Se realizarán las Jornadas de cultura guaraní
Desde hace tres años se realiza en La Toma, el Taller de Guaraní, coordinado por el docente Lucas Palacios. Un espacio de encuentros, de solidaridad, de ayuda y de aprendizaje colectivo. El idioma originario como vínculo para reencontrarse con las raíces de la tierra de los ancestros. Este viernes 8 de mayo, el Taller organiza las Jornadas de Cultura Guaraní con la presentación del documental Ñandé.
Por María Cruz Ciarniello
“Yo encontré mi lugar en el mundo”, dice Lucas Palacios cuando le pregunto acerca de lo que significa el Taller de Guaraní que coordina desde hace tres años en el Centro Cultural La Toma. Su tonada correntina trasluce el acento por su lengua terrenal.
Motivado por bucear en aquellas raíces que lo vinculan a su Empedrado natal, Lucas , licenciado en Ciencias Políticas, inició un camino que es de ida; no hay retorno para aquello que, siente, es su sangre. Comenzó tomando clases de guaraní en la Facultad de Humanidades y Artes y luego, fue él quien tomó la iniciativa de conformar un espacio de encuentros. Porque el taller es eso: un lugar donde la lengua guaraní se siente en el cuerpo y a través de él, en las historias personales que cada participante lleva como un sello de su vida y sus ancestros.
El taller de Guaraní comenzó hace tres años en el espacio cultural La Otra Casa; luego se trasladó a la Casa Paraguaya para finalmente decantar en el Centro Cultural La Toma. Todos los jueves por la tarde, Lucas Palacios junto a más de 20 personas recrean otro tiempo; otra cotidianeidad; otros vínculos. Allí conviven diferentes maneras de concebir la historia, la tierra, los orígenes y una cultura que se recrea a sí misma. El mate –por supuesto- forma parte de esa ronda traducida en un poderoso “nosotros”.
“Hay muchas gente de las provincias que se acerca a participar”, señala Lucas quien vive en Rosario desde el año 2011. Reconoce que al principio, sus integrantes eran en su mayoría, personas de edad mayor. Actualmente, son muchos los jóvenes que se inquietan por aprender el guaraní y –sobretodo-conocer una cosmovisión negada durante tantísimos años. Pero a diferencia de otras lenguas originarias –como el qom, el mapuche o el wichi- el guaraní ha trascendido “lo étnico” para arraigarse también en el habla de “los criollos”.
“El guaraní tiene un desarrollo de la gramática muy importante, porque no quedó solamente circunscripto a las comunidades originarias, sino que debido a una orden de la Corona y el Vaticano, hace 500 años, se realizó una evangelización obligatoria del guaraní. Entonces, se ha dado un proceso importante de sistematización de la lengua. Tenemos toda una gramática con la cual valernos, muchos diccionarios, manuales, etc. Hay diez millones de hablantes en el guaraní. Se transformó en un idioma mestizo. Hoy, cualquier persona de nuestra zona tiene en su interior una parte de la cosmovisión guaraní”, explica Lucas Palacios.
Pese a ello, el guaraní ha sido históricamente un idioma desvalorizado. “Todavía sigue siendo una lengua que se considera que entorpece el habla. Pero a partir de los últimos años se comenzó a revalorizar y por eso está teniendo la convocatoria que tiene, desde que empezamos con la difusión del guaraní, más de 60 personas han escrito para empezar el taller, por un lado se esta revalorizando, pero por el otro, todavía siguen las marcas muy fuertes de exclusión, de negación, de marginación, por eso necesitamos difundir lo más posible, y cambiar la valoración negativa que ha tenido el guaraní.”
Convencido que esa es una de sus principales tareas, Lucas junto a los integrantes del Taller, organizan las Jornadas abiertas a todo público, que tendrán lugar este viernes 8 en La Toma; un espacio donde los diferentes saberes de quienes han transitado por el espacio taller se pondrán de manifiesto para compartir un aprendizaje colectivo.
Vicky Durand Mansilla se sumó hace apenas unos meses al Taller de Guaraní. Si bien conocía de su existencia, recién este año decidió integrarse. Vicky es cantante litoraleña, correntina. El guaraní forma parte de su vida a través del chamamé que es la música que “le alegra el alma”; y también a través de su familia paterna que hablaba el idioma. “A estas dos cosas se suman una inquietud por querer conocer mis raíces personales y las de mi gente, y el ser parte de la organización de la Peña Litoraleña en el Centro Cultural La Angostura que busca rescatar, difundir y desarrollar la música del Litoral”. Haber participado y “vivido de cerca”, la fiesta Nacional y del Mercosur del Chamamé que se hace en enero en Corrientes Capital, la motivó finalmente a comenzar el taller. “No podía seguir postergándolo”, asegura.
