Organizaciones y referentes de la diversidad sexual coinciden en señalar que bajo el gobierno libertario se agravó la crisis en la comunidad: aumentó la demanda de alimentos, se multiplicaron los problemas habitacionales y creció la violencia en el espacio público a raíz de la libre circulación de los discursos de odio.
Foto: Mariana Terrile
No hace falta ser un gurú de las finanzas, ni un belicoso analista político, para descubrir que antes de cumplir 100 días en el gobierno, Javier Milei ha deteriorado notablemente el tejido social en la carrera hacia el precipicio libertario que sostiene en quinta a fondo, alimentada en la profecía de un perro clonado, y amparado cínicamente por los dueños del poder real envalentonados en reemplazar a la Constitución por la ley de la selva y a sus habitantes por zombies mononeuronales. ¿Un poco desmesurado? Tal vez, como la intención de refundar el país bajo un modelo criminal donde los ricos, la única minoría de este país al decir de Morena García, sean los únicos beneficiados.
En este combo se inscriben las bravuconadas cotidianas, los likes del presidente en la red social X – transformados en un género de comunicación gubernamental – y las decisiones políticas como el cierre del INADI o la prohibición del lenguaje inclusivo en la administración pública nacional enmarcadas en la lucha contra el marxismo cultural. Una golosina para el núcleo duro que espera con perversa ansiedad la eliminación de ese enemigo construido cuidadosamente por el aparato de comunicación de la derecha liberal. Y mientras los partidos tradicionales se dividen entre duros y blandos, amigables o intransigentes, la realidad deja de ser una nota editorial y muestra su faceta más cruel.
Una política pública menos, un mensaje de odio más
“Las chicas están desesperadas, ayer enterramos a otra compañera, la situación es crítica”, dice Claudia Laly Naranjo, referente de la comunidad trans de San Lorenzo, para graficar el impacto que produjeron las medidas de desregulación económica entre la población LGTBIQ+ del cordón industrial. “Vos reclamás y reclamás, te tratan como loca, no te prestan atención, piensan que una exagera, pero la realidad es esa… nos seguimos muriendo, no llegamos a viejas, no escuchan nuestros reclamos” expone con angustia en la voz. Me cuenta además que es la única con un empleo registrado entre las 20 personas trans que circulan entre su ciudad y Puerto General San Martín.
“Nunca se cumplió el cupo, fue todo una pantalla, se abrió un registro para aspirantes, pero nunca ingresó ninguna de las chicas”, agrega sobre la ordenanza que fue sancionada por el Concejo Deliberante de su ciudad el año pasado. También revela que muchas de sus compañeras fueron excluidas del Potenciar Trabajo, programa recientemente desmantelado por el nuevo Ministerio de Capital Humano, lo que las obligó a volver al trabajo sexual como única alternativa de subsistencia. “Desde el momento que un presidente se ríe de una persona discapacitada, festeja un posteo de gordo puto, qué puedo esperar las personas, no puedo esperar más que agresiones”, sostiene sobre el contexto social.
“Todos los días es una política pública menos y es un mensaje de odio más, es negar la historia, y todo lo que tenga que ver con la diversidad queda afuera”.
En la misma sintonía, Santiago Quizamas, referente de Varones Trans Santa Fe, coincide en remarcar que se advierte un clima de mayor violencia hacia la diversidad sexual: “La calle que creíamos nuestra se volvió hostil y difícil de habitar”. Por caso, pone como ejemplo a los jóvenes trans en su tránsito por el espacio público y al igual que Laly, también piensa que la narrativa del gobierno contribuye a que más personas se sientan habilitadas para la crueldad y la agresión sin censuras hacia las disidencias sexoafectivas: “Todos los días es una política pública menos y es un mensaje de odio más, es negar la historia, y todo lo que tenga que ver con la diversidad queda afuera”.
Con respecto a la situación social, Santiago explica que su organización ayuda actualmente a 90 personas y a sus familias porque no hay ninguna política de asistencia a travestis o trans menores de 18 años. “Generalmente cuando vienen les más chiquites a la orga, que tienen 9, 10, u 11 años, vienen con sus familias que en general tiene laburos super informales”, indica. Muchos son emprendedores, la mayoría no tiene trabajo registrado y a eso se suma, dice Santi, “la pandemia de Macri y después la pandemia misma de la que nunca nos pudimos recuperar”. En relación a los cupos laborales, también tiene un reclamo: “El único que se cumple en tiempo y forma es el de la UNR. La municipalidad debe los del 2019 y la provincia casi 30 personas”.
