Los familiares del joven asesinado por policías en barrio Tablada denuncian una nueva maniobra que apunta en contra del esclarecimiento del hecho ocurrido el 4 de enero de 2015. El juez de Instrucción Andrés Donnola confirmó la unificación de las personerías de las dos querellas que participan en la causa.
Por Martín Stoianovich
[dropcap]D[/dropcap]esde hace más de un año y diez meses cada un par de semanas en las puertas de los Tribunales Provinciales hay una familia entera que reclama justicia por un asesinato. “Cada vez que la justicia da un paso atrás, lo vuelven a matar”, es la nueva consigna con la que continúan pidiendo investigación y condena a los autores del hecho. Son los allegados a Jonatan Herrera, baleado por agentes de la Policía de Acción Táctica y el Comando Radioeléctrico el 4 de enero de 2015, en un hecho que dejó de manifiesto la facilidad de la institución policial santafesina para apretar el gatillo y matar. Ese día fue el primer asesinato y ahora, dicen, se vuelve a repetir cada vez que desde el poder judicial fallan en detrimento de los derechos de la familia de la víctima.
En una audiencia celebrada este miércoles 23 de noviembre, el juez de Instrucción Andrés Donnola confirmó la unificación de las personerías de las dos querellas que participan en la investigación del crimen. Por un lado, la madre de la víctima representada por las abogadas Cintia Garcilazo y Analía Abreu, y por otro la madre del hijo de la víctima, representada por los abogados Paul Krupnik y Gustavo Feldman. De esta forma se avanzó contra un pedido fundamental de la madre de Jonatan, que es mantener la autonomía de su querella puesto que los intereses de la otra parte no son los mismos. La unificación de las personerías implica que, más allá de que cada querellante mantenga su abogado, los pasos a seguir deberán darse de forma conjunta con acuerdos entre ambas partes.
“Es un fallo escandaloso, tenemos diferencias irreconciliables que escapan a la dinámica del proceso y que deberían ser consideradas a la hora de unificar”, dijo Analía Abreu a enREDando. Desde la Multisectorial contra la violencia institucional, conformada por organizaciones sociales y políticas que acompañan a este y otros casos de gatillo fácil, consideran que se trata de una nueva medida que apunta a afianzar la impunidad a favor de los responsables del hecho.
Actualmente la causa se encuentra en un momento crucial. Son cinco los policías involucrados en el hecho y se prevé que a principios del 2017 comenzará el juicio. Uno de ellos, Alejandro Gálvez, de la PAT, ya fue beneficiado con un juicio abreviado y condenado a tres años de prisión por el delito de abuso de arma agravado por la función pública, tras un acuerdo impulsado por el Ministerio Público de la Acusación. Pero el fallo fue revocado por la Cámara de Apelaciones, que a su vez benefició a Gálvez dejándolo en libertad hasta que se aclare la situación. Así, se espera que Gálvez, junto a sus compañeros de la PAT Ramiro Rosales, Luis Sosa y Francisco Ramírez, y la agente del Comando Radioeléctrico Gladys Galindo, sean juzgados en un juicio oral y público.
En este marco, ya hace tiempo que desde la Multisectorial vienen denunciando distintas irregularidades en la causa. La nueva es que en la audiencia de este miércoles no se trataron los dos temas acordados. Para la audiencia también estaba pactado tratar la prórroga a la prisión preventiva a los agentes de la PAT Rosales, Sosa y Ramírez. Pero solo se trató el tema unificación de las querellas, punto sobre el cual hay una resolución pendiente por parte de la Corte Suprema de Justicia de Santa Fe.
La crítica que plantea Abreu va dirigida al juez de Cámara de Apelaciones Alfredo Ivaldi Artacho, que desde hace tiempo rechaza el pedido de la madre de Jonatan para que no se unifiquen las querellas y que en una audiencia de la semana pasada instó al juez de primera instancia que resuelva definitivamente este tema. “Ivaldi Artacho, de manera exorbitante, irracional y arbitraria se metió a discutir la unificación de querellas. El juez de Cámara no tiene por qué instar a un juez de primera instancia a que haga o deshaga a su criterio”, apuntó Abreu. “Donnola, evidentemente limitado para tomar una decisión autónoma, decide unificar personería”, explicó Abreu. En este sentido, agregó: “Es un fallo escandaloso porque ni siquiera toma en consideración situaciones particulares. Si se unifica la querella, hay que ir entre las dos partes con un discurso único, con una sola versión de los hechos y un solo pedido de pena. Eso es grave para nosotros porque Feldman no tuvo problemas de tratar de llegar a abreviar a tres de los imputados, y cuando no pudo, sostuvo el abreviado solo por uno”.
En la previa a la audiencia, la Multisectorial contra la violencia institucional realizó una concentración para continuar exigiendo que la causa avance hacia una investigación seria y se puedan llegar a un juicio oral y público no solo teniendo en cuenta las garantías de los imputados sino también los derechos de los familiares de la víctima. En esta línea expresaron: “Si se obliga a unificar las querellas, con posiciones irreconciliables, la búsqueda de justicia por Jonatan corre peligro y se abre el camino a la impunidad”.
Por su parte, María Elena Herrera, mamá de Jonatan, manifestó su repudio ante este nuevo fallo pero aun así avisó que seguirán reclamando por la independencia de la querella. “Me niegan el derecho que tengo como mamá de Jonatan de elegir a quién me representa. Pero como familia y desde la Multisectorial sabemos que no va a quedar así, vamos a decidir qué pasos dar, van a ser fuertes para que se haga sentir que no estamos solos, que estamos acompañados”, sostuvo. En este marco, se dio un nuevo paso atrás en una de las pocas causas por casos de gatillo fácil ocurridos en Rosario que tiene a policías imputados en camino a un juicio oral y público. La impotencia y bronca que genera la impunidad parece ser el destino común de los familiares cuando las víctimas son los pibes que mata la policía. Partiendo de ese punto es que decenas de familias y organizaciones caminan en conjunto hacia el lejano horizonte en el que esperan que algún día se asome la justicia.