Comunicado
Mañana lunes, a las 10.30hs se realizará una conferencia de prensa en el Salón Puerto Argentino del Concejo para comunicar los pasos a seguir para evitar lo que seguramente será un desalojo violento. Después de 10 años de conflicto y de un juicio plagado de irregularidades no estamos dispuestos a abandonar ese lugar y que se privaticen las ultimas tierras que le quedan a Rosario. La única solución posible ante la violencia: expropiar las 7 hectáreas donde funciona el tambo y con ese perfil para la zona, diseñar un plan de urbanización de carácter público.
En las últimas horas, y después de que la cámara revocara la incorporación del tambo al registro de freno por 5 años a los desalojos de unidades productivas, la jueza de primera instancia volvió a ordenar el desalojo del tambo La Resistencia para dentro de 15 días y ya no hay más posibilidad de apelar en ninguna instancia. Se consuman así todas las arbitrariedades del juicio, se acortan los tiempo de la política y no queda otra vía que resistir hasta las últimas consecuencias.
Luego de casi 10 años de conflicto en las tierras de Nuevo Alberdi aparece la sentencia definitiva de desalojo del tambo La Resistencia para dentro de 15 días. De nuestra parte, en estos 10 años hicimos absolutamente todo lo que podíamos hacer. Generamos espacios institucionales para buscarle una salida pacífica y positiva al conflicto, promovimos proyectos de ordenanza, mejoramos el predio del tambo en territorio y cumplimos con cada requisitoria de la causa judicial. Hicimos todo lo que se podía hacer y más también. Y todo eso lo hicimos público. Aun así la justicia avala, en el único juicio que hay en el conflicto, a un empresario que nunca presentó escritura del lote que reclama y estafó al tambero que tiene derechos adquiridos al estar en el tambo desde hace más de 20 años (un mecanismo de estafa muy similar al que salió a la luz estos días en Puerto Norte con un fideicomiso trucho).
Así, el conflicto del tambo La Resistencia recorrió y estuvo presente en la agenda pública, política y judicial de Rosario, como el símbolo de las tensiones que siempre existen en una ciudad y sobre las cuales la política debe tomar definiciones.
Porque el planteo fue siempre el mismo: si desalojan el tambo, desalojan todo Nuevo Alberdi. Porque el tambo está en el centro de las codiciadas 250has de la zona rural, funcionando como dique de contención a los desalojos. Y si desalojan Nuevo Alberdi, perdemos el último espacio que le queda a la ciudad para expandirse residencialmente. Por eso aquí no hay un conflicto entre privados que pueda resolver la justicia. Esto lo dijimos desde el primer momento. La resolución del conflicto es política. Porque lo que hay que decidir, en resumidas cuentas, es qué va primero: ¿lo público o lo privado?
La respuesta a esta pregunta es, insistimos, política: elegimos que unos pocos vivan suntuosamente en 250has avalando el desalojo de 200 familias y el lucro descomunal de una empresa que hace dinero privatizando lo público. O nos permitimos desarrollar, en un espacio físico único como el de la zona rural de Nuevo Alberdi, un modelo de desarrollo urbano distinto, inclusivo: donde la prioridad la fija el Estado en lugar de una empresa inmobiliaria. Y donde consecuentemente, los que ganan no son los que más capacidad de pago tienen, sino quienes más lo necesitan.
Podríamos discurrir y extendernos muchísimo sobre la historia del tambo, sobre lo justo de la lucha emprendida en nuevo Alberdi y sobre lo muchísimo que hicimos para encontrarle una salida positiva y pacífica al conflicto. Pero la larga historia del tambo La Resistencia ya todos la conocen. Nos han visto en las puertas de los Tribunales, saliendo de mesas institucionales de la Municipalidad de Rosario y entrando a la legislatura provincial con proyectos para expropiar esa zona. Nos han visto trabajar en territorio, y todos han podido notar cómo un lugar de la ciudad se transforma si la voluntad de quienes allí trabajan es la de avanzar. El tambo hoy también es un símbolo de eso.
Ahora llegó el momento de tomar una decisión que sea definitiva, ya no hay más tiempo. Y esa decisión es:
– Declarar desde el concejo el interés social sujeto a expropiación del predio del tambo, para que luego la legislatura provincial avance sobre la expropiación definitiva y así poder delinear el perfil de ese sector de la ciudad desde el Estado, diseñando un plan integral para el sector de manera conjunta con legisladores y funcionarios municipales y provinciales.
– O, por el contrario, dejar que la sentencia siga su curso: que el tambo sea desalojado, y atrás del tambo las 200 familias que habitan la zona, con la violencia que supone todo esto. Y que, una vez consumado el desalojo, esa zona de la ciudad sea delineada y proyectada por una empresa inmobiliaria que tiene como fin último el lucro. Y acá es donde también hay que ser claros: el problema no es tanto que una empresa tenga afán de lucro. El problema es que le regalemos a una empresa uno de los últimos sectores donde la ciudad puede crecer.
No hay posibilidad de alternativa intermedia: ya no hay más tiempo, porque ya no hay a dónde apelar judicialmente la sentencia de desalojo. Es momento de decidir y hacerse cargo de la decisión. Si no se expropia, se desaloja. Nuestra decisión está tomada desde hace ya 10 años. Y hace 10 años que intentamos involucrar otros actores en esta decisión. 10 años después, el tiempo se agotó. Hoy, sí o sí, todos tenemos que decidir.