«Una de las nuestras, una de las mejores, se nos fue». La histórica militante, feminista, activista agroecológica, una de las fundadoras de la granja La Verdecita en Santa Fe, Isabel Zanutigh falleció dejando un legado, un camino de amor, enseñanzas, semillas. En las redes sociales hubo innumerables muestras de dolor y tristeza por su partida y el enorme reconocimiento a su histórica lucha.
Por Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito (Santa Fe)
[dropcap]H[/dropcap]oy las feministas estamos de luto. Una de las nuestras, una de las mejores, se nos fue.
Es imposible dejar de recordarla, de seguir abrazándola. Porque fue una pionera, una madraza para muchas. Isabel “Chabela” Zanutigh tenía un espíritu indómito que nos empujaba a avanzar, a aprender, a entender el por qué había que luchar.
En la década del ‘70 Chabela participó junto a otras compañeras del CIAM, Centro Integral de Acción de la Mujer. Con la «excusa» de hablar de cáncer de mama y de útero, en plena dictadura hablábamos de violencia a las mujeres.
En el año 81 hubo un intento de hacer un Encuentro Nacional de Mujeres, pero al comenzar, la policía en una razzia sacó a todas las mujeres.
En los 80 se crea también el primer Sindicato de Amas de Casa. Se hizo un relevamiento en toda la provincia de más de 6000 amas de casa. Se logró entonces la jubilación que Reviglio firma, pero luego Reutemann veta parcialmente su financiamiento Se dijo que a través de la tómbola se iba a recaudar para solventar la jubilació de las amas de casa pero no sucedió. Ese dinero fue a otro lado no a las mujeres.
Las primeras reuniones para formar una multisectorial de mujeres en la ciudad se realizaban en el Sindicato de Amas de Casa, que ella encabezaba. En esa casa antigua se empezaron a gestar muchas cosas: nos fuimos reinventando en otros espacios políticos, gremiales, organizaciones sociales, pero allí se plantaron muchas semillas que a lo largo de todo este tiempo fueron germinando.
En el gobierno de Obeid hicimos con Chabela el » escobazo» donde las mujeres camufladas entraron a casa de Gobierno con escobas y barrieron simbólicamente la entrada de la Casa Gris.
En los 90, junto a otras compañeras, brindó capacitaciones sobre VIH/SIDA a efectores de salud. También en esos años presentaron proyectos de mejoramientos de viviendas para su construcción. Chabela fue además pionera en la lucha contra la soja y su cultivo transgénico.
En el 2000 formó parte de la primera Multisectorial de Mujeres. En el 2001, en plena crisis económica, iban a reunirse con Maguid en UPCN para pedir que los alimentos sean dados primeramente a las mujeres mientras se realizaban asambleas en los barrios.En ese año, a raíz de la crisis, se forma La Verdecita, para que las mujeres aprendieran a hacer su propio alimento.
En el 2003, con la inundación del Salado, Chabela fue la persona que hizo la primera denuncia contra Reutemann.
En 2005 se hizo la marcha de las novias en el monumento a Monzón. Era un 25 de noviembre. Fue la primera acción contra Monzón en la ciudad.
En el 2008 se cortó la vía del tren sojero que pasaba a media cuadra de la verdecita. Fue también para un 25 de noviembre que se cortó la vía del tren sojero en Gral. Paz y Hernandarias, con consigna que luego replicaron otras: “La ruta de la soja es la ruta de la trata”. Fue junto a la asociación Las Diversas, pioneras en la lucha contra la trata en Santa Fe.
Chabela para nosotras fue, es y será siempre un ejemplo de persona, una mujer comprometida y coherente, solidaria con quienes la necesitaban y por sobre todas las cosas: alguien inolvidable que nuestras jóvenes tienen que conocer.
Nos deja muchas enseñanzas. Y entre ellas nos deja “la Verdecita”, una granja agroecológica de la que fue un pilar importante, haciéndonos eco de lo que significa: «La soberanía alimentaria, el poder de decidir sobre nuestro propio cuerpo, la posibilidad de producir y consumir lo que deseamos, lo que creamos, lo que pensamos no nos resulta una utopía lejana; sino una práctica cotidiana”.
Hasta siempre compañera, amiga, madraza, generadora de encuentros, luchadora incansable y docente de una vida que ella nos enseñó que las utopías pueden ser posibles.