Alejados de una visión elitista del arte, lo abordan en un sentido amplio y participativo. Hace once años que generan espacios de creación, esencialmente musical, compartiendo los conocimientos. Las asambleas son la cocina de los debates y de decisiones grupales.
“Si hay algo rígido en Planeta X es el espacio de las asambleas. Todos los lunes a las 22 nos juntamos, desde hace 11 años, ininterrumpidamente, es una modalidad y un espacio como sagrado”, cuentan desde el grupo, agregando que prefieren definirse como colectivo y no en la individualidad de los nombres que lo constituyen. La forma cooperativa y asamblearia los caracteriza en sus modos de hacer, de encontrarse y reflexionar. “Planeta X es esencialmente un sello de música colectivo, nos juntamos en torno a la producción musical. Un soporte importante es la página web, varios de los integrantes son diseñadores, conocedores de la informática y artistas”, explican.
El colectivo está compuesto por 30 personas que sostienen un espacio de producción artística a través de la realización de eventos, recitales, muestras de fotos, intercambios entre Dj’s. “En los últimos 10 años se acercaron varias personas por la buena onda del grupo. No tenemos una idea elitista del arte, todos nos mezclamos y trabajamos desde una concepción amplia”.
El grupo se maneja desde el desarrollo de software libre, con una perspectiva abierta de creación e intercambio artístico. Trabajan de acuerdo al ideario del Copyleft, un movimiento que promueve la flexibilización de los derechos de autor. De esta manera las obras artísticas pueden ser copiadas y redistribuidas libremente. Promueven la cooperación, creatividad e innovación como contracara del “parasitismo de la propiedad privada que impide el pleno desarrollo de las capacidades de invención de las redes productivas de la sociedad”.
La participación y los aportes que cada integrante hace son totalmente libres, en base a las posibilidades y ganas que cada uno tenga. Su lucha es por multiplicar y expandir “la potencia de lo común”, amparando las producciones colectivas de la desigualdad y empobrecimiento que el copyright, las patentes intelectuales y la lógica de la propiedad imponen. “En el 95 cuatro amigos empezaron a gestionar una página literaria que salía mensualmente, con material propio y de gente allegada que también escribía. Eran escritos políticos y poemas. En una hoja de tamaño A4 con letra chiquita y un contenido bastante copado”, explican integrantes del grupo.”Ya en el 96, 97 se le da un poco más de forma de revista, es más grande y doblada al medio”. Para la presentación en público de esa producción gráfica organizaron un evento con música en vivo, con el tiempo esos encuentros pasaron a ser uno de los espacios más importantes respecto a la producción artística e intercambio musical.
Enseguida editaron el primer compilado, haciendo realidad la idea del sello musical propio. Hoy cuentan con más de 50 CD’s editados con tiradas que van desde 50 a 800 copias, dentro de un amplio espectro: música electrónica, abstracta, contemporánea, canciones acústicas. “A partir del 99 se empezó a juntar más gente, nos reuníamos en la biblioteca anarquista todas las semanas”.
Desde el comienzo se manejaron de manera horizontal y participativa. “Los eventos que realizamos son de tipo situacionistas, en aquellos años generaba como desconcierto porque salía de lo habitual y era bastante novedoso”. A lo largo de la charla varios de los compañeros expresaron sentirse “como en una burbuja dentro de la sociedad”, que la solidaridad es parte de la filosofía grupal y que no les resulta sencillo desenvolverse en un contexto más bien individualista. “Prevalece la forma horizontal de hacer arte, no creemos en las jerarquías, lo hacemos afectivamente, nadie es dueño de los fondos que generamos, ni siquiera los repartimos, eso va destinado a mantener la casa, a los arreglos de equipos e instrumentos. Tratamos de llevar adelante esos preceptos”.
Nos explican que tratan de ligar las actividades con un trasfondo filosófico, que vaya más allá de las fiestas, que los eventos generen en lo posible algún tipo de pensamiento o comunicación. Con el paso de los años las reuniones se fueron haciendo más masivas y se les hacía complejo conseguir lugares para realizar los encuentros, fue a partir del gran éxito que tuvo una fiesta de los ’80 que se dijeron: “es posible tener un espacio propio”. De ahí para adelante trabajaron para tener su casa propia. De hecho la tuvieron, y ya pasaron por varios domicilios. Hoy están acondicionando y estrenando “casa nueva”, hace 15 días que se mudaron de calle 3 de febrero a este espacio maravilloso, amplia, con varias salas para trabajar, patio interno y mucha luz. La casa está en Montevideo 2348.
La caja quemadora
Uno de los emprendimientos llevados a cabo fue el HackLab, “un espacio donde se trata de aprovechar la tecnología existente para otros recursos más copados. Por ejemplo se desarrolló la caja quemadora, donde vos llevás un CD y podés grabar gratuitamente los temas que están ahí adentro, son temas de gente que los hizo para compartir, sin un registro de la propiedad, en el marco del copyleft”. Esta intervención la realizaron en la plaza Pringles y en la puerta de la casa Planeta X. También generan actividades para compartir sotware libre, charlas con gente relacionada al tema con el fin de poner en circulación los conocimientos.
Intercambios
“Hay muchas bandas que nacieron de este proyecto y que están produciendo continuamente, se difunden los temas por internet. Musicalmente hay mucha energía, el estilo es variado, pero una sintonía común, tratamos de aprender de las distintas creaciones”.
Planeta X fue como la casa madre de varios grupos que se desprendieron y trabajan con la misma filosofía. Tal es el caso de Compartiendo Capital, todo el tiempo están en contacto con agrupaciones y movimientos afines. “Hace unos meses vinieron unos pibes de Europa que se compraron un colectivo y andan recorriendo Latinoamérica haciendo free party, instalan sus equipos de audio e imágenes al aire libre. Se vincularon con nosotros vía internet y estuvieron acá, trabajan de la misma manera que nosotros y nos encontramos en el hacer. En las fiestas tocaron con DJ’s del colectivo, se dio un intercambio interesante”, explican.
En la ciudad de Paraná hay un proyecto similar. “Somos amigos, intercambiamos actividades, con gente de Buenos Aires también”. Para este 2007 tienen previsto editar un compilado con todos los artistas del sello. También la realización de ciclos de cine y música en vivo para encontrarse en el flamante espacio de calle Montevideo.
Contactos:
planetax2000@hotmail.com