Así lo afirmó Graciela Morgade, decana de la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA. Fue una de las redactoras de los lineamientos de la ley 26.150 de Educación Sexual Integral y presentó en Rosario la colección La Lupa de la ESI, que consta de cinco libros que están relacionados a diferentes materias, todos con perspectiva de género y dirigido a docentes. Actualmente a nivel nacional llueven los recortes del presupuesto del Ministerio de Educación destinados a los programas relacionados a esta temática. En la provincia de Santa Fe se espera que se apruebe antes de fin de año una ley provincial de Educación Sexual.
Por Carina Toso
[dropcap]L[/dropcap]a frase “Sin ESI (Educación Sexual Integral) no hay Ni Una Menos, no hay Ni Unx Menos”, comenzó a retumbar en toda la ciudad y en el resto del país. La militancia para que se aplique la ley nacional 26.150 en todas las escuelas está más vigente que nunca, a pesar de los recortes de presupuesto del gobierno nacional para el programa de Educación Sexual del Ministerio de Educación. Pasaron diez años de la sanción de la normativa y los palos en las ruedas no escasean.
Desde que se promulgó en 2006 se planteó como objetivo atravesar todos los años del desarrollo escolar a través de cada una de las materias. A pesar de las confusiones de muchos, ESI no es educar sobre salud sexual y reproductiva. Es mucho más que eso. Es formar a niños y niñas con perspectiva de género. Con respeto por la diversidad. Brindar herramientas para luchar por los derechos de cada quien y poder reconocer signos de violencia y poder denunciarla. Y por último, y no por eso menor, ofrecer el conocimiento necesario para poder decidir sobre sus cuerpos y sus vidas.
Mientras, en la provincia de Santa Fe, desde el Frente por la ESI están bregando para que antes de que finalice el año, la Cámara de Diputados de tratamiento y media sanción a la Ley Provincial de Educación Sexual Integral que recibió un despacho mayoritario de la Comisión de Educación a mediados de noviembre. El objetivo es que para el año siguiente ya se pueda instrumentar el presupuesto correspondiente y los medios necesarios para garantizar la implementación efectiva de este derecho en todo el territorio provincial.
Este proyecto fue presentado por el Julio Garibaldi y sus fundamentos se apoyan en la ley nacional, garantizando esta enseñanza más allá de los gobiernos de turno. También establece que la ESI sea de carácter obligatorio y que se conforme un equipo interdisciplinario, con experiencia en formación docente, perspectiva de género y derechos humanos.
Para el Frente Rosarino por la ESI, que a principios de noviembre realizo un Agitazo para difundir la importancia de la implementación inmediata de la ley, es fundamental avanzar “para modificar los patrones socioculturales de conducta de hombres y mujeres, para contrarrestar prejuicios y costumbres y todo otro tipo de prácticas que se basen en la premisa de la inferioridad o superioridad de cualquiera de los géneros o en los papeles estereotipados para el hombre y la mujer que legitiman o exacerban la violencia contra las mujeres”.
Por otro lado, agregaron que el enfoque de “sexualidad” sostenido por la ley 26.150 supera la noción corriente que la asocia a “genitalidad” o a “relaciones sexuales”. “La sexualidad abarca aspectos biológicos, psicológicos, sociales, afectivos y éticos. Debe incluir mediaciones sociohistóricas y culturales, los valores compartidos, las emociones y sentimientos que intervienen en los modos de vivir, cuidar, disfrutar, vincularse con los demás y respetar el propio cuerpo y el de las otras personas”.
Para el gremio docente Amsafé “la implementarse de la ESI es una decisión política del Estado. Sin capacitar a la docencia es imposible que se lleve adelante este tipo de programas. Aquel docente que va a dar los lineamientos curriculares de la ESI, sin ser capacitado, corre el riesgo de trasmitir en el aula sus propios prejuicios, sus propias subjetividades sin hacer un trabajo con contenido científicamente validados”.
Hasta ahora, en la provincia se desarrollaron programas de capacitación que el gremio calificó de “insuficientes”. Se trata de un curso de formación online, con pocas clases, en el que no se profundiza en la categoría de género, por lo que no aborda esta temática desde una lógica integradora.
