Dos libros y un proyecto editorial
Rosario ya alberga otro nuevo proyecto editorial independiente. Erizo Editora irrumpió en escena con la publicación de dos libros que dan inicio a su colección de viaje Diásporas. Jardines del Infierno, de Verónica Laurino, y Diarios de Viaje de Fernando Callero, son los primeros mojones de un proyecto editorial autogestivo que se suma al desafío de continuar editando libros en papel, y además, con una fuerte impronta artesanal. Con ellos, dialogó enREDando.
Por María Cruz Ciarniello
De un encuentro nace un proyecto. De una palabra, un inimaginable universo de historias.
El viaje recorre transversalmente mundos diferentes. El viaje une y separa, como un vaivén de memorias que conversan a diario. Explorar los sentidos; divagar; escribir para uno y para esos otros que son millones.
La piel se eriza mientras el interior de uno mismo explota en mil pedacitos configurando un rompecabezas de eclécticos sonidos e idiomas. Algo está por suceder, y sucede, finalmente, en el corazón de una novela o de un diario de viaje.
Un libro siempre es un acontecer.
Se presentó un nuevo proyecto editorial en Rosario: la editorial Erizo que surge a fines de 2011, entre papeles en blanco, libros artesanales y ferias independientes. Sus creadores son Gervasio Monchietti y Lucas Collosa, ambos dedicados a la militancia de los proyectos editoriales autogestivos, ambos deseosos de compartir estéticas, gustos, criterios; eso que podemos llamar “un sueño”.
Con el aporte del subsidio que otorga Espacio Santafesino, Erizo Editora publicó en este 2013 dos libros que dan inicio a su colección Diásporas: la novela Jardines del Infierno, de la escritora Verónica Laurino y Diarios de Viaje del santafesino Fernando Callero. El hilo conductor de la colección Diásporas es el viaje, el recorrido, el andar a veces errante, a veces definido.
“En los dos es posible encontrar experiencias de escritura en contextos extraños. Si bien Jardines… es una novela, la protagonista, Mercedes, se encuentra en un país donde no conoce el idioma, ni las costumbres, y debe adaptarse como puede a esa situación. En el caso de Diarios… el registro es diferente, básicamente porque es un texto de no ficción, pero también el narrador se ve inmerso en una serie de lugares y situaciones que lo desacomodan. Además, en ambos es posible encontrar reflexiones sobre la propia escritura: en el primero, la protagonista debe realizar un libro sobre los Jardines del Infierno, y en el segundo, por la combinatoria que conlleva el diario de disciplina y placer, y que se ven reflejados en algunos pasajes del libro”, explican los coordinadores de Erizo Editora, Lucas y Gervasio.
Los desafíos de ser “autogestivos”
Constituirse en una editorial autogestiva conlleva en sí, la satisfacción de apostar a un sueño colectivo y propio al mismo tiempo. Es situarse por fuera de las reglas que impone el mercado, tantas veces excluyente, sobretodo para aquellos escritores jóvenes e incipientes.
La autogestión también implica un compromiso mayor con el proyecto, un trabajo a pulmón que requiere de un esfuerzo casi invisible, pero constante. En síntesis, ¿Qué significa ser un sello editorial independiente? Gervasio dice: “Es un concepto difícil y en discusión casi permanente. Una editorial independiente se sostiene con sus propios recursos, tiene un catálogo que responde al criterio de los editores de ese proyecto, y además, creo que logra establecer una relación con los autores más horizontal que en una editorial grande o multinacional”.
Entre otros aspectos, señala, por un lado, el riesgo que asume la editorial en la publicación de un libro. El concepto es claro: “no le cobramos al autor por su libro”. Por el otro, el espacio de trabajo: “una editorial independiente suele funcionar en una especie de taller, o ámbito de trabajo donde algún aspecto de la producción del libro pasa por más o menos trabajo manual. En cambio una gran editorial suele estar en un espacio físico más parecido a una oficina.”
