En un país que registra el desempleo más alto de los últimos trece años, donde se pierde un empleo por minuto, el Gobierno avisa: “Si ganamos esta elección iremos en la misma dirección pero lo más rápido posible”. La reforma laboral que se vuelve a poner sobre la mesa, las exigencias del Fondo y la flexibilización laboral que se da a través de los convenios colectivos sectoriales. La historia de un pueblo con las venas abiertas.
– No queremos más ocultamiento, mentiras, ejercicio patotero del poder, prepotente. No queremos convivir más con la corrupción ni con las mafias. Ahí es donde tenemos que estar juntos dando batalla. Las mafias impiden nuestra capacidad de crecer. Impiden la generación de empleo en nuestro país. Me quiero referir en particular a la patota del transporte. Argentina tiene el costo de transporte más alto de toda la región. Eso es producto de privilegios acumulados en forma ilegal, arbitraria por el señor Hugo Moyano y Pablo Moyano. Lo peor es que cuando los señores Moyano quieren imponer algo le bloquean la planta, entonces lo funden. Esto es lo que se tiene que terminar en Argentina, este comportamiento prepotente, patotero, ilegal, que destruye el futuro de los argentinos. Les quiero pedir a todos aquellos que sufran comportamientos mafiosos y patoteros como los de Camioneros que denuncien, que vayan a la Justicia.
El que habla es Mauricio Macri, los que escuchan son niñxs, el contexto es el Día de la Bandera y el lugar elegido para hacer el acto oficial es un club de barrio en la zona sur de Rosario. Si el tema de la lección es la vaca, Macri habla del burro. De Manuel Belgrano ni se acuerda; A Hugo Moyano lo nombra varias veces en pocos minutos. La estrategia discursiva es atacar al sindicalismo argentino; el contexto, aparentemente, es lo de menos.
Lo que pretende el oficialismo que se termine es la organización sindical, los convenios colectivos de trabajo, la defensa de las condiciones laborales, la legislación que ampara a la clase trabajadora. Este embate aparece hasta en la ficción, donde el parentesco con la realidad no es pura coincidencia. ´El Tigre Verón´ es una miniserie argentina co-producida por Pol-ka, Turner Broadcasting System, El Trece y Cablevisión. Julio Chávez interpreta a un sindicalista corrupto, mafioso, prepotente, patotero: los mismos adjetivos usados en el discurso presidencial para referirse al gremialismo argentino. La reproducción del estereotipo llevado al extremo está en relación de continuidad con la campaña electoral. La construcción antisindical del personaje y de la serie tiene un claro objetivo también perseguido desde el Gobierno Nacional: ridiculizar y deslegitimar a un sector social que en distintos momentos de la historia política se opuso a la –ahora también buscada- flexibilización laboral.
“La palabra flexibilización apareció en la década del noventa pero hoy tiene un agravante que no tuvo en aquella época y es el ataque frontal contra los sindicatos”. La que habla es Luciana Censi, abogada laboralista, y explica que el ataque contra el sindicalismo es un rasgo característico de la década actual, que en los noventa las reformas apuntaban más a la relación del trabajo individual, que si hoy el trabajador piensa que todos los sindicalistas son corruptos es necesario hacer una autocrítica como colectivo. “Es verdad que no son todos corruptos pero hay algunos que sí lo son y que agrupan a un montón de trabajadores y trabajadoras que no se sienten representados”. Luciana habla del claro oportunismo político de la serie. “Este tipo de propaganda en contra del sindicalismo cae como anillo al dedo para ese trabajador que no se siente representado por los dirigentes”.
Natalia Pérez Barreda, economista, coincide con que la serie en este contexto electoral tiene que ver con asociar sindicalismo y peronismo con mafia. Lo relaciona con la meritocracia y el individualismo donde cada uno se salva solo. “Cualquier organización que quiera contrarrestar el poder de las corporaciones es asociada con las mafias”.
