En el marco de un nuevo día del periodista, diversos sindicatos de trabajadores y trabajadoras de prensa de todo el país marcharon en la ciudad de Buenos Aires para exigir el cese de despidos y mejoras en las condiciones laborales. Mientras el macrismo afila sus armas contra la libertad de expresión, la prensa se organiza y sale a las calles con la unidad como bandera.
Por Martín Stoianovich
– “Se revitaliza la discusión nacional de sindicatos y federaciones en relación a cómo hacemos para coordinar todos cuando tenemos los mismos problemas. El desempleo, el ataque furibundo de las patronales contra las condiciones de trabajo, y la caída salarial, atañe a todos los trabajadores de prensa del país”. Randy Stagnaro – Delegado de Tiempo Argentino – Sipreba.
– “Empezar a trabajar en un camino de unidad, que es lo que necesitamos todos los trabajadores. No sólo por el gobierno de Macri, sino desde siempre. Dejar de lado diferencias y juntarnos por los intereses de los laburantes”. Oscar Gijena – Secretario General de Asociación de Prensa Tucumán.
– “Este 7 de junio fue el peor día del periodista de los últimos tiempos. Esto no quiere decir que en los años anteriores hayamos estado bien, porque veníamos sosteniendo reclamos de regularización de trabajadores. Pero vemos que en este último año hubo un retiro del Estado que no es inocente”. Nicolás Lovaisa – Delegado de Radio Nacional Santa Fe – Asociación de Prensa Santa Fe.
– “Acompañamos a los trabajadores de prensa, para que cesen los despidos de trabajadores y los cierres de diarios. Se demoran las paritarias porque se especula con los despidos. Reclamamos el pase a planta permanente de todos los contratados”. Javier De Pascuale – Radio Nacional Córdoba.
– “Este movimiento nació desde las base. Por eso estar hoy en una movilización nacional es importantísimo, por haber puesto al gremio de prensa de pie nuevamente”. Gerardo Morel – Delegado de Clarín/Agea.
– “La unidad es prometedora. Es fundamentalmente potente y arrolladora. Es la unidad de los trabajadores organizados la que nos va a permitir estar a la altura de las circunstancias”. Edgardo Carmona – Secretario General Sindicato de Prensa Rosario.
El denominador común fue la unidad. Como bandera, como compromiso y como horizonte. Una masiva movilización en Capital Federal del gremio de la prensa partió en la tarde de este jueves 8 de junio, en el marco del día nacional del periodista, desde el Obelisco hasta el Ministerio de Trabajo de la Nación. La movida fue impulsada por la Mesa Nacional de Prensa, integrada por la Federación Argentina de Trabajadores de Prensa (Fatpren), la Federación de Trabajadores de la Cultura y la Comunicación (Fetraccom), el Círculo Sindical de la Prensa y la Comunicación de Córdoba (Cispren), el Sindicato de Prensa de Buenos Aires (Sipreba), la Asociación de Prensa de Santa Fe, el Sindicato de Prensa de Rosario, el Sindicato de Prensa de Mar del Plata y la Asociación de Prensa de Tucumán. Los reclamos, con el gobierno nacional como principal destinatario, fueron concretos: basta de despidos, basta de precarización, sueldos dignos y libertad de expresión. “No queremos saludos, queremos trabajo” y “Sindicatos, de los trabajadores, ni de las empresas, ni de los patrones”, fueron las consignas que sobresalieron.
La movilización puso de manifiesto distintos aspectos. Por un lado el panorama complicado para los trabajadores y las trabajadoras de prensa de todo el país. Por el contexto nacional de ajuste e inflación, pero también por la libertad que el actual gobierno nacional le brinda a las grandes empresas mediáticas a la hora de tomar decisiones, que no casualmente suelen atentar contra los derechos de los trabajadores. Según denuncian desde la Mesa Nacional de Prensa, en lo que va de la gestión macrista se concretaron más de dos mil despidos en el área en todo el país en un marco nacional que ya roza los doscientos mil despidos. Pero por otro lado, este hecho sin precedentes en la historia reciente de Argentina, dejó a las claras que hay una demanda pendiente y que la unidad de los trabajadores de prensa hace tiempo debería haber superado los obstáculos de las diferencias políticas para bregar por los intereses de los trabajadores. Así, el panorama hubiera sido distinto para el macrismo, que en sus primeros seis meses de gobierno marcó la cancha con demasiada facilidad. Por eso los testimonios de los referentes de distintas provincias saludan esta movilización pero también hablan de reclamos sostenidos en el tiempo.
La concentración comenzó en el Obelisco pasadas las dos de la tarde, con un sol pleno que de a ratos abandonaba el calor de la ciudad escondiéndose detrás de los enormes edificios de la Capital. El calor estuvo en las más de tres mil personas que, se calcula, se movilizaron hacia el Ministerio de Trabajo de la Nación. “Démosle la espalda al Ministerio”, dijeron al llegar. Y por eso el acto se hizo con los trabajadores mirando hacia la calle, con un camión que hizo de escenario para los oradores.
“No queremos este plan de ajuste, no queremos tarifazos, ni despidos, ni devaluación. No queremos que este gobierno arrincone a los trabajadores, robándole, quitándole de los bolsillos, para seguir enriqueciendo las arcas de los poderosos y las corporaciones de este país”, dijo Edgardo Carmona durante el acto. El Sindicato de Prensa de Rosario viajó desde temprano con distintos delegados y periodistas de los medios locales. Carmona también habló de sueños, “nuestros, de nuestros abuelos, de nuestros compañeros que hasta dieron la vida”. “Y los sueños no se esfuman, se acumulan, y hacerlos realidad es nuestra deuda con la historia”, agregó.
Cada referente habló de la importancia de fortalecer las relaciones más allá de la distancia física y las diferencias políticas. No importa de qué provincia se estuviera hablando, cada testimonio ponía sobre la mesa las mismas problemáticas. Como Randy Stagnaro, de Sipreba y delegado del diario Tiempo Argentino, que después de haber sido acorralado hasta su cierre por el macrismo con el despido de más de doscientos trabajadores, formaron una cooperativa para hacer frente a la situación. De una de las consignas – contra los despidos – Tiempo Argentino ya fue víctima. Otra de las consignas – mejores salarios – es ahora una de las principales exigencias. “La demanda sobre el salario la tomamos como propia porque en las condiciones actuales económicas las cooperativa tienen muchas dificultades para cumplir con los salarios de convenio. Aspiramos a tener salarios de convenio como cooperativa y para lograrlo no va a alcanzar con el esfuerzo de cada uno de nosotros. Vamos a reclamar al Estado que se haga cargo, dado que estamos recuperando los puestos de trabajo, si no seríamos doscientos desocupados más”, explicó Stagnaro a enREDando.
El panorama se repite en Tucumán. Oscar Gijena contó que en la Asociación de Prensa de Tucumán hay 1.200 trabajadores afiliados, de los cuales el cincuenta por ciento está precarizado en grandes medios o son monotributistas en radios y emprendimientos propios. También explicó que los reclamos al gobierno macrista no significa que durante los anteriores no haya existido organización de los sindicatos de prensa. Pero, tal como especificó Gijena, hay una particularidad con el Pro: “Es el contexto político, el cambio de matriz política, económica y social ha sido determinante en las condiciones de trabajo, en la caída del nivel del salario, y hay más precarización laboral”. Consultado sobre este último aspecto como factor que debilita la organización de los trabajadores, Gijena apuntó: “La precarización cercena la libertad de expresarte, de organizarte. Al estar buscando el mango en el día a día hay poco tiempo para organizarse y tener una conciencia política que permita caminar hacia allí”. Por eso también se destaca la necesidad de que los sindicatos se acerquen a las distintas realidades de los trabajadores.
