Organizaciones campesinas, indígenas y urbanas de distintos puntos del país poblaron la plaza San Martín (Rosario) durante dos días. En el centro de la ciudad brillaron los colores de la tierra, saberes ancestrales y diversas experiencias de producción agroecológica, en el marco de la III Feria Nacional de Comercio Justo y Economía Autogestiva. Resistiendo el avance del modelo sojero, a paso lento y en red, la multiculturalidad y biodiversidad de la Argentina profunda se fortalecen de la mano de la Economía Social, no capitalista. En esta nota enREDando te acerca las voces de productores campesinos, cañeros y huerteros.
Por Vivi Benito
En este soleado mediodía primaveral, los colores y aromas de la tierra invitan a quedarse en la plaza San Martin, a conocer historias de vida y de trabajo paridas tierra adentro, en montes y parajes de nuestra Argentina profunda.
“Estamos trabajando en un sistema de cooperativas dentro de la Red Cañera, yo pertenezco al grupo Gran Comienzo. Elaboramos azúcar agroecológica, rapadura (azúcar sólida, es como una golosina) y miel de caña. Producimos de manera totalmente natural sin químicos, en la limpieza de la tierra tampoco utilizamos químicos, todo es manual. Trabajo con mi familia y con un amigo que es mi vecino”, nos cuenta Isidro Flores, oriundo de Campo Grande, Misiones, quien recorrió más de 1000 kilómetros para participar de esta III Feria Nacional de Comercio Justo y Economía Autogestiva, realizada el 23 y 24 de septiembre en Rosario.
“En la Red hacemos una reunión mensual, hay muchas familias integradas, tenemos apoyo de la gente del Inta y de la subsecretaria de Misiones que nos ayudan con la logística. Estos encuentros nos fortalecen las ganas de seguir trabajando, de conocer más personas, se está fortaleciendo la red. Quiero seguir con la tradición, mis padres también trabajaban en la producción azucarera”, anhela Isidro, trayendo en el acento los aires de la tierra colorada.
Al su lado, en otro de los sabrosos puestos, está Analía Moreno, ella vive en Santa Rosa, Santiago del Estero y pertenece al Mocase: “Trabajo en la fábrica dulces y también soy la cocinera de los chicos de agroecología. Continuamente estamos yendo a reuniones y encuentros. Somos cinco compañeras, hacemos dulce de leche de cabra, zapallos en almíbar, mermelada de zapallo, escabeche de cabrito y mermelada de sandía. Todo en base a cultivos de la zona, nos compramos entre compañeros los productos que hacemos”, dice, mientras nos muestra un tentador escabeche de cabrito.
El trabajo de organizaciones agricultoras, huerteras, campesinas, indígenas y urbanas, desde una lógica solidaria, sustentable y respetuosa de la vida, se ha fortalecido en los últimos diez años. En esta tercera Feria Nacional, se expresan las necesidades de todo un pueblo que “no es campo, sino tierra”, como dicen los movimientos campesinos que resisten el avance de las topadoras sojeras.
Entre los problemas más visibles y urgentes en Santiago del Estero, Analía señala precisamente el de la tierra: “Defendemos nuestra tierra, nuestros derechos por los químicos que están tirando. Luchamos contra las topadoras y desalojos que mucho hay en Santiago. Yo milito desde chica, mi papá fue uno de los primeros militantes en el Mocase (Movimiento nacido en 1990)”.
Por otro lado, pero también en el camino de la economía autogestiva, en el departamento santiagueño de Banda, más de 40 familias integran la Asociación de Familias con Identidad Huertera (AFIH). Quince de sus integrantes llegaron hasta Rosario en tren y hoy están ofreciendo producciones hechas con frutos del monte santiagueño: arrope de chañar, de tuna, de mistol y algarroba; licores; alfajores, masitas, bombones, empanadillas, bizcochuelos, pasta frola, todo de algarroba.
“Trabajo con mi familia haciendo producciones con algarroba, chañar, mistol, mora, tuna, con eso trabajamos, producimos, consumimos y vivimos mi señora y mis tres hijos. Ahora cuando volvemos nos ponemos a juntar moras, ya están empezando a madurar”, relata Fabián Rodriguez, integrante de la AFIH. “Todo lo hacemos en familia, también el cultivo, salimos a juntarlo y lo seleccionamos entre los cinco”, agrega su esposa, María Robles.
Ejes de discusión
En 2010 las discusiones de la Feria giraron en torno a la Soberanía Alimentaria, entendida como el derecho de los Pueblos a decidir sobre las formas adecuadas de producción, intercambio y consumo de alimentos. Este año, el debate estuvo centrado en la construcción de formas de comercialización distintas a las capitalistas, con la premisa de que la distribución solidaria y el consumo organizado fortalece economías sustentables no capitalistas.
“Decidimos trabajar sobre el eje de la comercialización, uno de los grandes temas que tiene la economía popular o solidaria. El mensaje principal de esta Feria es la producción autogestiva, la distribución solidaria y el consumo organizado. Muchas de estas cosas se abordan en los talleres y conferencias, nos interesa organizarnos para consumir productos de esta otra economía, que nos cuenta como humanos y no como maquinitas”, nos explican Stella Orzuza y Jimena Ancín, de la cooperativa Mercado Solidario, integrante de la Red de Comercio Justo del Litoral.
