Entre el 6 y 8 de noviembre se realizará la Caravana por la vida, organizada por un gran conjunto de organizaciones sociales, ambientalistas y vecinos/as autovocodados de pueblos fumigados. La salida será en Rosario, el viernes 6 de noviembre. La consigna, una sola: «plantate por una vida sin venenos».
Por María Cruz Ciarniello
“La caravana es una forma de comunicarnos entre los pueblos y visibilizarnos. Los pueblos estamos siendo envenenados y encima ahora, perjudicados por una ley que retrocede. Hoy, los políticos están en contra de nuestra salud. Esta caravana es una forma de juntar fuerzas y de convocar también a la ciudad”, señala Paola, integrante del colectivo que organiza la Caravana por la Vida que se iniciará en Rosario el próximo 6 de noviembre.
El bar cooperativo Pichangú se transformó por una noche, en un lugar de encuentro para ultimar los detalles de lo que será una gran convocatoria a favor de la vida. Organizaciones y militantes ambientalistas realizaron una primera reunión para delinear la salida de la Caravana por la vida, la cual tiene como objetivo hacer visible la situación que desde hace tiempo afecta a los pueblos fumigados. Por ello, se planea pasar por distintos pueblos en los que se realizará diversas actividades. El recorrido finalizará en Ceres donde se llevará a cabo un Encuentro Regional de pueblos afectados por las fumigaciones en la provincia de Santa Fe.
“Vamos a plantar un árbol en cada lugar junto a un cartel que diga: plántate por una vida sin venenos. Y además, vamos a repudiar la media sanción a este proyecto de ley que es totalmente regresiva”, señala Paola.
A su lado, el docente Fernando Mut explica la consiga que convoca a movilizarse a la ciudad de Rosario. “Rosario es un pueblo fumigado porque la mayoría de los alimentos que comemos también tienen veneno. En ese sentido, tenemos que involucrarnos en un acto de supervivencia propia. De esa manera, la idea de la caravana es sumar experiencias y aprendizajes. La idea es poder aprender de pueblos que vienen peleando hace rato y que no los hemos escuchado lo necesario. En principio, la idea es salir el viernes 6 de Rosario a las 17 hs de los Silos, y llegar a Lucio V. Lopez. Al otro día, es pasar por Totoras y llegar a Hersilia a la noche. El domingo, llegaremos a Ceres”.
Allí, en Ceres se va a llevar a cabo el 4rto Encuentro Regional de Pueblos. El primero se realizó en Díaz, el segundo en Monje, el tercero en Lucio V. López, el 4rto será en Ceres y el quinto, se prevé que sea en Capitán Bermúdez., remarcan los organizadores.
Fernando apunta: “No solo estamos en contra del proyecto de Bertero, estamos en contra de que nos envenenen. Vamos más allá de una ley”.
Durante la caravana también se distribuirá información sobre los efectos de los agrotóxicos en la salud de la población. “Hay mucha información silenciada”, dice Paola, con preocupación. “Hay gente que cree que dice que no hace mal. Y los gobiernos aprueban estudios que realizan las propias empresas que los venden. Los científicos dicen que son altamente peligrosos y sin embargo, la gente de los pueblos lo sigue utilizando. En Lucio V. Lopez, de 6 años de esta parte, la gente que yo conozco, todos murieron por cáncer, menos 1 persona. Son múltiples los casos de abortos espontáneos, malformaciones, cáncer. Ya se detectó agroquímicos en el agua de lluvia.”
Invitan a todos/as a sumarse a esta gran Caravana que recorrerá la ruta 34. «Las personas y agrupaciones de los distintos pueblos que quieran sumarse con vehículos, llevaremos para identificarnos una tela flameando fuera del auto de algún color, sin letras, y podrán unirse a la caravana que estará pasando en los siguientes puntos: Rosario salida frente a los silos del MACRO, Lucio V. López, Totoras, Rafaela, Hersilia y Ceres.
La ley de las multinacionales
La indignación fue un denominador común durante la reunión en Pichangú. Lo que sucedió días atrás en la Cámara de Diputados provocó una reacción de repudio colectivo entre todas las organizaciones que desde hace años vienen dando batalla contra un modelo extractivo y sojero que está afectando visiblemente la salud de las poblaciones.
