En Cabín 9 hay experiencias que relatan, desde la mirada de los pibes, lo que significa la violencia de genera. Los chicos del segundo año de la escuela técnica trabajaron sobre el tema, grabaron audios y compartieron sus propias historias de vida. Hoy, el hip hop de Alberto, uno de los pibes de Cabin, obtuvo un premio en el concurso «Otra vida es posible» del Ministerio de Educación de la Nación. Te contamos como nació este proyecto y compartimos los audios que participaron del concurso.
Llego, bajo la lluvia, a la escuela tecnica N 5 459 de Cabin 9. Son cerca de las 8 de la manana. Los pibes -entre perdidos y dormidos- deambulan por las aulas en busca de los profes para recuperar las materias que quedaron pendientes a fin de año. Hay que insistirles demasiado. La dispersión, las bromas entre ellos, el sueño pesado de la mañana y, probablemente, la panza vacia, le juegan una mala pasada al estudio y la asistencia a clase.
Es dificil – me dice Mariela Echarte. Desde hace mas de 11 años, ella es docente y tutora de la secundaria de esta escuela, la que- afirma- es casi su segundo hogar. En este barrio de Perez, ubicado en el limite con Rosario, el tiempo para las familias, corre a contrareloj. Aca, lo que abunda es la falta de todo. La lluvia hizo de la tierra un barrial. Y los chicos que viven en Cabin 9, intentan zafar, los que pueden y como pueden, del camino surcado por los pasos de la pobreza.
Los chicos
Alberto Misiac tiene 17 anos. Es rapero, amante del hip hop y un reconocido admirador de Mustafa, a quien me asegura conocer apenas le pregunto por el.
Yanina y Silvia tienen 15 años. Las dos- de pocas palabras- se animaron, al igual que Alberto, a ponerle sonido a la violencia. Ellas no eligieron el rap; decidieron buscar en Internet para encontrar algunas respuestas a las muchas preguntas que brotaron de una necesaria y riesgosa apuesta: conversar entre todos sobre la violencia de genera. De allí, nacieron trabajos escritos, afiches, grabaciones en audio y el rap de Alberto, que obtuvo un premio en la categoria de audio del concurso «Otra vida es posible», organizado por el Ministerio de Educación de la Nacion.
No se la esperaban pero tenían fe de ganar el concurso, confiesa, orgullosa, la profe Mariela Echarte, una de las impulsoras de este proyecto -junto con el docente Roberto Rebora- que busco debatir sobre la violencia de genera entre los chicos de 14 a 16 anos que cursan el segundo ano de la escuela N 9 459 de Perez. Y tambien fue dificil. Sin embargo, los chicos hicieron circular la palabra, simple y espontáneamente. Es que a muchos, la violencia le toca todos los dias el hombro, como le paso a Alberto.
– Los profesores fueron los que me contaron del concurso y la profe me paso el Cd donde habia unas muestras de gente que ya habia hecho el trabajo y con eso fui escuchando, mas las cosas que me habían pasado a mi, a mi familia, a mis hermanas, y fui escribiendo con eso, y asi fui haciendo la letra, de a poco, estuve como 4 semanas. Yo hago rap callejero y la pista me la hizo un amigo»- me cuenta Alberto.
«Al mundo no le importa nada» es el nombre del hip hop que este rapero de 17 anos, nacido en Cabin 9, transformo casi en un himno en la escuela de Perez. ¿Y que cosas son las que el mundo ignora?, le pregunto – Yo ví cuando mi mama estaba con otro hombre que no era mi padre, le pegaba, y también, cuando estaba con mi padre en algunos momentos le pegaba, mis hermanos sufrieron mucho eso. Yo no puedo escribir sobre algo que a mi no me haya pasado, es contar una historia- expresa Alberto.
Ademas del rap donde denuncia, con sus palabras y su musica, la violencia hacia la mujer, la que puede ser su mama o su hermana, Alberto le canta a la juventud, a sus amigos. -Hablo de la juventud del barrio que esta medio para abajo. Empece a escuchar rap a los 12 años y a los 15, empece con improvisación en la calle, con los amigos-.
