Las cientos de fotos de la Campaña Necesito Verte Hoy fueron tomadas, entre otros, por un colectivo de fotógrafos rosarinxs que se agruparon hace ya varios años bajo el nombre de Punto Muerto. Desde este espacio, buscan interpelar con intervenciones fotográficas que van más allá de la cobertura de un hecho social. Apelan a una mirada colectiva de la fotografía, política y social. Su último trabajo es «Intima Seguridad», una muestra que cuestiona la naturalización del control y la presencia de las fuerzas de seguridad en las calles y los barrios de la ciudad.
Por María Cruz Ciarniello
Foto I
Una mujer tiende la ropa en el patio de su casa mientras un Robocop le apunta con la ametralladora.
Foto II
Una familia se encuentra cenando en su casa. Detrás suyo, la misma imagen inquisidora se repite en la postal.
Foto III
El arma también le apunta a una pareja que está en la cama.
Foto IV
Un parto, un nacimiento, y un arma controlando el movimiento.
La escena
El lugar es íntimo. El control transformado en una foto recurrente. Naturalizar la vigilancia como modo de vida en la ciudad, en los barrios, en las casas.
“Intima seguridad” es el nombre de la muestra e intervención fotográfica que diseñó el colectivo rosarino de fotógrafos Punto Muerto. La idea nació a partir de la llegada de la Gendarmería a Rosario y se concretó un año después, con el segundo arribo.
Durante todo ese tiempo, el grupo aceitó el trabajo: el objetivo era recrear situaciones y acciones de la vida cotidiana bajo la celosa mirada de un gendarme o un policía. No importa tanto la referencia sino el concepto: así fueron construyendo una sucesión de fotos intervenidas con un personaje montado en fibrofácil.
La instalación artística busca interpelar, reflexionar, proponer otra mirada sobre la presencia constante de las fuerzas de seguridad en los barrios rosarinos, aunque las escenas no muestren imágenes de los mismos. Es que no hace falta: la propuesta es realizar una intervención, con una estética que tome como hilo conductor la intimidad y la vigilancia al mismo tiempo.
“Nos motivó esta idea de hacer algo que tenga que ver con cómo la gente acepta la presencia de gendarmería y hasta aplaude este hecho, y genera esa incoherencia de que en realidad, esa misma gente de repente termina diciendo que la gendarmería es peligrosa”, remarca Gustavo D’assoro uno de los 7 integrantes de Punto Muerto. La llegada de la Gendarmería provocó reacciones adversas: por un lado, sectores sociales -incluso en los barrios- sintiéndose «mas seguros»; por el otro, el testimonio irrefutable de los pibes que sufren los acosos, la persecución y la violencia institucional en las barriadas populares.
Cada foto cuestiona lo que se naturaliza en el orden de lo cotidiano: la presencia de la policía en lugares donde no deberían estar. “Estábamos en un club con los pibes, y la policía nos pasaba por al lado, con las armas. De alguna forma eso se naturaliza», cuenta Gustavo, sorprendido todavía por aquella situación vivida.
Una luz, una estética, un lugar. La coherencia visual dá cuenta de un cuidadoso trabajo artístico y también político. “El personaje fue sacado del juego Counter Stritke”, dice Gustavo. Y Pablo Madussi, otro de los compañeros, agrega: “Cada vez hay más dispositivos de seguridad y al mismo tiempo cada vez se pide más control”.
La elección del lugar donde se presentó la muestra no fue casual: en esta segunda oportunidad, el escenario fue el espacio autogestionado La Otra Casa. Cada foto fue recreada en un ambiente (el living, el patio, el dormitorio) y acompañada a su vez de un objeto que es protagonista de la imagen. “En una de las situaciones que era un almuerzo, nosotros sacamos la foto, después imprimimos sobre un mantel esa imagen, y ahora tenemos ese mantel puesta en esa mesa. Asociamos la foto a un objeto que además se está exponiendo para mostrar esa foto”, explica Pablo.
La muestra permite revivir la situación. Recorrer la casa, observar las fotos y al mismo tiempo, ser parte de esa escena.
Punto Muerto intenta hacer otro tipo de “muestras” que rompan con lo convencional. “Generalmente mostramos las fotos en lugares poco comunes. En esta oportunidad, queríamos hacer una muestra pensada para esta casa, quizá luego la montemos de otra forma”, dicen de forma relajada. Es que esta es la impronta que caracteriza al grupo de fotógrafxs.
El ojo de la cámara a veces puede estar en punto muerto. Puede interpelar, desde ese lugar aparentemente neutro, un sinnúmero de situaciones cotidianas. Puede molestar. Generar curiosidad. Atravesar los cuerpos; descubrir los sinsentidos.
“Como grupo nos interesa poder relatar, de forma colectiva, mediante la imagen fotográfica momentos o procesos sociales. Pensamos en un relato colectivo porque como grupo definimos un tema o problemática, pensamos como y para que desarrollarla, como difundirla”, dice Punto Muerto.
El grupo se conformó hace ya 4 años y muchos de sus integrantes formaron parte de La Colectiva. Todas las semanas, comida mediante, se reúnen a pensar, trabajar, debatir. El nombre del Colectivo deviene del estado en que a veces suelen estar y así lo explican: “Es el momento antes de poner primera y arrancar, es el instante de parar, pensar y tomar decisiones, por eso Punto Muerto”.
La mirada colectiva
Algo caracteriza al colectivo: sus fotos no están firmadas. “Creemos que se puede tener una mirada colectiva fotográficamente. Es una edición conjunta, pensamos previamente el laburo, alomejor la edita otro compañero, reencuadra otro. Y esa muestra se diseña entre todos. Podemos tener una mirada colectiva sobre hechos, construirla, en una disciplina artística donde está muy sobreentendido que ésto no se puede. Entonces, nos gusta decir y decidir esto. Es un proceso más lento, más arduo. Es una mirada que ponemos en juego entre todos. Y creemos que esto es enriquecedor, se genera algo nuevo.”
Punto Muerto impulsó muchos trabajos colectivos fotográficos: el primero tuvo que ver con retratar empresas recuperadas. Así empezaron y aunque el proyecto hoy esté en punto muerto, esperan algún día volver a retomarlo: “Nuestro objetivo no es tomar imágenes aisladas, sino poder en varios encuentros recorrer las fábricas, conocer la historia del lugar y de sus trabajadores, dar cuenta a través de la fotografía de la cotidianidad del trabajo y el proceso particular de cada fabrica. Otro objetivo importante es, mediante diferentes formatos (página web, impresión de revista o libro, etc.) dar a conocer a la sociedad cuales son las fábricas recuperadas de la provincia de Santa Fe. Pensamos este trabajo como un intercambio, en tanto no sea solo tomar fotos para nuestro trabajo, sino que podamos realizar imágenes que les sirvan a los trabajadores para diferentes utilidades”.
El trabajo que mayor difusión tuvo, y también, con un gran alcance y proyección, fue el que realizaron junto a Abuelas de Plaza de Mayo. La Campaña “Necesito Verte Hoy” fue el punto de partida para viralizar cientos de imágenes con un mensaje necesario y vital: si dudas de tu identidad acercate a Abuelas de Plaza de Mayo.
Fue Punto Muerto el que –convocado por la Filial de Abuelas en Rosario- comenzó con las fotos de las personas que posaron con el cartel de la campaña. “Fue un laburo que hicimos durante dos años”, dicen los chicos. “Nos convocaron porque habían visto el trabajo que hicimos el 24 de marzo, y luego se fueron sumando otros fotógrafos.”
Las fotos de Punto Muerto dan cuenta de un compromiso político, de la construcción de una mirada crítica y social. Pero también, de una búsqueda que apunta a profundizar en un montaje, una idea, un concepto. Así trabajaron en otra puesta con imágenes tomadas durante un Vía Crucis del Padre Ignacio, el que cada año convoca a unas 100 mil personas.
“No hay nada que hagamos que no esté atravesado por una mirada crítica, social, política. En lo que hicimos con el Padre Ignacio se ven ciertas cuestiones comerciales alrededor de esa procesión. Es una mirada que desde afuera puede parecer no política, asociada más a lo religioso, pero cuando uno lo ve y cubre esa procesión, lo hacemos desde ese lugar”.
El montaje de la muestra fue un confesionario donde cada persona debía arrodillarse para ver las fotos que conformaban un libro objeto. “Ahí le tomamos el gusto y empezamos a pensar las muestras de esa forma”, remarcan.
Entre los trabajos que realizaron colectivamente, también hay retatros del 24 de marzo, de la Escuelita Zapatista, del Cabildo Abierto del Juego y la Convivencia de barrio Ludueña, del 20 de junio, de la jornada de resistencia de Kasa Pirata y la sexta Feria del Libro Independiente y Autogestiva. Y además, un video impactante sobre Ayotzinapa con 86 escenas ficcionalizadas que hablan de la ausencia, del antes y el después.
Punto Muerto es un colectivo que se toma su tiempo. Cada trabajo fotográfico sale de lo común. No buscan la inmediatez. Sus imágenes quizá devengan en un arte que intente proponer otra forma de pensar la fotografía. La mirada que puede ser construida entre varios, cuyo sello ya no sea solo el ojo de un fotógrafx sino el de muchxs, interviniendo de manera política sobre esa escena que hablará, que interpelará y que algo nos querrá contar.
Integrantes:
Gabriela Banfi, Amalia Di Santo, Pablo Madussi, Carina Demetri,Gustavo D’assoro, Luciana Carunchio, Rodrigo Berwanger.
Todas las fotos son de Punto Muerto.
Podés ver sus trabajo en Facebool Punto Muerto
www.imagenpuntomuerto.blogspot.com