Mujeres kurdas narrando su experiencia de resistencia en Kurdistan frente a un auditorio colmado. La carta que Milagro Sala, presa política del gobierno de Mauricio Macri, envió desde el Penal Alto Comedero en Jujuy. Cultivadoras de Cannabis y Mujeres afrodescendientes celebrando la realización de los primeros talleres en un Encuentro Nacional. Las Socorristas en Red, acompañando a las mujeres en su decisión de abortar y la resistencia trava y trans presente en el Encuentro. En esta nota, sus voces. Ecos de los tantos que resonaron en una amalgama política poderosa de 70.000 mujeres que se encontraron en Rosario.
Por María Cruz Ciarniello
[dropcap]7[/dropcap]0 mil mujeres llegaron a Rosario. Voces que colmaron de sentido absolutamente todo; desde un colectivo urbano hasta una plaza en el centro de la ciudad. Desde la explanada del Monumento hasta el baño de una facultad. Desde los bares y kioskos hasta las escuelas ubicadas en los barrios. Los espacios, siempre reservados para el patriarcado, esta vez fueron de las mujeres. Nuestros. Espacios hostiles, ajenos, opresores. Lugares donde la mirada patriarcal atraviesa nuestros cuerpos. Donde la violencia machista se apropia de nuestras vidas y nuestra libertad. Los Encuentros empoderan; generar un clima que hasta resulta dificil describir con palabras.
Se vive, se siente. Dicen que ninguna mujer vuelve igual. Que ya no somos ni seremos las mismas. Dejarse amalgamar en esa amorosidad política que nos diferencia e iguala al mismo tiempo.
La plaza San Martín fue el corazón de este Encuentro Nacional. Allí se concentraron muchas de las actividades culturales que se realizaron en simultáneo, funcionó la radio de las cordobesas Red Nosotras en el Mundo, hubo feria, cientos de puestos de artesanias, venta de pines, remeras, libros, películas, fanzines, etc. Las pibas de la Villa 31 armaron una pequeña cancha de fútbol en un sector de la plaza mientras el gacebo verde de la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito sumaba firmas para seguir peleando por la gran deuda de esta democracia.
Y hubo más. La Plaza de Milagro en San Martín y el Río, el anfiteatro lleno de música, la Vigil, la presentación de diversos libros. Proyecciones de películas como Ni Una Menos en Santa Fe. Y la voz de las mujeres latinoamericanas y feministas del Abya Yala. Imposible enumerar todo.
El recorte es personal y vivencial. Las voces, los tonos, las cadencias. Las provincias y los territorios pintados en los cuerpos. El poder circulando, en red, construyendo focos de resistencias colectivas. Feministas y no. Encuentros que por primera vez exploran en muchas, el sentido de ser parte. Y que seguramente ya no lo olvidarán jamás. La huella queda inscripta, como fuegos que arden.
Hay consignas ineludibles: y esos gritos van más allá de una pintada, graffiti, un stencil. Que además, son paredes que hablan. Huellas, más huellas que disparan como armas. Porque nunca, el grito es bastante. Son denuncias: las muertes de cientos de mujeres por abortos clandestinos. La criminalización por abortos espontáneos: Belén, Yamila, Juana, son las historias que nos atraviesan. El asesinato a activistas feministas mujeres como el de Berta Cáceres, el travesticidio de Diana Sacayán. Las cientos de mujeres víctimas de violencia machista en todas sus formas. Las pibas que no desaparecen: se la lleva la trata, uno de los negocios más impunes y fructíferos del sistema capitalista.
El reclamo de las chicas trans y la histórica discriminación y persecución que sufren. Las voces de lesbianas que se hacen visibles y poderosas con la clásica Marcha de las Tortas y que también recuerdan, entre otros nombres, el de la Pepa Gaitán. Las voces de las mujeres que se reconocen como trabajadoras sexuales, las putas feministas, que se organizan y sindicalizan, que estuvieron presentes en este año y que la rompieron en un taller que tuvo que desdoblarse en 7 comisiones. En el 2003, el talle había sido coordinado por la militante de AMMAR Rosario, Sandra Cabrera, asesinada por la policía santafesina. Sí, la misma que reprimió tirando balas de goma al cierre de la marcha.
Las mujeres cultivadoras de cannabis, las afrodescendientes que por primera vez llegan a un Encuentro Nacional con talleres propios. Las madres y hermanas de pibes asesinados por las fuerzas policiales.