Para Alberto, «el rap es todo, es libre expresión. Cuando estoy enojado con alguien en vez de ir a pegarle, me pongo a escribir algo, es como un psicólogo porque me desahoga». También, asegura casi como un adulto que «en Rosario es muy grande la cultura del rap». Y no duda, cuando afirma que el hip hop es una vía de escape a la droga que pega fuerte y bajo en los barrios, como en el de Cabin 9. «Yo tengo muchos amigos aca en el barrio y hoy en dia no les hablo, no por discriminación ni nada, pero si estas con ellos tenes que hacer lo que ellos hacen: robar, drogarte. Las mismas personas con las que vos creciste las ves hoy en dia y no las reconoces, esto es lo que me pasa».
¿Y que nos dicen de la violencia de genero?
Johana y Maria de 14 ahos, Alana de 15 y Maria Belen de 17, escribieron un poema. Con la metáfora, definieron a esa triste mujer que sufre de la violencia instalada en nuestra sociedad.
Y algunas palabras que ellas dispararon como sinónimos de violencia de genero fueron: dolor, miedo, verguenza, golpe.
«Hay muchas formas de usar la violencia. A veces, no solo golpeándola, sino insultándola también duele. Yo creo que la mujer siempre es un poco mas débil que el hombre, y el hombre a veces se quiere aprovechar», opina Alberto. Sus compañeras, Silvia y Yanina, estan calladas.
Timidamente, asienten con la cabeza cuando decimos que la mujer sufre mas violencia que el varón. Pero no cuentan mucho.
¿Y cómo empezó todo?
Retrocedo en el tiempo. Estoy en el auto junto a Mariela, la profe de la escuela de Cabin, rumbo al barrio. Son cerca de las 7 de la mañana. En el camino, me cuenta como surge esta idea de empezar a ponerle palabras, entre los pibes del secundario, a la violencia de genero.
«Hace dos años, junto al profesor de música se nos ocurrió trabajar con la radio. Después, tuve licencia por maternidad. Hicimos el contacto con el Iset 18 y por suerte, este ano lo logramos.», confiesa Mariela.
«No es facil la escuela en si. Para los chicos la escuela es todo porque no tienen otros lugares en el barrio». Sin embargo, a pesar de las dificultades, junto al profesor de música comenzaron, lentamente, a trabajar con audios que abordaban temas como la sexualidad, las adicciones y la violencia de genero. «Como también trabajaba con ellos animación en lectura con poesías y cuentos, les tire un par de ideas para trabajar y todos los chicos lo hicieron. Lo pasaron en un papel afiche y luego lo presentaban en el aula, frente al grupo. Todos los trabajos fueron diferentes. Algunos hicieron radioteatro donde hablaban con la mama o con una amiga de lo que sucedia, otros hicieron un informe, algunas chicas hicieron una poesia y Alberto hizo una canción».
El objetivo, cuenta Mariela, era poder grabar en audio todas las producciones. «Hasta ahora pudimos grabar tres, porque fueron las que primero se terminaron para el concurso «Otra Vida es posible», al cual decidieron participar entre todos. Para los chicos, la experiencia de grabación, también fue todo un viaje experimental. «Muchos chicos no salen del barrio y ni siquiera saben que pueden seguir estudiando».
Trabajaron sobre la violencia de genero en el barrio, y «ahí se explayaron bastante. De una forma u otra, todos estan atravesados por la violencia, porque la viven en la casa, o porque alguna amiga o alguna vecina le paso. Ellos no tienen problema de hablar sobre cosas que le suceden. No tienen verguenza. La violencia de genero esta en todos lados y ellos no la ocultan. También se movilizaba bastante todo lo que le sucedía a ellos, no es fácil», cuenta Mariela en dialogo con enREDando.
Lo cierto es que lo dificil se transformó en una experiencia liberadora. Pudieron hablar en grupo, compartieron ideas, discutieron, debatieron, expresaron lo que viven puertas adentro de sus casas, lo que le pasa a su amiga, a su vecina, a la mama o a la hermana. Los chicos del segundo ano de la escuela de Cabin desnaturalizaron la violencia que los atraviesa, la expusieron entre todos y algunos, hasta le pusieron sonido y voz. El 1 de diciembre realizaran una muestra donde se presentara un video con todos los trabajos. Y ahi, se escucharan de nuevo, y otros, los escucharemos a ellos.
Alrededor de las 9 de la mañana, cuando ya me despido de Mariela y de los chicos, Karen, otra de las alumnas que participo del concurso, me cuenta -La violencia hace daño a las personas- y confiesa, después de estar un rato en silencio: «Me contaba una chica que la familia la violaba y, de grande, todavía se sigue acordando de lo que le paso».
Contacto: marielaecharte@arnet.com.ar