El martes pasado la Marcha Federal Universitaria convocó a más de 30 mil personas que se movilizaron hacia Capital Federal desde todos los rincones del país. Estudiantes y docentes de las 55 universidades nacionales gritaron fuerte por salarios dignos, presupuesto para las universidades, la ciencia y la tecnología y mejores condiciones de trabajo. Luego de tres meses de negociaciones sordas en donde el Gobierno Nacional intenta imponer el techo del 20 por ciento a la paritaria, y después de 22 días de paro docente, queda claro que lo que se disputa es el sentido de la educación. La resistencia docente-estudiantil tiene memoria y de cara al centenario de la Reforma Universitaria hay un pueblo que camina para adelante y un gobierno que camina para atrás.
Por Tomás Viú
[dropcap]L[/dropcap]a Marcha Federal Universitaria fue convocada por las cinco Federaciones Docentes (CONADU Histórica, CONADU, FEDUN, UDA y CTERA) y las federaciones estudiantiles de distintos puntos del país (FUA, FUBA, FUC, FULP, FUL, FUR). Además, participaron algunos partidos políticos y gente de a pie, y los científicos e investigadores del CONICET que vienen batallando contra los recortes presupuestarios.
El pedido de los docentes en la paritaria exige un 35 por ciento de aumento para poder acercarse al Salario Mínimo y Vital tal como establece la Constitución Nacional. Pero el Gobierno intenta poner un techo del 20 por ciento y hacer de la paritaria un caso testigo para las demás negociaciones salariales. El plan económico oficial no cierra con paritarias libres.
La marcha recorrió en un primer tramo desde la puerta del Congreso Nacional hasta el Ministerio de Educación, donde hubo un acto con la presencia de todas las organizaciones convocantes. Después, la Conadu Histórica siguió marchando hasta Plaza de Mayo. enREDando recorrió la marcha de la bronca organizada y las palabras de todxs aquellxs que cayeron con orgullo en la educación pública.
Gabriel Domínguez es el Presidente de la Federación Universitaria de Córdoba por la corriente Julio Antonio Mella. Con la FUC viajaron a la Marcha Federal Universitaria en defensa de la educación pública, la ciencia y la tecnología. “Estamos en conjunto con muchas federaciones a lo largo y a lo ancho del país levantando una campaña que tiene como objetivo poner de vuelta en el centro a la educación. Creemos que la oferta salarial que está haciendo el gobierno nacional es un insulto a la educación pública. Hay un ataque directo al conjunto de la docencia, los gremios y el movimiento estudiantil”.
Gabriel dice que el objetivo de la organización es poner un freno al ataque que el gobierno está llevando adelante contra la educación y los derechos del pueblo trabajador. “Estamos expresando una unidad amplia de las organizaciones del campo popular, de aquellos que pensamos que tenemos que construir otra educación en Argentina. Hoy la consigna es resistir en unidad y poder derrotar la ofensiva neoliberal que está llevando adelante el gobierno de Cambiemos”.
Gastón Navarta es Secretario General del Sindicato de Docentes e Investigadores de la Universidad Nacional de San Luis. “Hemos venido a manifestarnos en contra de las políticas que está llevando a delante este gobierno que quiere desmembrar y mercantilizar la educación superior”.
Octavio Miloni, Secretario General de la Asociación de Docentes de la Universidad de La Plata (ADULP), dice que el hecho de ocupar la calle es una respuesta frente a la sordera del gobierno nacional. “Estamos reclamando por salario y condiciones de trabajo. Estamos pidiendo inversión en educación superior y el gobierno nacional mira para otro lado. El tema salarial es lo que motivó el histórico paro de cinco días de la semana pasada y esta marcha federal universitaria”. Dentro de la UNLP funciona la Escuela Graduada Joaquín González que cuenta con un jardín de infantes, una guardería y una escuela primaria. Mauro y Julia son docentes de la Escuela Graduada. “Nosotros estamos reclamando y haciendo visible nuestro pedido de apertura de la paritaria nacional”, dice Mauro. “Estamos acá por nuestro derecho del trabajo y por el derecho de nuestros alumnos a la educación de calidad” agrega Julia. Para la educación de calidad, de la que tanto se habla, el presupuesto y el financiamiento se vuelven esenciales. “El discurso hegemónico de los medios no nos está ayudando”, piensa Mauro. “Mucho de lo que se escucha es que los maestros no trabajamos y no nos capacitamos. El gobierno nacional a través de los medios nos pidió que volviéramos a las aulas. Lo hicimos y aun así no se corrió ni un número la propuesta de mejoramiento salarial”.
