El pasado martes 22 de noviembre se realizó en Rosario el Quinto Debate Académico sobre la nueva Ley de Comunicaciones en la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional de Rosario que no fue tal y que contó con escasa, casi nula, representación de actores locales del campo de la comunicación y de las tecnologías de la información, en una convocatoria que el ENACOM, el Ente Nacional de Comunicación, tituló “Debate sobre Libertad de Expresión y Convergencia Comunicación”.
Por Florencia Roveri
Foto: Enacom
[dropcap]E[/dropcap]n Rosario la convocatoria se conoció públicamente al día siguiente a través de una nota periodística en página completa en su versión papel, del diario la Capital. http://www.lacapital.com.ar/se-debatieron-rosario-los-ejes-la-nueva-ley-comunicaciones-n1288307.html que solo hace referencia a expresiones realizadas por Silvana Guidici, directora del ENACOM, sobre generalidades de la ley y que no menciona a un solo actor local ni puntos del debate realizado en nuestra ciudad.
Una rápida búsqueda en internet señala que el único lugar que publicó la convocatoria fue el sitio web de la ENACOM, donde también se encuentra publicada una breve crónica del evento. De allí se obtiene esta información: la jornada contó con la apertura de Giudici, coordinadora de la comisión redactora de la nueva Ley y de la secretaría de Ciencia y Tecnología de la UNR, Erika Nawojczyk. El debate se organizó en dos paneles: el primero titulado “Hacia la Competencia Tecnológica y Normativa”, del que participaron María Laura Spina, profesora de Derecho y Tecnologías de la Información de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales de la Universidad Nacional del Litoral; Santiago Marino, de la Maestría en Industrias Culturales, política y gestión de la Universidad Nacional de Quilmes; Ricardo Terrile, profesor de Derecho Constitucional de la Facultad de Derecho de la UNR y Gastón Fernández Fellini, secretario de la comisión redactora, como moderador. El segundo panel denominado “Medios, Libertad de Expresión y Convergencia”, contó con las presentaciones de los periodistas María Luján Batallán, Raúl Acosta y Edmundo Díaz de Lezana, y la moderación de la propia Giudici.
Según define el ENACOM, organismo que hoy reemplaza a AFSCA y AFTIC, estos debates académicos junto con los seminarios internacionales, la consulta participativa en Internet, -que viene siendo criticada por ofrecer formato inadecuado para el debate- y las reuniones participativas con actores relevantes -que también han sufrido críticas por no abrir a la participación, como sucedió en Córdoba- serían los mecanismos participativos que está llevando adelante este gobierno para validar el proceso de construcción de la ley, entre otros ante los organismos internacionales que han expresado críticas a la sumamente arbitraria derogación por decreto de las Leyes de Servicios de Comunicación Audiovisual y Argentina Digital.
Imposible no señalar las ausencias notorias en el debate realizado en nuestra ciudad el pasado martes. Solo por nombrar los más relevantes, del campo académico, llama la atención la no participación de las facultades de Comunicación Social de Rosario ni de carreras tecnológicas o de sistemas. No fueron convocadas las máximas autoridades de la Universidad Nacional de Rosario, ni rector, ni vicerrector. Tampoco los sindicatos del campo de la comunicación: el Sindicato de Prensa y de Televisión ni las asociaciones profesionales, las cooperativas y las cámaras sectoriales. No participaron medios de comunicación independientes y sin fines de lucro, ni referentes de las radios comunitarias, organizaciones de la sociedad civil y cooperativas. Mucho menos de comunidades de los pueblos originarios, organizaciones de mujeres, de diversidad sexual.
A la vez llama la atención la realización de este evento en la facultad de Derecho. Entendible sería si esta Facultad contará con un espacio académico dedicado a los estudios del derecho a la comunicación, el derecho informático o debates afines, como sucede en otras ciudades, pero no es el caso. Resulta ineludible la referencia a la afinidad política del decano de esa casa de estudios con el oficialismo. Basta recordar el inicio del ciclo lectivo que propició con la presencia del presidente Macri mientras la plaza San Martín desbordaba de protestas contenidas por un fuerte operativo de seguridad.
Al respecto Santiago Marino, de la Universidad de Quilmes, participante del primer panel, señaló, en un entrevista realizada por el programa Lo que resta del día que se emite por Radio Universidad (FM 103.3), que todos los debates se vienen realizando en las facultades de Derecho de las distintas ciudades (Córdoba, Jujuy, Buenos Aires entre otros). A la vez subrayó algunos puntos de la convocatoria. Remarcó que sería pedante de su parte responder que sí hubo expertos en el tema, en relación a su participación pero que le llamó la atención que no hubiera ni profesionales ni profesores de las facultades de comunicación local. “Me llamó la atención pero no me sorprende” enfatizó el referente de la Maestría en industrias culturales que guarda un perfil crítico de todo este proceso.
