Cupo laboral: camino a la inclusión
A fines del año pasado, el Concejo Municipal comenzó a debatir dos proyectos de ordenanza que impulsan el reconocimiento del cupo laboral para la población trans en el Estado local. Una de las iniciativas fue elaborada por el Frente de Diversidad del Movimiento Evita junto con la agrupación Putos Peronistas. Este año, se intenta que el proyecto nuevamente tome impulso en la agenda local. enREDando se acercó a dialogar con una de las impulsoras, la militante trans Michelle Mendoza.
Por Eugenia Rodriguez
A fines del año 2014, el Concejo Municipal comenzó a discutir dos proyectos de ordenanza que impulsan el reconocimiento del cupo laboral para personas trans en el Estado local. Una de las iniciativas fue elaborada por el Frente de Diversidad del Movimiento Evita junto con la agrupación Putos Peronistas. El otro, por la Asociación Civil Vox.
El proyecto del Frente de Diversidad establece la incorporación obligatoria en un número no menor de diez personas trans por año, cuando se deban cubrir cargos. Michelle Mendoza es una de las referentes del espacio y en diálogo con enREDando, nos decía: “Nosotros planteamos el tema de la inclusión trans hace cuatro años. En ese entonces plantear un cupo laboral era una locura”.
La militante trans señala que el camino en estos años no ha sido nada fácil. Y así lo recuerda: “empezamos el recorrido para instalar la problemática de la inclusión laboral de las personas trans. Comenzamos a hacer alianzas y de ahí surgió el Frente Santafesino de Diversidad y Género, nos pusimos entonces a trabajar sobre un protocolo de inclusión”.
Michelle no deja de remarcar que esta iniciativa es parte de un camino de lucha; de un recorrido para lograr visibilizar y obtener respuestas ante las demandas de la población trans.
De esta lucha surgió la llamada Federación Santafesina de Género y Diversidad en septiembre de 2011, un espacio que fue impulsado por varias organizaciones con el objetivo de unir fuerzas para pelear por reivindicaciones compartidas. En ese marco es que se redactó un proyecto de ley nacional para plantear un porcentaje mínimo de personal trans en el Estado y se presentó ante la Legislatura provincial una iniciativa sobre planes de viviendas para integrantes de sectores vulnerables de la sociedad como mujeres golpeadas, personas solas y trans.
“La ley provincial no fue aprobada, y nosotras seguimos planteando la necesidad de instalar las problemáticas del empleo. Hicimos entonces una mesa de trabajo con otras organizaciones, el Municipio, la Provincia, y Nación. Sin embargo, la Provincia no vino a ninguna reunión, el Municipio a una, y el resto de las organizaciones a dos, así que solamente quedamos el Movimiento Evita, Putos Peronistas, y el Ministerio de Trabajo de la Nación”, relata Michelle.
En ese contexto, después de un año de trabajo, lograron impulsar el Protocolo de inclusión laboral trans a nivel local. Dicho protocolo, explica Michelle, establece que “todas las herramientas de Nación se ponen a disposición para facilitar el trabajo de las personas trans. Es muy similar al de mujeres víctimas de violencia. Lo que nosotras quisimos fue no saltear al Estado pero que sí se tenga en cuenta el trabajo territorial de las organizaciones para empezar a analizar cuáles iban a ser los talleres, dónde se realizarían, que no sean siempre los mismos cursos y que no quede solo en talleres y en un programa de 150 pesos”.
Este protocolo incorpora la realización de una pasantía por medio de la cual el Estado paga 1000 pesos por mes durante tres meses, lo que permite contar con un historial laboral. En relación a esto, la Federación Argentina LGBT realiza un acuerdo con la ONU, y a esa asignación mensual se agregan 1000 pesos más. “Todo por cuatro horas por día y cuatro días a la semana. Además no se puede hacer más de tres meses, después de eso ya habría relación de dependencia, osea el Estado lo que pagaba eran todos los aportes pero la empresa pagaba el sueldo y había una relación de dependencia”, indica la militante.
Pese a la existencia de dicho protocolo, son muy pocas las personas que pudieron acceder a un trabajo formal. Es por ello que desde el Frente de Diversidad impulsaron la presentación del proyecto de ordenanza. “Presentamos esta iniciativa donde solicitamos que a través de una discriminación positiva se pueda dar un paso más hacia la equidad entre todos los ciudadanos sin importar su sexualidad o identidad”.
Dar el ejemplo
El proyecto -que cuenta con el acompañamiento de las concejalas Norma López (FpV) y María Fernanda Gigliani (IP)- comenzó a debatirse junto a la iniciativa de Vox, en una reunión conjunta de las comisiones de Gobierno y Derechos Humanos del Concejo Municipal, en diciembre de 2014. Sin embargo aún no se logró avanzar para el tratamiento en el recinto.
