«Siento que mi país reacciona»
Con la contundencia de esta expresión que es mucho más que un deseo, Mariela Gomez Pastene, diseñadora gráfica chilena y candidata a magister en Educación en su país, desde Chile, le cuenta a enREDando cómo analiza la crisis educativa, las estrategias de resistencia de los estudiantes y de gran parte del pueblo chileno que ha salido a las calles para reclamar cambios estructurales en materia de políticas sociales y educativas. «En Chile, el 80% de las personas no estamos a favor del lucro», apunta Gomez Pastene.
Un nuevo Chile, de la mano de estudiantes y trabajadores, parece estar asomando del otro lado de la cordillera. Movilizaciones populares, manifestaciones masivas por las calles, un fuerte descontento social con el gobierno de Sebastian Piñera, ponen de manifiesto una crisis estructural de un modelo neoliberal que ha tenido a la educación como uno de las mayores pilares de la desigualdad en el país trasandino. El concepto y la lógica mercantilista que subyace en todo el sistema educativo chileno constituye la base del principal reclamo que lleva adelante el movimiento estudiantil, junto al repudio a un modelo que reproduce la inequidad en materia de educación. Del lado del gobierno, la única respuesta es la represión.
Para intentar asomar algunas luces a la crisis y al clamor popular que ha tomado las calles de Chile, enREDando dialogó a través de las redes sociales, con la chilena Mariela Gomez Pastene, diseñadora gráfica y candidata a Magíster en Educación Mención didáctica e innovación pedagógica.
enREDando. Mariela, contanos ¿cómo es y analizás el sistema educativo en tu país?
M.G.P El sistema educativo lo veo desarticulado, errático, sin sentido, enfermo y forzado a encajar en un contexto que ha cambiado irrevocablemente. Hay graves problemas de forma y de fondo. No hay proyecto educativo chileno, o sea, se va para cualquier lado, obviando la dimensión de reproducción social de la educación y su dimensión de generación de cambios sociales que mejoren un país. Si no se determina hacia donde queremos ir no podemos definir lo que queremos conservar ni lo que deseamos cambiar. No hay conciencia, por lo tanto, de los factores políticos y éticos del acto educativo.
Si miramos el problema que hay en el profesorado veremos que a ellos y ellas, el sistema hace que se les vea y se les trate como meros técnicos, no como actores relevantes en un cambio cultural. Se les anula en su dimensión reflexiva y ¿quiénes mejores que ellos para comprender qué sucede en las escuelas y universidades?, ¿Cuánto de sus conocimientos adquiridos desde su experiencia pedagógica, podrían aportar mejoras en el sistema? Muchas escuelas de pedagogía son malas, consiguen estudiantes desde el incentivo por becas, porque la desvalorización del rol docente llegó a tal punto que pocas personas lo consideraban como una alternativa de estudio y desarrollo laboral. A su vez, muchas de las personas que ingresan a estudiar pedagogía han visto cómo su vocación es negada al encontrarse en un sistema laboral que privilegia las cifras, el cumplimiento de los planes de estudio, por sobre la verdadera generación de aprendizajes con los estudiantes con quiénes se relacionan. Al docente no se le considera como un profesional reflexivo y actor relevante en un cambio cultural.
He escuchado en más de una ocasión que los mismos estudiantes catalogan al sistema educativo chileno como siniestro y creo que es así, y agregaría a eso, que es un títere treintón siniestro y sin sentido que no puede cumplir más de los 30 años que tiene y no puede seguir dañando a más generaciones de las que ya ha dañado. Ese títere lo mantenemos de pie todos y es momento de echarlo abajo.
enREdando: ¿Cuáles son los reclamos puntuales que realiza el movimiento estudiantil?
M.G.P: Se pide educación sin fines de lucro y de calidad garantizada por parte del estado chileno. Para elevar esta petición son varios los aspectos que los estudiantes han observado, han mirado sistémicamente el problema yendo a sus raíces e identificando las consecuencias culturales que este modo de vivir los procesos educativos, durante los últimos 30 años, han dejado a gran parte de nuestro país indignado.
El modelo educativo chileno, al operar desde la lógica del lucro ha generado una desigualdad social y una especie de fantasía ya que no necesariamente el lucro implica un valor agregado, ya que en muchas de las instituciones orientadas a ciertos sectores más acomodados de la sociedad, no se recibe una educación de calidad, aunque se pague bastante.
La lógica de mercado que sustenta el lucro con la educación da cabida a una incoherencia tremenda. No hay cómo establecer sí el servicio, porque uno paga gran cantidad de dinero, es de calidad, sí es que traerá beneficios, porque se constituye en la posibilidad de un recorrido único, o sea no se puede reclamar si el servicio es malo, no se puede empezar de nuevo después de 16 o 17 años de estudio, es un atentado a los derechos de cualquier consumidor, si es que se quiere ver así, y un atentado ético en el que todos estamos involucrados desde la acción o la omisión.
El lucro reproduce la desigualdad social como una de las consecuencias del sistema educativo, y esto es un problema del que ningún gobierno se ha hecho cargo de manera enérgica en los últimos 30 años.
Un antecedente importante para poder mirar este problema es la característica cultural que tenemos los chilenos, de no estar conscientes del real efecto en el endeudamiento al pedir un crédito, que tiene base en las campañas publicitarias y su efecto distorsionador. A su vez tampoco hay mucha opción de evitarlo, ya que si una familia desea que uno o una de sus integrantes se eduque en la Universidad, pero que tienen como ingreso el sueldo mínimo que es de $183.000 (mucho más bajo que la gran mayoría de los aranceles universitarios, que a demás van subiendo cada año) van a optar a la única opción posible: el préstamo, y desde ese punto de vista tampoco hay libertad de elección. Es frecuente escuchar en los representantes del movimiento estudiantil la queja por la inexistencia de un proyecto país que otorgue sentido a la educación, ese es otro factor más por el cuál se torna imperativo que el Estado garantice la calidad de la educación orientando sus energías en la consecución de objetivos que apunten a un proyecto de Chile que deseemos todos o la gran mayoría.