El mismo análisis llega desde la ciudad de Santa Fe. Nicolás Lovaisa señaló que las maniobras del gobierno nacional, amparando el libre albedrío de las grandes empresas mediáticas contra los trabajadores, no son inocentes sino que forman parte de una política de Estado. “Este retiro del Estado hace que los grandes grupos económicos que manejan los principales medios del país puedan tomar decisiones sin verse afectados”, analizó. El camino a seguir es el mismo: “Queda laburar juntos todos los sindicatos de prensa, concientizar a los trabajadores, reconocernos como trabajadores de prensa porque el periodista necesita del sindicato para mejorar sus condiciones de laburo”.
En Clarín, contra toda suposición, los trabajadores también ser organizan. “Clarín no despide pero tiene un plan de retiro voluntario muy perverso”, señaló Gerardo Morel, delegado del diario. “Hay multitareas, mayores cargas laborales, generan un clima de trabajo muy malo para expulsar trabajadores”, apuntó y explicó que en los últimos años por estos motivos dejaron el medio unas doscientas personas. Este escenario hizo que la organización de los trabajadores fuera inminente e inevitable. Las asambleas de Clarín tienen lugar cada dos o tres semanas en turnos de mañana y tarde y, según cuenta Morel, nunca bajan de 350 personas. “La empresa mete mucho miedo”, admitió. Esto generó en el tiempo el aislamiento de los trabajadores, como si fueran extensiones de las máquinas de la redacción. Y así, desde la propia redacción como cuna del malestar, surgieron las asambleas. “Fue cambiando la experiencia de cada trabajador, de estar en un escritorio aislado con miedo, a estar codo a codo con un compañero de trabajo viendo que el camino colectivo es posible y se logran cosas”, agregó Morel.
Las libertades en riesgo
Analizar la intencionalidad o casualidad es una tarea compleja. Pero pareció un regalo no tan alegre para los trabajadores y trabajadoras de prensa en su día.
“…los magistrados, funcionarios, empleados judiciales o dependientes de la Administración Federal de Ingresos Públicos y terceros que divulguen o reproduzcan documentación o información de cualquier modo relacionada con las declaraciones voluntarias y excepcionales reguladas por esta ley incurrirán en la pena prevista por el artículo 157 del Código Penal. Los terceros mencionados precedentemente incurrirán, además, en una multa igual a una vez el valor de los bienes exteriorizados por aquel que hubiera realizado la declaración voluntaria…”
Estas líneas pertenecen al artículo 85 de la Ley de blanqueo de capitales propuesta por el oficialismo nacional para el pago a los jubilados. Un artículo que busca limitar la tarea periodística. Podría haber multas y hasta prisión para los trabajadores que, cumpliendo su deber, investiguen y den a conocer información sobre el blanqueo de capitales. Persecución y criminalización de la labor periodística, ¿si no qué?
Así lo analizo Horacio Verbitsky en su columna del domingo 5 de junio en Página 12: “Sin duda, cuanto mayor sea el monto exteriorizado y más notoria la personalidad del blanqueador, mayor interés público tendrá la noticia. Pues mayor será el castigo. Si un periodista contara que Nicky Caputo se propone blanquear 100 millones de dólares que esconde en Jersey, el doctor Glock podría detenerlo, poner su casa patas arriba y multarlo en 100 millones de dólares. Como Caputo no es funcionario ni pariente, sólo amigo y deudor del presidente, nada le impediría presentarse. Tal protección extraordinaria a los evasores es inconstitucional, pero este mes será ley”.
Las repercusiones y el repudio no tardaron en llegar. Y el macrismo ya ensaya un retroceso inminente. Así lo anunció el propio Mauricio Macri diciendo que el artículo “está en debate” y deberá ser aprobado en el Congreso. Su jefe de Gabinete, Marcos Peña, también dio explicaciones argumentando que el proyecto “no tiene el espíritu de sancionar la libertad de expresión”.
