Los modos de producción, la modificación de factores ambientales y el consecuente impacto sobre la salud de la comunidad es ya parte de la agenda de una población movilizada por su presente y su futuro inmediato. Son los propios vecinos, agrupados en maneras diversas, quienes toman la posta y -a fuerza de imaginación, conciencia y voluntad- multiplican las actividades para dar la pelea contra el modelo de agronegocios y sus consecuencias. Postales de una historia que enciende fueguitos en los márgenes de los medios de difusión y los debates político partidarios.
Por Jorge Cadús
Hacia septiembre del 2014, acompañados por más de 300 firmas, un Grupo de Vecinos Autoconvocados presentó ante las autoridades de la Comuna de Alcorta una solicitud de información que abarca la acción de gobierno en varios puntos relacionados al uso de agrotóxicos en la localidad. A través del pedido, los vecinos pretendían conocer qué medidas tomaba esa gestión respecto a «informar a la comunidad sobre la vigencia de la Ley Provincial de Fitosanitarios 11.273 y de la Ordenanza Comunal N° 1.980, así como también de los organismos comunales responsables del cumplimiento de esta última»; «informar a la comunidad cuál es el organismo encargado de recibir denuncias por incumplimiento» de esas normas y -por último- «informar, sensibilizar y formar a la comunidad acerca de la utilización de agroquímicos y del manejo de los residuos que los mismos generan».
«La información ambiental constituye uno de los pilares fundamentales para llevar adelante una adecuada gestión ambiental, y es un requisito esencial para que la sociedad conozca, comprenda y participe de las decisiones que puedan afectar su propia calidad de vida y de las generaciones futuras. Por ello, es indispensable garantizar el acceso a dicha información como forma básica de participación ciudadana», terminaba diciendo el documento presentado en Mesa de entradas de la Comuna alcortence.
En forma paralela, esa flamante agrupación abrió una página en la red social facebook (www.facebook.com/AlcortaAgrotoxicos), para todos aquellos que quieran sumarse e informarse sobre el tema. «Alcorta y los Agrotóxicos es un espacio que pretende invitar a la reflexión acerca del uso de agroquímicos y de sus consecuencias para el ambiente y la salud», sostenían allí los autores de la iniciativa. Y agregaban que en la página se podrá acceder a «material sobre este tema (notas, documentales, testimonios) e información actualizada sobre actividades afines que se lleven a cabo en la localidad».
Aquellos Vecinos Autoconvocados se convirtieron en el Grupo Abierto Alcorta y los Agrotóxicos, que en estos días motorizan una Muestra Fotográfica Comunitaria, bajo la consigna de «mostrar a través de la fotografía, lo que los alcortenses vemos en nuestro pueblo sobre la irrupción del actual modelo agropecuario (agro-bio-tecnológico) en la zona urbana».
Hablan de una localidad, pero en realidad, plantean la vida cotidiana en cada pueblo que sobrevive -fumigado- en el corazón duro del modelo sojero.
Instantáneas
La preocupación sobre los modos de producción, los factores ambientales que esos modos modifican o generan, y la relación sobre la salud no es nueva en los pueblos de la región. En forma paralela, la incidencia de los agroquímicos utilizados en la producción agraria en la salud de las comunidades ha quedado demostrada y expuesta en distintos trabajos médicos. Así lo certifican -por ejemplo- las conclusiones de los Campamentos Sanitarios: cerca de 95.000 personas relevadas en 18 campamentos en pueblos y municipios santafesinos pintan una postal cruda que algo está gritando sobre los cambios a la hora de hablar de enfermedades y de muertes.
Cómo enfermamos y morimos en la región. Ésa es, tal vez, la marca más fuerte de la irrupción del modelo en el ámbito urbano: «glifosato = cáncer» es un grafiti que hoy aparece repetido en las barriadas de Alcorta y otros pueblos de la región.
Con la Muestra Fotográfica Comunitaria, el Grupo Alcorta y los Agrotóxicos propone posar la mirada en los modos sutiles que a primera vista suelen saltearse. Hacer foco en las imágenes difusas del modelo. Ésas que por costumbre, se han naturalizado.
La propuesta es sencilla: se puede participar «enviando una foto que creas que representa la irrupción del modelo agropecuario en la zona urbana, junto con la ubicación y la fecha en la que la tomaste. Esperamos las fotos por mensaje privado en la cuenta de Facebook (Alcorta Y-Los Agrotóxicos) o por correo electrónico a alcortaylosagrotoxicos@gmail.com. Hay tiempo hasta el 15 de noviembre próximo» señalan las autoras de la iniciativa.
La muestra será exhibida en la Biblioteca Popular Belisario Roldán, durante el mes de diciembre, e inaugurada con una actividad abierta y participativa; además de ser difundidas a través de las redes sociales bajo una licencia Creative Commons.
El Grupo no está solo en la convocatoria: acompañan la Biblioteca Popular de Alcorta, el Museo Comunal, los Músicos Populares de Alcorta, la Asociación Vecino y los Vecinos Autoconvocados de Barrio Avellaneda. Todas agrupaciones surgidas de necesidades diarias, palpables, urgentes.
Como describen las integrantes del Grupo, «surgimos como la inquietud de un grupo de amigos acerca de la naturalización de algunas prácticas agrícolas que se llevan a cabo en la región. Y la primera preocupación, quizás por ser la más visible, fue la fumigación en las inmediaciones de las zonas pobladas, la circulación y el lavado de los mosquitos dentro del pueblo, y un tema que está relacionado a éste, el diagnóstico creciente de algunas enfermedades».
Y afirman: «buscamos reflexionar sobre estas prácticas que están naturalizadas, y creemos que este es un buen momento para avanzar en esta discusión. Y tenemos que poner sobre la mesa justamente la discusión sobre qué se está produciendo alrededor de Alcorta, para quién se está produciendo la cantidad de semillas transgénicas que están rodeando el pueblo, cómo se está produciendo eso y qué implicancias tiene para los habitantes del pueblo».
Como supo sintetizar un cronista local: «arden fogatas en la noche tóxica».