Una construcción sin paredes

El grupo de jóvenes trabaja en Villa Banana a través de espacios recreativos y productivos que van desarrollando en distintas instituciones del barrio. Basan su proyecto en la confianza y los vínculos solidarios; la cuestión de género y la diversidad sexual son ejes transversales de la organización.

Entre unas cuántas anécdotas, desandando los pasos de la organización, Paula trae a la charla una brillante escena sobre el trabajo colectivo. Cuenta que una tarde en una de las reuniones se juntaron cerca de cien chicos y que se les ocurrió hacer pizzas caseras. Se acuerda que en un ratito consiguieron las cosas y se pusieron a amasar. La imagen de las manos engrudadas, de la harina desparramada por todos lados y del entusiasmo de cocinar juntos, le ilumina la mirada. Paula también recuerda que una mamá les ofreció el horno de barro para cocinarlas.

Esa fue una de las primeras actividades que la agrupaciónUnidxs Todxs compartió con los chicos de villa Banana. Los motiva el deseo que construir otra realidad, desde la acción conjunta, por fuera de las lógicas del sálvese quien pueda. El grupo promueve la necesidad de estar informados, de conocer y cuidar el cuerpo, de estudiar, de aprender jugando, como también de producir el propio sustento de vida. “Empezamos a ir al barrio a hacer apoyo escolar a través de un programa de Alfabetización de la UNR, a los pocos meses fuimos viendo que el barrio necesitaba otra cosa. Luego fuimos por nuestra cuenta a hacer talleres de recreación, arte, manualidades, lo que iba surgiendo”, dice Paula y explica que desde la acción improvisada y comprometida fueron conociendo el barrio, las familias y transformando ese andar en un proyecto organizado.

“Cuando empezamos teníamos entre 14 y 16 años y ganas de hacer algo, en la escuela preparábamos las actividades, todavía no trabajábamos, ni íbamos a la facultad. Ahora cada uno se hace cargo de un taller, tenemos el de lectura para chicos, el de producción de licores y sidra para adultos”, expresa Paula y adelanta que en estos días arrancarán con la elaboración de mermeladas. “Se vende bien, la gente se entusiasmó, han experimentado en la semana y creado nuevos gustos. Nuestra idea es posibilitar una nueva herramienta, que sea una fuente de ingresos y de abastecimiento familiar”.

Delimitan el trabajo entre las calles Godoy, Avellaneda, Bv. Segui y Felipe Moré, aunque ya trascendieron esos límites. “El 1º de diciembre, que es el Día Mundial de Lucha contra el Sida, hicimos una volanteada informativa en las avenidas del barrio y en el Monumento a la Bandera. Durante el verano junto a Vox, y la Fundación Sí Vida participamos de una Campaña de lucha contra el VIH Sida. Con las Safinashicimos una actividad el 7 de mayo último, también tuvimos un stand en el Encuentro Nacional de Mujeres Lesbianas y Bisexuales que se realizó en Rosario el mes pasado”, comenta Matías, dejando entrever que la cuestión de género y la diversidad sexual son ejes transversales de la organización.

Por encima de las cuatro paredes
Desde el año 2001, y con una perspectiva amplia e inclusiva desarrollan las actividades en diferentes instituciones del barrio. Trabajaron en la escuela Marcelino Champagnat, y actualmente están en la vecinal Avellaneda Oeste y en elCentro comunitario Brotes de Esperanza. “Cada una de estas zonas del barrio tiene sus propias características, cada lugar es como un barrio particular dentro del mismo barrio. Estando a pocas cuadras hay territorios sociales separados y con un imaginario colectivo distinto. Ellos mismos se diferencian de los otros y no cruzan esas barreras que para nosotros son invisibles”, explican. “Esto de ocupar los espacios de otras organizaciones también tiene que ver con la idea de compartir recursos, todavía no inauguramos el local pero ya lo hemos ofrecido por lo menos a tres organizaciones. Nos parece fundamental intercambiar y compartir”, referencia Matías el sentido de la construcción de la mano de otros grupos.

En este camino, el equipo proyecta convocar a otras organizaciones para formar una red de intercambio de recursos, de informaciones y de gestión de recursos. Luego de siete años de trabajo autogestionado, los referentes de la agrupación observan el barrio y opinan: “Vemos que el nivel de las construcciones de las viviendas ha mejorado muchísimo, hará unos cuatro años unos chicos de una familia nos contaban asombrados que les habían podido hacer su habitación de material. Al menos con la gente que nosotros trabajamos, vemos que se pasó de tener una sola habitación de material, a que todas las paredes sean de material. Las casas están más delimitadas y mejor construidas”. Entre los cambios menos positivos notan que en el barrio hay gente nueva y que se respetan menos los códigos, cuentan que los mismos vecinos manifiestan su preocupación por la inseguridad.

Diversidad sexual y género
En el marco de las capacitaciones, Unidxs Todxs tiene programado lanzar una serie de talleres a desarrollarse en el Distrito, el Centro Comunitario Brotes de Esperanzas y en la Vecinal Avellaneda Oeste. Un módulo está vinculado al derecho a decidir sobre el propio cuerpo, otro aborda la temática de Género, y el tercero se refiere a la Diversidad Sexual. La actividad está orientada a adolescentes y la organizan con el Centro de Estudios de la Diversidad Sexual y Ciudadanía de la UNR, avalados por la Secretaría de Extensión de la Universidad, y empezará entre julio y agosto.

La casa propia
El mes de junio marcará otro de los pasos importantes de la agrupación, con mucho esfuerzo lograron alquilar un local, ubicado en Fraga 1920, que inaugurarán el 21 de junio con una gran peña popular que será una nueva excusa de encuentro y de festejo del trabajo compartido. “Empezamos este trabajo siendo muy chicos, recién el año pasado todos fuimos mayores de 21, en estos días tendremos la Personería Jurídica. Crecimos junto a la organización, y recién ahora pudimos hacer estos pasos que son tan importantes”, explican. En el local nuevo continuarán abordando la cuestión de los derechos de los niños y niñas, espacios de lectura, teatro, talleres de tejido con adultos y encuentros con adultos mayores. Las puertas estarán abiertas de lunes a viernes de 16 a 20, para seguir construyendo otras realidades posibles.

Contactos:
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