Como consecuencia de la batería de medidas del gobierno nacional, las economías regionales y las pequeñas y medianas empresas han quedado al borde del colapso. Un mapa de urgencias donde la movilización de los sectores populares vuelve a convertirse en el motor de la resistencia al ajuste.
Por Jorge Cadús
El mapa del ajuste
Es largamente conocido: en los momentos de crisis nacionales, los gobiernos comunales son -siempre- quienes deben enfrentar con urgencia esa realidad que no generan. El primer eslabón de la cadena estatal que por el contacto cotidiano con la comunidad debe brindar respuestas de manera rápida y efectiva.
En los pueblos del sur santafesino, las medidas económicas tomadas por el gobierno nacional en los últimos seis meses han golpeado profunda y drásticamente el aparato productivo: la devaluación, la apertura de importaciones, la quita de retenciones y el tarifazo (refrendado desde el gobierno provincial) pusieron a muchas ramas de distintas actividades en situaciones límites: productores chancheros que ya han cerrado las tranqueras; tamberos que sobreviven a pérdida; mataderos que ajustan horas y personal; emprendimientos fabriles (costura, calzado) que advierten que apenas tienen asegurada la sobrevida hasta octubre o noviembre próximos; mercaditos que no pueden reponer lo necesario en las góndolas, pequeños tallercitos barriales que emparchan los ingresos, sumado a la multiplicación de kioscos y remises conforman un mapa desolador y preocupante de cara al futuro cercano.
La paralización de la obra pública (provincial y nacional) sumado al freno lógico de la inversión privada en la construcción ha generado ya en el sur provincial la pérdida de cuatro mil puestos laborales, de acuerdo a lo indicado por Sixto Irazábal, de la Uocra Rosario.
Fantasmas que suman a eso que los técnicos llaman «enfriamiento de la economía», y que -en rigor- significa que hay menos plata dando vuelta, y uno tiene que rebuscarse en mil y una changas en la noche del ajuste.
La situación multiplica platos en los comedores escolares o barriales, y el reparto de bolsones semanales con alimentos desde los gobiernos comunales; así como la distribución de bolsones desde organizaciones sociales, centros de Jubilados o distintos credos religiosos.
Aperturas que cierran
Santa Fe vive tiempos complicados. Sus economías regionales sufren el impacto directo de la devaluación, la apertura de importaciones indiscriminada y los tarifazos de gas y energía eléctrica.
Sólo en el primer semestre del año aumentó 16.766% la importación de naranjas, 1.228% la de pollo trozado desde Brasil, 90.000% la de zanahoria y 4500% la de queso azul. Se trata de cuatro de los productos fabricados en Santa Fe más afectados por la llegada de competencia externa, pero no los únicos. Los datos se desprenden del tercer informe del Observatorio de Importaciones, elaborado rigurosamente por el Ministerio de Producción provincial y FISFE, la Federación Industrial de Santa Fe.
En este caso el relevamiento se centró en aquellos productos primarios o con bajo valor agregado. Allí se marca la masiva llegada de bondiola de Brasil y Dinamarca, que se incrementó un 404%; la importación de jardinera en latas desde Taiwán, Líbano, Francia y China; y la situación de la producción de naranjas en Malabrigo, que se encuentra con competidores de México, España, Chile y Uruguay, cuya presencia se incrementó en más de un 16.000%.
Cerveza de México o Bélgica; muebles de China, Vietnam, Indonesia, Malasia y Alemania; quesos desde Brasil, Uruguay o Estados Unidos: jamón crudo de España e Italia; copas de Eslovenia, Turquía, Eslovaquia o Arabia Saudita; artículos para servicio de mesa llegados desde Colombia, EEUU y Portugal completan el mapa de la devastación de la producción local y su horizonte negado de futuros.
Descalzos por los caminos
En su paso por Acebal, el ministro de la Producción, Luis Contigiani, mantuvo un encuentro con representantes del sector industrial del calzado y afines, con el objetivo de abordar la situación y el escenario productivo de la región ante la apertura de las importaciones y el impacto en las pequeñas y medianas empresas que se dedican a esa actividad.
Santa Fe es una provincia referente en el sector y el rubro tiene fuerte presencia en Rosario, Acebal, Alvear, Granadero Baigorria, Pavón Arriba y Alcorta, entre otras localidades.
Concluido el encuentro, Contigiani remarcó la necesidad de «levantar la voz y defender los intereses productivos de las empresas de nuestra provincia. Para Santa Fe, la industria del calzado involucra a una gran cantidad de PyMES que afectan a más de 4 mil trabajadores distribuidos en diferentes localidades. Por eso, la debemos cuidar y proteger articulando acciones desde el ámbito provincial que nos permitan contener y defender la producción y el trabajo».
El representante de la Cámara de Calzado y Afines, Alberto Serra, destacó también el profundo perjuicio que trae al sector los distribuidores que comercializan calzados importados; al tiempo que hizo hincapié en la caída del consumo como otro factor responsable de la merma en la producción.
