Jueves 14 de abril. 12 del mediodía. En la Bolsa de Comercio de Rosario, con la presencia de autoridades de los 3 niveles de gobierno, se remataba el primer lote de soja de este año, proveniente de Colonia Elisa, Chaco. Afuera, organizaciones sociales y militantes se movilizaban para informar acerca de las consecuencias del modelo sojero.
Por María Cruz Ciarniello
El jueves 14 de abril, en la meca del agronegocio–la Bolsa de Comercio de Rosario – se realizó el remate del primer lote de soja de este año. Al evento asistieron autoridades municipales, provinciales, nacionales y por supuesto, representantes del agronegocio y operadores de bolsa. La realidad allí dentro – cercada por las rejas y los hombres de traje gris que controlaban cada uno de los ingresos al suntuoso edificio de calle Córdoba y Paraguay- muy lejos estaba de lo que afuera, en la calle, sucedía a modo de escrache.
Desde hace más de cinco años, el repudio a este remate es convocado por diversas organizaciones sociales (Semillas de Rebelión, Casa de la Memoria, Rosario es un Pueblo Fumigado, CTA Rosario,Conciencia Solidaria, El Paraná No se Toca, etc) que con megáfono en mano, pancartas, intervenciones artísticas y sobretodo, volantes informativos, intentan dar cuenta de otra historia: aquella que nos dice que en la patria sojera, los casos de cáncer aumentan a medida que aumenta también la superficie de tierra rociada con agrotóxicos. En un completo informe que publicó el periodista Guillermo Ghergo titulado “El mapa del cáncer en Santa Fe”, se expone datos oficiales del gobierno de la provincia de Santa Fe. Allí se señala que: “los tumores son la segunda causa de muerte en Santa Fe y que los departamentos que registran una mayor tasa de mortalidad por la enfermedad tienen una intensa actividad agroindustrial. Distritos del sur sojero, como Caseros e Iriondo, superan el pico de 250 muertes por cada 100 mil habitantes, mientras que en el norte, 9 de Julio o General Obligado no llegan a 140.”
La Asamblea Rosario es un Pueblo Fumigado nació hace poco tiempo pero ya lleva organizando los encuentros entre vecinos en diferentes localidades afectadas por el modelo sojero y una Caravana por la Vida que partió desde Rosario.
Fernando Mut es uno de los integrantes de este espacio autocovocado que sigue creciendo. “Nos convocamos para mostrar otra realidad y sobretodo informar, que quede claro que hay otra mirada y una situación que se oculta, que es la de la gente que se muere de cáncer. La Bolsa de Comercio es un símbolo del modelo sojero y del capitalismo”, señaló a enREDando.
La media mañana del jueves 14 de abril fue agitada. La plaza Pringles se fue vistiendo de banderas y algunas postales descarnadas que no muchxs están dispuestos a ver. Ofrecer información a la gente que por allí pasaba fue uno de los objetivos de este escrache. Visibilizar lo que sucede en en tantísimos lugares de la provincia de Santa Fe.
Marcar el contraste obsceno entre quienes negocian con la vida mientras otros la defienden. El repudio es básicamente esto: mostrar la otra cara del modelo sojero: la que fumiga a pocos metros de las escuelas rurales; la que contamina alimentos, agua, tierra; la que, de acuerdo a informes de Médicos de Pueblos Fumigados, es causa de diversas enfermedades que padecen quienes viven a escasos metros de los campos de soja. La que también encuentra resistencia en las organizaciones autoconvocadas de vecinos/as cada vez más informados sobre la problemática.
En Suardi, en Lucio V. Lopez, Hersilia, en San Lorenzo, en Totoras. La lista sigue. No solo en Santa Fe. Hay ejemplo notables de lo que se puede lograr con la resistencia en las calles: el bloqueo a Monsanto en Malvinas Argentinas y la lucha del pueblo de Jáchal contra la minería a cielo abierto tras el derrame de cianuro de la Barrick Gold son hitos claves que alientan la movilización popular. Si retrocedemos en años, el No a la Minería en Esquel, las Madres de Ituzaingó o las diferentes luchas que se dieron en lugares como San Jorge, también demuestran que es posible pensar en nuevas formas de resistencia organizada.
