Cientos de mujeres organizan lo que esperan sea una masiva movilización que retome y multiplique a la del 3 de junio de este año. Ante el Día Internacional para Erradicar la Violencia contra las Mujeres, frente a una realidad que alarma y en busca de respuestas integrales y de largo plazo, las mujeres volverán a las calles para hacerse escuchar y decir basta a la violencia machista.
Por Eugenia Rodriguez
Abanderadas en el grito común del Ni Una Menos, juntas en la lucha por los propios derechos, cientos de mujeres de las más variadas edades e ideologías, se lanzaron a las calles de la ciudad y del país, para decir BASTA a la violencia de género en todas sus manifestaciones.
El pasado 3 de junio un nuevo mojón histórico se sembró en la lucha del movimiento de mujeres. Cansadas de ser asesinadas cada día, de ser violentadas en cada ámbito de desempeño, de no ser escuchadas por los Estados, las mujeres se convocaron a las calles dando lugar a masivas marchas que expresaron la reivindicación de demandas obtenidas y la pelea por los derechos que faltan conseguir, en una sociedad machista y patriarcal.
Los ejes del reclamo fueron varios: “En general la gente que se convocó lo que quería era se terminaran los femicidios pero para eso, como la muerte de las mujeres es un castigo que tiene un mandato central de control de todas las mujeres en general, lo que requerimos son cambios llevados adelante por políticas integrales de largo plazo. No queremos más salidas demagógicas de políticos que incluso a veces tienen ganas de usarnos como excusa para sacar leyes más represoras o medidas punitivas más graves. Queremos que el Estado se aboque a la transformación cultural que requerimos para que no haya más violencia contra las mujeres y eso requiere planes de largo plazo, con transformaciones curriculares en los contenidos de las escuelas, que formen una nueva masculinidad y femineidad, con estadísticas ciertas para conocer exactamente cuál es el número de mujeres que sufren violencia, de qué tipo, cuál es la prevalencia, qué edades, para que las políticas no estén diseñadas por intuición sino que respondan a cuestiones planeadas en base a datos ciertos”, expresó al ser consultada por enREDando, Susana Chiarotti, fundadora del Instituto de Género, Desarrollo y Derecho (INSGENAR) de Rosario, de prolongada trayectoria en la defensa de los derechos humanos de las mujeres.
A cinco meses de esta movilización que en Rosario tuvo como epicentro el emblemático Monumento a la Bandera, y ante un recrudecimiento de los casos de violencia y femicidios, organizaciones de mujeres, activistas, y autoconvocadas, volvieron a reunirse para preparar el segundo Ni Una Menos que se desarrollará el próximo 25 de Noviembre, Día Internacional de lucha contra la Violencia de Género.
“Las respuestas después del Ni una Menos del 3 de junio fueron parciales, aisladas e insuficientes. Acá en la provincia, por ejemplo, la Dirección de Género nos convocó a una reunión de lo que va a ser en el futuro el Consejo Asesor de Violencia en la provincia pero que todavía no está conformado. La ley que ordenaba armar este consejo salió hace dos años, fuimos a una reunión dos meses antes de que termine la gestión actual para escuchar que ese Consejo no era el definitivo. Si eso es lo máximo que se consiguió en la gestión, vamos muy mal. A nivel nacional, el plan nacional lo esperábamos hace varios años, no digo que no hayan hecho cosas pero esperamos políticas integrales a nivel federal”, argumenta Susana sobre los motivos que llevan a una nueva movilización.
Banderas
Al dialogar con enREDando, Chiarotti destacó los principales ejes de la movilización del Ni Una Menos. En ese sentido, agregó: “Queremos evaluaciones de los programas de género, planes de violencia que tengan un presupuesto al lado y que ese presupuesto sea genuino, con una partida presupuestaria permanente, específica para violencia contra las mujeres, y que haya realmente garantía de acceso a la justicia en caso de mujeres que sufren violencia. Y eso requiere formación de todos los operadores judiciales y también en las fuerzas de seguridad, que tienen que estar formadas de otra manera para no expulsar a las mujeres del sistema y para ir previendo los riesgos que corren al denunciar. Se tiene que usar un sistema de indicadores de riesgo que permita establecer, cuando la persona va a denunciar, el grado de riesgo que puede estar corriendo y tomar las medidas adecuadas. Necesitamos menos declamación y más operativización”.
Uno de las demandas concretas del colectivo de mujeres es por la falta de estadísticas oficiales que permitan pensar políticas públicas adecuadas. En ese sentido, tras el Ni Una Menos de junio, la Nación promovió la creación del Observatorio de Femicidios que depende de la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación, y todavía se esperan las primeras estadísticas.