“Se está disputando el sentido de la educación pública en nuestro país”, dice Belén Sotelo, Secretaria de Finanzas de FEDUBA (Sindicato de Docentes de la Universidad de Buenos Aires). Desde febrero se está discutiendo la paritaria salarial de los docentes universitarios pero en las seis rondas de negociaciones la propuesta del gobierno sólo ofrece matices dentro del objetivo de poner el techo del 20 por ciento a la negociación. “Parece que no tuviéramos ministro de educación porque Bullrich no da la cara. Primero nos ofrecían 1,4 todos los meses, después en 3 cuotas y en otra reunión la oferta era la misma pero en 2 cuotas”. En la última mesa de negociación, la Secretaria de Políticas Universitarias decidió unilateralmente adelantar un 4 por ciento de aumento a cuenta de la futura negociación. “Con los niveles de inflación, el deterioro de la situación económica y la pérdida del poder adquisitivo acumulado desde que asumió este gobierno, ningún compañero va a convalidar un incremento salarial del 20 por ciento”, advierte Sotelo.
En la misma línea, la Secretaria General de COAD, gremio que nuclea a los docentes e investigadores de la UNR, Laura Ferrer, plantea que el pedido de aumento es del 35 por ciento para poder tener un salario digno. “El salario mínimo vital y móvil no es el que dice el gobierno. Que vaya Macri a vivir con 9 mil pesos a ver cómo sobrevive. Ni siquiera llegamos a un límite de pobreza con esos valores. Hoy no se puede vivir con un salario inferior a 30 mil pesos”, dice Ferrer Varela. Desde Rosario salieron 18 colectivos con docentes y estudiantes “para mostrarle a este gobierno que vamos a defender la universidad, el ingreso irrestricto, el presupuesto y los comedores”.
Belén Sotelo es docente en la Facultad de Ciencias Sociales. Para ella la explicación de la confluencia de docentes, estudiantes, no docentes y la comunidad en general, tiene que ver con el hecho de que está en juego el derecho a la universidad. Dice que a la paritaria se suma la discusión del presupuesto universitario. “Se está reduciendo por primera vez en quince años la inversión en universidad y en ciencia. A la vez hay un intento de mercantilizar la universidad pública y de privatizar muchas carreras”. Para Laura Ferrer hay dos modelos en disputa: la universidad pública, gratuita e inclusiva contra la universidad excluyente que pretende todo gobierno neoliberal. “El gobierno de Macri ha tratado de soslayar los intereses de las mayorías para privilegiar a unos pocos”.
En la movilización nacional estuvieron presentes los centros de estudiantes de las escuelas secundarias dependientes de la UNR. Verona Ciafardoni, vicepresidenta del Centro de Estudiantes del Superior de Comercio, advierte que “como centros de estudiantes, tanto el Poli como el Superior, vamos a apoyar a los docentes en cualquier circunstancia”. Agustín Ricardi, presidente del Centro de estudiantes del Politécnico, explica los motivos por los cuales se vuelven a encontrar en las calles. “Desde hace años venimos viendo que el gobierno nacional no tiene como prioridad a la educación pública. Creemos que la única forma de cuidarla es estando en la calle junto con los docentes y compañeros de las distintas facultades. Queremos poner en la agenda del gobierno el presupuesto para la educación que buscan recortar todos los años”.
Los docentes de universidades privadas, en un acto de solidaridad de clase con los docentes de las universidades públicas, también dijeron presente. Martín Lucero, Secretario General de SADOP Rosario, dice que comparten la lucha de toda la docencia argentina y explica que también acompañan el reclamo porque “la paritaria de referencia de las universidades públicas es la que impacta en el sector privado”.
La política de ajuste aplicada en la educación se replica en todos los sectores del trabajo. Lucero amplía el enfoque: “tiene que ver con un modelo de país que quiere enfriar el mercado interno y planchar la inflación a costa del sueldo de los trabajadores. Las paritarias del sector público son las paritarias testigo que utiliza el gobierno nacional para plasmar este modelo de empobrecimiento”.
Una de las estrategias oficiales es dividir y quebrar la lucha sindical por todos los medios, sobre todo a través de los medios de comunicación. Se demoniza al docente y a todas las organizaciones populares. Hay un ensañamiento con las organizaciones sociales y con los sindicatos. Pero los docentes de universidades privadas advierten que no van a caer en el discurso de las diferencias porque la lucha es una sola. “La unidad del movimiento obrero es un pilar fundamental de la lucha de la sociedad. Todos los discursos que el gobierno pretenda introducir para la división nosotros no los compramos porque sabemos claramente que nuestro lugar es al lado de los trabajadores”, explica el titular de SADOP, que aclara que hoy son muy pocas las universidades privadas que tienen convenios colectivos de trabajo y que ellos también quieren discutir la participación de los claustros docentes en la formación de los programas de estudio.
