Ya empezó. Recorrer el centro rosarino en estos días va a ser transitar entre una marea de mujeres. Una marea de una heterogeneidad fervorosa, inquietante, movilizante. Marea al fin. El acto de apertura del 31 Encuentro Nacional de Mujeres fue corto, justo, para calmar ansiedades, aplaudir y decir que al fin llegó, es hora de apropiárselo y vivirlo.
Por Laura Hintze (Cobertura Colaborativa)
Ya empezó. Recorrer el centro rosarino en estos días va a ser transitar entre una marea de mujeres. Una marea de una heterogeneidad fervorosa, inquietante, movilizante. Marea al fin. El acto de apertura del 31 Encuentro Nacional de Mujeres fue corto, justo, para calmar ansiedades, aplaudir y decir que al fin llegó, es hora de apropiárselo y vivirlo. La primera gran reunión fue en el Monumento y arrancó desde muy temprano, casi la madrugada. El acto en sí fue pasadas las 10.30 y luego vino el descanso, el momento para recorrer, andar, conocer la ciudad y encontrarse con las compañeras de las organizaciones sociales, políticas y gremiales de todo el país. «Este encuentro ya no es nuestro, es de todas. Cuidemosno porque hace años que el Encuentro molesta y nos quieren difamar, molestar, quebrar», fue el grito final de la Comisión Organizadora. Siguieron los aplausos, las manos en alto el Himno Nacional Argentino.
Los colectivos de todo el país seguían llegando al mediodía de hoy. La peatonal Córdoba se transformó en una corriente permanente de chicas que andaban en grupo, con sus banderas y cánticos sumando color y militancia a un sábado atípico. La gente que no formaba parte recibió con, al menos, respeto. Hubo muestras también de alegría e interés. Nada, a simple vista, que rechace la llegada de las 70 mil pibas.
El documento que se leyó en el acto de apertura estuvo atravesado por el contexto político y social tanto local como nacional. Se hizo mención a todo: desde las bandas narcos y las complicidades políticas, judiciales y policiales en la provincia que da cobijo al encuentro; hasta la cantidad de despidos, los tarifazos, el ajuste. La soberanía de los cuerpos, las producciones culturales, los femicidios, la exclusión de la comunidad trans, el histórico debate por el aborto legal. Todo, todo fue parte de un discurso consensuado y que dejó en claro que estas decenas de miles de mujeres no van a dejar nada fuera del debate desde la perspectiva de género.
Paula Perassi, Sandra Cabrera, Belén, Ana María Acevedo, Lohana Berkins, Diana Sacayan, Elsa Godoy, Chiara Paez, Berta Cáceres fueron los nombres y apellidos de mujeres que representan hoy esas miles que viajaron a Rosario.
El Encuentro ya empezó, pero al momento, solamente empezó. Quedan los talleres, la marcha, las actividades culturales, quedan dos días más para aprender y escuchar. Los talleres son los únicos cerrados, sólo para mujeres. El resto de la ciudadanía puede pasar a disfrutar de este fin de semana con perspectiva de mujer.