Conexiones entre el adentro y el afuera es una publicación producida en el marco del taller de periodismo que realiza el colectivo de talleristas la Bemba del Sur en la Unidad N° 3 de Rosario. Este año se presentó la sexta edición de la revista que contiene escritos, reflexiones y diálogos intra y extra muros. La presentación también incluyó la proyección del documental Territorios Libres, otra de las producciones del que participaron jóvenes privados de su libertad. Dos expresiones culturales que nacen de un trabajo profundamente político, colectivo y «amoroso», tal como lo definen los talleristas.
Por María Cruz Ciarniello
Conexiones entre el adentro y el afuera es una publicación producida en un contexto de encierro que, además, habla de la libertad. Trascender los muros aunque el cuerpo permanezca en un mismo lugar durante años. Volar, dicen. Volar con la mente; con la palabra. Con una radio abierta, una obra de teatro. Volar en la cocina; en el gimnasio, en la peluquería, volarse la cabeza con un pensamiento. Volar para zafar. Zafar en ese intento desesperado de no caer disciplinariamente en las normas impuestas por el dispositivo carcelario. Resistir, entendiendo a esa resistencia como un modo de estar, aún dentro de un encierro indecible.
¿Es posible derribar los límites impuestos de una prisión aún estando en la prisión? Quizá la continuidad nos proponga esto mismo: repensar el encierro y sus posibilidades: sus múltiples intersticios. La denuncia es clara y se hace necesario repetirla una y otra vez, hasta el hartazgo: la cárcel es un depósito de personas. De personas pobres y jóvenes. Mujeres y varones. No hay margen para la duda; las condiciones degradantes de detención demuestran, en todas las cárceles del país, la forma brutal en que el Estado viola sistemáticamente los derechos humanos de las personas privadas de su libertad. Basta con recorrer, en Rosario, las sostenidas denuncias que realiza la Coordinadora de Trabajo Carcelario en los penales y comisarías de la provincia. El martirio no es ajeno a un objetivo sistémico: disciplinar, vigilar y castigar.
Por eso, las estrategias del tránsito o las tácticas de resistencia en términos foucaultianos, se vuelven armas necesarias, vitales. La escritura, la comunicación, el arte, la radio, la filosofía. En diferentes cárceles del sur de la provincia de Santa Fe, se desarrollan diversos talleres que persiguen este fin: ser un espacio posibilitador, “tanto de la palabra como de nuevas formas de mirarnos a nosotros mismos. Romper con viejos esencialismos que nos posicionan en lugares inamovibles para los sentidos construidos en torno a la cárcel, y principalmente, sobre quienes transitoriamente la habitan”.
Esto dice el colectivo de talleristas La Bemba del Sur en la editorial del sexto número de la revista Conexiones entre el adentro y el afuera, un trabajo periodístico realizado junto a los internos de la Unidad 3 de Rosario, en el marco del taller de periodismo que allí desarrollan. La publicación tuvo su origen en el año 2009, a partir de la experiencia de un grupo de alumnos de la Escuela Primaria 2003 que funciona dentro del penal. “Esta sexta edición debe ser pensada como la continuidad de aquel proyecto que seis años atrás nacía con todas las fuerzas”.
La revista se presentó a fines de agosto de 2016 y contiene textos y escritos que atraviesan las diferentes historias, pensamientos, sentires de quienes habitan la cárcel. ”Encontrarán textos que apuntan a reflexiones profundas sobre temas profundos: la justicia, el delito, la reincidencia, la potencia, lo posible”, señala el coordinador del taller de periodismo, Mauricio Manchado.
Durante la presentación, Sebastián Caraballo y Lucas Molina –quienes lograron salir por unas horas de la cárcel para asistir al evento- dieron cuenta de la enorme satisfacción por ver impresa esa revista cocinada por ellos junto a muchos otros compañeros del encierro.
“El taller abre las puertas para muchas cosas, para poder dialogar con la gente de afuera, incorporar cosas nuevas a nosotros mismos. Son muchos los que están en la revista, y trata de todo lo que vivimos adentro, lo que transcurrimos día a día, conexiones con todos los talleres. Uno nunca piensa que este momento pueda llegar, y acá estoy, y esto generan los talleres, tener la oportunidad de poder volver, – señaló Sebastián quién también participa de otros espacios como el taller de radio en el que –dice- aprendió a poder dialogar y expresarse sin el “lenguaje tumbero”.