La estrategia de perseguir al sindicalismo –en hechos y en discursos- tiene una razón de ser: la exigencia de implementar una reforma laboral. De esta manera se fueron escuchando distintas declaraciones públicas de empresarios:
Cristiano Ratazzi, Presidente de Fiat Argentina: “Tiene que ser mucho más libre y posible tomar gente, no tener más esa gente, cambiar de trabajo y todo eso. Y que no haya bloqueos que reducen la producción”.
Daniel Funes de Rioja, Vicepresidente de la Unión Industrial Argentina (UIA): “Si se quiere que aparezcan muchas empresas -ya que la Argentina necesita más empresas- lo que hay que saber es que el empresario para no tener miedo a contratar, tiene que ser previsible que si le va a mal, pueda descontratar. Cuando no tiene más producción ¿qué va a hacer con la gente?».
Julio Crivelli, Presidente de la Cámara de la Construcción: «Hay muchas empresas que no se fundan, o peor aún, pequeñas empresas que el día de mañana pueden ser grandes, que no son grandes porque pueden terminar de fundirse a los dos años por problemas de despidos, o de esta naturaleza. Necesitamos poder despedir sin causa a empleados en todas las industrias y comercios. Todos nos damos cuenta de que la reforma laboral es necesaria en la Argentina. Es necesario ir a un sistema donde tengamos mayor meritocracia y productividad, y empleo, porque cuando el riesgo de emplear cae, los empresarios emplean”.
Martín Cabrales, vicepresidente de Cabrales S.A. y referente de la industria cafetera en argentina y en la región: “Las empresas quieren que sea más fácil despedir y contratar gente. Como empresario, me gustaría tener mayor flexibilidad para tomar gente, es decir, beneficios. La clave es poder despedir y reemplazar trabajadores sin obstáculos. Hoy si uno tiene un comercio de tres empleados y quiere sacar a uno para poner a otro mejor, por el que tiene que indemnizar hay que vender la mitad del comercio. Una pena que haya tanta economía en negro, hay gente que se pone en negro, porque es imposible estar en blanco».
El Ministro de Producción y Trabajo, Dante Sica, había dicho:
– Vamos a impulsar la reforma laboral. Continuaremos con el diálogo con la CGT y con los sectores empresariales para bajar los costos extra salariales que nos quitan competitividad. Hay un exceso de regulaciones y de penalizaciones que terminan impidiendo las nuevas formas de contratación. Hace un año que está parada la ley del blanqueo laboral. ¿Cómo no voy a insistir si esto es lo que está desprotegiendo a los trabajadores?
La exigencia de implementar una reforma laboral tiene una razón de ser: el Fondo Monetario Internacional.
Natalia Pérez Barreda explica que el mayor problema que dejará el gobierno nacional –en caso de dejar sus funciones en diciembre- es la deuda millonaria que tomó con el FMI. La tormenta que nunca termina: el nivel de deuda ya supera el noventa por ciento de nuestro PBI. “Esto condiciona en adelante nuestra posición en el mundo, y por lo tanto, las condiciones para poder volver a crecer, generar mayor empleo y mejores condiciones de vida para todos”. Para Natalia, ante un panorama internacional complicado, cada gobierno puede tomar distintas políticas. Una opción es aplicar medidas anti cíclicas, lo que recomiendan aquellos economistas más atentos a las problemáticas sociales. Otro camino es el ya conocido: profundizar todas las políticas como el ajuste fiscal y la crisis de reserva, lo cual agudiza las consecuencias sociales y económicas.
El paquete de medidas que impone el acuerdo con el FMI tiene que ver, entre otras cosas, con el ajuste fiscal, la reforma previsional con el aumento de la edad jubilatoria y la reforma laboral. En este marco también se inscribe la Nueva Ley de Aseguradoras de Riesgos del Trabajo, cuya adhesión en la provincia de Santa Fe fue aprobada por unanimidad en Senadores y será tratada en la Cámara de Diputados. Para Natalia Pérez Barreda lo que hay que discutir es el modelo, porque estas políticas se encuadran en una concepción neoliberal de la economía que concibe al trabajo como un costo y que plantea que la economía del país mejoraría si esos costos se reducen. El hecho de reducir los costos y aumentar la competitividad, supuestamente redundaría en mayor empleo. Sin embargo, la experiencia argentina demuestra lo contrario. Desde 2016, cuando asumió el gobierno de la Alianza Cambiemos, se han aplicado distintas políticas económicas para reducir el costo laboral -el salario real en Argentina cayó 18,4 por ciento desde 2015- y sin embargo esto no se tradujo en crecimiento económico por mejoras en la competitividad.