Marino supone haber sido invitado porque asistió al primer debate en la facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires, “que sí fue un debate”. “Ahí hubo dos posiciones contrapuestas entre defensores de la libre competencia, por llamarlo así, y especialistas que plantean una noción similar a la que yo expongo que advierte que hay que tener cuidado con la regulación de este sistema porque no es cualquier mercado”. Además asumió que con su inclusión y la de su propia perspectiva, el ente trató de mostrarse abierto y plural en relación al resto de los miradas y reclamos. “Tampoco tengo claro cuánto van a hacer con lo que dijimos”. Y destacó la crítica esgrimida por el abogado Terrile, desde una perspectiva de derecho, al señalar que “estamos discutiendo hacia adelante cuando hay una situación gravísima actual que es el organismo creado por el decreto de Macri, que está reñido con la división republicana de poderes.”
En este mismo reportaje, Marino opinó que el debate realizado en Rosario fue vaciado políticamente contando solo con un miembro del ente y uno de la comisión y con nula representatividad. “Me preocupa el enfoque de esta edición porque se discute con una mirada muy celebratoria del desarrollo tecnológico y la convergencia y yo tengo muchos reparos” acotó.
Por su parte, la Facultad de Ciencia Política de la UNR emitió una carta al Enacom donde señalan: «Es inadmisible, que en lo que se denomina un “debate académico” en torno a una nueva Ley de Comunicaciones, no se convoquen ni interpelen múltiples voces especializadas y comprometidas en este campo del conocimiento. En nuestra Facultad se desarrollan carreras de grado y posgrado específicas de Comunicación. Asimismo, están radicados Centros y Proyectos de Investigación integrados por docentes-investigadores de la Universidad Nacional de Rosario que cuentan con una larga y reconocida trayectoria en la temática. Además, desde la recuperación democrática, nuestra institución ha sido un ámbito de referencia y nuestra comunidad interlocutora protagónica de los diversos procesos de debate, así como también de la formulación e implementación de políticas públicas vinculadas a la Comunicación Social. Este recorrido institucional no puede ser, de ningún modo, desconocido.»
A riesgo de ser tildados de melancólicos por seguir mirando con añoranza el pasado -lo hacemos-, destacamos que quienes tuvimos la suerte de seguir el proceso que llevó desde los 21 puntos por una Ley de Radiodifusión para la Democracia, a la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, (proceso que hasta cuenta con entrada propia en wikipedia, y que tuvo una estancia memorable en nuestra ciudad con el foro realizado en la sede de gobierno de la universidad), podemos afirmar a los cuatro vientos que el supuesto debate realizado en Rosario no fue una instancia participativa, abierta, democrática y muchísimo menos plural.
Numerosos son los actores que bregaron y siguen bregando por una comunicación democrática que sume todas las voces, y que de cuenta de todas las realidades, con políticas que democratizan el acceso a todos los recursos tecnológicos necesarios para garantizar la inclusión social. Lamentablemente hoy no se está hablando de estos temas en estos términos. Sin embargo hay un camino recorrido y una experiencia realizada que servirá de aprendizaje para futuras instancias en las que nuevamente podamos avanzar en derechos.
Sobre la convergencia
En la entrevista con Radio Universidad, Marino delineó una explicación muy clara sobre la convergencia. Citamos textual: “Sencillamente hay dos sistemas tradicionales de comunicaciones. Unos que usan el aire, el éter, el espectro, la radio, la televisión, y que necesitan una licencia para emitir porque utilizan un espacio finito. Otro es el de las telecomunicaciones, en el que algunos usan el aire y otros un cable y en los que la comunicación es ida y vuelta. Por ejemplo hablar por teléfono, porque tiene capacidad para producir y recibir.
Aquí hay un desarrollo tecnológico que es la digitalización que convierte toda estos sistemas comunicacionales en 0 y 1, en unidades binarias que pueden ser transmitidos por todos los sistemas de comunicación. Si combinamos ese desarrollo tecnológico con el avance de internet tenemos entonces la convergencia que sería, como la palabra lo indica, que sistemas que antes eran divergentes, diferentes, heterogéneos en su forma de funcionar ahora sean convergentes y puedan ser soportados por la misma estructura. Básicamente si usas internet para escuchar la radio estás haciendo uso de un sistema convergente.
Es muy común hoy escuchar la radio por el teléfono. Ahí habría convergencia si usás la aplicación de la radio. No si usás el aparato radio que trae el teléfono. Ahí estarías usando el teléfono como si fuera una radio portátil tradicional. Esto tiene una serie de cambios muy importantes en materia de derecho a la información porque ahora hay que tener capacidad económica para montar toda la infraestructura del desarrollo digital y además porque cambian los modelos de negocios. A partir de que todo puede ser transmitido por internet, yo antes no podía escuchar la radio de ustedes porque vivo en Buenos Aires y hoy si la puedo escuchar porque transmiten por internet, pero también esto permite que lo que antes llegaban de un modo abierto con un modelo de negocio tradicional el cable por ejemplo, hoy se pueda consumir solamente por internet y sin paga. Entonces se transformó esa regulación.”