En el mes del trabajo y la revolución mientras el presidente Mauricio Macri remarca su compromiso de generar trabajo para terminar con la pobreza, miles de trabajadores convive con la angustia cierta de la desocupación. Villa Constitución, Firmat, Venado Tuerto y los pueblos del sur provincial son cruces en un mapa de despidos y recortes como hacía mucho no se sufría en la región. Una crónica abierta a los desafíos de los sectores populares: construir la resistencia desde la memoria y la belleza cotidianas.
Por Jorge Cadús
Foto principal: Emergente
Los pesares
Hacia 1982, el cantautor brasileño Chico Buarque editaba un disco cantando en español, con varias de sus canciones más conocidas adaptadas por otro referente de la música latinoamericana: Daniel Viglietti. Ese disco -que incluía versiones en español de clásicos como Cotidiano, Construcción o Qué será- tenía en su tapa una imagen que sintetizaba, como pocas, el momento que vivía nuestro país: un pedazo de pan, desmigajado.
En ese disco, una impresionante versión de «A pesar de usted» marcaba el pulso de los tiempos que corrían: «hoy es usted el que manda / lo dijo, está dicho, / es sin discusión, ¿no? / Toda mi gente hoy anda / hablando bajito / mirando el rincón, ¿vió?»,cantaba -canta- Chico Buarque desde aquel registro que tiene hoy 34 años; y se convierte -una vez más- en banda de sonido para los tiempos que corren.
Mayo es mes de aniversarios y recordatorios: revoluciones postergadas, trabajadores entristecidos, una angustia de salario corto, y la tibia pintura de la memoria cotidiana brotando bajo la cal de tanto ajuste, telegrama de despido y olvido.
Un mapa de la desocupaciòn
Tan sólo entre el 1 de diciembre de 2015 y el 4 de marzo de 2016, el Observatorio del Derecho Social (ODS) de la CTA Autónoma contabilizó la suma de 68.563 despidos colectivos y amenazas de despidos. De ese total, 37.627 se produjeron en el sector público; mientras que 30.936 tuvieron lugar en el ámbito de los sectores privados.
A ese inmenso agujero negro de la desesperación, siempre de acuerdo a los registros del Observatorio, deben sumarse 4.800 despidos producidos durante el tercer mes de este año. A la angustia de los despidos certificados se suma la incertidumbre sobre un futuro cercano en apuros: desde la propia Unión Industrial Argentina amenazan que, a nivel general, puede haber alrededor de 200 mil puestos de trabajo en riesgo.
El Observatorio advierte también en su trabajo que «es un relevamiento de mínima, ya que no incluye aquellas denuncias que fueron realizadas por dirigentes sindicales en términos generales, pero que también dan cuenta de la pérdida de decenas de miles de puestos de trabajo».
«Por ejemplo, a nivel nacional la Unión Obrera de la Construcción (UOCRA) denunció la pérdida de 30.000 puestos de trabajo», puntualiza el estudio, y destaca que «se trata de despidos y amenazas colectivos, que han sido denunciados por las organizaciones sindicales o por los propios trabajadores, por lo que tampoco están relevadas las pérdidas de puestos de trabajo que no llegan a difundirse públicamente y que, por distintas razones, encuentran mayores obstáculos para ser resistidas sindicalmente».
En nuestra provincia, el relevamiento del ODS suma en ese período un total de 1018 despidos: en la industria metalúrgica, Paraná Metal (180 retiros voluntarios), Electrolux (70 despidos), la firmatense Meyde (20 despidos) y Bambi SRL (80 despidos). Se suma el cierre de Ar Zinc (400 despidos en la industria química); el frigorífico Frideco SA (100 despidos), la curtiembre Sadesa (140 despidos) y Ricedal Alimentos (que produjo en Chabás 28 despidos formales).
En forma paralela, la propia Unión Obrera Metalúrgica evaluó los efectos devastadores de la devaluación, la apertura de importaciones, y el tarifazo energético: un relevamiento del Observatorio de la delegación local de ese gremio determinó que «los sectores más afectados son el carrocero, las autopartistas, y las industrias de bienes de capital y de consumo».
Desde la UOM puntualizaron que, desde el cambio de gobierno, se perdieron alrededor de 300 fuentes laborales, entre contratos no renovados y retiros voluntarios. «Si la situación no cambia se va a complicar, y esta película ya la vimos en los ’90 y cómo terminamos en el 2001. Espero que los argentinos no volvamos a cometer el mismo error, sería muy triste destruir en un año todo lo que se hizo en 12», alertó el titular de la UOM local, Antonio Donello, al tiempo que anticipó que el 5 de mayo próximo habrá una movilización de delegados metalúrgicos de todo el país al Ministerio de Trabajo de la Nación, y una semana después habría un cese de actividades desde las 11 con movilización en todas las seccionales.
Sin embargo, más allá de ese necesario registro formal, la suma de situaciones que estiran hasta la desesperación y la angustia el universo de desocupados se sigue multiplicando en el sur santafesino.
Chabás: la tristeza en las miradas
El último 13 de abril, la empresa Ricedal Alimentos cerró la planta aceitera que tiene establecida en la localidad de Chabás, al vencer el plazo de la conciliación obligatoria dictada por el Ministerio de Trabajo que había posibilitado la reapertura del establecimiento y la reincorporación de los despedidos. La firma había asentado esa decisión en la última audiencia desarrollada en la sede rosarina del organismo laboral para intentar, sin éxito, una salida que garantice los empleos.
De esta forma, los obreros se vieron impedidos de ingresar al establecimiento ubicado a la vera de la ruta nacional 33, al recibir los telegramas cursados por Ricedal para ratificar los despidos y el cierre «total y definitivo» de la aceitera, aduciendo nuevamente «estrictos motivos de índole económica y financiera». Los cesanteados mantendrán la protesta en un acampe frente a la planta, sin bloquear el ingreso al predio, donde la empresa también tiene establecido un molino harinero que seguirá funcionando.
Del total de operarios despedidos, ocho aceptaron el retiro voluntario. Leonel Zuliani, delegado gremial de la firma, aseveró que «seguiremos luchando hasta las últimas consecuencias para reclamar y defender nuestras fuentes trabajo», al tiempo que calificó la medida adoptada por la empresa como una «persecución contra la actividad gremial y los trabajadores organizados que no estamos dispuestos a resignar derechos».
La diputada provincial Miriam Cinalli señaló en diálogo con este medio que «no es la primera vez que pasa esto. Esta empresa tiene como modalidad ante la discusión de paritarias cerrar la planta. Todos los años terminan los empleados a la vera de la ruta, interviene el Ministerio de Trabajo y en conciliación obligatoria se intenta arreglar la situación, y los trabajadores terminan siempre recuperando sus puestos pero con la reducción del sueldo. Este año ellos plantean el cierre definitivo de la empresa. En primera instancia fueron 33 empleados con telegramas de despidos, y Ricedal no acató la conciliación obligatoria. Se llegó a plantear denuncias que demandaron la intervención de las fiscales regionales desde Casilda, donde logramos la intervención de tres ministerios provinciales (Trabajo, Justicia y Seguridad), y pudimos frenar un desastre donde la localidad se movilizó en defensa de sus trabajadores», describió Cinalli.
La legisladora oriunda de Chabás añadió también que «son cincuenta empleados en forma directa y cincuenta empleados más de manera indirecta que se quedan sin su fuente laboral y sin sus ingresos. Para una comunidad de 10.000 habitantes es un golpe directo al corazón, porque estos trabajadores motorizan el circuito comercial de la comunidad»; en una situación que se agrava a partir de la situación nacional y provincial: «hay algunas empresas internacionales, como AGD, que hace muchos años que están y manejan los períodos de crisis; y hay molinos harineros que han crecido mucho a través de los subsidios de los últimos años; pero también están otras empresas y firmas que se ven muy afectadas, muy dañadas con los aumentos nacionales y de impuestos provinciales, y se hace difícil que mantengan la cantidad e empleados que tienen hasta hoy», describe.
Cinalli sintetiza parte de una historia que se multiplica en el sur santafesino: «hoy hay una tristeza en los chabacenses que se nota en la mirada de todos ellos».
Contar la propia crónica
Quienes son los encargados de contar las noticias, ocupan raramente el espacio de los titulares de prensa. Tal vez por eso la situación de los trabajadores del diario El Ciudadano de Rosario, su larga y ejemplar lucha en defensa de condiciones dignas de labor, no se establece en el centro de la escena. El último jueves 14 de abril, los trabajadores de prensa transformaron la situación de asamblea permanente, que se había votado el 2 de marzo, en estado de alerta y movilización, «ante los reiterados incumplimientos de la empresa y en la permanente tarea de defender la continuidad de nuestros puestos de trabajo, debido a la incertidumbre que genera esta inobservancia de cara al futuro». Los trabajadores denunciaron que «la firma ha incumplido el pago mensual de los retiros voluntarios acordados con 38 compañeros, mora denunciada oportunamente en el Ministerio de Trabajo».
En ese contexto de incertidumbres y peleas cotidianas, los empleados del periódico rosarino advirtieron en un parte de prensa que «definiremos en asamblea las medidas de acción directa tendientes a hacer valer nuestros derechos, en defensa de la fuente laboral de nuestras familias y la consecuente permanencia de un canal de comunicación más para los rosarinos».
Los brazos ferroviarios
En la justa mitad del mes de abril, la Unión Ferroviaria de Rosario se declaró en estado de alerta, al confirmar el despido de 290 trabajadores de las firmas Empresa NCA (Nuevo Central Argentino) y Talleres Rioro, en la localidad de Pérez.
Concretamente, el gremio ferroviario denunció que la medida alcanza a 90 trabajadores contratados en NCA; y 200 trabajadores que realizaban reparación de vagones en Talleres Rioro, donde «se ha abierto un proceso de retiros voluntarios y también despidos».
El secretario general del gremio, Ariel López, sostuvo que «esta situación de despidos se debe a la situación nacional donde estamos inmersos en un escenario de tarifazos e inflación que evidentemente repercute sobre la clase trabajadora»; al tiempo que admitió las expectativas en que se concrete prontamente la unificación de la CGT nacional, y que «sería una herramienta valedera para revertir los embates de las políticas neoliberales que instauró el actual gobierno nacional con contantes ajustes que sufren los sectores sociales más endebles».
La firma Talleres Metalúrgicos Rioro SA, que pertenecen al grupo Emepa, opera los talleres ferroviarios de la ciudad de Pérez. Tiene a su cargo la reparación de vagones y máquinas ferroviarias. La empresa (que fuera la Cooperativa de Trabajadores Ferroviarios Talleres Pérez Ltda.) incrementó su personal desde el año 2006 partir del aumento en la demanda: hacia el 2013, el Estado Nacional -por medio de la Secretaria de Transporte- realizó dos contratos con la empresa asentada en Pérez, a 12 kilómetros de Rosario, para la reparación y puesta en marcha de una serie de vagones para el Belgrano Cargas. Alrededor de $23.000.000 para repara 38 vagones (un primer contrato por $6.026.115,12, para reparar 10 vagones y un segundo contrato por $16.628.920 para reparar 28 vagones).
En la primera semana de abril, el Gobierno Nacional le cortó el envío de trabajo. En forma inmediata, la firma descargó sobre los trabajadores, ofreciendo el retiro voluntario al 100%; al tiempo que presenta el estado de crisis para despedir al resto del personal pagando el 50%.
Una planta de 150 trabajadores (mecánicos para motores diesel, alesadores, soldadores, rectificadores y técnicos eléctricos) que terminan en la calle. Se cierran así, definitivamente, los que fueran los talleres ferroviarios más importantes de Argentina, ubicados en la ciudad de Pérez.
El ajuste en Acindar
En la primera semana de abril, la firma Acindar anunció que reduce al 50% la producción en el complejo fabril en Villa Constitución; al tiempo que despedirá 40 empleados. En forma paralela, advirtió que también en la planta de Rosario eliminará uno de los tres turnos de trabajo desde el 31 de julio, lo que podría preanunciar un cierre que dejaría en la calle a 200 trabajadores.
El propio gerente de Asuntos Externos de la empresa, Carlos Vaccaro, fue el encargado de tratar de justifiar las medidas de ajuste que terminan cayendo sobre los trabajadores: «no está levantando la demanda y por eso nos vemos obligados a tomar esta decisión. Tratamos de que tenga el menor impacto posible con respecto a las fuentes de trabajo y adecuar nuestros niveles de producción de acero líquido a la actual demanda de mercado», argumentó el representante de la compañía que forma parte del grupo Arcelor Mittal.
La reducción de la producción vino acompañada del cese de 40 contratos de personal eventual, que vencían a finales de marzo y no fueron renovados. «De este total, 21 contratos eran para cubrir vacantes durante las vacaciones, los cuales entran y salen todos los años. El resto son efectivamente contratos que no se han renovado porque no se requieren los servicios, al no tener operación», intentó justificar Vaccaro.
De los 380 empleados que tiene el plantel de acería en planta permanente, 100 siguen con el régimen de tomarse vacaciones o francos compensatorios, y el resto tomarán licencias rotativas con un régimen acordado con el gremio por el que perciben sólo el 85% de su salario neto.
Mientras tanto en Rosario las cosas no están mucho mejor. Vaccaro aclaró que ya le avisaron a la UOM, a fines del año pasado, que la planta de Navarro pasaría de tres a dos turnos, también por un tema de mercado. Luciano Molina, delegado de la Acería, indica que «la patronal anunció la finalización del contrato de 40 compañeros, el plan de reducción de contratistas y dos meses más de suspensiones. Son despidos encubiertos de compañeros que llegan hasta los 3 y 4 años de contrato»; y señala que «en distintos sectores hemos hecho asambleas esta semana y votamos medidas de lucha exigiendo la reincorporación de los compañeros y un llamado a que el sindicato y la Comisión Interna se pongan al frente, organizando asambleas en todos los sectores para votar un plan de lucha».
Para Silvio Acosta, Secretario General de la CTA-A Villa Constitución y Comisión Interna de Acindar, «las cuatro medidas que tomó el gobierno, nos destrozaron: cese de obra pública, altas tasas de interés en bancos, apertura externa e incremento de tarifas».
Acosta recuerda que «desde la propia UOM advirtieron que de no mejorar el segundo semestre la situación, se prevén entre 25 y 50 mil puestos de trabajo menos a nivel nacional, de un gremio que cuenta con 250 mil afiliados».
La advertencia caminonera
A mediados de abril, los trabajadores de la firma transportista Nael –también en Villa Constitución- comenzaron un quite de colaboración en reclamo del pago de sus sueldos; mientras que montaron una carpa en el ingreso a la playa de la firma ubicada sobre ruta 177.
El representante del Sindicato de Conductores de Camiones del departamento Constitución, Eduardo Broya, explicó que «los que hicieron quite de colaboración son los trabajadores y el sindicato los apoya. No es que el sindicato le está cortando el trabajo a la empresa. Los trabajadores decidieron no salir porque les están adeudando el sueldo».
Por su parte Oscar Reitano, titular de la firma, afirmó que la demora obedeció al atraso en el pago de las empresas a las que les prestan servicios: «pude pagar el 80% del sueldo. Pero mientras más pase el tiempo y las horas más riesgo corren de perder el trabajo. Si yo pierdo plata, pierden ellos, si yo pierdo trabajos, pierden ellos», puntualizó.
Sin embargo, desde el gremio que nuclea a los transportistas de la región, el propio Broya advirtió que la medida de los trabajadores de Nael «es un llamado de atención a todas las empresas, porque hay algunas que se están aprovechando de la situación, para que vean que con la dignidad de los trabajadores no se juega».
Venado Tuerto: Mesa multisectorial
En la ciudad de Venado Tuerto, se reunió una mesa multisectorial integrada por funcionarios municipales, ediles, representantes de cámaras empresariales y gremios, «para analizar el escenario productivo y laboral a la luz de la coyuntura económica»; sin obviar «el impacto que tuvieron medidas nacionales como las subas de tarifas».
El eje de la preocupación pasa, claramente, por «el aumento del desempleo en la región, fundamentalmente en Firmat y Chabás, aunque ya hay claras muestras de recesión en la mayoría de los pueblos del sur santafesino».
El secretario de Desarrollo Productivo e Innovación de esa ciudad, Darío Mascioli, participó del espacio y evaluó que «si bien Venado tiene una gran diversificación productiva respecto de otras localidades, y con fortalezas en el sistema de servicios, esa fortaleza productiva, que va de ollas a motos, hace que el pulso no sea igualitario».
El sector metalmecánico «tiene una situación compleja», dijo Mascioli, y lo atribuyó -más allá de los tarifazos- a medidas del gobierno nacional, como la instrumentación de las licencias automáticas de importación. «Eso se mezcla con un mercado interno recesivo generando preocupación en el sector. Otros sectores como el textil también están complicados. Seguimos algunos de estos rubros muy de cerca porque son lo que tienen mayor fluctuación de entradas y salidas», remarcó.
Para el funcionario, el municipio se erige en «caja de resonancia de la crisis productiva, que puede reflejarse tanto en pedidos laborales como en demanda de bolsones alimentarios. En consecuencia, las políticas sociales tendrán que ver con saber cómo está el panorama. Y obviamente trabajar con las distintas secretarías municipales para estar atento a la problemática laboral».
En forma paralela, Mascioli remarcó que «los semilleros están con algún grado de ocupación, la cosecha; también se hacen tareas menores y changas, pero hay algunos signos a atender. Por eso es importante contar con números, para saber dónde estamos parados, y poner en marcha esta mesa entre todos los organismos involucrados», concluyó.
Firmat: la protesta controlada
Alrededor de un millar de personas se acercaron al Galpón del Pueblo de Firmat, el viernes 8 de abril último, para formar parte de la concentración convocada desde la Agrupación Intersindical «en defensa de las fuentes de empleo y para reclamar acciones tendientes a mejorar la situación»; y con la idea de visibilizar la preocupación social que despierta la situación y solidarizarse «con los trabajadores del país y especialmente al del sector metalmecánico de la ciudad que se encuentra atravesando una grave crisis laboral»; como sostenía la convocatoria de la que participaron referentes gremiales de la Unión Obrera Metalúrgica, Empleados de Comercio, Trabajadores de Industrias de la Alimentación, Trabajadores Municipales, Amsafé, Sadop, y Luz y Fuerza; y a la que se sumaron dirigentes políticos, comerciales y empresarios.
De forma inédita, las empresas locales Alcal, Vassalli y Rega -en conflicto con sus trabajadores y convocantes también del evento- descontaron las horas a los trabajadores que asistieron a la jornada de protesta; mientras el ministro de Producción de Santa Fe, Luis Contigiani, se hizo presente en la ciudad para la firma de un convenio en representación del gobierno provincial con la Municipalidad de Firmat por medio del cual se implementa un Fondo Rotatorio de Emergencia de $8.000.000, destinados a Pymes de la ciudad. Un fondo de emergencia que, veinte días después, sigue sin llegar al bolsillo de los trabajadores en conflicto.
De la concentración en Firmat participaron también la secretaria general de la Confederación de Trabajadores de la Educación (CTERA), Sonia Alesso; y el secretario general de la Central de Trabajadores de la Argentina (CTA), Hugo Yasky.
La secretaria general de CTERA Y AMSAFE, Sonia Alesso, manifestó el apoyo del sector que lidera a los reclamos de los trabajadores de la región: «el eje para nosotros es que no haya ningún trabajador que sufra el despido, porque los maestros, los estatales, y los trabajadores que hoy tenemos trabajo, tenemos hermanos, padres, familiares que pueden estar pasando esta situación»; al tiempo que se mostró preocupada «por lo que se está viviendo en las periferias del gran Rosario, el gran Santa Fe y norte de la Provincia, ya que empieza a haber un aumento de maestros que nos dicen que están viendo un aumento de chicos que van a los comedores escolares».
En forma paralela, Hugo Yasky habló sobre las medidas implementadas por el gobierno nacional, y aseguró que el país vivirá una situación semejante a la sufrida en la década del 90: «lamentablemente pensábamos que Argentina iba a sufrir un ajuste muy duro, pero también pensábamos que iba a aplicarse con mayor gradualidad. Porque luego de una elección que se había ganado por dos puntos, pensamos que iba a ser un gobierno moderado, que iba a tratar de convocar a las centrales sindicales, y que iba a tratar de aplicar las políticas previendo las consecuencias, lamentablemente no está pasando esto», expresó Yasky. El secretario general de la CTA confirmó también que «tenemos más de cien mil despidos entre el sector público y privado», una situación que «se va expandiendo como una mancha de aceite».
Por su parte, la Multisectorial en Defensa del Trabajo -nacida hace algunos meses en Firmat, que reúne a organizaciones sociales y políticas y delegados de base- emitió un comunicado donde aclaró que «las empresas locales, principalmente las que adeudan salarios, premios y aguinaldos a sus empleados no permitieron que participaran de la movilización amenazándolos con descontarles horas de trabajos. Muchos de esos empresarios forman parte del Centro Económico, uno de los convocantes al acto, junto a la Intersindical, donde hay sectores de la burocracia sindical firmatense arraigados en sus puestos durante años defendiendo mas a los empresarios que a sus compañeros y boicoteando cualquier protesta».
«No se permitió hablar a aquellos que querían manifestarse contra el modelo neoliberal de Macri, y contra los despidos y cierre de fuentes de trabajos, no solo en Firmat, y querían manifestarse de otra manera para que la protesta llegara a otros ámbitos», señala el comunicado; que termina puntualizando: «se decidió trasladar el acto a un ambiente cerrado por miedo a que en la entrada de Firmat se quemaran alguna cubierta o cortaran la ruta, con el pretexto de una llovizna. A todos aquellos acostumbrados a luchar por sus derechos laborales les llamo la atención el espectáculo artístico realizado, en lugar de los discursos de todos los sectores. Ni una mención a los despidos masivos de Macri, la quita de medicamentos a los jubilados, la reforma a DNU de la ley de Medios votada democráticamente, a los vaciamientos de los hospitales, ni el abandono de las escuelas públicas, ni una puteada al gobernante que ocasiona tanto daño al pueblo. Por eso acompañamos a los trabajadores que luchan, desde afuera, sin querer ser parte del show».
Más allá de la concentración del 8 de abril, si la crisis laboral desatada en diciembre último a partir de la devaluación, el ajuste y los sistemáticos despidos generados tanto en el ámbito público como privado tiene un corazón, es la ciudad de Firmat, en sur profundo santafesino. Allí, firmas emblemáticas como Vassalli y Nestlé intentaron durante el último año- descargar sus problemas financieros en el cuerpo de los trabajadores mediante el ajuste fácil. Las políticas económicas del macrismo le dieron vía libre, y el frágil dominó del entramado comercial regional se comenzó a derrumbar.
Al cierre de la metalmecánica Meyde y su veintena de despedidos -que todavía no cobraron el total de las acreencias- se sumaron las crisis de Corte y Plegado Firmat, Alcal, Rega y Dasa. Por su parte Vassalli Fabril, con empleados de varios sectores en paro de actividades debido al tras en los pagos convenidos, se encontró en el centro de las noticias ante el rumor de su probable venta, y la situación en que quedarían los trabajadores en caso de concretarse el cambio de manos.
En la multinacional Nestlé, la situación dejó en claro la situación de enorme desprotección que sufren los trabajadores: la firma planteó, en los primeros meses del año, la posibilidad de aplicar un sistema de suspensiones rotativas para un total de 30 empleados, por tiempo indeterminado, con el pago del 50% del sueldo de bolsillo. Desde el Sindicato de Trabajadores de la Industria de la Alimentación de Firmat, se resolvió rechazar la propuesta de la firma, y «tratar de involucrar a la totalidad de los empleados de la planta, descontando un poco a cada uno; pero la fábrica se negó», explicó el titular del gremio, Antonio Petacci; que admitió también que «otras opciones podrían ser implementar la jubilación anticipada de trabajadores que están próximos a jubilarse».
Finalmente, el viernes 15 de abril Nestlé despidió a nueve de los 200 operarios de su planta; y los trabajadores decidieron plantear un plan de lucha que incluyó el cese de actividades, el bloqueo de la planta, cortes intermitentes del tránsito sobre la ruta nacional 33 y la convocatoria a la comunidad a manifestarse en reclamo de las fuentes laborales.
El lunes 18 de abril, el Ministerio de Trabajo provincial dictó la conciliación obligatoria para destrabar el conflicto, una medida que se extenderá por un plazo de 15 días donde las partes deberán sentarse a negociar una posible salida a la situación.
La empresa reincorporó a los despedidos, y retomó sus operaciones productivas pocas horas después de ser levantado el paro de actividades. En la mesa de negociaciones es el propio Sindicato quien plantea, hoy, la posibilidad de las suspensiones rotativas.
La situación en los pueblos
En muchos pueblos de la región, el ya largo parate de la construcción -que excede los tiempos veraniegos- multiplica la búsqueda de changas alternativas que ayuden a parar la olla; mientras que la apertura de las importaciones acerca al abismo de la quiebra a las pequeñas empresas dedicadas a la confección de zapatos, golpeando más duramente -a su vez- a los sectores tercerizados y precarizados de esa rama comercial. En no pocas pequeñas y medianas firmas del sur provincial comenzaron ya los recortes horarios, el ajuste salarial y las vacaciones adelantadas.
Una de las primeras instituciones en sentir el golpe de las crisis laborales son las gestiones comunales. Sin emprendimientos fabriles de peso, con dependencia de la obra pública que puede llegar desde los gobiernos Nacional o provinciales, y con pocos recursos propios a la hora de la generación de puestos laborales genuinos más allá de la changa o el laburo temporario, comienza a repetirse allí una historia olvidada en los últimos años: los pedidos de vales de adelanto salarial porque no se llega al quince, al veinte de cada mes.
Es el presidente comunal de la localidad de Carreras, Germán Batista, quien señala que «el impacto de las medidas económicas que el gobierno nacional tomó en los últimos tres meses –devaluación, tarifazo y aumento de costos- se refleja en todas las localidades de la región, el parate que tenemos es muy preocupante. Impactó en el bolsillo de la clase trabajadora, de la clase media, eso se va trasladando a la vida social y comercial de la comunidad. Y realmente se está poniendo duro, pero creo que va a ser mucho más duro todavía, cuando entremos en el invierno, sobre todo para los sectores más vulnerables».
El mandatario señaló que «en la Comuna se vive cómo cambió la necesidad de la gente, que viene a pedir trabajo, a pedir otro trabajo para sumar unos pesos, o a pedir una ayuda porque no llegan a fin de mes». Y en ese marco, las Comunas terminan siendo las principales generadoras de empleo y, además, el centro de la asistencia social: «somos el primer fusible en términos políticos para empezar a ver la realidad social. Hace muchos años que no se planteaba el hecho de que un pibe vaya a la escuela sin desayunar, por ejemplo. Pero bueno, todo es parte de un proceso en donde hay que enfocar la formación ideológica: este gobierno está formado así, cuando vas a hablar a distintos estamentos del gobierno nacional la mayoría son gerentes, son empresarios. Para ellos dos más dos es cuatro, y en política no es así. Para ellos, si para evitar el déficit la energía tiene que salir $3.000 por frentista, bueno, que el frentista pague $3.000. Después, si el abuelo come o no come, es otro tipo de discusión».
En consonancia con los dichos de Batista, la presidenta comunal de Alcorta María Eugenia de la Fuente señaló que «hay una gran cantidad de personas, todos los días, que van a buscar trabajo a la Comuna. Es una situación que va en aumento, que se profundiza. Pero hay que pensar que de la totalidad de dinero que ingresa a la Comuna más del 70% se destina al pago de sueldos de los empleados, tiene muchos empleados, no podemos incorporar más gente. Por eso desde lo que podemos hacer, estamos tratando de generar un proyecto para motorizar micro-emprendimientos, con fondos rotatorios que estamos gestionando con el gobierno provincial, con distintos programas. Nosotros creemos que desde ahí se pueden ir generando un poco de mano de obra, algunos puestos laborales».
«Intentamos ir generando puestos de trabajo genuinos, a partir de los micro-emprendimientos, a partir de los talleres que estamos implementando, a partir de los cambios en el tratamiento de la basura que van sumando mano de obra. Desde nuestro lugar podemos eso, ante una demanda que creció y sigue creciendo muchísimo», describió de la Fuente; al tiempo que confirmó también el aumento de la demanda de ayuda y asistencia social en la comunidad que gobierna.
A pesar de usted
«A pesar de usted / mañana ha de ser / otro día. / Yo quisiera saber / dónde se va a esconder / de esa enorme alegría, / cómo le va prohibir / a ese gallo insistir / en cantar, / agua nueva brotando / y la gente amándose / sin parar…» cantaba -canta- Chico Buarque desde aquellas grabación emblemática.
«Cuando llegue ese momento / todo el sufrimiento / cobraré seguro, juro, / todo ese amor reprimido / ese grito mordido / este samba en lo oscuro…», reza la misteriosa misa de la canción popular. Escribe Daniel Viglietti en la contraportada de aquel álbum: «en realidad, por su fonética a veces caribeña, a veces rioplatense, Chico canta en latinoamericano». Urgencias, deseos, rabias y tristezas. Furias contenidas en un mes de recordatorios, traiciones y proyectos populares inconclusos.
Canta Buarque. Y uno le cree, una vez más le cree: «usted va a pagar / y bien pagada / cada lágrima brotada / desde mi penar. / A pesar de usted / mañana ha de ser / otro día. / Daría tanto por ver / el jardín florecer / como usted no quería». Tiempos y estilos diferentes. Geografías únicas, tan nuestras. El mapa del trabajo, la furia y la tristeza.
Como repiten -siguen repitiendo, una vez más, como siempre- nuestras queridas y luminosas Madres de Plaza 25 de Mayo: «Resistir para vencer». Una vez más.
Dentro de ese trovador colectivo llamado pueblo, hay -robamos a Viglietti- «gentes trabajando, buscando aquí y allá la belleza, iluminándola como a una piedra preciosa, como a un ser humano».
Porque aquel viejo disco de Chico Buarque, aquel sólido y desmigajado pedazo de pan, reafirma nuestra confianza en que la belleza no será derrotada.