En este año electoral existe la posibilidad de que el gobierno -en caso de que el voto popular así lo dictamine- continúe en sus funciones. Ese escenario profundizaría una herida que no para de sangrar. Los números (a veces) hablan por sí solos. Actualmente se registra el desempleo más alto de los últimos trece años. El Mirador de Actualidad del Trabajo y la Economía releva que en el primer trimestre de 2019 la desocupación llegó al 10,1 por ciento. Natalia recuerda que el hecho de volver a los dos dígitos en el indicador de desempleo es un nivel histórico en el mediano plazo, una cifra récord: entre abril y mayo se perdieron 90.000 puestos de trabajo registrados en el sector privado, lo que equivale a la pérdida de un empleo por minuto. Pero Natalia agrega que esa pérdida del empleo registrado también se ve reflejada en el incremento de aquellos trabajadores no registrados, informales, que no tienen derechos laborales. “Hay una pauperización del mundo del trabajo hoy en Argentina”.
Entre abril y mayo se perdieron 90.000 puestos de trabajo, lo que equivale a la pérdida de un empleo por minuto
Mientras tanto en el mundo paralelo de Macri:
– Que esté tardando más, que lleve más tiempo, no significa que no lo estemos haciendo. Esto es a conciencia-. Dicen que el que avisa no traiciona: – Si ganamos esta elección iremos en la misma dirección pero lo más rápido posible.
El escenario de la reelección auguraría una inminente reforma laboral. Luciana explica que en un país donde hay sindicatos fuertes y organizados, “las patronales van a querer atacar esa unidad y esa organización porque buscan principalmente la explotación total del trabajador para optimizar sus ganancias”. Dice que hoy el rasgo fundamental es introducir la reforma laboral desde la ley y a su vez atacar a los que pueden impedir que esa reforma se lleve adelante. Según ella, el hecho de que el proyecto presentado por el oficialismo haya perdido estado parlamentario, es anecdótico. Natalia se refiere al cambio de estrategia que tomó el gobierno. Como en 2016 y 2017 no consiguió los consensos políticos necesarios para concretar la reforma laboral, empezó a apuntar a los convenios colectivos de trabajo sectoriales. Textiles, metalúrgicos y camioneros son algunos de los gremios con los que intentaron avanzar en la flexibilización.
Quienes piden “modernizar la legislación laboral” lo hacen bajo la justificación de aumentar el empleo, pero las reformas laborales aplicadas en nuestro país entre los años noventa y dos mil lo único que han conseguido es empeorar las condiciones de trabajo de los y las trabajadoras registradas. El mismo esquema se dio en otros países. Luciana aclara que no hay que entender a este fenómeno como exclusivo de Argentina sino como un embate que se viene dando contra el mundo del trabajo y que tuvo un punto de inflexión en 2012 con la reforma laboral de España. Desde ese momento se sucedieron reformas laborales en otros países de la Unión Europea como Italia y Francia. En América Latina, al caso emblemático de Brasil se suma el caso de México y el de Chile. “Es un fenómeno mundial con matices, profundizaciones y brutalidades de acuerdo al signo o al color político que tienen los gobiernos en cada uno de los países”, aclara Luciana.