Las mujeres migrantes que alzaron sus voces de preocupación y repudio por el Centro de Detención de Migrantes que dispuso el gobierno nacional.
Las mujeres kurdas contando la experiencia de la guerrilla feminista en Kurdistan, siendo aplaudidas por un auditorio lleno en el Normal 2. La lucha feminista latinoamericana en una mesa que unificó su grito contra el golpe de estado sufrido en la región: Fora Temer, siempre. Fora Temer.
La feminización de la pobreza fue uno de los tantos talleres colmados. Es que las políticas de ajuste del gobierno de Macri también son violencia de género y este Encuentro particularmente así lo hizo saber. Un grito unificado contra el gobierno nacional, sin duda. Violencia que se expresa en los cuerpos de las mujeres cuando decenas de programas sociales, sexuales y educativos sufren recortes o directamente son cerrados. Violencia que las mujeres trabajadoras de comedores escolares conocen de cerca cuando ven el aumento de la demanda de niños y niñas que piden por un plato de comida caliente. Violencia que se manifiesta en la falta de trabajo diario, en la precarización laboral que también mata. La voz de los familiares de Melisa Bogarin, trabajadora despedida del ProHuerta Inti de Chaco que falleció producto de una descompensación que sufrió mientras participaba de una asamblea en la lucha por los primeros despidos del gobierno nacional, estuvo presente en este Encuentro Nacional.
«Su compañero de vida Germán nos acompaño en este Encuentro Nacional de Mujeres, para que la memoria la sigamos construyendo entre todxs, el dolor profundo reflejado en sus ojos, aferrado a la pequeña hija de ambos, no le impidió relatar el compromiso de Melisa en su trabajo, ocupando tareas de comunicación para los huerteros, los 8 años de precarizacion que la llevo a transitar desde nuestro gremio la lucha junto a sus compañerxs, y denunciar al gobierno por continuar con las políticas de ajuste. A su lado nos acompaño Alicia hermana de Laura Iglesias quien fue víctima de femicidio mientras volvía de del Patronato de Liberados , su lugar de trabajo en Miramar, Alicia y su familia luchan desde el 2013 por desentramar la complicidad policial en el brutal crimen, y con la amenaza del cierre de la causa. A tres años recuerda a su hermana cada día en los mates compartidos, las charlas, en sus hijas y sus nietos. Mónica, compañera de trabajo, fue quien en este recorrido nos trajo la Memoria de Graciela Príncipe, quien en Rosario fuera víctima de femicidio por quien hoy está detenido y de quien esperamos la mayor condena, Mónica remarcó la importancia de visibilizar las distintas violencias que sufren nuestras compañeras para prevenir consecuencias mayores», escribió Liliana Leyes, militante de la Asociación de Trabajadores del Estado e integrante de la Comisión Organizadora de este 31 Encuentro Nacional.
Milagro Sala, presa política, tuvo su plaza el día domingo por la mañana en el marco del 31 Encuentro Nacional de Mujeres. El reclamo por su libertad se hizo presente en pancartas, en su imagen que recorre el mundo, en los pines de las mochilas de decenas de jóvenes, en las banderas y en la concurrencia del Comité Nacional que desde hace meses trabaja para hacer visible su detención ilegal.
Su voz llegó a Rosario a través de una carta que ella misma escribió y envió desde el Penal Alto Comedero en Jujuy.
“No nos perdonan que nos hayamos empoderado, que hayamos estado de igual a igual con con los hombres en las obras, que nos hayamos convertido en dirigentes. No nos perdonan que hayamos concientizado a cientos y cientos de mujeres. No nos perdonan que hayamos concientizado a cientos y cientos de mujeres, que no hay ninguna razón para que el compañero les levante una mano. Morales y los jueces que nos tienen detenidas ilegalmente no soportaron que una mujer, además negra y también india, haya logrado construir miles de hogares, que no fueron casas vacías sino viviendas como las que soñaba Evita, con la escuela, con el centro de salud, con la fábrica, con la pileta. Hoy, en Jujuy, somos varias las mujeres de la Tupac que estamos detenidas. Detenidas por dejar nuestra vida para construir una provincia mejor, para que nuestros hijos no tengan que pasar por los sufrimientos que nosotras pasamos.Compañeras, siento el abrazo de ustedes todos los días. Cada vez que me caigo pienso en ustedes, que están ahí, siguiendo con esta lucha.A no bajar los brazos, a seguir militando cada día con más fuerza.¡Viva Evita, vivan las mujeres, viva la Libertad!