En la provincia de Buenos Aires sucedió algo similar con el decreto 647 anunciado por la gobernadora María Eugenia Vidal para regular la forma en que los funcionarios públicos bonaerenses den a conocer sus declaraciones juradas. Allí se indicaba que se podría sancionar con penas de hasta dos años de prisión a funcionarios, empleados y terceros que divulguen las declaraciones de funcionarios públicos de la provincia. Otra vez los trabajadores de prensa en la mira. Los medios hablaron de “decreto mordaza” y Vidal apuró la marcha atrás.
“A raíz de las dudas generadas por el Decreto 647/16 publicado este miércoles en el Boletín Oficial, el Gobierno de la Provincia de Buenos Aires reconoce un error en la redacción del mismo. Por lo tanto, la Gobernadora resolvió derogar los artículos 1, 2 y 7, para despejar cualquier inquietud sobre el libre acceso a las declaraciones juradas, así como a cualquier otro asunto de interés público», explicó al gobierno de Buenos Aires en un comunicado.
En la marcha de este 8 de junio, se repudió esta seguidilla de aproximaciones al control del trabajo periodístico. Como así también se volvió a criticar el “Protocolo de Actuación de las fuerzas de seguridad del Estado en manifestaciones públicas” aprobado en el Consejo de Seguridad Interior por la ministra de Seguridad de la Nación, Patricia Bullrich en febrero pasado. Específicamente el capítulo III que intenta acorralar literalmente el trabajo periodístico, creando espacios puntuales para que fotógrafos y periodistas cubran las manifestaciones sociales.
Es liviano el argumento que intenta explicar semejante maniobra del gobierno. Y queda en claro que la sociedad deberá estar atenta a los próximos “errores” que puedan atentar contra las distintas libertades de la ciudadanía.
También los alternativos y las organizaciones sociales
Como enREDando, también hubo medios alternativos, cooperativos, comunitarios y populares acompañando y cubriendo la movilización de los trabajadores de prensa. Se hicieron presentes El Eslabón de Rosario, Barricada TV, el portal Notas, entre otros. Porque en estos medios también hay trabajadores y trabajadoras, y más temprano que tarde sus demandas deberán ser atendidas.
También porque los medios populares están afectados por el avance conservador que se vive en el país. Como sucedió con Antena Negra TV, un medio alternativo de la ciudad de Buenos Aires, que actualmente atraviesa una causa penal iniciada por la empresa de seguridad privada Prosegur. Desde el medio apuntan a la responsabilidad del Enacom actualmente, y del Afsca y Aftic en la gestión anterior, por no trabajar “sobre la repartición del espectro para la comunidad” y hacerlo en cambio “para el beneficio de unos pocos”, como señalaron en un comunicado. Prosegur abrió una causa por interrupción de su frecuencia de trabajo y desató una serie de procedimientos del poder judicial que devino en allanamientos, imputaciones a dos referentes del medio, y decomiso de equipos. Por eso, desde Antena Negra Tv exigen que se devuelvan los equipos, se cierre la causa y se le brinde al medio un espacio en el espectro radioelectrónico.
Además, en la movilización de este 8 de junio estuvieron presentes movimientos sociales y partidos políticos que comprenden que la libertad de expresión es una parte fundamental de los procesos de organización colectiva. Mientras marchaba, Ulises, parte del Frente Popular Darío Santillán de Buenos Aires, explicó la presencia del movimiento: “Nos solidarizamos con la medida de lucha de los trabajadores y trabajadoras de prensa, por el reclamo de aumento salarial y contra los despidos. Es parte del contexto de ajuste que se da en todo el país y es un momento clave para que los trabajadores salgan a la calle a demostrar su unidad en la lucha”.
Consultado sobre el rol de los medios de comunicación en la difusión de las actividades de las organizaciones barriales y la importancia para que se sostengan a pesar de las dificultades, expresó: “El trabajo que tiene que ver con la comunicación lo hacemos con los medios alternativos, las radios comunitarias, y creemos que es una disputa necesaria, porque en este contexto existe un cerco mediático por el cual gran parte de las cosas que suceden día a día no trascienden”. “Tenemos un desafío para dar la batalla cultural en el campo comunicacional, para informar sobre lo que realmente está sucediendo”, agregó.