En Brasil, dice Natalia, todos los análisis indican que la reforma laboral generó mayor precarización de la mano de obra pero no arrojó mejores indicadores laborales. “No existe evidencia empírica que muestre que la flexibilización laboral genere mayor empleo”. Para explicarlo, invierte la ecuación: muchos economistas han mostrado que la protección y la ampliación de los derechos laborales generan mayor compromiso laboral y por lo tanto mejores indicadores de productividad. Dice que si las inversiones no han llegado es justamente por la depresión del mercado interno que en nuestro país absorbe el ochenta y cinco por ciento de lo que se produce. “Las inversiones en el sector productivo no están llegando a pesar de la reducción de los costos laborales. Nadie va a venir a producir si no puede vender. Las únicas inversiones que llegaron son las especulativas que tienen que ver con el dólar y la macroeconomía”.
«Lo que pretende esta reforma es legalizar las condiciones precarias del mundo informal»
Desde el Derecho, Luciana Censi explica que el proyecto original de Reforma Laboral del Poder Ejecutivo es inconstitucional porque viola el artículo 14 bis de la Constitución que establece la protección contra el despido arbitrario. Con la reforma se pretende establecer un fondo de cese laboral, tal como actualmente tienen los trabajadores de la construcción. Como esos trabajadores tienen una actividad que es temporal y que comienza y termina con la obra, la Justicia considera que no es anticonstitucional ese régimen de indemnización. Cuando termina el contrato ellos tienen derecho a percibir el fondo de cese laboral, ya sean despedidos con o sin causa. Pero los demás rubros no tienen un contrato que empieza y termina en un lapso de tiempo determinado sino que son contratos de trabajo por tiempo indeterminado. La reforma propone un fondo de cese laboral que en principio sería aportado por el empleador. “Supuestamente ese fondo sería manejado por el sindicato y los empleadores en una especie de fondo de inversión del cual van a poder disponer y hacer inversiones financieras. Esto atentaría contra el principio de conservación del contrato de trabajo porque el empleador podría despedir cuando quiera al tener garantizada la indemnización por la alícuota que fue depositando en su momento”. La indemnización que el empleador debe pagarle al trabajador en caso de despedirlo actualmente tiene un efecto disuasivo. El Fondo de Cese Laboral también atentaría contra esto.
El banco de horas, otro punto del proyecto original de la reforma, implica que se puede trabajar doce horas un día y otro día menos horas, lo que hace que las horas extras que se pagan el doble no sean contempladas como tales. “Se habilita una mayor capacidad de despido de los empleadores y por otro lado se pasaría a pagar en cuotas el aguinaldo, por lo tanto los trabajadores perderían mayor poder adquisitivo”. Natalia explica que estas cuestiones se aplican en el mercado informal y que lo que pretende esta reforma es legalizar las condiciones precarias del mundo informal. “Hay grandes sectores informales que sufren cotidianamente lo que se quiere legalizar. Otro asterisco que hay que tener en cuenta es que la reforma laboral no considera en ningún momento a las mujeres en sus singularidades y problemáticas particulares. Lo que se pretende con esta reforma es el abaratamiento de los costos laborales”.
Luciana Censi es abogada laboralista desde 2006. Empezó la facultad queriendo ser abogada penalista pero con el devenir del tiempo se fue acercando al derecho laboral y se dio cuenta de que el sujeto de cambio social es la clase trabajadora. Por eso decidió ayudar con sus herramientas técnicas a ese sujeto colectivo. Dice que la decisión mundial del capital de flexibilizar las condiciones de trabajo va a tener que ser enfrentada para evitar lo que pasó en Brasil. “Tiene que haber una resistencia de los actores sociales que serán los perjudicados por este tipo de reformas. Si no se resiste en las calles, en las fábricas y mediante las herramientas gremiales que tienen los trabajadores organizados este tipo de reformas van a colarse”. Para organizar la resistencia, Luciana menciona tres elementos fundamentales que algunos historiadores incluyen en lo que llaman la anomalía argentina: la existencia de delegadxs de base en cada una de las fábricas, algo que está protegido y tutelado por el ordenamiento normativo; los convenios colectivos por actividad; el derecho a huelga, reconocido constitucionalmente, algo que no pasa en el resto de los países de América Latina. “Tenemos que saber utilizar esos tres elementos que nos atraviesan como clase, además de la historia de lucha que tenemos como movimiento obrero organizado”.