Como integrante de este espacio, valora que la dinámica no se reduzca únicamente al aprendizaje lingüístico del idioma. “Tratamos de conocer y retomar la cosmovisión de las comunidades guaraníes. Se generó un grupo humano hermoso de diversas edades donde nos divertimos, debatimos, conversamos y aprendemos muchísimo. ¡Nos ponemos muy ansiosxs por entender, hablamos todxs juntxs, nos reímos a carcajadas! El idioma en sí es complejo, a veces se cree que las lenguas originarias son “fáciles” o “sencillas”, sin embargo estoy descubriendo que la guaraní conlleva muchísima poesía que al traducir al castellano pierde un poco esa magia tan hermosa.”
En esto pone el acento su coordinador, Lucas Palacios: “nosotros no pretendemos ser un curso más de idioma, sino que nuestro taller es un espacio de encuentro y sociabilidad entre las distintas personas que traen sus conocimientos, sus bagajes, sus vivencias. Intentamos dentro del taller, recrear los valores que se fueron perdiendo o que quedaron de los guaraníes. Trasciendo lo meramente pedagógico”.
¿Qué significa hablar de cosmovisión? Representa precisamente aquello que a través de las palabras traduce una determinada manera de concebir el mundo. “Lo interesante también del guaraní es que cada vez que te acercás a la lengua te acercas a la cultura”, señala Lucas. Contundentes palabras para desmenuzar el verdadero sentido de lo que significa el espacio: “toda vez que usamos una palabra estamos refiriéndonos a una dimensión de la cosmogonía, de la cosmovisión, de los cultural, y tratamos de ver como lo trasladamos a nuestra situación actual, como podemos tratar de aplicar conocimientos guaraníes a la situación que vivimos ahora”.
Para Vicky “conservamos muchas cosas de la cultura, la espiritualidad y la cosmovisión guaraní”. “Creo que es importante dar difusión a estos espacios para poder reencontrarnos con nuestras raíces, reconocernos en ellas, darles el lugar que corresponde, dejar de avergonzarnos de las mismas (el término “guarango” tantas veces usado con una connotación negativa es el calificativo para quien habla los dos idiomas), empezar a cuestionar un poco lo que pasó y pasa con nuestros pueblos originarios, revisarnos como actores sociales y pensar hacia adelante qué proyecto de país y continente queremos ser retomando, por qué no, muchas de las ideas de los antiguamente denominados “pueblos atrasados”, destaca con claridad.
Lucas siente que a través del Taller se está comenzando a reencontrar con sí mismo. Como si esas raíces que tantas veces parecen olvidadas en el tiempo, insistieran en hacerse carne de este presente. “El taller de guaraní me permitió encontrar a mi familia espiritual, me siento optimo y contento, yo no siento que estoy trabajando, siento que estoy recreando a mi provincia”.
Ñandé, el documental
Este viernes también se va a presentar un audiovisual sobre la vida del Taller. Es una producción que realiza Marciano Bolten Nuñez junto a Lucas Palacios. De manera autogestiva y con escasos recursos, Ñande es un documental que recrea la cotidianeidad del Taller de Guaraní, a través del relato de sus integrantes. “Tratamos de generar un relato audiovisual que intente dar cuenta de todas esas complejidades”, señala Marciano, quien llegó a Rosario para estudiar Comunicación Social. Nació en Curuzú Cuatiá, provincia de Corrientes. Allí tiene a su familia a quien visita una vez al año.
Asegura que desde la distancia, aprendió a ver a su tierra natal desde otro lugar. A reconocerla diferente, a descubrirla. “Está muy instalado que para poder vivir bien tenés que irte de tu provincia. Volver cuesta mucho. Extraño el campo, la tranquilidad, tomar mate con mi abuela”, dice. “Históricamente se lo relegó al guaraní”, señala. Y esta afirmación aparece como hilo conductor en el tráiler del documental. Allí, en primera plana, la voz de Lucas aparece relatando el concepto del taller. “Buscan encontrar lo autóctono o algo que la tradición argentina también les negó.” “En Chaco, están los parientes de mi mamá y el guaraní siempre se habló. Mi papá decía respecto a mis hermanos que si hablaban el guaraní se les iba a endurecer la lengua y no iban a poder hablar bien el castellano que era el idioma del imperio”, se escucha en voz de una de las participantes del taller . Pero es justamente, la fuerza ancestral y esa inexplicable necesidad de mirar hacia ese adentro tan nuestro lo que hizo y hace que las lenguas originarias persistan a pesar del olvido.
Para Marciano lo importante del documental es poder dar cuenta de esa solidaridad que sobrevuela la atmósfera del taller. Desde la distancia, Marciano pudo encontrar historias de su gente y de su tierra que desconocía. Quizá ese acercamiento también tenga que ver con Ñandé, con ese nosotros que vincula la tierra, las raíces, el idioma de los ancestros y los orígenes con nuestro ser, o con nuestras múltiples maneras de ser en el mundo.
El taller se realiza los días jueves a las 17.30 hs. Las jornadas tendrán lugar el viernes 8 de mayo desde las 17 hs en el Centro Cultural La Toma. Conocé el cronograma de la actividad.
1 comentario
Me encantaría poder asistir a los talleres.. me parece un tema tan importante..Pero el horario no me favorece por el tema de la facultad.. es una pena ..pero de todas formas apoyo la causa 🙂
Comentarios no permitidos.