Desde 1959, año del triunfo de la Revolución, el 1º de mayo en Cuba se vive como una gigantesca fiesta popular. En el Día Internacional del Trabajador, miles de trabajadores cubanos y de todo el mundo participan del histórico desfile que realza los principios solidarios y humanitarios del Socialismo. Con alegría, música y entusiasmo se manifiesta en la calle la dignidad de todo un pueblo, hostigado desde 1962 por la potencia más grande del mundo. enREDando estuvo en La Habana, celebrando junto a las 500 mil personas allí presentes.
Por Vivi Benito
[dropcap]E[/dropcap]n estas calles se respira otro mundo.
Un mundo poblado de palabras y de conversaciones cálidas, donde hay tiempo para el encuentro con otros, para el pensamiento y la manifestación de las emociones.
En estas calles, entre medio de las piezas del dominó, de la pelota, la poesía y la trova, late otro mundo.
Cada mañana pasan vendedores de ananá, cebolla, mango y banana. Se escucha al diariero, el “arreglador” de colchones y los vendedores de minutas (pescado frito). En las veredas y esquinas los vecinos se encuentran y charlan a los gritos.
A cada paso se me llena el alma de este universo desprejuiciado y alegre.
En las calles de La Habana, como de muchos pueblos cubanos, vibra un universo multicolor. De dulzura frutal, de sabroso café, de habanos y ron.
Hoy, 1º de mayo, casi toda la ciudad está en las calles y en la Plaza de la Revolución “José Martí”, abrazada por las enormes siluetas del Che y Camilo Cienfuegos, revolucionarios que la gente quiere como parte de su familia.
Son las 7.30 de la mañana, desde la noche de ayer cientos de miles de trabajadores, de todos los sectores, llegaron a la plaza provistos de banderas, pancartas, gorras y un entusiasmo admirable. Esta vez son los trabajadores de la Salud Pública quienes encabezan la marcha.
“Para mí es un gran orgullo representar a todos los trabajadores de Cuba con mi presencia hoy aquí en la plaza. Trabajo en el cerro, en un comedor de la facultad de Ciencias Médicas “Dr. Salvador Allende”. Soy ayudante de cocina, trabajo dando comida a todos los latinos que están estudiando Medicina, me vinculo con gente de diferentes países. Este año nos tocó ser los primeros en el desfile y es un gran orgullo, el sistema de salud cubano está presente en todo el mundo”, nos dice Ana Herrera, emocionada. “¡Acá se vive bien, mi vida! Estamos contentos. Bueno, me voy a buscar la guagua (ómnibus) y luego a casa a descansar, nos levantamos a las 4 de la mañana para estar aquí”.
En estas calles se construye otro mundo.
“Siempre vengo al desfile, estar hoy acá significa dar apoyo a la revolución cubana y a todos los pueblos que luchan por una causa libre. Eso nos interesa a nosotros, la justicia y la libertad para todos los pueblos de América Latina, aquí estamos reafirmando los principios de nuestra revolución socialista, una vez más. Hay que luchar por todos estos años que llevamos de nuestro régimen, del socialismo. Defendemos nuestra causa que no se puede derribar nunca. Esta es una impresionante demostración de fuerza del pueblo sin armas, fíjate, con alegría y júbilo”, opina Leonardo Contrera Isac, trabajador del sector Servicios.
Voy caminando en un mar de gente. Hay más de 500 mil personas, el acto cuenta con la representación de 117 países y de 209 organizaciones sindicales y solidarias del mundo entero. Es una fiesta casi indescriptible.
Este año La Habana es la sede del acto central (el año pasado fue Santiago de Cuba), en el palco está el Presidente Raúl Castro Ruz, miembros del partido Comunistas, el Secretario General de la Central de Trabajadores de Cuba (CTC), Salvador Valdez Mesa (único orador del acto), representantes de la Unión de Jóvenes Comunistas, de organizaciones estudiantiles y de masas, la Asociación de Combatientes de la Revolución Cubana, las Fuerzas Armadas Revolucionarias y los diferentes Ministerios.
No hay empujones, la mayoría marcha cantando y bailando: “¡Fidel, Fidel ¿que tiene Fidel? que los imperialistas no pueden correr… Viva los trabajadores, viva el 1º de mayo!!”
“Este es un acto importante para nosotros, somos la representación del pueblo y de los estudiantes universitarios de Cuba. He venido años anteriores. Los cubanos buscamos un mundo mejor, paz y solidaridad”, nos dice Alejandro Beitía, estudiante de la Universidad de Ciencias Informáticas.
“Hace falta que se levante el bloqueo, si se levanta somos el país más rico del mundo. Fíjate que Obama manda bombas por ahí y nosotros mandamos médicos, si se suspendiera el bloqueo y las cosas costaran menos esto sería diferente. Hay que dar la vuelta al mundo para ingresar cosas a Cuba. La economía así no te da, la economía es el sustento de la base política. Estamos resistiendo. Acá no hay palos, no hay policías. ¡Ahora vamos a tomar ron y cerveza para celebrar el 1º de mayo!”, agrega Leonardo.
A orillas del inmenso mar Caribe, a fuerza de trabajo duro, todo un pueblo sostiene esta isla maravillosa, devenida en símbolo universal de la resistencia y la dignidad.
“¡Qué bueno! ¿sos argentina? ¡la tierra del Che! Para nosotros es una gran emoción estar hoy acá, durante años lo hemos estado. Nos da alegría que gente como tú festeje con nosotros y que nos ayude, lo que queremos es que tú le digas al mundo cómo vivimos los cubanos, no lo que dice la CNN. Con la revolución todos pudimos salir a la luz, hace 53 años y seguimos aquí”, expresa Derna, trabajadora del sector Comercio y Gastronomía, desbordada de alegría.
A su lado, una señora mayor dice: “Tengo 82 años y voy a seguir desfilando siempre. Desde que triunfó la Revolución hemos sido para ella y para nuestro país. No somos ambiciosos, nos adaptamos a lo que la vida nos dá y yo me siento feliz de ser cubana”.
Otro mundo, afectivo y generoso, late en el corazón de un pueblo que lleva las energías del sol. De las profundas raíces afrocubanas sobresale una vitalidad desinhibida y exuberante.
En estas callecitas empedradas, de fabulosas construcciones coloniales, la gente se mira a los ojos. Los chicos esperan que llueva para salir a chapotear y jugar en el agua.