizadas en laboratorio pertenecen a Christian Alfonso Rodríguez, uno de los 43 estudiantes desaparecidos en septiembre de 2014. Christian Alfonso Rodríguez Telumbre desapareció cuando tenía 19 años y cursaba el primer año de la escuela de formación docente. Según informó el EAAF en un comunicado
Para Leonardo fue una de las experiencias más movilizantes como miembro del equipo:
—Además de la tragedia de lo sucedido, creo que me marcó el hecho de que fuera un caso contemporáneo que se constituye como una condensación absoluta de las tragedias de la historia latinoamericana. Estxs gurisxs son parte y herederxs de los pueblos originarios que constituyen los sectores de la sociedad mexicana históricamente maltratadxs, usurpadxs, asesinadxs, denostadxs, marginadxs. Y es imperiosamente necesario saber qué hicieron con ellxs y dónde están, como parte de la reparación histórica que merece y reclama este pueblo.
La búsqueda de Paula Perassi
El EAAF participa desde el año 2015 de trabajos de excavaciones relacionados a la búsqueda de Paula Perassi. Tenía 34 años y era de San Lorenzo. Fue vista por última vez con vida el 18 de setiembre de 2011 en esa ciudad donde vivía con su pareja. Tenía dos hijxs y estaba embarazada. Ese día salió de su casa con lo puesto y nunca más volvió. Alberto y Alicia, sus padres, la buscan y a la esperan desde entonces, recorriendo un duro camino en el que las decepciones no los hacen flaquear.
—A partir de la investigación, en el año 2015 participamos en los trabajos de búsqueda en una cava en la localidad de Timbúes. Luego de cuatro meses de trabajos intensivos no pudimos encontrar nada relevante a la investigación. Pienso que en este trabajo no solamente me movilizó el hecho del femicidio en sí mismo, sino el haber comprendido cómo van forjándose y estableciéndose las múltiples cadenas de encubrimiento para asegurar que el cuerpo siga sin aparecer— dice Ovando.
—Después hicimos otras excavaciones más pequeñas como en Aldao y distintos lugares que pudiesen estar vinculados a lo que se denunciaba. El año pasado hubo un comentario que llegó por una denuncia, señalando la intersección de las rutas AO12 y 34, ahí estuvimos haciendo otra excavación. Estamos dividiendo el trabajo en la búsqueda de Paula en dos tipo de hipótesis, algunas llevan a pensar en que es imposible encontrar su cuerpo por ejemplo como cuando afirman que fue incinerada en un horno o fondeada en un río. Por otro lado, hay hipótesis que te llevan a la intervención, cuando señalan un predio en el que tiraron el cuerpo. En el caso de Paula Perassi nuestra búsqueda va a terminar cuando tengamos una certeza de qué pasó con ella y esto es independiente a lo que tiene que ver con la causa judicial y con los imputados, nuestro trabajo tiene que ver con lo que es la esencia humanitaria de esto, que es poder dar una respuesta a una familia sobre el destino de su familiar desaparecido— agrega Nóbile.
En el caso de Paula Perassi nuestra búsqueda va a terminar cuando tengamos una certeza de qué pasó con ella y esto es independiente a lo que tiene que ver con la causa judicial y con los imputados.
Esa esencia humanitaria que el EAAF mantiene desde sus comienzos es lo que lo coloca en una condición de ser merecedor del Premio Nóbel de la Paz al que fue nominado.