En el rubro calzado, las importaciones treparon un 35% más que el año pasado; llegando a ingresar un total de 13.425.983 de pares provenientes de China, Tailandia, Vietnam e Indonesia.
El presidente de la Federación Industrial de Santa Fe, Guillermo Moretti, explicó que «Santa Fe tiene una gran variedad de sectores y muchas Pymes. Acá hay un tema importante: por cada obrero industrial hay entre 2,3 y 2,7 por afuera de la industria. En las carroceras, por cada uno, hay 5 afuera. Mirá el impacto».
En forma paralela, Luis Contigiani sostuvo que el gobierno nacional «ha optado por la primarización del modelo productivo, muy lejos del modelo de desarrollo, y con el olvido del mercado interno».
Frutilla sin postre
«En el Observatorio de Importaciones que hemos creado vamos monitoreando toda la producción de Santa Fe día a día con un buen equipo técnico, y en ese monitoreo nos salto el tema de la frutilla», relata Contigiani; y expone los datos recogidos en el Tercer Informe del Observatorio: el ingreso de frutillas creció en un 423%, alcanzado la nada desdeñable cifra de 120.400 kilogramos importados en los primeros seis meses del año.
El ministro de la Producción santafesino explica el trasfondo de la situación: «volvemos al punto inicial: funcionarios que son proclives a creer más en el mercado que en la regulación, no creen en el tema de los cupos, se asustan con la palabra cupo, no administran el comercio exterior. Entonces, tres o cuatro empresas que se sienten con mucho más campo libre para decidir y actuar en términos de mercado importaron 120.000 kilos de frutilla. ¿Por qué? Porque los productores de Coronda están negociando ahora el precio con la industria».
Entonces, para pisar el precio a los productores, estas empresas importan 120.000 kilos de frutilla desde Marruecos, Polonia y China.
Para Contigiani, las Pyme atraviesan una situación complicada, «por un escenario de importación, aumento de costo de producción, caída de ventas. Se avizora en el futuro una exportación en crisis para productos a países como China y Brasil. Y vemos que algunos funcionarios de la Nación vuelven a instalar como discurso la inviabilidad de una empresa. No es dos más dos, igual a cuatro. La viabilidad de una empresa tiene que ver una visión más compleja de espacio económico y de intereses contrapuestos. Entonces las veo complicadas a corto plazo».
El modelo
Hernán Lechter es director del Centro de Economía Política Argentina (CEPA), que en los últimos meses ha generado una serie de lúcidos y certeros informes que han desnudado el efecto devastador de las políticas del macrismo sobre los sistemas productivos regionales.
En diálogo con este cronista, Lechter sintetiza esos efectos en un par de cuestiones de trazo grueso: «el macrismo había mencionado que con la devaluación y la quita de retenciones, las economías regionales se iban a reactivar. Y esto no es real. Básicamente por dos razones: primero porque esas mismas decisiones le trajo aparejada a varias de esas economías regionales aumento de costos. Para los sectores de producción porcina o de lácteos, el aumento del maíz le ha significado un aumento de costos y por lo tanto no resulta lo suficientemente rentable. Pero además, habida cuenta de cómo están estructuradas esas economías regionales, los márgenes adicionales de ganancias no se han visto reflejados en el bolsillo del pequeño productor. ¿Qué significa esto? Por ejemplo, hubo un reclamo de productores de frutas de pepita en Plaza de Mayo, que todos habrán visto. Ahora, cuando uno va al supermercado, el kilo de manzana está $40, y el productor recibe $6. ¿Qué está pasando? Evidentemente la cadena de distribución se queda con un margen de ganancias adicional por encima del aumento del precio, y no se refleja ese aumento en lo que se le paga al productor. Por eso a las economías regionales les va peor que en la etapa anterior», resume el economista.
En relación a la carne de cerdo, de acuerdo a los números del Observatorio de Importaciones, el ingreso al país creció un 85%, afectando directamente a localidades como Chañar Ladeado, Venado Tuerto, Carcarañá, Correa. Zavalla, Totoras o Alcorta. De enero a julio ingresaron 11.323.273 kilos desde Brasil y Dinamarca.
«Cuando vez el proceso de los últimos años, el porcino tiene algunas particularidades: a nivel mundial es uno de los pocos mercados en donde la demanda crece. Al porcino, en cualquier parte del mundo, a un costo razonable, lo vendés», explica Lechter; al tiempo que advierte: «en Argentina la devaluación y la quita de retenciones hizo subir de manera significativa el precio del maíz, que es el principal insumo para la producción de cerdos. Entonces pasa que no es rentable producir cerdos a pesar de que lo podrías vender en cualquier lugar. Y por último, la apertura indiscriminada de importaciones hizo que estemos trayendo cerdos de cualquier parte, y cae la producción en Argentina».