“Lo que nosotras planteamos es que el Estado tiene que brindar el ejemplo, porque en este tiempo de las compañeras que hicieron las capacitaciones solo hay cinco trabajando, y ello no alcanza. El Estado tiene que ser el ejemplo, tiene que contratar a las compañeras y quebrar con el estigma que hay en relación a las personas trans”, afirma Michelle, y agrega: “Básicamente consiste en que la Municipalidad tiene que incorporar a diez personas mínimo por año, y el modo de ingreso es a través de la Oficina de Empleo Municipal, teniendo en cuenta de igual modo el inventario de postulantes que se crea a partir de una mesa de trabajo de la que participamos organizaciones, ANSES, la Oficina de Empleo, el Área de Diversidad y el Ministerio de Trabajo. En ese inventario figuran todas las compañeras y compañeros que se fueron anotando”.
El proyecto prevé que las oportunidades laborales deben gestarse tanto en el sector público de la Municipalidad, como en el Concejo Municipal y organismos descentralizados. También en las entidades autárquicas, organismos de la seguridad social, las empresas y sociedades del Estado, sociedades anónimas con participación estatal mayoritaria, sociedades de economía mixta y todas aquellas otras organizaciones empresariales donde la Municipalidad tenga participación mayoritaria en el capital.
Valorar el saber territorial
Quienes impulsan el cupo laboral trans indican que el principal argumento de esta demanda se encuentra en su recorrido territorial. “Nosotras bregamos por el cupo en base al trabajo territorial que tenemos y que nos permite conocer la realidad de las compañeras”.
“Primero creemos que el Estado tiene que dar el ejemplo, y además las herramientas que se pueden brindar desde las diferentes esferas del Estado son pocas para la realidad de las compañeras. Tenemos compañeras que están en situación de trabajo sexual, no por elección sino porque no les queda otra, y hay que entender que con un subsidio se le saca horas de trabajo a una persona que está viviendo día a día, y la crítica que hacemos es que ninguno de los programas que existen están pensados para la población trans”, sostiene con firmeza, la referente del Frente de Diversidad.
De esta manera, señala que con la plena implementación del cupo laboral, el Estado va a tener que cumplir con un porcentaje concreto de puestos de trabajo y en caso de no llegar a ese cupo con la capacitación brindada, se deberán abrir nuevos talleres.
“Es por la realidad de las compañeras, que es de extrema expulsión y porque es imposible plantear una herramienta que sirva a una persona que trabaja hasta las seis de la mañana, que creemos que se tiene que brindar un abordaje integral que garantice la inclusión de las personas trans. Y el cupo es una herramienta fundamental”, argumenta Michelle.
Asimismo, cuestiona la planificación de los talleres existentes que “no están pensados para que funcionen. Al presente de las compañeras que los hicieron, muy pocas están trabajando”. A lo que agrega que siempre se plantean los clásicos talleres de maquillaje, peluquería, cocina, que “no están pensados para que las compañeras tengan realmente una posibilidad laboral acorde a sus necesidades”.
Sin la intervención del Estado, las posibilidades laborales de las personas trans “son prácticamente nulas, más allá de que con la sanción del matrimonio igualitario y la ley de Identidad de Género, cambio mucho la realidad de mis compañeras”, asegura Michelle.
La lucha sigue
El año pasado no hubo cuórum en el Concejo municipal para tratar los proyectos, al tiempo que este año aún no está en la agenda de prioridad de los ediles. “Estamos viendo de hacer una actividad en los próximos días, para reactivarlo. Los proyectos se van a juntar, el que queda es el nuestro que es el que se presentó primero”.
El otro proyecto fue elaborado por Vox y presentado a través de la concejala radical María Eugenia Schmuck. El mismo establece un cupo de 1 por ciento para las personas trans que ingresen a la planta municipal, y que se incluya en ese cupo a las personas que hayan tramitado el DNI. Sobre ese punto, desde el Frente Diversidad afirman: “nosotros no estamos de acuerdo con ello, porque el DNI no define identidad. Muchas compañeras no tuvieron la posibilidad de tramitarlo, y tendrían que esperar seis meses para anotarse y poder luego acceder a un trabajo”, señala Mendoza.
Más allá de algunas diferencias, ambas iniciativas apuntan a un mismo objetivo: generar trabajo digno para las personas trans, una de las poblaciones más vulnerables dentro del colectivo LGTB.
Sobre el final de la entrevista, Michelle Mendoza se esperanza: “tenemos fe de que este año va a salir, además no hay ningún proyecto previo sobre cupo laboral. Venimos de un recorrido arduo, de lograr el protocolo, impulsar talleres, capacitaciones, y esperamos ahora que nuestras demandas sean escuchadas”.