Desde el Comité Nacional por Milagro Sala sumaron su columna en la marcha. Y sus voces: “Vivimos esto muy emocionadas, tantas mujeres luchando por la libertad de Milagro y los 12 presos políticos en Jujuy de los cuales 8 son mujeres. La persecución de las mujeres junto con los jóvenes es una situación muy grave que estamos viviendo en el país. Estamos todas y todos por un mismo objetivo; visibilizar la detención de Milagro y denunciar que en Jujuy la justicia actúa de una manera absolutamente imparcial. El reclamo es muy fuerte”.
Roxana es usuaria y cultivadora de cannabis. El taller de Mujeres y Cannabis por primera vez se realizó en un Encuentro Nacional de Mujeres y tuvo una participación masiva.
“Logramos este año que se incluya el taller Mujeres y Cannabis. El taller número 23 en la facultad de Medicina. Las expectativas fueron superadas. Hubo 7 salones llenos, en un auditorio hubo más de 200 personas. Es notorio que las usuarias están buscando mucha información. Repartimos 500 semillas para empoderar a las mujeres y que no tengan necesidad de recurrir al narcotráfico sin saber lo que están comprando, porque muchas mujeres somos usuarias. Y el objetivo de las semillas es también empoderarlas para que se autocultiven también su propia medicina. Lo que sorprendió de estos talleres es que había un boom de los medios sobre cannabis medicial y la verdad es que me siento muy feliz porque en todos los talleres se habló sobre el derecho personal del consumo responsable de sustancias más allá del uso medicinal. Se habló de la libertad que es lo que nos une a nosotras como mujeres en este Encuentro Nacional de Mujeres. Lo que no se contempla como uso medicinal cuando hablamos de un aceite es que ese aceite sale de una planta y la planta la cultivan los cultivadores. Quedan muchas luchas por continuar, el narcotráfico nos atraviesa a todas y a las mujeres se las utiliza como envases humanos, muchas veces en situación de vulnerabilidad, y la persona que consume marihuana prensada no sabe que esta siendo cómplice de esta violencia que hay en el prensado. En los debates salió fundamentalmente el valor de la libertad. Se pudo ver a la cultivadora desde una perspectiva más inclusiva. El taller se dio después de 4 años. Fui a Misiones al Encuentro hace 4 años y fui al Taller de Mujeres y Adicciones porque no había un taller específico. Me dieron con todo. Y durante 4 años nos ignoraron. Este año finalmente lo conseguis asique estamos muy felices. No hubo prohibicionistas ni nadie que nos trató de drogadictos, sucios y barderos. Nosotros también tenemos una elección personal.”
Mujeres Afrodescendientes también tuvo su primer taller en un Encuentro Nacional. Laura Omega integra el primer movimiento afrofeminista de Argentina, Matamba. Y dice: “Descendemos de esclavizados, estamos acá porque nuestras ancestras resistieron la trata esclavista, resistieron los golpes y nosotras somos fuertes y por primera vez estamos siendo visibles. Esto es muy emotivo. Estamos como mujeres políticas reclamando nuestros derechos a un gobierno que nos margina y nos discrimina. Que nos deja fuera de la salud y la educación. Que nos niega nuestros derechos, nuestra lengua de origen. Somos el producto de nuestros ancestros. Tenemos el apellido todavía del esclavista: Nadal, Garay, Savedra. No queremos pertenecer más a ellos. Queremos ser libres y vamos por esa conquista. El taller estuvo los dos dias con 100 personas. Muchas se reconocieron afro en ese momento y fue muy emocionante y pudimos recibir apoyo de mujeres de otras etnias, triétnicas, porque no somos solamente europeas. El censo niega nuestra existencia pero si en 1913 el 70% de la población de la ciudad de Buenos Aires, vos calculá cuantas sabemos que somos afrodescendientes”.
