La UNR y el Museo de la Memoria presentaron una base de datos que recopila información de 400 personas desaparecidas por el terrorismo de Estado en Rosario. Un aporte clave y necesario para resignificar la agenda democrática de los derechos humanos en tiempos de discursos marcados por la violencia y el negacionismo.
Afuera arrecia la lluvia, el viento y el frío. Adentro, todo es calor, lágrimas y aplausos. En un día gris y tormentoso, el SUM de la Facultad de Ciencia Política y Relaciones Internacionales –en el predio universitario conocido como la “Siberia” (Riobamba 250 bis)– lució repleto para la presentación de “Base para la memoria”, un registro de datos en la cual se documentan 400 casos de personas asesinadas y desaparecidas en el Departamento Rosario en la dictadura cívico militar, entre los años 1976 y 1983. La fecha elegida para la ocasión tiene una especial connotación: el 30 de agosto se conmemora el Día Internacional del Detenido Desaparecido.
Pasadas las once, los pupitres, dispuestos en filas a lo largo y ancho del amplio salón, estaban colmados. Participaron del encuentro autoridades académicas, estudiantes, docentes, familiares de víctimas, representantes de organismos de derechos humanos y de organizaciones gremiales. El acto comenzó con la proyección de un video en el que se resumió -a través de una voz en off de la actriz y narradora Mónica Alfonso- la exhaustiva y extensa investigación. Los breves minutos de la reproducción provocaron un clima de emoción compartida en el auditorio que creció con la posterior entonación del himno nacional en la versión de Charly García sonando desde los parlantes.
Luego de la presentación del proyecto a cargo de Hugo Marengo (Secretaría de Extensión universitaria), quien definió a la base de datos como una “herramienta abierta y en permanente reelaboración” que responde a la necesidad de “preservar la memoria histórica”, fue el turno de los oradores que condujeron los equipos de trabajo: Lucas Massuco, director del Museo de la Memoria; Cintia Pinillos, decana de la Facultad de Ciencia Política y RRII y Paula Contino, secretaria del área de Derechos Humanos de la UNR.
Massuco reivindicó la abnegada y valiente tarea de los organismos de derechos humanos en el rastreo y recopilación de información lo cual posibilitó la reconstrucción de las historias de vida volcadas en la base de datos. Enfatizó que dichos organismos fueron, en plena represión, los primeros del continente en alzar la voz y anunciar: “En Argentina hay desaparecidos”. En la misma línea, Pinillos destacó el trabajo minucioso, atento y sensible de todas las personas involucradas en la investigación y la colaboración brindada entre la Facultad y el Museo de la Memoria, advirtiendo que “la memoria no es sólo un ejercicio de reflexión teórico, sino que tiene que materializarse en iniciativas, acciones y políticas concretas”. Contino, con ojos vidriosos y la voz entrecortada, recordó a Viviana Nardoni, quien falleció en el 2022, periodista, gestora cultural, militante política, sobreviviente de un centro clandestino de detención y pilar fundamental en la construcción del proyecto, además de haberse desempeñado como directora del Museo de la Memoria desde el 2015 hasta fines del 2021. También manifestó preocupación por el desmantelamiento de las políticas de la memoria que está llevando a cabo el gobierno nacional, lo cual requiere redoblar el esfuerzo para lograr la plena vigencia de un verdadero Nunca Más.
Más de diez años de trabajo
En diálogo con enREDando, Paula Contino rememoró que el comienzo de la creación de la base de datos se remonta al año 2013 con “un relevamiento inicial de todas las listas circulantes en diversos ámbitos de la ciudad de personas que permanecían desaparecidas y detenidas”. Para llevar adelante esta iniciativa, que demandó más de diez años, resultó clave el impulso por parte de “los organismos de derechos humanos, los familiares, investigaciones de carácter independiente y la colaboración del Museo de la Memoria”.
Puntualmente, se comprometieron en el proyecto más de treinta voluntarios de la Facultad de Ciencia Política y Relaciones Internacionales “entre docentes, graduados y estudiantes, personal de gestión” que permitió agilizar la recopilación, clasificación e identificación de los datos volcados a la plataforma. “Pudimos construir esta base que, no solamente está disponible para la comunidad universitaria sino para toda la comunidad rosarina, con el objetivo de investigar, conocer, comprender y acceder a lo sucedido desde el año 1976 a 1983 en lo que fue el punto de inflexión más brutal y terrible de la historia argentina a partir del genocidio perpetrado en el país”, sostuvo la directora del área de Derechos Humanos de la UNR.
La base no está conformada solamente con nombres de las víctimas, sino también se consignan datos que bucean en la historia de las personas asesinadas y desaparecidas. Se refiere a los criterios de búsqueda contenidos en el dispositivo que permite encontrar información en base a la edad, género, militancia, ocupación, el lugar de detención, la localización o no del cuerpo, entre otros parámetros. Paula Contino comentó que para esta reconstrucción se apelaron a diversas fuentes tales como “el Archivo Nacional de la Memoria, el Registro Unificado de Víctimas del Terrorismo de Estado, listados de organizaciones militantes, la página de Roberto Baschetti, el blog de la memoria militante, expedientes judiciales, archivos del Centro Documental del Museo de la Memoria y, a su vez, otras fuentes que operaron como testimonios, libros y ensayos”.
Tenemos que volver a imaginar distintas maneras de contar nuestra historia porque Argentina ha sido y será un ejemplo mundial en materia de derechos humanos
Ante el auge de posiciones que ponderan el terrorismo de Estado y el desfinanciamiento sistemático de políticas de la memoria con el ascenso de Javier Milei al gobierno nacional, observa que este proyecto colectivo es una declaración de principios que toma como horizonte de sentido político y humano el “Nunca Más”. Además, considera que es fundamental continuar y profundizar la lucha histórica de los organismos de derechos por la memoria, verdad y justicia. “Sobre todo ahora donde, desde las máximas esferas del poder político, se reponen discursos de odio, de negación y hasta reivindicación de la actuación de los militares durante la dictadura. Tenemos que volver a imaginar distintas maneras de contar nuestra historia porque Argentina ha sido y será un ejemplo mundial en materia de derechos humanos a partir del gran consenso histórico luego del año 1985 con el juicio a las Juntas y el Nunca más”.
Al cierre del acto se entregaron certificaciones a los integrantes del equipo de investigación y, tras un largo y enérgico aplauso, el auditorio clamó de pie por la memoria, la verdad y la justicia, ahora y siempre.