Daniel Romano integra la Comisión Regional por los Derechos Humanos de San Lorenzo. Sostiene que el debate todavía no está instalado en la sociedad a pesar de las graves consecuencias de este modelo y menciona algunas: deforestación, inundaciones, hacinamiento en las grandes ciudades producto de los desalojos en el campo, enfermedades, contaminación, tropicalización del clima, productos que ya no se siembran en Santa Fe.
“Esto no está debatido en ningún medio. Se debate productividad, rentabilidad, pero no esto. Hay que discutirlas, estuve en el Congreso de Médicos Fumigados, y el Dr. Iaconno dió casos de autismo producto de los pesticidad, y el Dr., Marino dio a conocer que el 100% de la gasa hospitalaria tiene glifosato. Son cosas muy trascendentes para el poco espacio que esto tiene. Y ese es el gran problema que tenemos.”
El lote de soja rematado en la Bolsa de Comercio pertenecía a Colonia Elisa, provincia del Chaco. En el acto, el presidente de la entidad expresó: “Debemos reconocer que el panorama de la agricultura nacional ha mostrado un cambio radical respecto de la situación que vivíamos el año anterior. Tan importantes son la supresión de cupos y restricciones a las exportaciones como la eliminación y reducción de las retenciones, en un contexto de reapertura del diálogo entre el sector público y privado. Esta situación ya tiene repercusiones: la siembra de cereales adquirió nuevo impulso, se potenciaron las ventas y se renovaron los incentivos para invertir en el sector.” (Fuente: Infocampo)
La quita de retenciones que impulsó el actual gobierno nacional solo beneficia a unos pocos. Y sabemos a quiénes: las grandes exportadoras de cereales cuyos puertos además, se concentran en el Cordón Industrial del Gran Rosario. La profundización del modelo extractivista sojero avanza sin freno en la región.
Chaco al igual que Formosa, es una provincia que muestra un marcado crecimiento del avance del monocultivo en sus territorios. Esto ha ido en detrimento de otros cultivos tradicionales como el algodón, el arroz, las lentejas. Pero sobretodo, ha destruido bosques nativos con su efecto más doloroso: el desalojo de familias campesinas y pueblos originarios que allí habitan, además de las implicancias que derivan de los agrotóxicos si se tiene en cuenta que hoy en nuestro país, en más de 28 millones de hectáreas se aplican 300 millones de litros de glifosato por año.
Esto decía la Declaración del 3er Congreso de Médicos de Pueblos Fumigados que tuvo lugar en noviembre del año pasado: Ya no hay dudas que la exposición masiva y creciente a pesticidas modificó el perfil de enfermedades de las poblaciones rurales argentinas y también que el cáncer es la primera causa de muerte entre ellos (y la peor manera de morir). Las investigaciones presentadas en este congreso muestran estudios en distintas escalas, todos coincidentes. Desde pequeños pueblos hasta en poblaciones más amplias de nivel provincial (como en Chaco y en Córdoba) o de nivel nacional, en los que se comparan distintos niveles de exposición a glifosato u agrovenenos en general, y se encuentra afectada la salud reproductiva con aumentos de abortos espontáneos y malformaciones congénitas, problemas endocrinos como hipotiroidismo, trastornos del desarrollo neurológico o cognoscitivo y tasas de cáncer que se disparan triplicando las incidencias, prevalencias y mortalidad por enfermedades oncológicas en relación directa a la exposición de agrotóxicos. Paralelamente, los datos de investigaciones en modelos experimentales demuestran que la genotoxicidad del glifosato y otros agrotóxicos contienen los mecanismos biológicos que explican la racionalidad de su relación con la enfermedad que los médicos encontramos en nuestros pacientes. Y que además, esta genotoxicidad se verifica en poblaciones agrícolas (adultos y niños) expuesta a agrotóxicos y no se verifica en poblaciones no fumigadas.
…y pisa fuerte
“La Bolsa de Comercio es uno de los lugares de poder, es el símbolo de una Argentina que en los 90 destruyo su modelo productivo y nos condenaron a un monocultivo donde las 33 millones de hectáreas cultivables, 28 millones son transgénicas y 21 millones de soja. Es un negocio para pocos” sostiene Daniel Romano.
En San Lorenzo la situación socioambiental “es un desastre”, en palabras de Romano. “En el Cordón Industrial estan todos los gigantes de los agronegocios. Pasan miles de barcos y atenta contra la barranca, hace un par de dias se cayó una parte del Paseo Ribereño. La disparidad es muy grande, estamos en una pelea para que no se agrande Molinos, los concejales en 24 horas aprobaron una medida a favor de la empresa, y ahora estamos debatiendo cómo hacemos para impedir el desarrollo en el éjido urbano de Molinos y todos estos acopios que están a 100 metros de la escuela primaria.”
La batalla desigual de los vecinos del barrio Bouchard, 2 de abril, Rivadavia y Morando de la localidad de San Lorenzo contra la empresa Molinos Ríos de la Plata no encuentra eco en el poder político. Por el contrario, el Concejo aprobó entre gallos y medianoche, una ordenanza de rezonificación de una hectárea y media en el sur de la ciudad, que permitirá a la cerealera Molinos Río de la Plata, edificar dos nuevas celdas de almacenamiento.
“Esto significara más agrotóxicos, mas camiones que entran, más exano que se acumula para el proceso que hace el aceite y es muy peligroso, y esta a muy pocos metros de una escuela.”, denuncia Daniel. El reclamo es acompañado por el Taller Ecologista de Rosario. La rezonificación de “residencial” a “industrial”, de los terrenos limitados por las calles Saghesse al Oeste, el Rio Paraná al Este, Calle Hunzinger al Sur y la proyección de calle Benielli al Norte, solicitada por Molinos Rio de la Plata fue aprobada en la sesión extraordinaria del 25 de febrero de 2016. En el 2009 esta misma solicitud había sido rechazada en el Concejo.
Sol Mores integra la organización Semillas de Rebelión. Nació en el 2009, con la intención de trabajar en la lucha contra los agrotóxicos en Rosario. “Queriamos activar también desde una perspectiva integral, teniendo en cuenta sus consecuencias sociales y culturales.”
Para Sol, el escrache es una actividad de denuncia muy importante “porque es el momento donde se concentran todos los actores cómplices de este genocidio silencioso. Acá hay sintonía fina desde todos los partidos políticos. Si bien esto es algo mínimo, al menos sembramos una duda a mucha gente que no sabe lo que está ocurriendo en la Bolsa de Comercio. Y esa es la intención.”
Esto especificaban los volantes que se distribuyeron frente a la Bolsa. Datos que alarman:
-La siembra de soja paso de seis millones de hectáreas en 1997 a 21 millones en el 2016. El 50% de la producción de soja estuvo controlada por el 3% de productores del país.
-300 mil familias fueron expulsadas de sus territorios y destinadas a vivir en los barrios más pobres de las grandes ciudades.
-Solo en el Gran Rosario hay 51 mil familias viviendo en asentamientos.
-Más de 5 millones de hectáreas de tierra sembradas de soja se usaron para la producción de agrocombustible.
-En el 2015 sobre 30 millones de hectáreas se usaron 400 millones de litros de agrotóxicos.
Pese a esto, Santa Fe sancionó en la Cámara de Diputados durante el 2015 el regresivo proyecto de ley que modifica la antigua legislación mal llamada de fitosanitarios. A instancias de la Diputada Inés Bertero del partido socialista, autora de este proyecto que claramente beneficia al sector sojero del cual ella es parte, y que cuenta con media sanción en la Cámara Baja, se aprueba una norma que revierte lo que ya estaba establecido por ley, fijando un límite menor para las fumigaciones terrestres -200 metros desde los centros urbanos-, entre otros puntos cuestionables del proyecto. La iniciativa que no prosperó y que había presentado la Campaña Paren de Fumigarnos establecía un límite de 800 metros y la prohibición de la fumigación aérea.
Todas las organizaciones ambientalistas en Santa Fe repudiaron su aprobación y ahora intentan que la Cámara de Senadores no avance en su tratamiento. El objetivo es poder presentar un proyecto superador. “Hay intereses enormes, muchos senadores son sojeros. Yo creo que el tema pasa por complementar la parte legal con la movilización y seguir dando la pelea cultural, para que la población este en este debate”, apunta Daniel.
En la movilización popular están las claves de la resistencia. Así lo entiende Fernando Mut quien además, participa activamente de la Unión de Asambleas Ciudadanas que este año tuvo lugar en la localidad de Jáchal, San Juan, donde la Barrick Gold derramó 224 mil litros de agua con cianuro.
“Lo de Jachal fue muy interesante porque era un pueblo que nunca se había organizado ni había tomado conciencia de lo que significaba la megamineria a cielo abierto, pensaban que era bueno que viniera la minera porque iba a traer trabajo, luego se dieron cuenta que esto no iba a suceder porque la mayoría de los trabajadores no son jachaleros. Creo que los aprendizajes tienen que ver con cómo se pueden ir deconstruyendo los mitos de las multinacionales. Hay una serie de mitos que ellos sostienen, por ejemplo, decían que con la soja se iba a acabar el hambre del mundo y eso es una gran mentira. Otro aprendizaje, es escuchar cómo otros han armado la pelea, y la UAC tiene mucho de eso, de poder escuchar y tratar de entender que le esta pasando a otra gente, y lo de Jachal es sorprendente: un ejemplo de cómo el pueblo se esta organizando y están por echar a la Barrick Gold”.
Tambien Sol Morel coincide en la importancia de la organización: “la resistencia es lo que ha logrado frenar la instalación de Monsanto, que ha permitido que se le diga no a la modificación de la ley de semillas, no a la megaminería en Esquel. Creemos que todo tipo de resistencia es fundamental y los esfuerzos también tienen que ser para organizarnos y poder proponer alternativas en pos de pensar otra matriz productiva”.
En ese andar están las organizaciones que convocan al escrache frente a la Bolsa de Comercio cada año, pero también aquellas que viene confluyendo en la Asamblea Rosario es un Pueblo Fumigado. Será para el 4 y 5 de junio próximo el encuentro de vecinos y vecinas que esta vez, tendrá como sede nuestra ciudad. “Rosario es un pueblo fumigado no solo por la fumigación en el Cordón Hortícola que ya no existe sino también por lo que comemos, la mayoría tiene soja y soja transgénica que ha sido fumigada”, dice Fernando quien además remarca la gran cantidad de personas que en los pueblos comienzan a ser conscientes de la problemática y se animan a participar, hablar, denunciar.
Por ello, el encuentro de dos días que se prevé para el mes de junio, será clave para avanzar en la construcción de más redes y asambleas en defensa de la vida.
1 comentario
Fué una jornada en la que se hacen escuchar voces y reclamos que mas de una vez pretenden silenciar o negar las verdades que desde las distintas agrupaciones se hacen saber. El Paren de Fumigarnos también aportó su presencia como corresponde. Informar a la ciudadanía es parte de nuestro compromiso.
Fué interesante mencionar la lucha de Jáchal y las contaminantes consecuencias del derrame de cianuro de la Barrick Gold afectando cursos de ríos. También quiero recordar, el derrame de 18.000 Lts de 2, 4 D sobre la banquina de San Jose de la Esquina sobre Ruta 92 – ocurrido hace un año y que también llegó al Río Carcarañá. Sus consecuencias aún no se han dimensionado y esa banquina continua contaminando a escasos 100 km. de Rosario, capital de los agronegocios que anidan en los interiores de su oscura bolsa en la emblemática esquina de Córdoba y Corrientes. Rosario es un pueblo fumigado también por la indiferencia.-
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