Los grandes canales de televisión no hicieron eco, las radios tampoco. Sólo unos pocos medios, transmitieron en vivo la conferencia de prensa de las Abuelas de Plaza de Mayo que anunció la recuperación del nieto 121. En estos tiempos difíciles en donde comunicar este tipo de acontecimientos no es una prioridad del periodismo, estas abuelas de hierro dejaron en claro que la lucha sigue e invitaron a la sociedad acompañar su búsqueda.
[dropcap]E[/dropcap]l nieto recuperado 121 es un hombre de 40 años, hijo de los dirigentes del PRT desaparecidos, Ana María Lanzilotto y de Domingo Menna, hermano menor de Ramiro, docente de La Rioja y sobrino de Alba Lanzilotto, quien fue secretaria de Abuelas de Plaza de Mayo y activa militante de derechos humanos. Sus padres fueron secuestrados en Villa Martelli el 19 de julio de 1976 y llevados a Campo de Mayo en el mismo operativo en el que fue asesinado Mario Roberto Santucho. Ana María estaba embarazada de 8 meses y dio a luz en el centro clandestino de detención de Campo de Mayo a este niño que 40 años después pudo conocer su verdadera identidad.
«Es un muchacho de 40 años que estaba convencido de que no era hijo de desaparecidos, pero se presentó espontáneamente en Abuelas y nos dijo que si queríamos se prestaba a hacer las pruebas correspondientes. Y hoy se enteró de que sí lo es”, expresó Estela de Carlotto, presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, quien junto a Alba y a Ramiro brindó hoy una conferencia de prensa.
“Sabemos que está madurando su nueva situación”, dijo la titular de Abuelas y agregó: «Los nietos ahora son hombres y mujeres, que tienen familias y que tienen que anoticiar a sus proles de la nueva situación”.
Por su parte, su hermano Ramiro le habló directamente. “Acá hay una familia con 40 años de amor acumulados para darte, no vamos a poner condiciones de nada, sabemos que lo que está pasando no es fácil, pero cuanto antes quieras vernos, mejor” dijo y continuó: “Esto para mí no es algo privado, los 121 nietos son un logro de esta patria, que se reconstruye, que se va sanando. Esto es una victoria, estamos celebrando y vamos por más”.
Alba Lanzilotto también le envió un mensaje a su sobrino: “Hermano de Ramiro, hijo de Ana María y Domingo, estamos completamente felices de haberte encontrado, lo que nos pasa es que estamos anhelando el gran abrazo que toda abuela espera de su nieto y este es nuestro momento. Te damos tiempo para que decidas cuándo, esperamos que sea más corto que largo”.
Alba Agradeció el trabajo de las Abuelas y el acompañamiento de la gente en esta lucha: “Trabaje tanto acá que sé lo que las Abuelas sienten y piensan. Cada nieto que aparecía es como si fuera el nuestro. También agradecerle a la gente que con el tiempo entendió la importancia de encontrar a los nietos. Nuestra patria fue un rompecabezas roto por la dictadura y para terminar de armarlo necesitamos la ayuda de todos, también la del Estado. Nadie tiene derecho a cambiarle la historia a estos chicos, en el Estado genocida se creían dioses que hacían lo que les daba las ganas con la gente. Hoy el Estado tiene la obligación de ayudar a esta reconstrucción. A las autoridades que están presentes aprovecho a pedirles que se comprometan desde el alma a encontrar a los chicos, muchas cosas pueden hacer desde el Estado, les pido por favor que se sumen a esta lucha de reconstrucción de la patria”.
Una lucha en tiempos distintos
Ante el cambio del panorama político a nivel nacional, las Abuelas reflexionaron sobre la continuidad del compromiso del Gobierno en el acompañamiento de su lucha y búsqueda. “Tenemos que festejar que tenemos la democracia más larga de la historia, esta dictadura del ‘76 tiene que ser la última y eso depende de nosotros. Indiscutiblemente el Estado es el responsable de reparar lo que hizo el Estado terrorista. Estamos preocupadas por cosas que están pasando en cuanto a la violación a otros derechos humanos. La relación del Estado con Abuelas, por parte del secretario de Derechos Humanos Claudio Bernardo Avruj es constante y permanente. Cuando tengo un problema levanto el tubo y me atiende. En eso hay una relación cordial y con respuesta. Ahora en todo lo demás, hay que seguir luchando en paz sin violencia. Hay que exigirle a los poderes que sean independiente y el día que nos toque volver a votar hacerlo con una experiencia sobre la espalda”.
Tanto Estela como Alba, se dirigieron a la prensa y a los grandes medios con un mensaje y un pedido muy claro: “A la prensa le pido que no enseñen a delinquir, que dejen de mostrar cómo se quema a una mujer o se apuñala a alguien, porque se multiplican los casos, más vale denle ideas a los funcionarios para hacer que esto no pase. Vamos a ver mañana que sale de esto en los medios que están acá, esperemos que mucho”, lanzó la presidenta de Abuelas.
