Entonces sí, entonces fuimos más de 100 mil personas. Caía la tarde y el Parque a la Bandera ya desbordaba. La gente seguía bajando, lentamente. Seguían caminando, seguían las columnas de organizaciones recorriendo las cuadras, y cuadras, y más cuadras, hasta llegar al punto central donde esperaban los organismos de derechos humanos, donde también estaba una de nuestras Madres, Lila Forestello. Donde las ausencias también latían, fuerte, en la emoción, en la memoria.
A la noche ya éramos miles y miles en el parque, y por las calles seguían marchando.
Ni olvido, ni perdón, ni reconociliación. Este 24 de marzo fue también un grito contra un gobierno nacional que no solo intenta retroceder en políticas de derechos humanos, sino que aplica un modelo económico asfixiante contra las inmensas mayorías. El mismo modelo que aplicó la dictadura cívico militar hace 43 años atrás.
Este 24 de marzo fuimos decenas de miles encontrándonos en las calles para volver a decir Nunca Más, ni un paso atrás.