“Falta que muchas provincias, incluida la nuestra, mande datos oficiales. Muchísimos gobernadores y eso ocurre en nuestra provincia, se niegan a dar los datos oficiales porque les aumenta la tasa de criminalidad, indispensables para saber cuáles son las condiciones de vida de las mujeres y qué políticas se pueden implementar a partir de tener esas estadísticas. El año pasado registramos 11 femicidios en Santa Fe, de acuerdo a lo publicado en los medios de comunicación. Este año tenemos registrados 22 femicidios al inicio de octubre y de esos, 12 son en Rosario”, expresó la edila local del Frente para la Victoria, Norma López, de acuerdo a un estudio realizado por el equipo de género de su bloque.
En ese sentido, López manifestó que en la provincia hace falta un refuerzo del presupuesto en todos los casos. “El gobierno provincial ha sido incapaz de asegurar políticas públicas claras para garantizar la equidad de las mujeres, no ha generado una política de derechos de niñas, niños y adolescentes, el seguimiento de los casos es débil, muchas veces se revictimiza a las víctimas. No se ha generado desde el Ministerio de Educación provincial una política educativa que apunte a la equidad entre varones y mujeres, y tampoco en materia de inclusión laboral. El municipio de Rosario, que es pionero en materia de género, incumple cada una de las normativas que estaban vigentes desde hace años. El teléfono verde no funciona y la casas de refugio tienen poco presupuesto”, aseveró López.
Un párrafo aparte le destinó al papel del poder judicial: “Muchos de los jueces no tienen formación con perspectiva de género y eso hace que no haya medidas ejemplificadoras, a lo que se suma la connivencia de la justicia con aquellos violadores incestuosos, muchas niñas son violadas por sus padres y la justicia no los castiga”.
Al respecto, López cuestionó el “escaso presupuesto” que el estado provincial destina en materia de género y fue cauta al recordar que el gobernador electo Miguel Lifschitz “no ha tenido una política beneficiosa para las mujeres mientras fue intendente de Rosario. Esperemos que ahora cambie” se esperanzó y agregó que durante la gestión de Lifschitz los prostíbulos La Rosa y El palacio Berlusconi “eran ubicados como lugares de atracción turística de la ciudad, en publicaciones del gobierno”.
También se refirió al papel que cumplen los medios de comunicación, que “juegan un rol indispensable. Muchos periodistas en Rosario apoyan las iniciativas, hay compromiso con la no violencia, pero no es el panorama a nivel nacional. Se necesita una mirada del Estado a los medios, para que rompan con los estereotipos y dejen de objetivar a la mujer”.
La lucha continúa
Desde Insgenar participan en la organización de la nueva marcha Ni Una Menos, “tuvimos ya una reunión donde había más de 100 personas representando a numerosísimas organizaciones, en la planta alta de La Toma. Se decidió convocar ampliamente, nuestro objetivo es superar o por lo menos equiparar la convocatoria de junio, y seguir manteniendo en agenda la preocupación sobre los objetivos que motivaron dicha marcha, porque la situación no ha mejorado”, señaló Chiarotti.
En el mismo sentido, Norma López, quien también participa de la organización destacó que “Rosario es ejemplo en materia de género porque fueron las mujeres organizadas, las que han visibilizado la opresión y peleado por los derechos de igualdad. Hemos podido ponernos de acuerdo en algunas acciones clave. Hemos salido todas juntas. Con un nivel de acuerdo importante más allá de diferencias ideológicas y políticas”.
Sobre la masiva movilización social de la marcha de junio y la gran cantidad de mujeres que están planificando su reedición, Chiarotti analizó que muestra “un crecimiento de la masa crítica de población que está cada vez más sensible sobre el tema de la violencia y que se constituye en una fuerza poderosa para avanzar hacia nuevos cambios. Para este 25 de noviembre que va a ser el primero en el que se sumen organizaciones, partidos políticos y sindicatos, esperamos lo mismo. Creo que vamos ganando en sensibilidad social y en aumento de la conciencia de la gente sobre esta problemática. Por supuesto que somos conscientes de que lo que necesitamos son medidas integrales que permitan un cambio cultural de largo plazo. Con medidas esporádicas, parciales y aisladas no se consiguen cambios tan profundos. Es un problema complejo que no admite soluciones simples”.
López, por su parte, no dudó en afirmar que el Ni Una Menos “marcó un hito en la historia de lucha, pero no logramos bajar la escalada de asesinatos, sino que hubo un crecimiento”. Pidió que para este 25 “los dirigentes de todos los sectores políticos, sobre todo los que tienen funciones en ejecutivos, escuchen efectivamente las demandas y cumplan con los mandatos”, además subrayó que “necesitamos una alianza real con los hombres, tenemos que construir con los varones, porque vivimos conjuntamente en la sociedad”.