Octavio Miloni plantea que el debate que se está dando a nivel nacional se encuentra en la tensión entre el rol activo que debería tener el Estado y lo que sucede en los hechos en donde el Estado es gerente de multinacionales que sólo favorece a las corporaciones. “Los docentes universitarios tenemos el rol de defender la educación pública como un valor histórico del pueblo argentino”. Belén Sotelo dice que la cuestión de fondo es la legalidad y la constitucionalidad que este gobierno no respeta. “Lo vemos en el bastardeo de la paritaria que es una institución legal que los trabajadores conquistamos con mucho esfuerzo y que por eso sostenemos y defendemos. También lo vemos con situaciones como la que pasó en Jujuy donde hubo un avasallamiento de la autonomía universitaria cuando la policía ingresó a reprimir un encuentro de estudiantes. Es un desprecio por la legalidad pero también por la legitimidad de los reclamos”.
Permanente ebullición
Actualmente el rector de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC) es el radical Hugo Juri, quien integra el gobierno de Cambiemos. Gabriel Domínguez explica que la UNC está siendo un laboratorio de las políticas del gobierno nacional. “Juri está llevando adelante reformas políticas y académicas que el propio gobierno pone como modelo y quiere extender al conjunto de las universidades públicas de Argentina. Se trata de la profundización de una perspectiva mercantilizadora en la educación”. En el intento de vaciamiento de la universidad, Domínguez dice que “todas las políticas de inclusión que se venían llevando adelante están siendo recortadas y que se está poniendo en cuestión la orientación social del conocimiento”. Además, denuncia que las condiciones laborales de los docentes universitarios de Córdoba están siendo golpeadas por las políticas particulares del gobierno universitario de la UNC.
En el caso de San Luis, Gastón Navarta cuenta que en la universidad se han manifestado a favor de un control biométrico de asistencia que “significa un retroceso en relación con el avance de los últimos doce años”.
Con respecto al estado crítico en que se encuentran las universidades, Octavio Miloni entiende que en la Universidad de La Plata “hay una inercia institucional donde la fuerza que desarrolló un proyecto político institucional puede aguantar embates de políticas neoliberales”. Lo que se pregunta Miloni es “hasta cuándo se puede aguantar”.
La historia de la organización y la lucha estudiantil tiene muchas páginas escritas y está en ebullición permanente. El 16 de septiembre del año pasado los radicales de Franja Morada perdieron, después de 27 años, la conducción de la FUC que quedó en manos del Frente Agustín Tosco, integrado por distintas fuerzas políticas. El actual presidente de la Federación plantea que la FUC es una de las puntas de lanza de la resistencia de este proceso. “Hoy, luego de 27 años, la Federación vuelve a estar a la altura de las circunstancias y a ponerse a la cabeza de las luchas educativas que está dando nuestro pueblo. Eso constituye una reparación histórica y es el resultado de la unidad de las organizaciones del campo popular. Vimos que necesitábamos dejar de lado las diferencias menores y estamos a casi cien años de la Reforma de pie y luchando”.
Efectivamente, el año que viene la Reforma Universitaria cumple cien años. Gastón Navarta dice que “si bien la Reforma de 1918 fue un gran avance, la universidad tiene que ir modificándose y tenemos que llegar al centenario de la Reforma logrando que la universidad sea un derecho para todos”. Piensa unos segundos y recuerda una frase: “la universidad que queremos es el país que anhelamos”.
Laura Ferrer se imagina que en el centenario de la Reforma “estaremos defendiendo esta universidad si es que nos la quieren quitar”. Por su parte, el Presidente del Centro de Estudiantes del Poli dice que “el gobierno nacional busca retrotraer la universidad pública a un estado casi previo a la Reforma Universitaria, recortando la participación de los estudiantes y docentes dentro de los espacios de decisión de la universidad que se conquistaron gracias a la Reforma”.