¿Y cuáles son las principales dificultades en la comercialización?. “Lo que estamos planteando es que los mismos productores nos hagamos cargo de la comercialización, que no se la dejemos a intermediarios, que luego hagan un usufructo de nuestras producciones. Esto implica un montón de dificultades, como por ejemplo, cómo llegar a distintos lugares sin hacer uso de distribuidoras, supermercados, etc. Nos parece interesante discutir tal dificultad estando juntos en este espacio de encuentro. Otra cuestión es que hay producciones que tienen una determinada estación del año, entonces ¿cómo lograr una circulación permanente de esos productos?. También discutimos en relación a la calidad de estos productos, la calidad entendida desde nuestros parámetros”, responde Stella.
Los parámetros de calidad de la Economía Solidaria y Autogestiva están basados en el respeto de la naturaleza y de los seres humanos y sobre todo, en la confianza mutua. “Hay que ser responsable con lo que estás ofreciendo y vendiendo. Nuestra lógica no es capitalista, funcionamos de esta manera desde hace casi diez años y esto camina, se expande. Llegará un momento en que quizás se necesite organizarlo como lo hizo Brasil, donde han logrado hacer certificaciones colectivas de calidad. Buscamos una calidad agroecológica, partimos de lo natural, la reproducción de la diversidad en cuanto a las semillas para poder generar la cadena completa de producción dentro de la economía solidaria”, expresan las compañeras de Mercado Solidario.
El diario de la Feria
El diario de la III Feria Nacional de Comercio Justo y Economía Autogestiva fue elaborado desde la mirada de los chicos/as y la puesta en palabras de sus experiencias cotidianas. A partir de una dinámica participativa realizada en una de las sombritas de la plaza, sus testimonios fueron plasmándose en un gran afiche, construyendo un relato colectivo.
“Soy Emily, tengo 10 años y vivo en Santiago del Estero. Viajé en tren con mi mamá y mis amigos. Vinimos a mostrar los productos que vende mi mamá, también los vende en Santiago, tiene un puesto en la AFIH (Asociación de Familias con Identidad Huertera). Yo colaboro, compro las cosas para preparar los alfajores de algarroba. Vender en la Feria nos da la posibilidad de hacer conocer los productos que se realizan con las frutas del monte santiagueño”.
“Mi papá y mi padrino pertenecen a la Red de Comercio Justo de Córdoba. El Comercio Justo sería como un comercio donde consumidor y vendedor se encuentran en igualdad y fraternidad. Mi papá y mi padrino fabrican pastas: fideos secos, ravioles, pero acá no los trajeron todo porque se van a pudrir”, expresó Facundo, de 10 años. Por su parte Jimena y Eugenia, santiagueñas, luego de presentarse ofrecieron la receta de las empanadillas: “se hacen con batata, azúcar quemada y vainilla, para darle sabor. La masa se hace con el kilo de harina, ¼ de grasa, azúcar a gusto y agua”.
Organización y participantes
La Red de Comercio Justo del Litoral estuvo a cargo de la organización de la Feria, actualmente la Red está conformada por el Centro Ecuménico Poriajhú (Capitán Bermúdez), Cooperativa de Producción y Consumo Mercado Solidario (Rosario), Granja Agroecológica La Verdecita (Santa Fe), Editorial Independeinte Último Recurso (Rosario), grupo de hilanderas Lalen (Granadero Baigorria); Cooperativa La Asamblearia (Buenos Aires), y por la Asociación de Familias con Identidad Huertera, de Santiago del Estero.
En este gran encuentro también estuvieron presentes compañeros/as de la Unión Sin Tierra (Mendoza), de la Cooperativa Vitivinícola de Cafayate (Salta), de Mundo Alameda (Bs.As.), Silataj (Bs As), de las Redes de Comercio Justo de Córdoba y de Mendoza, de la Red Cañera de Misiones, del Mocase – vía campesina. De Rosario participaron: Pomelo en el Patio, Cooperativa Indepress, Asociación Chicos, Biblioteca Etnica Qom Laq´taca y Productores del Programa de Alimentos.
En paralelo a la exposición, degustación y venta de productos artesanales, durante las dos jornadas se realizaron actividades político culturales, talleres sobre la situación de los movimientos campesinos, su lucha en defensa de la tierra y la soberanía alimentaria, la extensión de bancos de semillas criollas y la promoción de experiencias de agricultura agroecológica, entre otros.
Una de las charlas sobresalientes estuvo a cargo de la compañera brasileña Begair do Carmo Flores, miembro y coordinadora del Proyecto Esperanza/ Cooperanza, que es organizador de la Feria más importante de América: la Feria de “Santa María” (Brasil). En la Conferencia, Begair relató la historia y lucha de dicha Feria que se presenta como una referencia ineludible para muchas iniciativas en Economía Solidaria y Cooperativismo de América Latina.