“Ante tanta vergüenza, orgullo”, reza un fragmento del lema escogido para la undécima Marcha del Orgullo en Rosario, que tendrá lugar este sábado 19 de noviembre a partir de las 17.00 en Plaza Libertad, ubicada en Mitre y Pasco.
Por Martín Paoltroni
Foto: Cooperativa de Comunicación La Brújula
[dropcap]“[/dropcap]Ante tanta vergüenza, orgullo”, reza un fragmento del lema escogido para la undécima Marcha del Orgullo en Rosario, que tendrá lugar este sábado 19 de noviembre a partir de las 17.00 en Plaza Libertad, ubicada en Mitre y Pasco. Desde allí se espera la partida de la caravana, que atravesará parte del centro rosarino hasta llegar al Monumento Nacional a la Bandera, donde se realizará el acto central con la lectura de un documento con las principales reivindicaciones del colectivo de la diversidad. Además, habrá shows musicales a cargo de Mamita Peyote, Chocolate Remix y Kumbia Queers. Como todos los años, en la previa se podrá disfrutar de una feria de artesanos y expositores de temática LGTB.
El lugar elegido para la concentración no es azaroso. Desde hace tres años, las organizaciones consideran necesario reivindicar este sitio emblemático para la comunidad trans rosarina, que representa el punto de encuentro de las travestis que realizan trabajo sexual. Además, sobre calle Ituzaingo funcionó hasta 2014 el histórico bar Inizio, uno de los primeros lugares de encuentro para las sexualidades disidentes que tuvo la ciudad. Este año, la marcha contará con algunas particularidades ya que se conmemoran 20 años de la desaparición física de Carlos Jauregui, uno de los pioneros del activismo gay e impulsor de la primera marcha del orgullo hace 25 años. Además, se cumplen 10 años de la sanción de la Ley de Educación Sexual Integral (ESI), una de las banderas del colectivo.
En este sentido, el reclamo por la implementación de la ESI será uno los puntos más importantes del texto consensuado por la Comisión Organizadora, quienes apelan a la decisión política del Gobierno provincial y nacional para garantizar la real aplicación en las escuelas y los espacios de formación docente. También alertan por el aumento de los crímenes de odio registrados en el último año como consecuencia de la violencia machista, y advierten sobre el avance de las políticas neoliberales del macrismo, que generaron un crecimiento de la violencia institucional perpetrada por las distintas fuerzas represivas del estado. Otros puntos importantes del documento abordan la problemática del VIH, el acceso a la salud para personas trans y la sanción de una ley de cupo laboral para personas trans en la legislatura provincial.
El orgullo en la historia
La primera marcha del orgullo en Argentina tuvo lugar en 1992, en la ciudad de Buenos Aires, convocada por un grupo de organizaciones que se animaron a la aventura de visibilizar en las calles el orgullo de ser y sentir. Aquella primera movilización, en la que participaron 250 personas, significó el puntapié inicial de un período que se extiende hasta la actualidad y que logró la cúspide con la sanción de la Leyes de Matrimonio Igualitario e Identidad de Género en 2010 y 2012 respectivamente. Mientras tanto, en Rosario el primer registro de una marcha de gays, lesbianas y travestis aparece de la mano de Colectivo Arcoíris en el marco del Encuentro de Organizaciones de la Diversidad Sexual, en 1994. El histórico activista rosarino Guillermo Lovagnini recuerda que, junto a Carlos Jauregui y Lohana Berkins, marcharon por peatonal San Martín desde el Centro Cultural Fontanarrosa (ex Bernardino Rivadavia) hasta calle Córdoba, una experiencia inédita y pionera en el movimiento local. El evento culminó con una celebración nocturna en el bar Isadora, donde finalmente fueron detenidos en una redada a cargo de la división de Moralidad Pública de la policía de Santa Fe.
A pesar del hito que significó la primera marcha protagonizada por activistas locales a mediados de los 90’, Rosario volvió a tener su Orgullo recién en 2005 de la mano de la Asociación Civil VOX, que convocaba a marchar cada 28 de junio en sintonía con el aniversario de la revuelta de Stonewall. Lovagnini cuenta que preferían movilizarse un día de semana para obtener la atención de la gente. En aquel tiempo, la temática de la diversidad sexual todavía resultaba un tema marginal para los partidos políticos y algunas organizaciones sociales, por lo que la asistencia se reducía a un grupo de concurrentes que militaban activamente por la causa. Los años pasaron, y la marcha del orgullo en Rosario se mantuvo firme gracias al trabajo incansable de quienes veían la necesidad de mantener la lucha en las calles. Este año, lxs organizadorxs apelan al orgullo como una trinchera, un lugar desde donde resistir los embates de la coyuntura política, un antídoto contra las políticas que amenazan con desmembrar los derechos conquistados.