Seguir cayendo
Mónica Alejandra Costas es investigadora principal de CONICET y trabaja en el área de ciencias biológicas dentro de la UBA. Los principales ejes del análisis que realiza son comunes con el resto de los protagonistas. “Estamos viviendo un gran retroceso. Volvemos a pelear por cosas que creíamos que ya no eran necesarias porque estaba claro el perfil buscado dentro del campo de la ciencia, la investigación y la educación en general”. Costas plantea que hay una campaña de desprestigio hacia lo público como si fuera algo decadente. “La campaña de desprestigio va a todos los niveles y contra todos los líderes que tratan de pelear por derechos básicos como los sueldos, que no pueden estar por debajo de la canasta familiar”. También hace mención a la conjunción de dos fenómenos: el incumplimiento de las leyes por parte del Gobierno Nacional y la violación permanente de los derechos. “Es una violación de la dignidad humana. Cuando hablamos de un 40 por ciento de pobreza es algo que excede a la educación y a la ciencia. El discurso de la pesada herencia, si fuera cierto, no justifica nada. En un contexto en el cual se beneficia al agro y a las mineras y se toma deuda para pagar deuda, decir que no hay plata para pagarle a los docentes es una vergüenza”.
Estamos viviendo un gran retroceso. Volvemos a pelear por cosas que creíamos que ya no eran necesarias porque estaba claro el perfil buscado dentro del campo de la ciencia, la investigación y la educación en general”.
El cuadro de situación actual en CONICET es la sub-ejecución del presupuesto que se dijo que se iba a invertir en ciencia. “Se había dicho que sería el 1,5 por ciento del PBI pero eso no ocurrió sino que hubo un recorte como también se recortó el ingreso a la carrera de investigador”, recuerda Costas. Para ingresar a la carrera de investigación se pide una serie de requisitos. Los jóvenes que ingresan debieron hacer previamente una carrera universitaria, un doctorado, especializaciones, cursos y pasar por varias etapas de evaluación. La comisión asesora, formada por gente especializada, realiza la evaluación y recomienda o no el ingreso a la carrera. Desde el año pasado, hay 500 becarios recomendados que quedaron afuera. Con la toma del Ministerio de Ciencia se logró que les den una prórroga de la beca por un año más con la promesa de que serían reubicados. “Hasta hoy la promesa quedó en el aire. Es muy difícil pensar en la forma de inserción que sería a través de la docencia porque es el mismo presupuesto”, explica Mónica, mientras sostiene con las dos manos una bandera que dice “No al ajuste en Ciencia y Universidad”. “No hay que bajar los brazos. Las bases están diciendo que hay que salir a la calle”.
Julia, docente de la Escuela Graduada, entiende que “ser maestra o profesora implica una capacitación continua porque la situación va cambiando todo el tiempo. Hoy en día para tener un salario digno hay que sostener una cantidad de cursos que se hace muy difícil”. La respuesta que encuentra Julia es la misma que propone Mónica: llenar la calle cada vez que sea necesario.
Agustín Ricardi cuenta que en el Poli es una característica discutir y votar democráticamente si apoyan o no cada vez que hay una lucha docente. “Todos los años sale unánimemente apoyar a los docentes porque entendemos que la lucha es una sola y es por nuestra educación”.
El 12 de mayo del año pasado se realizó una marcha federal similar con más de 70 mil personas, que sirvió para destrabar la paritaria nacional. Sotelo plantea que hoy la situación es distinta porque “el piso de la negociación está mucho más bajo y la posición del Ministerio mucho más endurecida”. Además, dice que “hay un avance mucho más claro en contra de las organizaciones sindicales, no solamente bajando el poder adquisitivo de la clase trabajadora sino también intentando destruir el instrumento de defensa que implican los sindicatos”. Sin embargo, el objetivo de docentes y estudiantes está claro: visibilizar el reclamo para que no queden dudas de que la universidad es un valor de todo el pueblo argentino.
Laura Ferrer espera un llamado después de la marcha federal y de la semana entera de paro. “Queremos que el gobierno escuche cuál es el interés del conjunto de los docentes y estudiantes en las universidades”. Miloni dice que “así como los funcionarios tienen su despacho, nuestro despacho es la calle donde movilizamos y hacemos nuestros reclamos. A partir de la masividad en la convocatoria le planteamos que el descontento es muy grande”.
Belén Sotelo habla de “un profundo amor por la educación pública” y dice que es un lugar donde se conjugan distintas luchas. “Yo soy mujer y la lucha de la universidad se cruza con las cuestiones que estamos discutiendo en la sociedad en relación con la violencia hacia las mujeres”. Dice que el gobierno ataca a los colectivos que representan las principales vallas para la imposición de este modelo y que “esos colectivos somos las mujeres, los trabajadores, los pueblos originarios. Somos los otros, los distintos. Acá estamos. Caímos con orgullo, seguimos cayendo y queremos que mucha más gente caiga en la educación pública”.