Como dato puedo contar que en Chile el 80% de las personas no estamos a favor del lucro.
enREDando: ¿Cómo están organizados para resistir?
M.G.P La información se mueve de manera muy rápida a través de las redes sociales, dicha información ha permitido la eficaz articulación de diferentes grupos de personas que desean lo mismo desde los diferentes roles sociales que representan. Así estudiantes secundarios, universitarios, padres, familias, trabajadores, profesores y profesoras, etc, coinciden en manifestaciones que han tenido gran convocatoria sin la necesidad de mucha planificación.
Haciendo una especie de zoom, el dialogo de la comunidad se da tanto en los soportes digitales como en las conversaciones personales y asambleas universitarias y secundarias, dónde se buscan consensos que son posibles desde el análisis reflexivo de la información disponible, es así como los estudiante, con esos sólidos argumentos, nos han informado a todos y hemos adherido en gran cantidad por que en el fondo deseamos lo mismo y nos convencieron de que es válida su iniciativa. Tenemos como antecedente las coordinación espontánea y tremendamente masiva reacción, que los chilenos tuvimos en contra de los megaproyectos energéticos, siento que con eso constatamos que salir a las calles es un derecho y que no hay miedo, lo cuál ha beneficiado al apoyo social explícito que se le ha dado a nuestro movimiento estudiantil.
enREDando: ¿Que otros sectores los apoyan y cómo se convocan?.
M.G.P: Casi toda la comunidad se ha ido sumando progresivamente, primero los y las profesoras, ante la firmeza y seguridad de los argumentos y las peticiones de los y las estudiantes luego fueron adhiriendo las familias, los padres apoyan el movimiento marchando, yendo a las tomas junto a sus hijos e hijas. Las conversaciones en Chile tiene que ver con los posibles cambios en la educación, el tema está en todos lados en forma de conversaciones cotidianas, dentro de las familias, en los “carretes”, en la calles. En el inicio de las movilizaciones estudiantiles hubo un mas bien sentido de comprensión, pero no había apoyo declarado, se dudaba de la viabilidad de las peticiones, pero ahora, hay convencimiento y mucha fuerza.
enREDando ¿Qué aspectos positivos observan del sistema educativo argentino?
M.G.P Justamente ayer en la noche, en una programa periodístico en la televisión abierta chilena, se tocó el tema de la educación en Argentina. Sabemos que la educación pública es gratuita, desde ahí afirmamos con este ejemplo y otros cercanos más (México, Nicaragua, etc), que es posible. Sabemos que, al menos en la UBA no se guían con la lógica mercantilista de la reducción de años de estudio, que hay que ocupar el tiempo necesario para que los aprendizajes sean de calidad, también nos hemos enterado de las malas condiciones en la infraestructura que ojalá solucionen pronto.
Argentina representa un caso más de que sí es posible y necesario atender a las peticiones de nuestro movimiento estudiantil.
enREDando: ¿Ha habido avances y diálogo con el gobierno nacional?
M.G.P Hay avances de forma, pero no de fondo. Es la lógica mercantil competitiva que opera en el modo de hacer las cosas del gobierno, se han planteado avances a la solución por la vía de inyección de recursos, soluciones muy prácticas y útiles, pero cortoplacistas y cosméticas. ¿Qué sentido tiene agregar dinero si no hay un claro para qué? Las demandas que los estudiantes han puesto de manifiesto no sólo tienen la dimensión práctica, sino también un cambio paradigmático desde sus dimensiones políticas y éticas, hay un intento por dar sentido a esta acción de educar, con vías a un cambio social, que no ha sido totalmente considerados por los parlamentarios chilenos en el proyecto de ley que prepararon.
No hay mucho avance, más bien un acercamiento, que los dirigentes estudiantiles han agradecido, pero no han aceptado, porque en lo propuesto no se recata el fondo del problema, la definición de sentidos y el consenso por el tipo de país que queremos construir definiendo los objetivos para ello. Los estudiantes y todos quienes apoyamos, sabemos que pueden conseguir un real cambio. El apoyo nacional crece y el internacional también se hace sentir.
enREDando: Qué sentiste y sentís al ver que tantísimos estudiantes salieron a reclamar por otro modelo de Educación en tu país?
M.G.P Siento una admiración que me energiza e involucra. Los y las estudiantes me despertaron, me han educado y han hecho que me pare del escritorio y salga a las calles, que reflexione, que golpee ollas en las noches, que inicie conversaciones con amigos y amigas, que mueva información en mi Facebook y mi Twitter, que me conmueva, que me reconozca responsable y que comparta de manera activa el deseo de un cambio en el modelo educativo.
Siento que mi país reacciona, que está visiblemente vivo y eso posibilita la conversación reflexiva y esperanzadora, con los sólidos argumentos los y las estudiantes han propiciado, la creencia de que sí es posible una educación sin fines de lucro y de calidad, es una demanda que cohesiona en torno a un sentir social. Eso es muy potente.
El tema relevante es la educación, y lo es desde la conciencia de la urgencia de mirar sus fundamentos, desde el surgimiento de la pregunta básica por el qué queremos y el asumir que somos parte de esa respuesta, y por ende, de este cambio… Hay una responsabilidad ética en cada uno de los chilenos que no hemos querido hacernos los sordos y es el momento de hacernos cargo de ello.