A su lado estaba Lucas. «Aprendí una banda de cosas, y me sirvió a darme cuenta que tengo una nueva oportunidad. De la revista lo que aprendí es a saber escuchar”, expresó.
En esa escucha está la clave. Escucha que se hace cuerpo en palabras sobre la ira, por ejemplo. “…causa mucho dolor, mucho rencor no poder resolver los problemas, querer descargar con lo primero que nos encontramos en el camino”, escribe Lucas en la Revista.
Una escucha que parió un texto colectivo, un cadáver exquisito. Una escucha que reflexiona acerca de la injusticia. ¿Qué es? ¿Qué es justo para cada uno de nosotros?
En esa escucha parida al interior de la cárcel, Jonatan apunta: “lo que es injusto para mi es lo que me esta pasando porque yo me tendría que ir en libertad y todavía sigo acá, pasando un año y medio, y teniendo los beneficios que tendría que gozar. Y Seba Caraballo también señala lo que para él es injusto. Injusto, dice, es que se diga que los presos cobran seis mil pesos de sueldo. “Lo que la gente no sabe es que a nosotros nos descuentan el agua, la luz, nos descuentan el fondo común, y cuando vamos a cobrar tenemos $400 o $380…”
Papeles sueltos es otra sección de la revista. Ensayos filosóficos sobre la realidad, la libertad ambulatoria, el futuro imaginado, el posible, el soñado. El diálogo como premisa. La pregunta como disparador. Y brotan las frases, las historias de vida, las situaciones vividas:
“… uno sale de acá con una mano atrás y otra adelante, y la misma sociedad te discrimina porque tenés antecedentes. ¿por qué no nos dan trabajo? Esa es mi pregunta.”
“…Fui a un par de lugares que me recomendaron, y cuando me preguntaron si estaba detenido les dije que sí. Puso una cara…”bueno vamos a ver cómo hacemos. Dejame tu número que después te llamo”. Me miraron y corte que se re persiguieron”.
“…Claro. Una persona de bien te va a ver como un negro o un chorro”.
“Lo importante de todo esto es tener un plan, un proyecto ¿no? Para tratar de mantener vivo el deseo…
Territorios libres
El territorio de la cárcel es disímil. Recorrerlo es una propuesta de la publicación y también del documental que nació del taller de Comunicación coordinado, en este caso, por María Chiponi. El video dura una media hora y acerca, con la imagen y la palabra, ese afuera que se sumerge en la Redonda. Cada uno de los internos dialoga con la cámara, y a través de ella, trasciende los muros: habla del amor, la infancia, los sueños, la libertad. Así, ese “delincuente” minuciosamente creado y estereotipado por todo una máquina represiva que construye discursos alrededor de dicha figura se transforma en un sujeto de derecho; en un sujeto político que habla de su identidad en permanente movimiento: esas marcas que deja el encierro; esas huellas transcriptas en las infancias diversas de cada uno de ellos. Son sus historias y sus nombres los que hablan y comunican. La singularidad de cada uno de los protagonistas construyendo sus propios recorridos de vida.
Lo que vemos es a la persona dialogando con el afuera; en permanente tensión. Matices que divagan en experiencias diferentes: qué es el amor, ¿existe la amistad en la cárcel? El humor, las risas. El dolor. La vida misma.
“Esto es posible porque hay un grupo de sostiene y que todas las semanas sale a laburar. Territorios también tiene dos sentidos: por un lado pensamos en buscar los territorios que cotidianamente aparecen dentro de la cárcel que son esos espacios que se sostienen con los lazos que se construyen dentro de la cárcel. Y por otro lado, tiene otro sentido, que es disputar el territorio. Hoy recordaba una revista hermosa que se llamaba Tierra de Alguien, y yo creo que Territorios Libres es tierra de alguien”, sostuvo María Chiponi, profundamente emocionada.
Territorios Libres abre ventanas aún cuando no las hay. Ventanas hecha de palabras y escuchas atentas. Ventanas que derriban muros donde muchas veces ni el sol es capaz de colarse.
Ventanas posibles que interpelan un afuera atestado de rejas.
Documental: