Parida como red de cuidados frente al violento accionar de las fuerzas de seguridad y el abuso institucional en territorio porteño, el Mapa de la policía se traduce en una novedosa plataforma que irrumpe en escenarios en los que se vulnera el legítimo derecho a la protesta. Pero no solo ello; el Mapa también se ocupa de rastrear y cubrir casos de hostigamiento a personas en situación de calle, de gatillo fácil y/o persecución a la comunidad trans. Días atrás, el riguroso trabajo de reconstrucción de la cobertura en la jornada del 12M en que se reprimió ferozmente a los jubilados, evidenció que el autor del disparo que dejó con riesgo de vida a Pablo Grillo fue el gendarme Guerrero, que tiró a quemarropa contra el fotógrafo. La génesis del proyecto, el trabajo en equipo y una fuerza que anida en la potencia de lo colectivo.
Gasean. Balean. Quiebran. Disparan a quemarropa. Por arriba de la cintura, a la altura del cuello, a los ojos. Lastiman, hieren y enceguecen. Golpean. Siembran el terror. Así operan los efectivos de la policía de la ciudad de Buenos Aires, territorio cada vez más hostil al ejercicio ciudadano que reclama por los derechos más básicos; hostilidad que también se refleja hacia los expulsados del sistema que pululan las veredas porteñas sin otro espacio que habitar o hacia pibes apresados por razzias en los barrios, víctimas de operativos estigmatizantes.
Históricamente, la referencia a la labor de las fuerzas policiales o de seguridad estuvo ligada a la represión de la protesta social con menor o mayor grado de virulencia, aún bajo períodos democráticos. Sin embargo, hoy, aquello que sistemáticamente asoma es el reforzamiento de prácticas rayanas en lo represivo, en un contexto en el que, mientras se desmantelan áreas clave del Estado, se convalida el poder de una policía que actúa con crueldad, sin miramiento. El límite se corre cada vez más. De pegar y gasear jubilados no se vuelve, se lee en las redes.
“El Mapa surge por esa necesidad de indagar sobre la policía porteña, una policía relativamente nueva, creada por el macrismo en Capital Federal y que desde hace un tiempo venía cometiendo faltas y hechos de violencia institucional-”, explica Facundo Lo Duca, periodista e investigador freelance, colaborador del sitio. Autor de algunas de las publicaciones allí subidas, -que, verdaderamente ponen los pelos de punta-, Lo Duca investiga a “la motorizada” y su papel en el apuntalamiento de prácticas abusivas, como el caso de Gabriel Mastrángelo, militante del Movimiento Evita, baleado por el oficial Marcelo Garro por pasar un semáforo en rojo.
“La motorizada, propiamente de la policía de la Ciudad ha tenido un rol protagónico en las represiones en las inmediaciones de nuestro Parlamento; desde la manifestación de todos los miércoles de los jubilados hasta la aprobación de la Ley Bases se ha visto este accionar de la fuerza gaseando y baleando. El Mapa de algún modo anticipó esta ola represiva que ahora a partir del protocolo antipiquete que impulsa la ministra de Seguridad vemos en cada marcha. La policía motorizada es hoy un factor importante en las represiones en el Congreso”, señala.
Tirar a matar
Esa fue la respuesta (hasta ahora la única que viene dando el gobierno) a la anteúltima convocatoria en apoyo a los jubilados y su histórica concentración frente al Congreso. Tiraron a matar. El riguroso y minucioso trabajo de reconstrucción realizado por el Mapa (que sumó el aporte de peritos científicos) logró desterrar la versión oficial de la ministra Bullrich. Así, pudo saberse que el fotógrafo Pablo Grillo fue baleado con una granada de gas arrojada por Víctor Samuel Guerrero, cabo primero de Gendarmería, perteneciente a la Unidad Móvil Nº 6 de la Sección de Empleo Inmediato (SEI), sector particularmente militarizado.
Lo que hizo el equipo del Mapa creo que vino a demostrarnos que el periodismo colectivo sí está a la altura de la circunstancia ya que la reconstrucción del balazo que le pegan a Pablo en la cabeza, a través de una granada de gas lanzada por Gendarmería, vino a caracterizar lo mejor del periodismo de investigación que es la parte colectiva.
Al respecto, Facundo Lo Duca reconoce la relevancia del aporte colectivo en la búsqueda de fuentes y sistematización de la información, que es posteriormente volcada a la página. “La investigación del Mapa puso en relieve lo que puede hacerse desde lo colectivo. Estamos asistiendo a un tiempo desde mi perspectiva, en el que el periodismo a veces no está a la altura de las circunstancias. No sé si hoy la prensa está a la altura de lo que la noticia merece, particularmente por la precarización laboral de nuestra profesión, que impide que haya investigaciones rotundas. Es muy difícil hoy para un periodista freelance y otros colegas, realizar investigaciones con tiempo, profundidad y el respaldo de un medio. La crisis de nuestra profesión nos está corriendo un poco de ese parámetro. Lo que hizo el equipo del Mapa creo que vino a demostrarnos que el periodismo colectivo sí está a la altura de la circunstancia ya que la reconstrucción del balazo que le pegan a Pablo en la cabeza, a través de una granada de gas lanzada por Gendarmería, vino a caracterizar lo mejor del periodismo de investigación que es la parte colectiva. Si arrancamos desde Rodolfo Walsh, investigando los asesinatos de León Suárez en el 56, -que no estaba solo sino con Enriqueta Muñiz-, hasta las investigaciones que fueron tendencia en los noventa, (se me viene el trabajo de María Seoane) a otras que no tienen que ver con lo institucional, el diario.ar el año pasado pudo verificar los paraísos fiscales de algunos funcionarios que hoy van a ser candidatos; en esas investigaciones cruzadas, el elemento que coincide es lo colectivo: lo colectivo viene a recordarnos hoy lo mejor de nuestro periodismo: invita a la participación popular para desenmascarar el poder. ¿Qué hubiera pasado si el Mapa no impulsaba esta investigación colectiva invitando a todos a compartir los videos que tuvieran sobre la represión del 12 de marzo, en especial lo que pasó a la altura de la calle Solís? Nos hubiéramos quedado con el relato oficial del poder que es; el gendarme hizo bien su trabajo, a ese chico, por ser kirchnerista como dijo la ministra de Seguridad, le pasó lo que le pasó; que es que casi pierde su vida”, precisa el comunicador.
Lo que el poder desestima es la lucha colectiva popular que hace que podamos juntarnos y tener el mejor periodismo de investigación de Argentina. El periodismo de investigación no solo está activo sino que puede arrinconar al poder.
Y agrega: “El Mapa se propone como un registro acorde a estos tiempos; si algo tiene esta plataforma conformada por distintas organizaciones es la capacidad de respuesta rápida. La reconstrucción del video del balazo a Pablo en la cabeza fue rápida, tanto como conseguir los datos del gendarme. Hoy es costoso hacer periodismo de investigación, y esto al poder le conviene, pero lo que el poder desestima es la lucha colectiva popular que hace que podamos juntarnos y tener el mejor periodismo de investigación de Argentina. El periodismo de investigación no solo está activo sino que puede arrinconar al poder. Creo que fue un triunfo del periodismo del Mapa y de los colegas que empatizamos en revelar lo que le pasó a Pablo”.
Sacar a la luz
Propuesto como registro y apuesta colectiva para sacar a la luz lo oculto, aquello que incomoda y molesta que se sepa, el Mapa trabaja coordinadamente con innumerables colaboraciones de periodistas, manifestantes y fotorreporteros, volviéndose memoria viva en un contexto absolutamente abusivo del empleo de las fuerzas de seguridad. Las políticas de ajuste, el desmantelamiento del Estado y los números en rojo de una administración económica que no cierra, repercuten en un mayor descontento social ante una gestión que gobierna por decreto, a fuerza de gases y balas.
Inspirado en G.R.I.T.A (Graba, Registra, Investiga, Triangula y Asesora casos de violencia policial) de la ONG Temblores de Colombia, el Mapa de la Policía fue creado a mediados de 2022 a instancias de una propuesta de la legisladora Ofelia Fernández, con la finalidad de contar con una plataforma que identifique situaciones de violencia institucional. “El Mapa es una herramienta fundamental para pensar otra forma de acceso a la información y organización ciudadana, no sólo para enfrentar la violencia policial sino para democratizar y repensar quiénes y con qué derechos habitan la ciudad”, indicó la funcionaria en la presentación, en la Legislatura porteña.
En octubre de 2023, Fernández presentó el tercer monitoreo, correspondiente al primer semestre del año en el que recibieron 236 denuncias contra el accionar de la policía de la Ciudad, de las cuales pudieron verificar 107. El informe hace especial mención a la muerte de Facundo Molares Schoenfeld, fotorreportero y militante del Movimiento de Revolución Popular, muerto bajo las botas de varios efectivos durante un operativo represivo en el Obelisco, en agosto de ese mismo año. A la propuesta, de raigambre colectiva desde sus cimientos, se sumaron organizaciones como la Coordinadora contra la Represión Policial e Institucional (CORREPI), el Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS), el Equipo de Investigación Política (EDiPo) y el Movimiento de Trabajadores Excluidos (MTE) entre otros. También se destaca la participación de la revista Crisis, FM La Tribu y la Asociación de Reporteros Gráficos de la República Argentina, (Argra) en representación de los fotorreporteros.
Panoptizar desde abajo
Quizá acaso lo novedoso de la red antirrepresiva sea su semejanza con un panóptico popular, claramente inmerso en el sentido opuesto al dispositivo carcelario de dominación y control de Foucault. El Mapa, en tanto, apuesta a la toma de control por parte de la ciudadanía; a que se empodere y reconozca sus derechos en desmedro de la omnipresencia de las fuerzas represivas y su garantía de impunidad. Algunas de las secciones que se pueden visitar son Recursos, una guía de recomendaciones para enfrentar la violencia policial; Reportes (el sitio ya lleva realizados cinco), y Gatillo Fácil, un recorrido por 63 casos cronicados.
