Rosario es una ciudad de contrastes. La paradoja en los últimos diez años ha sido el “boom de la construcción” de la mano del aumento creciente del déficit habitacional.
Según datos del Censo 2010, en la ciudad existen 80 mil viviendas deshabitadas, mientras más de 50 mil las familias atraviesan necesidades relacionadas con la situación habitacional. A su vez, hoy se registran aproximadamente 100 villas, más que en los años ’80 y ’90 cuando había 88 asentamientos.
Es decir, un tercio de la población tiene negado el derecho a una vivienda digna. Lo que ubica a Rosario entre las ciudades del país con mayor déficit habitacional.Esta realidad es el resultado de un Estado local sumiso ante poderosos inversores vinculados al mercado inmobiliario y a los grandes emprendimientos comerciales, que lo fueron convirtiendo en un “Estado inmobiliario”, capturado por la especulación privada, en detrimento de su carácter transformador, la defensa del interés colectivo y, sobre todo, de los más desprotegidos.
Una nueva relación entre Estado, sociedad y territorio es el camino para dar respuesta a muchísimos rosarinos que carecen de infraestructura social básica y servicios públicos dignos, y aún esperan políticas públicas que les permitan dejar de ser meros habitantes para constituirse en ciudadanos protagónicos de una Rosario con inclusión, justicia social e igualdad de oportunidades.
(*) Foro Rosario para Todos.
Fuente: El Argentino