Para el especialista en economía política, «la cuestión estructural no se resuelve y no hay voluntad de resolverla por parte del macrismo, y eso lo han planteado con toda claridad. El gobierno actual tiene una mirada donde la tendencia es que el mercado se ordene por sí solo, y eso significa que el que tiene más margen, más espaldas, el más grande, tenga más herramientas para apropiarse del excedente por sobre el pequeño. A eso no se lo pretende resolver, entonces uno puede ver a futuro que no habrá beneficios para los pequeños y medianos productores o las economías regionales. Al contrario, lamentablemente este derrotero no va a tener variaciones».
El futuro
En mitad del panorama que se presenta para las producciones regionales y las pequeñas y medianas empresas enclavadas en el sur provincial, la región intenta la búsqueda del trabajo negado.
Las urgencias se multiplican en el día a día, y la vida cotidiana se estira en la búsqueda de la changa que pague los servicios o la cooperadora escolar; o simplemente ponga en la mesa del mediodía familiar un plato de comida.
El senador Germán Giacomino ponía datos certeros a la realidad del empleo: «venimos de una reunión de los presidentes comunales del departamento con el ministro de Seguridad provincial, Maximiliano Pullaro, donde él nos confirmó que sólo Rosario tiene 25.000 desocupados nuevos. Y esa es gente que todos los días generaba un movimiento económico en cada uno de sus barrios o sus lugares, y esto ha hecho caer las ventas en negocios y comercios. Bueno, nosotros estamos atravesando la misma situación».
En diálogo con Enredando, Giacomino presentó un ejemplo concreto del impacto de las medidas nacionales de devaluación, apertura de importaciones y tarifazos en nuestra región: «hoy sabemos las bajas que ha tenido la fábrica de calzados de Alcorta. Son bajas increíbles, con una caída en los pedidos de producción que superan los 40.000 pares de calzados».
«Nos pasa en Villa Constitución, con empresas que producen productos específicos para implementos agrícolas, que han tenido una caída estrepitosa en el mercado y están al borde del cierre. Bueno, tratamos de adaptar a esas empresas para que fabriquen otros tipos de elementos, buscando nuevos mercados a nivel local, regional y nacional. Se hace muy difícil, por no decir imposible, competir con el mercado externo, porque lo que ingresa lo hace a un valor muy bajo», sintetizó Giacomino; al tiempo que marcó situaciones «que son increíbles: hoy a los frigoríficos de la región le conviene traer la carne de afuera que hacer la faena local de los animales. A mí me parece que si seguimos en este camino vamos a tener que soportar una situación muy difícil como país».
Movilizados
Como respuesta al ajuste, el tarifazo y los despidos, surgió una vez más, desde Villa Constitución, la Intersindical, un símbolo de lucha y unión de los gremios por la defensa de las reivindicaciones económicas, laborales y políticas de los trabajadores. Integrada por dirigentes de los diferentes gremios de la ciudad, la organización abordó la situación preocupante de la ciudad dentro del contexto nacional; al tiempo que elaboró un documento que invita a sumarse a la población a participar de una manifestación en la plaza de la Constitución el jueves 1º de septiembre.
«Una vez más la historia nos pone al frente para volver a defender derechos económicos y sociales ganados en diferentes procesos históricos. No es momento de mirar hacia otro lado, no es momento de egoísmo, hoy más que nunca hacemos un llamado a toda la población, los movimientos sociales, las vecinales, a organizarnos para tomar acciones concretas, para que nos devuelvan lo quitado», comienza diciendo el escrito conjunto.
«Que nos devuelvan ya los más de 160.000 puestos de trabajos arrebatados brutalmente a los trabajadores; la tranquilidad de poder llegar a fin de mes con el sueldo; las condiciones necesarias para los empresarios puedan vender sus productos y no suspender más trabajadores. La protección de nuestra industria nacional para no perder más puestos de trabajos.
Tarifas de servicios de luz y gas que podamos pagar. Un estado que trabaje por los intereses de las clases populares ya que quienes tienen mucho no necesitan del Estado. ¿Hasta cuándo creen que el pueblo trabajador cargará en sus espaldas, la fiesta de pocos? ¿De verdad piensan que este traslado brutal de los recursos hacia los que más tienen, el pueblo lo va a soportar?», se pregunta la Intersindical. Y continúa diciendo: «No nos sirve un estado internacionalmente competitivo porque esas ganancias son para unos pocos, y para los de afuera, aunque vivan adentro. No sirve un estado distributivo que no garantice la equidad y el acceso al trabajo, a la salud, a la vivienda y a la seguridad de todos los argentinos».
«Por todo esto pedimos que este 1º de septiembre Villa Constitución se ponga de pie y nos acompañe a la histórica plaza para reclamar y poner un freno a todos estos abusos. Por ustedes, por sus hijos y por los miles de compañeros que dieron su vida para reivindicar derechos y reivindicaciones que hoy nos quieren quitar», cierra el documento que cuenta con las firmas de los referentes de UOM, ATE, Amsafe, Luz y Fuerza, Asimra, Camioneros, Sadop, Mercantiles, Judiciales, Portuarios, entre otras tantas organizaciones del sur provincial.