Otra de las voces fue el de las Kurdas. Ellas también enviaron una carta desde las montañas de Kurdistan para todas las mujeres argentinas. En un auditorio que rebalsaba, Dilan Bozgan contó la experiencia de la resistencia de las mujeres kurdas. Y sus voces se amplificaron entre aplausos y emoción:
“A pesar de los miles de kilómetros que nos separan físicamente, sabemos que compartimos los mismos sueños, la misma esperanza, los mismos deseos. Una vida libre, pacífica, de autodeterminación, sin opresión ni explotación, ocupación ni guerras ni violencia. El Movimiento de Liberación de las Mujeres Kurdas no solo lucha por la liberación de Kurdistan y una vida libre para la sociedad kurda. Nuestra lucha es una lucha universal que se sustenta en objetivos y valores de toda la humanidad. En nuestra guerra contra los ejércitos de ocupación de los Estados y las fuerzas fundamentalistas que utilizan la máscara del Islam que es el caso del autodenominado Estado Islámico, estamos defendiendo la existencia y liberación de todas las mujeres del mundo. Estamos luchando contra la óptica de un futuro negro en sus formas más extremas del patriarcado representadas hoy en día no solo por el Estado Islámico sino también por el Estado turco que está perpetrando un genocidio sobre la resistencia del pueblo kurdo. Ante estos ataques sobre nuestros cuerpos y nuestras mentes, necesitamos fortalecer nuestra autodefensa. Cuando hablamos de autodefensa no solo significa autodefensa física contra los agresores. Hablamos de una autodefensa activa que no solo es defensa sino que al mismo tiempo es creación. Creación del espacio donde nuestros sueños se convierten en realidad. En Kurdistan estamos haciendo esto a través de la conformación de nuestro propio sistema y estructura basadas en un paradigma de liberación de las mujeres, democrático y ecológico, el sistema patriarcal al que nos oponemos es un sistema organizado globalmente. Para poder establecer nuestro propio sistema libre necesitamos luchar a nivel global, y para esto, necesitamos construir puentes entre nuestros pueblos. Como mujeres kurdas esperamos que este puente entre Kurdistan y Argentina pueda fortalecernos unas a otras,al compartir nuestras experiencias y al convertirnos en pioneras de un frente mundial de mujeres militantes que no solo sueña con un futuro nuevo sino que lo establece”.
La voz de las Socorristas, mujeres que abortan y que acompañan a otras mujeres a interrumpir su embarazo, fue uno de los ecos más resonantes de la Marcha. Con sus pelucas fuccias, las socorristas marcaron el ritmo y el pulso de una movilización llena de color, alegría y denuncia.
Belén de La Revuelta de Neuquén: “La Revuelta existe en Neuquen hace 16 años y empezamos con Socorro Rosa en el año 2010 y después iniciamos una política de extender el socorrismo a otras provincias. Tenemos una plenaria anual que la sostenemos y donde la idea es reunirnos la mayor cantidad de socorristas. Son espacios de mucha formación y donde se comparte lo que se realiza en el año. Es una actividad que nos lleva mucho cuerpo, mucha cabeza y que nos obliga a estar conectadas. Estamos en alerta constante y con una red grande y fuerte, y eso te pone en un lugar sabiendo que se puede llegar a retroceder. Hay un terreno donde todo puede ser dicho de alguna manera, en el Encuentro estamos felices. Esta lleno de mucha energía.”
Florencia Guimaraes Garcia es activista travesti, amiga de Lohana y Diana Sacayan. “Vivo este Encuentro con mucha emoción, es estar constantemente recordandola a través de todas. Participé del taller para personas travestis, transexuales y transgeneros y también en un panel junto a la Campaña Abolicionista. Lohana y Diana son las dos grandes referentes de nuestro movimiento trava, sudaca, originario. Hoy hay mucho retroceso a nivel nacional, las compañeras están nuevamente perseguidas por la policía, por la Iglesia. Hay programas de políticas públicas se han cerrado y ahora no les queda otra que estar en una esquina, pero acá estamos, en plan de lucha. Hay un proyecto de ley de reparación que es para compañeras que son mayores y que son muy pocas, pero es una ley que viene a reparar la persecución, el daño, el hostigamiento que el Estado generó sobre nosotras. Estos encuentros son fundamentales, nos enriquece a todas porque en algunas provincias hay temas que no llegan, no se hablan. Este es el espacio. Buenos Aires no es el ombligo del mundo, en las provincias las compañeras la están pasando super mal, y este es el lugar justo para discutir estas problemáticas, porque nosotras somos sujetas políticas”.