Su vecino se enteró que lo había denunciado por matarle la perra y junto a dos policías lo siguió con una camioneta hasta detenerlo. «No le demos más porque ya está muerto», dijo uno de ellos, luego de que el joven fuera golpeado y abusado.
Por José Maggi (Rosario12)
Un joven de 20 años de Teodelina denunció al responsable de una empresa lindera a su hogar por asesinar de un disparo a su perra. La reacción del acusado no se hizo esperar: comenzó a amenazarlo hasta que finalmente lo subió por la fuerza a una camioneta en compañía de dos policías del pueblo, entre quienes lo abusaron sexualmente y lo golpearon hasta darlo por muerto. Pero el horror no terminó allí: acompañado por su madre, concurrió a la comisaría para denunciar lo ocurrido, Nahuel reconoció a uno de sus agresores. El defensor general Gabriel Ganón se interesó en el caso de violencia institucional e informó a Rosario/12 que el Servicio Público de la Defensa Penal interviene a través de Silvia Gamba.
En mayo pasado, su perra boxer cruzó la valla de una propiedad frente a su vivienda, un importante criadero de pollos y el encargado de la planta le disparó y asesinó. «Mi hijo denunció con nombre y apellido en el facebook a esta persona que le mató la perra, y empezó a perseguirlo, amenazarlo y seguirlo con la camioneta», relató Stella Maris Méndez, madre de la víctima.
La mujer narró al canal de noticias C5N que el miércoles 22, cuando el muchacho regresaba a su casa, fue interceptado en la ruta por una camioneta, de la cual se bajaron dos personas y comenzaron a golpearlo brutalmente. Luego lo subieron al vehículo, en el que se encontraba la persona que había asesinado a su perra. «A Nahuel le quebraron la muñeca, le dieron golpes en la cabeza y pensaron que lo habían matado, decían ‘no le demos más porque ya está muerto’, uno de los policías dijo, lo violaron los tres, tiene dos costillas fracturadas, golpes por todos lados. Lo dieron por muerto», relató.
Según el relato de su madre, avanzaron unos kilómetros, frenaron la camioneta y lo golpearon nuevamente a punta de pistola. No conformes con lo hecho, lo arrojaron en una de las entradas de su casa y allí siguieron pegándole con extrema violencia.
Recién el día sábado Nahuel contó a su madre sobre la vejación: «Me dijo a mí el nombre de uno de los policías y me quedé helada porque es un vecino y el segundo mientras estaba en la comisaría cuando salimos afuera era el que nos iba a llevar a Venado Tuerto a la Fiscalía, y Nahuel lo reconoció. Finalmente dejó sus cosas adentro y se fue. Nos llevó otro policía».
El caso es investigado por la fiscal de Venado Tuerto, Paula Borrelo, quien ya tomó las primeras medidas del caso, iniciándoles una causa aunque sin restringir su estado de libertad. Las funciones policiales de ambos tampoco fueron acotadas, según reconoció Juan Lombardi, delegado de la cartera de Seguridad, porque aseguró que «no había imputación alguna hasta el momento». Sin embargo reconoció que fueron corridos de sus puestos, hasta que avance la investigación.
La fiscal Borrelo reconoció que ya ordenó pericias psicológicas y forenses sobre Nahuel, así como el secuestro de su teléfono celular donde aseguró había recibido amenazas.
En la tarde de ayer unas doscientas personas marcharon por las calles de Teodelina, pasando frente al edificio comunal y la comisaría, para expresar su repudio al brutal ataque denunciado por el joven y exigiendo justicia.