La coyuntura política y el mapa electoral post PASO a nivel nacional obligan a parar la pelota para poder auscultar el cuadro agudo de situación. Las Primarias Abierta Simultáneas y Obligatorias pusieron sobre la mesa el escenario de los tres tercios con la figura de Javier Milei unos puntos arriba de los otros dos frentes. La capitalización del enojo, el descrédito y una situación económica y social acuciante hacen de plataforma ideal para la consolidación de un personaje performático como el economista de ultra derecha que viene a proponer una vieja receta: sálvese quien pueda. El diario del lunes indica que mientras la dirigencia política sigue tan distanciada de los problemas de la gente, seguirá avanzando la opción de derecha radical que pretende mostrarse vestida de libertad. La apelación a las emociones, la transformación del hartazgo en posibilidad política, la narrativa de la épica versus la promesa de continuidad, la evocación al 2001 y el carácter mesiánico con respuestas simples frente a problemas complejos. El antídoto: la mirada ancha de tres politólogas que nos ayudan a reflexionar en voz alta para seguir preguntándonos qué nos está pasando.
Foto de portada: Fer Der Meguerditchian
Desde un tiempo a esta parte el escenario político electoral a nivel nacional nos tenía acostumbrados a una polarización bien marcada entre las dos coaliciones que vienen gobernando (y disputando el gobierno) en el país alternadamente desde hace veinte años: la de Juntos por el Cambio a partir del PRO, el radicalismo y la Coalición Cívica; y el kirchnerismo/peronismo que en esta oportunidad se encuadró en el frente de Unión por la Patria. El 13 de agosto, en las PASO presidenciales se rompió esa ´grieta´ dicotómica y se trasladó a las urnas el escenario de tercios que dejó apretadas en menos de tres puntos porcentuales a las opciones que encabezan Milei, Massa y Bullrich. ¿Cómo leer a priori esa división tan ajustada? ¿Qué dice políticamente? Para esbozar algunas respuestas, pero sobre todo para multiplicar y complejizar las preguntas, consultamos a tres politólogas que vienen dedicando sus días, entre otras cosas, a la comprensión de lo que nos está pasando en términos políticos, sociales y culturales.
Florencia Bottazzi, politóloga por la UNR y Magíster en Derechos Humanos y Democracia en América Latina y El Caribe por la Universidad Nacional de San Martín, invita, en primer lugar, a “no demonizar a los votantes”. Dirigir el pensamiento hacia quién pudo haber votado a Milei es, para Bottazzi, “empezar con una extranjería en torno a la otredad”, y al ubicar a un otro totalmente ajeno se agudiza parte del problema. Innegablemente, los más de siete millones de personas que eligieron la fórmula de Javier Milei dan cuenta de un voto transversal. “Forma parte de un montón de gente con la que convivimos. El tabú en temas de política y elecciones le resta mucho a la discusión”.
Florencia también sugiere “hacer un esfuerzo por separar al candidato de los electores”. A la tarea de no demonización se suma la necesidad de no homogeneizar al electorado. “Tenemos un candidato de extrema derecha con un discurso absolutamente radicalizado, pero me parece que no es un giro totalmente a la derecha a nivel social”. Lo que plantea Bottazzi es que la derechización a nivel social no explica totalmente el fenómeno. Por eso, propone hacer un trabajo para encontrar el crisol de grupalidades e intereses. “Si el candidato es de ultra derecha no siempre significa que todos los votantes son de ultra derecha. Eslóganes como el de ´no es ultra liberal, es fascismo´ a veces nos achican la mirada. Si el otro es fascista no podemos ni hablar”.
En esa primera aproximación de la composición del voto a Milei, Florencia enumera: “Tenemos el voto de los sectores populares (según su visión es el más justificado y el que menos juzgado debería ser), pero también Milei ganó en otras regiones más ligadas a la minería, al empleo público, al petróleo, regiones de la Patagonia. Y también está el voto Milei en clases más acomodadas con un status económico que están viendo cercenados sus niveles de consumo. Es otra variable”.
Mariana Berdondini es politóloga y Doctora en Ciencia Política, hace docencia e investigación en la Facultad de Ciencia Política y Relaciones Internacionales de la UNR. Se dedica a temas de representación política y ha estudiado, entre otros ejes, a las derechas y las cuestiones de género. Dice que si bien se venía viendo el crecimiento de La Libertad Avanza (LLA), personalmente no pensó que Milei sería el candidato más votado. Ahí identifica una sorpresa. “Si sumamos los votos de Milei y los de Patricia Bullrich tenemos un 47% que está buscando una opción de una derecha radical para gobernar la Argentina. Eso también es un dato para registrar, para preguntarnos, para indagarnos”. Se refiere a ese cúmulo de problemas y situaciones no resueltas como sociedad que despiertan los peores sentimientos “que en política son el miedo, el desasosiego, la bronca”.
“Para pensar lo que sucedió en las últimas primarias obligatorias nacionales es importante mirar lo que está pasando en el mundo. Poder levantar la mirada de Argentina nos permite ver que en los últimos años han crecido opciones de derecha que han sido capaces de sacudir los sistemas políticos, esta suerte de biparditismo conservador instalado en muchos países”. Noelia Figueroa es Dra. en Ciencias Sociales, docente e investigadora del Centro de Investigación Feminista y Estudios de Género (CIFEG) de la Facultad de Ciencia Política y RRII de la UNR. Desde ese lugar dice lo que dice. “Esas fuerzas políticas de derecha fueron capaces de contactar con un sentimiento muy presente frente a cierta forma de demanda popular en relación a las insatisfacciones democráticas”. El planteo tiene que ver con cierto fracaso del sistema político de la democracia que no ha sabido generar una sociedad en la que puedan convivir los distintos sectores sociales tendiendo a cierto nivel de igualdad. Figueroa plantea que por el contrario esas desigualdades se han acrecentado a partir de “la concentración y transnacionalización del capital y la pérdida de soberanía visible de los Estados nación como forma política de control del territorio”.
El peligro de que Milei devenga en “la referencia de la construcción de un populismo de derecha que vaya no sólo entusiasmando y generando esperanza sino también mostrándose capaz de representar esas pasiones de gran parte de la sociedad enojada”
El crecimiento de las desigualdades y la insatisfacción de muchas personas, entre otros motivos, han ido horadando el terreno para que avancen estas opciones de derecha. Noelia analiza que, además de romper con las polarizaciones anteriores, estas opciones políticas fueron buscando extremar posiciones. “Frente a este crecimiento de las derechas, los progresismos en vez de dar lugar a versiones más radicalizadas de justicia social o de redistribución de la riqueza, tendieron a ir hacia el centro. Eso pasó mucho en nuestro país y acá tenemos los resultados”.
La política y las emociones
En la campaña electoral de 2015 Mauricio Macri se esforzaba por lograr esbozar con las manos en el aire la forma de un corazón. Desde el coaching político que recibía de parte de Jaime Durán Barba, por entonces gurú de la oposición, aunque muy lejos de tener las características propias de un líder carismático, apelaba al terreno de lo emocional. Javier Milei, con otras características en términos de oratoria y con base en un discurso radicalizado que seduce, también viene construyendo su capital político haciendo base en las emociones: la ira y el hartazgo devienen en esperanza, mucho más allá y más acá de la racionalidad o asidero de sus enunciados político-mediáticos. “Pareciera que la derecha logró una articulación de apelar a ciertas emociones, más ligadas al enojo y a la crítica del establishment político, así sea que el que está criticando es otro del establishment. Está diciendo ´son todos unos garcas´. Está pudriéndola aparentemente con un discurso absolutamente de ultra derecha pero que está movilizando estas emociones”, analiza Florencia Bottazzi.
Florencia es co-fundadora de Quepa Laboratorio Social, un espacio autogestivo de investigación y aprendizaje colaborativo. También integra la red de politólogas #NoSinMujeres. “La emocionalidad es un tema muy clásico y propio de la ciencia política”, advierte. Menciona a Freud y la psicología de las masas. Y se refiere también a la reflexión actual que ensaya Chantal Mouffe en su libro ´El poder de los afectos en la política´, donde aborda el ascenso electoral y cultural de las derechas que en los últimos años han sabido captar las angustias de ´la gente´. “Mouffe retoma eso para pensar en el escenario pos pandémico que nos dejó en un lugar de mucha fragilidad donde la ciudadanía busca cuestiones ligadas a la protección y a la seguridad”. Frente a ese panorama, Florencia señala la aparición de un liderazgo muy disruptivo en relación con la performance política que logró la derecha en Argentina. “Si vemos los discursos después de las elecciones, el bunker de Massa-Grabois hablaba de economía y el bunker de Milei hablaba política, con cánticos, con emociones, con frases hechas. Hay una capacidad de liderazgo, de movilizar emociones y de proponer un cambio, un horizonte utópico, aunque no es el que yo deseo ni el que muchos deseamos”.
Este marco de situación se completa, en la perspectiva de Bottazzi, con la pérdida de un discurso aglutinante por parte de los progresismos. La ausencia de esa épica convocante está en relación de continuidad con los pocos laureles que la coalición gobernante ha sabido conseguir en el último tiempo. “Parece que la moderación de centro cada vez más centro nos está quedando corta. En los últimos años no se puede sancionar la Ley de Humedales, íbamos a expropiar Vicentín y no se puede, no se puede con el Fondo, no se puede hacer nada. El progresismo perdió el discurso más ligado a un horizonte utópico que estaría bueno recuperar”. En las democracias representativas el mecanismo que tiene la población para modificar el rumbo del país (o para ratificarlo) es a través de las elecciones. En este contexto el oficialismo gobernante ofrece un candidato muy definido de la continuidad.
Algo que se repite en los diferentes análisis es la gran distancia que hay entre la dirigencia política actual y las necesidades reales de la población. Mariana Berdondini apunta sobre el dato del divorcio o crisis de representación. Identifica un gran déficit de parte de Unión por la Patria en términos de poder inscribir algún horizonte de sentido que pueda escribir una narrativa de algo en común. No desconoce que sea más difícil siendo oficialismo pero detecta que el escenario hasta octubre se juega en esa posibilidad de mostrar un horizonte, hacer propuestas específicas y concretas y no evadir los temas que preocupan a la ciudadanía y que están marcando un claro descontento y desazón respecto a la situación actual. “Sería necio negar que hay problemas concretos que vienen desde hace muchos años. Algunos sectores tienen más posibilidades de resistir pero otras personas no tienen posibilidades de supervivencia. Cuando no digo algo sobre un problema, ese problema crece”. Mariana se refiere concretamente al problema de seguridad ciudadana, advirtiendo que se lo puede abordar de muchas maneras. “Milei o Bullrich proponen mano dura, una salida por derecha, gatillo fácil, portación de armas. ¿Qué se propone desde otros espacios políticos que pretenden diferenciarse de esa propuesta?”. El eco de la pregunta queda rebotando en el aire.
“La posibilidad de contactar con lo emocional y distanciarse de cualquier tipo de discurso científico que apele al dato, la sensatez o la racionalidad, es parte del dispositivo que articulan este tipo de personajes”, describe Noelia Figueroa, y agrega: “Lo decíamos hace dos años después de las PASO 2021, donde analizábamos que en un contexto en que toda la comunicación oficial nos llamaba al orden, a quedarnos en casa y demás, los actos de Milei eran convocatorias a reunirse, saltar, gritar, abrazarse, entrar en contacto con otros cuerpos, agitando toda esa sensación de enojo y de rebeldía e insurrección frente a un sistema político que cada vez se mostraba más lejano a las personas y a la vida cotidiana”. Según su mirada, esa ruptura del lazo social -que no es propia de este gobierno sino que viene avanzando con éxito por lo menos desde la dictadura militar- y las propuestas que convocan al encuentro a partir del odio (hacia “la casta” pero también contra las mujeres, disidencias y demás) “permiten canalizar ese enojo transformándolo en posibilidad política”.