“La identidad no la fue a buscar pero la encontró igual”
Fuente: Agencia ANDAR
Alba Lanzilotto, quien fue secretaria de Abuelas de Plaza de Mayo y activa militante de derechos humanos, es la tía del joven recuperado 121. Se trata del hijo de Ana María Lanzilotto y Domingo Menna, secuestrados el 19 de julio de 1976 en Villa Martelli. El joven, que nació en Campo de Mayo, accedió a hacerse los análisis de sangre aunque no creía ser hijo de desaparecidos. ANDAR conversó con Alba, la tía y con Alba Lanzilotto, la prima. Ambas nos cuentan sus emociones ante la noticia luego de 40 años de búsqueda.
“Cada vez que aparecía un chico yo nunca perdía las esperanzas y pensaba: si aparece uno, ¿por qué no va a aparecer el nuestro? Ahora apareció. Tengo ganas de abrazarlo, de verle la carita. Le pedí a la Virgen que no se produzca nada que le pueda hacer algún daño por vernos. Yo quiero que sepa que puede venir cuando quiera. La identidad no la fue a buscar pero la encontró igual”.
“Cuando Estela me llamó y me dijo ‘Alba, tenes que venir a Abuelas’, yo le contesté que no podía porque me cuesta mucho caminar después de una caída que tuve. Ella me insistió y yo le decía que no. ‘¿Qué pasa, Estela?’, le dije y no me dijo nada. Finalmente coordinamos y fuimos a la sede de Abuelas. Me abrazó y me dijo: ‘es un hombre’. No podía creerlo”, comienza el relato Alba Lanzilotto, tía del joven apropiado en 1976 y que su familia biológica busca desde hace 40 años.
“Cada vez que aparecía un chico yo nunca perdía las esperanzas y pensaba: si aparece uno, ¿por qué no va a aparecer el nuestro? Ahora apareció. Tengo ganas de abrazarlo, de verle la carita. Le pedí a la Virgen que no se produzca nada que le pueda hacer algún daño por vernos. Yo quiero que sepa que puede venir cuando quiera. La identidad no la fue a buscar pero la encontró igual”.
“Pobrecito… ¿saben lo que es no tener idea y que de pronto, en este momento de su vida, se destape todo? En mis años en Abuelas me di cuenta y pensé mucho en cada uno de los niños: cómo los modifica, cómo les cambia todo. Confiamos siempre en el amor para que puedan estar contentos con toda esa historia. Tengo 88 y me toca esperarlo todavía, pero ahora sabemos que está bien, sabe que existimos. No vamos a bajar los brazos nunca, ya no tengo la misma fuerza en el cuerpo que antes pero tengo la palabra y puedo seguir escribiendo”.
“Hasta ahora ninguno de nosotros ha tenido contacto con él porque sabemos que eso va a ser cuando él quiera. Este chico nunca supo nada de nada, jamás en su vida se imaginó que podía ser esta su verdadera historia. Se hizo el análisis convencido de que iba a salir negativo y, bueno, cuando le dijeron los resultados se quedó pálido, se le caían las lágrimas. Ayer lunes Manuel (Goncalvez) lo llamó y habló mucho con él pero necesita tiempo, hablar con quienes él llama sus padres. La mujer que dijo ser su mamá le negó la verdad hasta último momento. Sabemos que le cuestionó mucho que se haga los análisis y le propuso hacerlos en otro lado. Abuelas no permitió esa práctica y los estudios se realizaron dónde debe ser y los resultados fueron esta verdad”, concluyó Alba.
Desde hace años el equipo de investigación de Abuelas y la CONADI investiga la labor de una partera que trabajó para los militares y que firmó varias partidas de nacimiento en La Plata. Su responsabilidad está probada en la apropiación de dos personas, una de ellas Ana Libertad Baratti De la Cuadra. Según esta investigación, la partida de nacimiento del joven recuperado 121 está firmada por la misma mujer que oficiaba de entregadora de bebés apropiados a familias de su propio entorno.
Domingo Menna fue secuestrado en Villa Martelli el mismo día en que un grupo de tareas del Ejército irrumpió en un departamento donde estaban Mario Roberto Santucho -que al día siguiente tenía previsto salir del país-, Benito Urteaga, Liliana Delfino (compañera de Santucho) y Ana María Lanzilotto. Santucho y Urteaga fueron asesinados o heridos gravemente en el lugar. Delfino y Lanzilotto fueron llevadas a Campo de Mayo, igual que Menna. Allí, Ana María tuvo a su segundo hijo, que fue apropiado. Menna y Lanzilotto siguen desaparecidos.
El hijo de Lanzilotto y Menna fue notificado por la Comisión Nacional por el Derecho a la Identidad el viernes pasado y decidió no participar de la conferencia de prensa. La misma se reprogramó para este miércoles a las 13 hs en la sede de Abuelas en CABA.