La Biblioteca Popular Cachilo promovió un proyecto inédito de promoción de lectura en espacios de aislamiento o encierro, para jóvenes y adultos. Su bolsillero de libros se multiplicó en muchos otros que llegaron hasta el psiquiátrico Agudo Ávila, el Irar y el Hospital Carrasco, siendo la primera experiencia de este tipo en una institución de salud pública. Capacitaron a trabajadores de cada institución que se transformaron en mediadores de lectura. «Creemos que podemos potenciar el trabajo de promover la inclusión social y cultural, mediante el acceso al libro y la lectura», nos dice Claudia, la «Negra» Martinez. El derecho a la metáfora se abre paso con cada sueño de la Cachilo.
Fernando trabaja en el área de Cocina del Hospital Carrasco. Se sumó a partir de una invitación que le realizó un compañero. “Variamos el proyecto inicial que era de compartir la lectura y hacer talleres. Hicimos que el proyecto circule habitación por habitación, prestando libros a los pacientes. Ellos se entusiasman y creo que los saca de la estructura cotidiana de lo que es estar durante mucho tiempo en un hospital. Cualquier forma o herramienta que los saque de allí, son bien recibidas. A través de un libro o de una lectura, el paciente sale de la realidad hospitalaria por un momento. Todas las personas que están allí pasan por un proceso de angustia y el diálogo que habilita un libro, ayuda muchísimo. La cocina ocupa un lugar que no es convencional para la lectura. Pero con algunos compañeros nos entusiasmamos con esto, para compartir una experiencia”, cuenta Fernando que sueña con poder continuar y fortalecer el bolsillero el año próximo.
Las chicas del Agudo Avila, Laura y Estefanía, estudiantes de trabajo social, participan del Centro Cultural Gomecito desde hace tiempo. “No había un espacio de lectura, creemos que habilita poder usar la imaginación y romper con la cotidianeidad de las personas que transitan el espacio. Hay un tiempo muerto muy amplio, y la lectura es una estrategia muy buena para pensar en algo”, dicen las chicas quienes transmiten el entusiasmo que tienen los pacientes con la lectura.