A pesar del carácter personalista del presidencialismo en Argentina, en general hablamos de fuerzas políticas e incluso de frentes de frentes. En ese sentido nos preguntamos por qué aparentemente Milei “llega sólo”. Para Noelia Figueroa, la emergencia de Milei como un personaje que se construye solo recupera mucho de otras experiencias de autoritarismos internacionales y también a nivel latinoamericano. “Esas personalidades autoritarias logran traducir el malestar frente a la incertidumbre, a la inflación creciente, a la falta de perspectiva de poder tener una vivienda o un trabajo sostenido en el tiempo -los cambios en el mundo del trabajo también tienen mucho que ver con estas emergencias-”. Siguiendo a Figueroa, el peligro tiene que ver con aquel que anunció Magdalena Chirom acerca de que Milei devenga en “la referencia de la construcción de un populismo de derecha que vaya no sólo entusiasmando, generando esperanza sino también mostrándose capaz de representar esas pasiones de gran parte de la sociedad enojada”.
“La crisis del 2001 empezó a pensar desde abajo en lógicas participativas y representativas. Acá hay un proyecto individual e individualista. No hay una evocación a lo social, a lo colectivo bajo ningún aspecto. Es el sálvese quien pueda solo y solito”
Florencia es docente y también investiga temas de infancias, juventudes, género y derechos humanos. Se refiere a cómo de alguna manera se invirtió el rol disruptivo del progresismo que la izquierda tuvo en otros procesos históricos, como en los setenta o el mayo francés, en donde no estaba abocada en defender a las instituciones sino en cuestionarlas. Ese carácter más ligado al conservadurismo fue interpelado por la derecha que recuperó la idea de liderazgo, tal como pasó en otras latitudes de diferentes continentes, como los casos de Bolsonaro en Brasil, Trump en EEUU o Vox en España.
2001: odisea en el espacio (político)
La crisis representativa actual también se explica por la acumulación de dos gobiernos que fracasaron: al mandato de Macri se sumó la gestión de Alberto Fernández. Florencia repara en una postal que sintetiza el cuadro agudo de situación: luego de las PASO los bunkers de UP y de LLA hablaban –cada uno a su modo- del 2001. Grabois se referenciaba con la generación hija del 2001 y en el bunker de Milei gritaban “que se vayan todos”, el mismo cántico que se escuchaba en aquel quiebre de siglo. Mariana se suma a la reflexión: “En 2001 el voto en blanco o nulo canalizaba la desconfianza, no había una opción política que canalizara ese descontento. Hoy paradójicamente no vemos la dinámica asamblearia y colectiva que le dio sustrato a la crisis del 2001 y que empezó a pensar desde abajo en lógicas participativas y representativas. Acá hay un proyecto individual e individualista. No hay una evocación a lo social, a lo colectivo bajo ningún aspecto. Es el sálvese quien pueda solo y solito”.
Florencia Bottazzi no suscribe a las miradas que ponen el foco en el voto joven. Sobre todo porque considera que no se puede “endilgarle a los pibes semejante crisis representativa”. Sostiene que ese señalamiento tiene que ver con la configuración de un chivo expiatorio. “No niego para nada la participación de los pibes pero los usamos como chivo expiatorio. Pasa lo mismo en cuestiones de seguridad o violencia. Lo que aparece siempre rápidamente es bajar la edad de punibilidad ante problemas hondos de seguridad como los que estamos teniendo. En términos políticos, ¿le vamos a cargar a los pibes un Milei?”
Según un relevamiento de Ejes Comunicación, en 2018 Javier Milei fue el economista más consultado por programas de radio y televisión: le hicieron 235 entrevistas y tuvo 193.547 segundos de aire. En el siguiente relevamiento de 2021, Milei no figuraba entre los economistas consultados por el hecho de que era candidato a diputado. De un tiempo a esta parte, al innegable poder que siguen teniendo los medios tradicionales de comunicación de instalar los temas de la agenda pública, se fueron sumando múltiples ramificaciones y canales por los cuales circula la información. El propio Milei llega a los teléfonos particulares a través de Tik Tok. En una entrevista del 22 de agosto pasado, Iñaki Gutiérrez, militante de la Libertad Avanza y CM de Javier Milei, explicaba que Tik Tok es actualmente la red más masiva, que permite ampliar el mensaje y que concentra la franja etaria más joven, seguida por Instagram, Twitter y en último lugar Facebook.
“Son los reyes de las redes. Tienen ese poder y llegan muy directamente a los pibes”, sintetiza Florencia. Mariana también apunta a los cambios introducidos por las redes sociales “en la circulación de la información y en la producción de recursos audiovisuales que van configurando retóricamente un universo de sentido”. Cree que este cambio de paradigma hay que atenderlo generacionalmente, que atraviesa distintas capas sociales y que hoy ya no se limita solo a la juventud. “Son contenidos que se han adaptado a la posibilidad de que circulen a distintos públicos, que lleguen e interpelen”. También apunta al hecho de que las redes sociales tienen configurados los perfiles político-ideológicos de cada persona y que el funcionamiento del algoritmo construye “burbujas de información donde la comunicación claramente está sesgada”. Esas burbujas, plantea Mariana, provoca que muchas veces se subestime el crecimiento de determinados fenómenos, situaciones o problemas. “Está cuestionando la misma idea de lo que la democracia supone en términos de pluralismo y circulación de variedad de fuentes de información. Es un derecho fundamental de las democracias y sin embargo cada vez más tendemos a cerrarnos en los medios, en las redes, en los periodistas y en las personas que seguimos”.
A modo de contrapunto con el flujo de contenido que circula vía redes sociales, Bottazzi plantea el fracaso de la política en términos del “quehacer en el territorio, de convocar, de movilizar”. Identifica que quienes históricamente tuvieron militancia en el territorio no están recurriendo a este factor que a su parecer sigue teniendo una importancia central dentro de una contienda electoral. “Al margen de las redes sociales, el territorio sigue siendo fundamental”.
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En la caracterización del personaje de Milei en clave de género, Florencia señala el componente de la masculinidad encarnando una cuestión bien arquetípica. Aclara que sin ánimos de hacer reduccionismos, Milei “es un hombre-varón-blanco”, y que esos elementos apelan a “los valores de una cultura masculinista y jerárquica”. Mariana agrega el “gran tenor anti derechos” que presenta, aspecto que estuvo presente a lo largo de toda la campaña previa a las PASO y que se reconfirmó en el discurso luego del triunfo en las primarias. “Hay un fuerte sustrato antiderecho que enciende alarmas frente a lo que viene. Mujeres, diversidades y todo lo que tiene que ver con los grandes avances en equidad de género, paridad, están en cuestión en este contexto”.
Florencia Bottazzi no suscribe a las miradas que ponen el foco en el voto joven. Sobre todo porque considera que no se puede “endilgarle a los pibes semejante crisis representativa”. “En términos políticos, ¿le vamos a cargar a los pibes un Milei?”
Noelia Figueroa propone nuevamente ampliar la mirada de la historia. Dice que en general los movimientos y las transformaciones democráticas, a partir de la consumación de derechos, “han tenido como coletazo la ampliación de derechos para las mujeres”, y que esa ampliación en muchos casos ha despertado la resistencia y el enojo de sectores de la población, “no sólo de los supuestos afectados por esa ampliación que serían los varones blancos, cis, heterosexuales y demás, sino también por una serie de sujetos que se han sumado a esa resistencia”. El dato que trae la historia es que durante el siglo XX la avanzada de las derechas en general han configurado como enemigos a los colectivos de mujeres y disidencias. “Así viene sucediendo en América Latina y nos sucede también en Argentina que fue sin dudas el lugar clave para la emergencia de la cuarta ola feminista”, dice Noelia, y alerta: “Hay algo en este discurso anti género y en este odio que visibiliza Milei que contacta con ese enojo frente al avance de los feminismos. Por eso es tan importante pensarlo desde esta perspectiva”.
Figueroa suma a la reflexión el hecho de que las políticas de reconocimiento a ciertos colectivos sociales en muchos casos no han ido acompañado de políticas de redistribución. “Las políticas de género se han planteado en los últimos años como políticas de transformación cultural pero muchas veces poco acompañadas de presupuesto y de políticas con impacto real para transformar las condiciones en que el patriarcado se reproduce de la mano con el capitalismo transnacional”. Frente a la desinformación, muchas veces aparece el miedo que se transforma en odio. “Lo que hacen los discursos de odio es volver el miedo un factor de acción y trasladarlo para que cobre potencia política”, dice Noelia, para quien esos discursos “van de la mano con un sistema que se sigue reproduciendo y que necesita mostrar esta vertiente jerárquica y autoritaria muy propia de los patriarcados. En lugar de enojarse con quién está más arriba, descargan su odio y su ira con quien está aún en peores condiciones sociales”.
Lo que viene
Las Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias sirvieron en principio como termómetro social y como advertencia de cara a las generales de octubre. El escenario está abierto y en política nunca nada está dicho hasta consumarse. La migración del voto entre las primarias y las generales, y el porcentaje del electorado que puede ampliarse son sólo algunos de los interrogantes. En este sentido, Florencia recuerda que hace muy poco en las elecciones regionales en España arrasó Vox pero que después en las generales se revirtió la tendencia. “Hubo un llamamiento muy fuerte de ir a votar, esa cosa elemental. Argentina tiene una tradición política sufragista. En términos de estrategia electoral me parece que fueron centrales las PASO. Permite el voto catarsis muy necesario. Hay que ver si se sostiene esta tendencia o si el electorado toma otra conducta en las generales”.
En este contexto, ¿qué rol le cabe a las organizaciones sociales, sindicales, territoriales, feministas, comunitarias? Dice Florencia: “De cara a lo que viene habrá que hacer una construcción muy amplia, convocar, recuperar discursos ligados a la democracia, el sufragio, los derechos. Empezar a posicionarse en discursos más amplios y democráticos y menos sectoristas partidarios. Pensar cómo evocar. Milei tiene un discurso así en términos contrarios”.
Este año se cumplen cuarenta años desde la recuperación democrática en Argentina. En este sentido, Mariana plantea: “Es una conmemoración pero también una reflexión y una puesta en blanco sobre negro de en qué estamos, cómo estamos, de qué manera. Es un escenario complejo que no está nada cerrado de cara a octubre. Hay un piso pero, ¿es un techo?”, se pregunta. En tono propositivo, interpela: “Que el discurso no sea solamente que hay que recuperar, que hay que defender. Hay que defender pero también hay que poder mirar que esa desazón y ese enojo tienen un asidero en la realidad y en la situación social que vivimos”.
Noelia parte del diagnóstico, la deshumanización que nos atraviesa como sociedad, y desde ese lugar, propone un primer movimiento: las organizaciones sindicales, sociales, territoriales, feministas, comunitarias, tienen un rol fundamental en la tarea inicial de volver a reunirnos. “Estamos muy acostumbrados a resolver cada uno en la individualidad de la cotidianeidad, y esa falta de encuentro, junto con la desmovilización, son claves para explicar el crecimiento de la derecha”. Citando a Cristina, dice que las organizaciones deben tomar el bastón de mariscal para empezar a marcarle el camino a las dirigencias desorientadas. “Por arriba evidentemente no se está pudiendo destrabar”.
En la mirada ancha de Noelia hay dos tareas que urgen: “Una es recuperar las calles y el poder de la demanda, poner freno y exigir las políticas que queremos ver. Y la otra es promover en cada uno de estos espacios, dispositivos y políticas que permitan contribuir a cierta reconstrucción del bienestar”. Para esto, considera necesario asumir que estamos en una crisis muy profunda y que necesitamos políticas de salud mental. La aclaración: “No en el sentido de la atención que obviamente sí, sino sobre todo en la prevención de ciertos padecimientos que están muy instalados y que a mi entender sólo se pueden enfrentar en un mediano plazo construyendo proyectos solidarios, educativos y de trabajo con jóvenes y niños que permitan mostrar que hay otras maneras de vivir juntos y que somos capaces de lograrlo”.
1 comentario
Qué buenas notas. Solo se me ocurre agregar q tenemos q ocupar las redes. Que unión x la patria debe ocupar las redes!!! Sino, nos vamos al carajo. Felicitaciones EnRedando. Laburo serio y responsable!!!
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