Libros: el viaje como relato
Tanto el libro de Laurino como el de Callero, exploran en el recorrido del viaje. Una lo hace desde el género de la novela, mientras el otro registra el andar en relatos escritos sobre la marcha, recuperando la tradición de las bitácoras de viaje. La historia de “Jardines del Infierno”, gira en torno a una protagonista, Mercedes O. quien inicia un viaje hacia un país europeo para realizar una estudio sobre los parques botánicos que han atravesado momentos de esplendor. “El escape personal de la realidad cotidiana, lo exótico y la no adaptación al idioma y las costumbres funcionan no tanto como impedimento para el personaje sino como una forma más de abstraerse del mundo y olvidar.” El libro recorre la cuatro estaciones del año. Y se inicia con el invierno. L a novela intimista de la poeta Verónica Laurino nos invita a traducir la realidad desde otros mundos y miradas, desde las dificultades y torpezas, desde la misma otredad que nos habita.
Fernando Callero habla en el andar. Escribe el instante, relata la vivencia. Actúa en la palabra. El libro, además, reúne ilustraciones de Ponchi, artistas santafesino que lo acompañó en su viaje por Latinoamérica, recorriendo Bolivia, Perú y Ecuador. “Una calurosa tarde de finales de 2010, llenos de cerveza y ganas de salir volando de Santa Fe, con un amigo planeamos un viaje”, escribe Fernando, en la primera página de su Diario de viaje. Lo que sigue, es el itinerario de un infinito universo de imágenes cotidianas que hacen al viaje. Para Callero, “el viaje también es cine, se mueve hacia delante y solo cuenta con algunos signos que detalla el guión, los mapas, las palabras que uno va escuchando en marcha y hacen las veces de enrevesados andariveles para circular”.
Artesanalmente
Editoriales de libros artesanales han comenzado a surgir en Rosario, apostando a la diversidad de la textura y al libro como objeto. Gervasio Monchietti es un antiguo editor de libros hechos a mano. “La edición artesanal la sigo eligiendo porque tiene que ver con mi oficio. Básicamente, me gusta encuadernar, creo que si bien dificulta la posibilidad de realizar grandes cantidades de ejemplares, sigue siendo un método económico y accesible para la publicación. Además de todo el componente humano que le suma al producto final.”
El Ombú Bonsai es otra de las editoriales rosarinas que apuestan a la artesanía del libro. Recientemente, cuentan en su catálogo con el libro de Javier Nuñez, Praga de Noche, Teoría de la Lectura del docente y escritor Roberto Retamoso o Góndola de Andrea Ocampo, entre muchos otros. “Basándonos en técnicas tradicionales de encuadernación y creación de papeles, apostamos por lo singular en su sentido más propio: el que viene determinado por el trabajo de crear ejemplares como objetos de arte o, en otras palabras, de afirmar lo ejemplar como tal; como no-idéntico, como repetición de las diferencias, como no-seriable. Apostamos a la encuadernación como oficio, como la posibilidad de sostener en el tiempo un saber-hacer capaz de resistir y persistir frente al olvido y la homogeneización mercantil, y por eso nuestros libros son, para decirlo poéticamente, “objetos auráticos”, reafirman los tres integrantes del Ombú Bonsai, Nicolás Manzi, Rodrigo Castillo y Rafael Carlucci.
Por otra parte, el crecimiento de editoriales de libros, artesanales o no, es incipiente y prometedor. En un mundo hiperdigitalizado, el desafío se impone. ¿Por qué el libro en papel? ¿Qué es el papel? “Creo que el libro como objeto sigue siendo buscado y sigue legitimando al autor. Además, creo que hay que intentar mejorar las posibilidades de los autores. Hace cuatro o cinco años prácticamente no había ni una sola editorial en Rosario que publicara poesía sin cobrarle a los autores, por ejemplo. Salvo, creo Papeles del Boulevard, o algún otro proyecto casi siempre de carácter grupal, como cooperativas de escritores que se autopublican. Eso ha cambiado”, señala Gervasio. De allí, que Erizo Editoria, junto a otras editoriales independientes de Rosario, proyecta nuevos libros, nuevas propuestas. “Las expectativas son poder publicar lo que tenemos hasta el momento planeado, que los libros se consigan en las librerías de Rosario, Buenos Aires, Santa Fe, Córdoba, que la editorial pueda empezar a generar un catálogo atractivo. Los próximos libros son dos selecciones de poesía: Los abejorros zumban en la ventana, (Selección de poesía contemporánea finlandesa) y Yo soñaba con comprarme una combi (Selección de poesía contemporánea santafesina). Luego, el tercer libro de la colección Diásporas: Goebbels Blues (novela), de Petula; y Baldías (novela, finalista del Premio Clarín 2012), de Laura Rossi. Nos gustaría finalizar el año inaugurando también nuestra colección de ensayos.”