El proyecto de ley que obtuvo media sanción, propuesto por la diputada socialista Inés Bertero, es totalmente regresivo. “Si estábamos mal, vamos a estar peor. Y por eso, la idea es generar conciencia de que nos están envenenando. Es un problema de salud. Evidentemente el neoliberalismo nos ha contaminado la muerte, con la idea de la ganancia como única ley. Estamos hablando de salud y necesitamos una ley que participe el Ministerio de Salud. Esta ley la hace el Ministerio de Producción, y ellos no pueden cuidarnos porque están interesados en otras cosas”, remarca Fernando.
El proyecto de ley que fue aprobado en Diputados estipula un límite de hasta 200 metros para las fumigaciones terrestres cuando la actual Ley de fitosanitarios establecía un límite de 500 metros. El proyecto que quedó marginado es el que presentó la Campaña Paren de Fumigar a través del diputado José María Tessa, el cual establecía un límite de 800 metros y prohibir las fumigaciones aéreas que, de acuerdo a lo que establece la Ley Bertero, tendrán un límite de hasta 3000 metros. Asimismo, será el Ministerio de la Producción el órgano encargado de la aplicación de la ley.
María Victoria Dunda, integrante de la Red de Abogados de Pueblos Fumigados, decía días atrás en diálogo con enREDando: “La situación es compleja. El proyecto de Bertero es regresivo e inconstitucional”. “El proyecto de Bertero sostiene 100 y 200 metros. La gente tiene la soja al lado de su casa. Nosotros tenemos un principio de no regresión que es pro ambiente. Y esta ley tira para atrás todos estos principios.” A pesar de las notas presentadas por la Campaña, los diputados/as aprobaron la norma. 20 votos a favor del propio Frente Progresista que contó con el apoyo del bloque del PRO, 13 en contra del Frente para la Victoria y cinco abstenciones.
“Los diputados quisieron que negociemos lo innegociable que es la salud y la vida de las poblaciones. Para poner una fábrica de agroquímicos hay que hacer un montón de estudios de impacto ambiental pero para liberarlos al medio ambiente no hay que hacer nada y eso es totalmente ilógico. Todo esto funcionó con anterioridad a la liberación de los eventos transgénicos con una resolución de Felipe Solá del Miniserio de Agricultura donde le hace el gran negocio a las multinacionales liberándole sus semillas y sus tóxicos”, explicaba la abogada María Victoria Dunda, indignada por la media sanción de este proyecto que calificó como “inconstitucional” y que, en caso de ser aprobado, pedirán la impugnación.
Por su parte, la Campaña Paren de Fumigar realizó un nuevo plenario en Santa Fe, con la asistencia de 25 delegados de distintas localidades: San Lorenzo/Cordón Industrial del Gran Rosario- Villa Constitución, San Justo, Maria Juana, Estación Diaz, Rafaela, Rosario. De Santa Fe hubo presencia del Foro Santafecino por la Salud y el Ambiente, Siprus, MST, Agrupación Martin Fierro de la FIQ, el Centro Cultural El Birri.
Dos objetivos claros quedaron expuestos en este plenario: intentar frenar la aprobación del proyecto de ley en el Senado -que deberá transitar por las comisiones de Economía, Salud, Presupuesto y Asuntos Constitucionales- y continuar reinstalando el tema en la sociedad y los medios de comunicación. Diversas estrategias de lucha seguirá dando la Campaña, los vecinos autoconvocados y las organizaciones ambientalistas. Desde hace tiempo sus voces –tantas veces silenciada- vienen denunciando los efectos devastadores del modelo sojero. Ya lo señalaba tiempo atrás el científico fallecido Andrés Carrasco, a quien pocos quisieron escuchar. Entre sus investigaciones constató los efectos nocivos del compuesto herbicida (glifosato) sobre los embriones humanos, razón por la que fue amenazado y desprestigiado por los sectores más rancios de la academia y del poder mediático y político, obscecuentes de las corporaciones multinacionales. Ponerle el cuerpo a la campaña de desprestigio fue una de las batallas que tuvo que dar este científico, profesor de Embriología de la UBA y Presidente del Conicet, que puso la ciencia y sus saberes al servicio de las comunidades afectadas por las fumigaciones con agroquímicos. Andrés también la peleó contra el cáncer.