Sebastián Sciutti es fotorreportero y coordinador del Archivo Histórico Orgánico de la Represión Argentina, (AHORA), reservorio digital de documentos fílmicos y fotográficos, uno de los ejes vertebrales de la plataforma digital. “Tratamos de otorgarle a la ciudadanía cierto poder de control social sobre las fuerzas de seguridad, de informar a les ciudadanes sobre qué es lo que puede y lo que no puede hacer la policía y qué es lo que uno frente a los abusos, puede hacer”, señala el fotógrafo.
“El trabajo de AHORA es muy coordinado en la producción de material, por cada hecho represivo, por cada manifestación social que es reprimida. Se labura en base al material de un montón de fotorreporteros, al material que producimos nosotros, material que acerca la ciudadanía, porque la gente participa de su derecho legítimo a la protesta y filma. Eso lo catalogamos por hora, lugar, evento, fuerza que participa, si la imagen corresponde a una detención, a un herido, si es de la policía cometiendo abusos, etc., y tratamos de almacenarlo bajo ciertos rigores específicos para que a posteriori pueda ser utilizado como prueba judicial frente a quienes llevan adelante la defensa de las personas. Hace dos o tres años que venimos implementando esta metodología y eso fue lo que nos permitió actuar con celeridad en el caso de Pablo. Hubiera sido muy difícil si recién empezábamos como equipo a conformarnos. Tratamos de llevar un poco de luz, de claridad, de verdad, a aquellos espacios o construcciones de relato que el poder intenta legitimar. El trabajo de AHORA es a contrarreloj, bastante digitalizado; son muchas horas frente a la computadora, viendo material, chequeando, muchas horas catalogándolo, y tratando de empatar (a través de la meta- data de los archivos), las secuencias temporales para constatar y reconstruir desde distintos puntos de vista fue un mismo suceso, como fue lo de Pablo. Intentamos que los archivos sean siempre resguardados bajo tres o cuatro copias diferentes, ya sea en lugares físicos como digitales, -servidores, nubes-, intentando siempre resguardar la autoría de los materiales: nada de lo que a nosotros nos llega es publicado inmediatamente en el sentido de ir tras una viralización o una publicación en Instagram, por ejemplo, sino que es más un trabajo de contribuir a la construcción de memoria colectiva y tener todos los resguardos posibles para que un archivo de una cámara, de un celular o de un drone pueda ser presentado como prueba frente a la justicia. A través de la meta data lo que se comprueba es si ese archivo fue corrompido en algún momento o si fue modificado su contenido con algún tipo de programa. Esto permite que, en ese caso, la justicia pueda tomar como prueba de verdad una fotografía, un video”.
Se labura en base al material de un montón de fotorreporteros, al material que producimos nosotros, material que acerca la ciudadanía, porque la gente participa de su derecho legítimo a la protesta y filma. Eso lo catalogamos por hora, lugar, evento, fuerza que participa, si la imagen corresponde a una detención, a un herido, si es de la policía cometiendo abusos, etc., y tratamos de almacenarlo bajo ciertos rigores específicos para que a posteriori pueda ser utilizado como prueba judicial frente a quienes llevan adelante la defensa de las personas.
A poco de iniciado, al Mapa ya intentaron callarlo, al menos hasta ahora sin éxito. Fue en agosto de 2022, cuando a raíz de una denuncia contra Ofelia Fernández por “abuso de autoridad”, la abogada Florencia Arietto pidió la clausura o bloqueo preventivo de la plataforma. Pablo Casas, titular del Juzgado Nº 10 del Fuero Penal Contravencional y de Faltas de CABA decidió no hacer lugar y la red sigue su camino.
“La plataforma es una instancia colaborativa y colectiva”, señala Sciutti. “Hay compañeros que van y vienen constantemente. No se trata de proyectos cerrados ni acabados, nos vamos haciendo y rehaciendo. Instamos a cualquier persona que vea o considere que una institución pública está llevando adelante algo de una manera indebida que lo filme y lo registre, obviamente resguardando la propia integridad física. Este es un llamado a articularse, ahí radica mucha de la fuerza. El trabajo que llevamos adelante no podría hacerse con una sola persona o por un solo organismo o medio; requiere de la participación de muchos actores de la sociedad civil. Somos cientos de personas que cuando se creó el Mapa pensaron que la violencia estatal e institucional iban a ir en aumento y que era necesario que la ciudadanía de manera colectiva, lograra ponerle un freno a lo que el poder cree que tiene un carácter de absoluto o desmedido. Mas en una era en la que el triunfo pareciera estar asociado a una idea de individualidad”.
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La red de cuidado ciudadano frente al abuso policial e institucional puede visitarse en la página mapadelapolicia.com y las redes, IG: /mapadelapolicia TW: /mapadelapolicia FB: /mapadelapolicia.