La lupa de la ESI
Hace diez años atrás, esta ley comenzaba a tomar forma con la convocatoria a diferentes profesionales para desarrollar los lineamientos curriculares que se implementarían en la normativa. Graciela Morgade, fue una de las docentes convocada. Hoy es la decana de la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA y junto a su equipo de trabajo lanzó la colección La Lupa de la ESI que consta de cinco libros que están relacionados a diferentes materias, todos con perspectiva de género y dirigido a docentes.
“El primer libro tiene contenidos generales, y el resto son para materias determinadas: salud, biología, literatura y formación ética y ciudadana. La idea es pensar que si todos y todas lo único que hacemos es hablar de derechos, los chicos y chicas van a decir que venimos otra vez con la clase sobre derechos. No es eso lo que hay que hacer, la perspectiva de género tiene que permear la lengua y la literatura y así hablamos de escritoras, hablamos de lenguajes y subjetividades. Biología es mucho más que el aparato reproductor por ejemplo”, expresó Morgade tras presentar dicha colección publicada por la editorial rosarina Homo Sapiens.
“Nuestro gran proyecto es que se entienda que hablar de derechos lleva dos clases pero la perspectiva de género tiene que permear todos los saberes que son la base del curriculum que se construyeron en instituciones patriarcales como son las academias y las universidades”, agregó.
– ¿Por qué decidió en este momento lanzar la colección?
– Es parte de una autocrítica de aquel momento en el que participé de la confección del documento para los lineamientos de base de la ley de Educación Sexual Integral. Con el tiempo vimos que entre esos lineamientos y los fundamentos había un vacío de producción académica. Hay que investigar experiencias y eso es lo que hoy se está haciendo. Hay mucho que no sabemos, hay que investigar, publicar y armar redes en distintos espacios. La academia necesita capacitación pero la otra pata es construir conocimiento de manera colaborativa. El desafío es que la ESI crezca en legitimidad. Las escuelas son el proyecto más democrático dentro de la modernidad. Tenemos que seguir trabajando en la tensión que existe con la religión y los sistemas morales con esta ley.
– ¿Cómo ve hoy el panorama general de la ESI en el ámbito educativo?
– Hace muchos años que me dedico a esta temática y entre la mirada histórica y un cierto empecinamiento subjetivo que hace que no baje los brazos, veo que hubo desde la aprobación de la ley de Educación Sexual Integral, un crecimiento sostenido de visibilización, de presencia. Necesariamente hay que tener paciencia porque estos procesos culturales son largos. Pero puedo decir que tengo una mirada positiva. En la actualidad más inmediata, con el cambio de gobierno, con las perspectivas económica y política actuales, veo con preocupación que en el Ministerio de Educación de la Nación hubo despidos que afectaron al Programa de Educación Sexual, hay menos capacitaciones, menos presupuesto para la producción de materiales. Mi preocupación es que el proceso se frene, que se vaya tendiendo a la inanición, que es lo que pasa con las políticas neoliberales, que unas ocasiones son brutales y despiden y otras ocasiones van matando de a poco.
– ¿Ve que hay una decisión política de recortar en este sentido?
– Creo que estamos en un campo de mucha tensión. De hecho en el mes de mayo con algunos compañeros presentamos una solicitada que decía que para decir Ni Una Menos hay que garantizar la ESI. Yo creo que el gobierno nacional está en una encerrona porque si cierra mucho el tema de la ESI va a quedar en contra de lo que es un gran consenso. Hay una necesidad de un trabajo cultural y educativo desde el nivel inicial. Apuesto a que esa contradicción más la suma de todas nuestras participaciones políticas impida que se pueda disolver. Todos los discursos que desde hace años se promulgan en contra hoy están aislados. Hay una sociedad muy alerta, movimientos sociales muy despiertos.
– ¿Si la ley estuviera aplicándose en pleno, hoy estaríamos ante otro panorama con respecto a la violencia de género?
– Estamos en un momento bisagra muy importante. Al margen de la ESI, las políticas de género implican muchas otras áreas. La escuela sola no puede con todo. Muchas de las mujeres que mueren habían hecho denuncias o tenían un botón antipánico. Están faltando lugares para cubrir el después de la denuncia, lugares donde refugiarse, herramientas para una acción mucho más rápida, y esa respuesta falta desde el Estado mismo.