Menos alimentos, más demanda
Para Michelle Vargas Lobos, militante de Comunidad Travesti – Trans de Rosario, “si a un trabajador formal le está costando llegar a fin de mes, imaginate para una persona que está precarizada y es travesti”. En este sentido, cuenta que en los últimos dos meses registraron un incremento en la cantidad de personas que se acerca a pedir auxilio: “Nosotras repartimos 190 módulos de mercadería, y ya pedimos un refuerzo porque tenemos un listado de 250. La cantidad de gente que se acercó a preguntar es tremenda, no solamente compañeres del colectivo, sino también gente del barrio”. Pocos saben a dónde recurrir y las organizaciones tampoco tienen certezas sobre la continuidad de los programas sociales.
“Nosotras repartimos 190 módulos de mercadería, y ya pedimos un refuerzo porque tenemos un listado de 250. La cantidad de gente que se acercó a preguntar es tremenda, no solamente compañeres del colectivo, sino también gente del barrio”
“Tener compañeras en la calle y con hambre es preocupante. Hoy no tenemos información precisa sobre qué herramientas están funcionando, quién las maneja, no hay certezas de nada”. En relación a la asistencia alimentaria, la cartera que conduce Sandra Petovello sostuvo los envíos que distribuye Comunidad Travesti – Trans, aunque hubo un recorte en la cantidad de productos así como en la calidad de los alimentos, y las chicas entienden que será difícil ampliar el cupo frente al crecimiento exponencial de la demanda: “Antes había una garantía anual, el año pasado nos dijeron que íbamos a tener hasta diciembre, ahora vamos mes por mes y no sabemos qué pasará con la próxima entrega”.
Vargas también explica que volvieron a observar problemas habitacionales entre la población LGTBI, faltante de medicamentos para enfermedades crónicas, e incluso se discontinuó la entrega de preservativos para les trabajadoras sexuales. Sobre las políticas represivas del gobierno, Michelle entiende que el objetivo es amedrentar a la gente: “Yo que ando en colectivo, ya me pasó tres veces que sube la gendarmería, te pide documento, te pregunta a dónde vas, cosas que te intimidan”. En cuanto a la prohibición del lenguaje inclusivo, es categórica: “Son armas de distracción, nunca fue obligatorio. Hablar con e o sin e no nos modifica mucho, si nos va a modificar no tener un plato de comida en la mesa”.
Sobre a la asistencia municipal en Rosario, Enredando pudo relevar que a través de los Centros Cuidar (CC) se entregaron 120 cajas de alimentos entre el centro y los barrios a personas de la comunidad gestionadas a través de la Dirección de Diversidad Sexual. También se pagaron 70 alquileres en el marco del Programa de Emergencia Habitacional, y en 2023 se autorizaron alrededor de 600 subsidios para subsistencia. Sin embargo, el panorama para el año en curso no parece ser muy alentador en el marco de una inflación creciente y frente a la eliminación de partidas presupuestarias nacionales que impactan de lleno en las arcas locales.
La casta disidente
La enconada “lucha contra la casta” de Javier Milei presentó desde sus inicios variados y flamígeros capítulos para el deleite de “las personas de bien” que integran el universo digital (y real) del presidente: desde una devaluación superior al 50% y su inmediato impacto en la canasta básica, pasando por la suspensión de la fórmula jubilatoria hasta el corte en el envío de alimentos a más de 40 mil comedores populares de todo el país. ¿La casta éramos nosotres? La pregunta no es ingenua, aunque puede tomar por sorpresa a algún votante frustrado con las experiencias políticas anteriores. Pero el neolibertario apuesta también destruir una matriz cultural cimentada en años de respeto a los derechos humanos.
De allí se desprende la decisión de prohibir el lenguaje inclusivo, eliminar la perspectiva de género y cerrar el INADI, entre las más resonantes. La canciller Diana Mondino fue determinante al decir que la medida “aumenta la libertad de expresión”. ¿Será que ahora podrá llamarnos putos piojos con tranquilidad? Para el diputado nacional Esteban Paulón, La Libertad Avanza tiene como uno de sus pilares narrativos la idea de que las luchas y conquistas sociales están precedidas por un curro, argumento que lanzó hace algunos años el ex presidente Mauricio Macri y que su ahijado político recuperó con sobrada astucia para la ofensiva conservadora.
“Para Milei el rol estatal es un curro, la educación pública es un curro, los derechos LGBT son un curro y son curros armados por grupos para obtener privilegios de casta” dice el legislador sobre el pensamiento que orienta al presidente. En esta línea, advierte que se trata de un hábil recurso para ocultar la crisis del modelo económico que empieza a mostrar sus grietas con el correr de los días: “Más allá de que hay mucha gente que todavía sigue pensando que la economía se va a recuperar y vamos a estar mejor, etcétera, etcétera, eso en la vida cotidiana no se constata. Por mucha promesa de futuro que haya, el futuro tampoco llega y se hace largo, y la gente tiene que comer todos los días”.
Paulón, reconocido por su activismo LGTBIQ+, fue objeto de encendidos ataques en redes sociales aludiendo a su sexualidad tras haber votado negativamente el proyecto de ley ómnibus. Al respecto, el diputado socialista considera que el presidente contribuyó a crear un clima social de odio que se expresa sin censura en el mundo digital y en la calle. “Hay sectores que tal vez pensaban algo parecido a esto pero sentían que no había un marco social para expresarlo, sentían que había un repudio mayoritario y hoy se reivindican como una expresión de libertad para decirte puto de mierda. Y es peligroso porque hay quienes empiezan a tener miedo de hablar y eso repercute en la vida democrática”.
“Más allá de que hay mucha gente que todavía sigue pensando que la economía se va a recuperar y vamos a estar mejor, etcétera, etcétera, eso en la vida cotidiana no se constata. Por mucha promesa de futuro que haya, el futuro tampoco llega y se hace largo, y la gente tiene que comer todos los días”.
Unidad de les putes trabajadores
Se dice que Milei contó con una parte del voto LGTBIQ+ para ganar las elecciones, y en este punto es necesario establecer que la orientación sexual o la identidad de género no otorgan per sé un pasaporte de oposición al neoliberalismo. Sin embargo, por encima de las razones que intervienen en el comportamiento electoral de los sectores populares, incluida la diversidad sexual, es posible verificar un interesante foco de resistencia en las organizaciones que encabezan la lucha por la ampliación de derechos de lesbianas, trans, intersex y no binaries en Argentina. En Rosario, la Cordi Orgullo, estuvo a la cabeza de las convocatorias durante las primeras semanas del gobierno libertario.
El espacio, que nuclea a organizaciones sociales, partidos políticos y militantes independientes, realizó en los primeros días de enero un nutrido cónclave en el que resolvieron adherir al paro del 24 de enero organizado por la CGT. “Esa fue la primera acción en una asamblea que convocamos en muy poco tiempo, pero que fue masiva en términos históricos, creo que incluso fue la más numerosa de todas en la ciudad, con gente que vino de la provincia de Buenos Aires para analizar cómo nos organizamos acá”, explicó el activista Leo Campos en diálogo con Enredando. Ahora, el objetivo será organizar una agenda propia para atender a las demandas de las personas afectadas.
“Vamos a seguir reclamando por algunas acciones que incluso municipio y provincia no vienen cumpliendo, o que vienen lerdos como lo ha sido, por ejemplo, el cupo laboral trans provincial que se llevó adelante una sola vez y con una dificultad tremenda”, comentó el joven sobre los temas prioritarios. También anticipó que este año Rosario será sede de un nuevo Encuentro de Organizaciones de la Diversidad Sexual, evocando la primera edición que se llevó adelante en nuestra ciudad en 1996 con la participación de referentas históricas del colectivo como Lohana Berkins, Carlos Jauregui y Pedro Paradiso. En el actual contexto, les organizadores consideran que tendrá un peso mayúsculo.
Mientras tanto, la deriva mileísta se consume en su propio laberinto y quizás encuentre un límite cuando se choque de lleno con los platos vacíos, las cuotas impagas del colegio y la prepaga, la saturación del sistema de público de salud, las vacaciones en casa (si es que todavía se conserva el empleo) y el hastío de vivir en un país que reemplaza los códigos de convivencia democrática por la violencia social como moneda de cambio. Hasta tanto, y por encima de la rosca política o las especulaciones electorales, habrá que fortalecer las redes de asistencia ciudadana para intentar sobrevivir a la (inserte su número aquí) oleada conservadora que una vez más nos deja en el precipicio de nuestros derechos.